Celia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Lo primero es comentar que no soy un escritor y que comento aquí las cosas como sucedieron seguramente algunos lo sabrán redactar mejor y le pondrán más flores a todo pero esto es como paso y como se lo cuento.
Me llamo Roberto año 1996 tenía 19 años y estaba estudiando en la universidad, vivía con mis padres Juan 62 y María de 55, al lado de nuestra casa vivía mi hermana Lourdes de 30 su marido Pedro 34 y su hija Marta de 7 años, como mi hermana y su marido trabajaban por imposición paternal me tenía que hacer cargo de mi sobrina por las tardes hasta las 9 de la noche, a pesar de mi cabreo.
Las tardes se volvían monótonas mi sobrina jugaba con el hijo de mi prima Rosi de 34 años estaba embarazada otra vez con un novio nuevo Jandro que era de Santo Domingo (el padre de sus hijas era Miguel un cubano mulato que la dejo y se fue con otra chica más joven a otra ciudad) que vivía al lado de nosotros, José de 7 años, yo la verdad ni les prestaba atención pero un día vino su hermana, era Celia tenía 9 años y era una preciosidad, tenía el pelo grande rizado y traía una camisita ajustada no se le notaba nada pues no tenía nada ni unos miserables botoncitos y un short ajustadito, siempre vestía así pues hacia gimnasia rítmica y estaba todo el tiempo ensayando, que dejaba ver que tenía unas lindas nalguitas y un extraordinario culito, ella tampoco les hacía mucho caso que digamos, un día las dos niñas salieron a jugar a un jardincillo que mi hermana tenia atrás y Celia las observaba por una pequeña ventana, su culito no hacía nada más que atraer mi mirada y que al tiempo me empalmara y me dije que iba a probar a ver qué tal se comportaba y me acerque por detrás de ella que no se quitó y con la disculpa de decirle no sé qué a mí sobrinita me le arrime por detrás apoyando mi polla en su culito, note como que ella quiso hacer algo pero no lo hizo y se quedó quieta, ella tenía que notar mi polla si o si en su culito, pero no hizo ademan de quitarse, le dije un par de boberías a mi sobrinita y después de restregarme un poco me volví a sentar en mi mesa a seguir estudiando (jeje es un decir), al día siguiente lo mismo y yo notaba como que a ella le gustaba, seguimos así mucho tiempo y cada vez me pasaba más tiempo haciéndole notar la dureza de mi polla en su culito, ella ya hasta lo movía despacito buscando el contacto, como a los 5 o 6 meses me atrevía cuando ella traía una faldita (yo llevaba siempre pantalón de chándal para que la notara bien) se la ponía entre las piernitas y le hacía un suave mete saca que a ella –por la respiración digo- le gustaba y colaboraba, más de una vez me corrí con esos jueguitos.
Un día ya fuera de mi por la calentura que llevaba, me saque la polla y se la puse entre sus piernitas, Celia se asustó un poco pero enseguida se tranquilizó cooperando en abrir las piernas para que mi polla rozara todo su conejito a través de sus braguitas, la tenía agarrada de la cinturita y ella se dejaba hacer, estaba gozándolo tanto que después de gemir su hermanita le dijo que le pasaba y ella le contesto que nada, que era una boba preguntando todo el día estupideces, ya eso se convirtió en una rutina y ya ella siempre traía falditas era maravilloso ella lo disfrutaba y yo más aun teníamos una gran complicidad en ese tema y pasamos así un buen tiempo, pero un buen día me di cuenta que traía puesto un pantalón vaquero, no se acercaba a la ventana y yo estaba desconcertado pues no entendía como ella no quería hacer nuestro jueguecito así estuvo casi una semana, hasta que hubo un gran revuelo en casa y me pude enterar que mi prima había echado de la casa al tal Jandro pues lo había cogido abusando del niño y que a la niña también, me lleve un susto enorme pues no sabía si ella también iba a contar nuestro jueguito, pero por suerte no pasó nada, pensaba en lo hijo de puta que era el Jandro sin darme cuenta de que yo hacía casi lo mismo. Estuve un tiempo bastante mosca pues ella tampoco colaboraba para nada en volver a nuestro jueguito pues traía pantalones vaqueros y no demostraba ningún interés, hasta que un día volvió a traer la faldita corta.
Se puso en la ventana y me acerque por detrás y al pegarme a ella le dije que si le molestaba, me dijo que no moviendo la cabeza y le repegue toda mi polla en su culito y me quede quieto, ella entonces se movió lentamente restregándose a base de bien, me dije que ella quería otra vez seguir jugando y animándome me saque la polla que ya estaba full y se la puse entre sus piernitas y ella hizo huequito para que se la pusiera entre sus piernas, le dije que si le gustaba y me dijo que si, comencé a moverme lentamente al igual que ella, note como sus braguitas se empaparon ya el movimiento era como si me la estuviera follando se veía que le gustaba bastante, estuvimos así un buen rato hasta que me retire sin que a ella le gustara demasiado y me corrí en un pañuelo, lo hicimos un par de días hasta que atreviéndome ya un poco más le baje las braguitas lentamente observando que a ella no le molestara y se dejó, le coloque mi polla entre sus piernitas y se la corría por toda su rajita, era maravilloso pasarle mi polla por sus labios hinchaditos
Estaba totalmente mojadita y ya no paraba de gemir yo estaba en la gloria, en una de estas mi polla se trabo en la entrada de su conejito y lo deje allí y me quede quieto a ver qué pasaba, ella entonces se movía lentamente hasta que me di cuenta de cómo su chochito se comía la cabeza de mi polla y ella dio un respingo, le dije que si le dolía y me dijo que no que le gustaba mucho pero que era muy gorda y muy grande, le comente que ella misma se metiera lo que quisiera y siguió moviéndose lentamente y ya se había comido la mitad no paraba de gemir y ya no pude aguantar más y comencé a moverme lentamente también y cuando me vine a dar cuenta se la había metido casi toda, me dijo que parara un momento que le molestaba un poco y así lo hice, luego ella misma se movió lentamente con su culito hacia mí y se la clavo entera, le dije al oído que ya la tenía toda dentro que era la mejor que era maravilloso y le gusto tanto que comenzó a moverse y a no parar de gemir, estuvimos así un rato hasta que se movía ya rápidamente clavándosela toda y me di cuenta de que se estaba corriendo y yo hice lo mismo llenándole todo su chochito de mi leche, joder tremenda una corrida me pegue, la tenía agarrada pues si no se hubiera caído mientras le decía todas las palabras cariñosas que me venían a la boca ella me decía lo mismo, de repente me di cuenta de todo el jaleo que habíamos montado y quise ver donde estaba mi sobrinita y el hermano de ella y no los vi en el jardín y cuando mire hacia la puerta me di cuenta de que los dos estaban escondidos mirando todo lo que habíamos hecho Celia y yo,
Bueno más adelante les seguiré contando lo que seguimos haciendo pero se incorporaban mi sobrinita Marta y José el hermano de Celia
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