Cecilia De niña a mujer parte 3
Mi cumpleaños 45 y mi hija será mi regalo.
Después de andar por varios pueblos llegamos a una ciudad para festejar mi cumpleaños número 45 y después de buscar casas para instalar el burdel, dimos con una casa preciosa que en la recámara principal tenía jacuzzi y una cama enorme. En dos días era mi cumpleaños y mi mujer decidió hacerme una fiesta.
Llegó el día y festejamos muy contentos, comimos y bebimos con las prostitutas del burdel y algunos amigos que teníamos en esa ciudad, ya entrada la noche mi mujer me dijo al oído, ya está listo tu regalo, me despido señores gracias por asistir a mi cumpleaños, se quedan en su casa yo voy a disfrutar de mi regalo. Subí a la habitación principal acompañado de mi mujer, ya está lista la niña, te espera en el jacuzzi. Ya en la habitación me desnude y me fui a dónde me esperaba mi hija, me metí en el jacuzzi y me senté en la orilla para que me niña me chupara la verga, ella muy dispuesta la metió en su boca y empezó a hacer lo que ya sabía hacer muy bien. Mi mujer se sentó en una silla a esperar, yo me metí en el agua y me subí a mi hija encima, la empecé a besar en la boca, cuello, mis manos tocaban todo su cuerpo, la levanté y puse su vagina en mi cara para probar ese capullito que tanto deseaba penetrar. Yo ya estaba listo para hacerla mi mujer, así que le pedí a mi mujer que la secara y la llevará a la cama mientras yo también me secaba el agua.
Ya que la vi en la cama, le dije a mi mujer ya puedes irte, aquí ya no necesito ayuda. Ella me tomo del hombro y me dijo, se suave no la vallas a desgarrar, te dejo lubricante en le buró usa suficiente por favor. Una vez solos le pedí que se acostara boca arriba, tome el lubricante y se lo empecé a untar en la entrada de su capullito, y despacio metía un dedo para que se lubricara más al fondo.
Todo estaba listo para su primera vez, tome lubricante y lo frote en mi verga, me subí a la cama casi encima de ella, mi amor tienes que abrir las piernitas lo más que puedas, apoyado en mis rodillas y encima de ella continúe besando su boca, su cuello y su pecho, tome mi verga y la puse en la entrada de su cosita, con suaves movimientos frotaba y buscaba la entrada, seguia apoyado en mis rodillas para poder medir la penetración, mi verga ya estaba en la entrada a lo que di el primer intento de entrar y ella soltó un suspiro que me hizo regresar. Papá me va doler mucho me preguntó, porque yo veo a las muchachas que los hombres las hacen gritar, no te voy a mentir las primeras veces te va doler, pero ya con el tiempo lo vas a disfrutar así como las muchachas que gritan de placer y no de dolor.
Volví a poner mi verga en su capullito y volví a empujar pero ahora ya no la saqué, entro la punta y yo empujaba lentamente, mi niña se quejaba despacito y trataba de cerrar las piernas y yo se las abría, ya sentía las suaves paredes de su vagina, poco a poco bajaba las rodillas para ir penetrado más, aunque yo sabía que era imposible que entrara toda, empecé con el mete y saca y mi niña daba unos quejidos muy despacio, mi rodilla izquierda se desliza por error y mi verga se va más profundo casi a la mitad, mi hija pega un grito y empieza a llorar, me dolió papá ya lo quiero, espera mi cielo ya casi termina papá, tome sus bracitos y seguí bombeando, eso ya no tenía porque parar, entre llantos y quejidos la seguí follando siempre midiendo que no entrara mi verga más de la mitad, un dolor en mi glande me hizo parar, por lo apretadito de su capullo, seguí follando a mi hija y de repente veo que la sábana de la cama se empezó a manchar de sangre, ya estaba echo, mi hija ya no era una niña, ya era una mujer, continúe follando asta terminar, todo el semen se lo descargue adentro.
Salí de su capullito y la recosté en mi pecho para darle un beso en la frente y que dejara de llorar. Poco a poco se fue quedando dormida y yo también logré conciliar el sueño después de haber disfrutado de mi regalo de cumpleaños.
Otro día en el desayuno me preguntó mi suegro que si lo había consumado, obviamente ya es mi mujer. El viejo pidió tenerla esa misma noche, a lo que mi mujer respondió, nooo ahora solo va follar con su hermano para que se valla acostumbrado a la verga, el la tiene más chica y la va follar mejor. El viejo volvió a gruñir de coraje a lo que todos sonreímos y mi hija también sonrió pero su sonrisa ya no era de niña, era de una mujer sensual y deseosa de verga…
Excelente relato, muy bueno
Muchas gracias..
Delicioso