Celia le enseña a su hija 2
Celia pervierte a su niña un poco más .
Cuando mí padre llegó, la nena estaba en la piscina y yo en la cocina.
Hola mí cielo. — Dijo mí padre dándome un beso en el cuello.
Lo sorprendí bajándole el pantalón y chupándosela hasta tragarmela entera. Cuando me trague toda su leche me levanté para seguir con mis quehaceres, me apretó contra la encimera y paso sus manos por mí vagina mojada.
Que lindo recibimiento. ¿Mí putita quiere algo?
Mí mente perversa maquinaba sin parar, me di la vuelta y lo enfrente.
Creo que a esta altura soy una puta completa.
Siempre vas a ser la putita de papi. — Me dijo mientras me dedeaba el culo.
¿Te puedo hacer una pregunta?
Ya son dos. — Me respondió mientras me comía la boca.
¿Nunca te calentaste con Tamy?
Se alejó un paso abriendo los ojos sorprendido.
Celia. — Dijo con sus ojos desorbitados. — Jamás he mirado a Tami de otra manera más que una nieta.
Sabía que decía la verdad, jamás me había mirado a mí de otra manera hasta ese día.
Me acerque tocándole la verga que ya no mostraba señales de excitación, mí pregunta lo había sacado de onda.
Se que no, pero yo si.
Si su cara era de sorpresa, con lo que acababa de decir no podía dejar de mirarme estupefacto. Le conté en susurros mientras lo pajeaba metiendo la mano por el pantalón las veces que mí hija me había visto coger con su padre, como la había sentido masturbándose y lo último que había hecho en la tarde.
Me hubiera encantado que me hicieras lo mismo cuando tenía su edad. — le confesé mientras también le contaba de aquella vez que lo había visto.
No sé lo podía creer, su pija comenzó a endurecerse más rápido mientras yo le contaba como se la había chupado y como la nena se había dejado.
Nunca se me habría ocurrido pero ahora no puedo dejar de pensar e imaginarme viéndote como le chupas la conchita suave y tan dulce que tiene.
Celia… — Gimió mientras lo acariciaba más rápido.
Puede ser nuestra putita, te la podemos chupar las dos como se que te gusta. Imagínate sus manitas en esta verga tan rica que tenés, papi. Imagínate como se la chupariamos los dos a esa conchita que tiene. Sus tetitas de niña.
Me dio la vuelta y me la metió de un empujón, acabe tan rápido que me quedaron zumbando los oídos. Tamy me llamo mientras entraba y mí padre salió de adentro mío, la saludo con un abrazo y un espasmo me recorrió cuando vi como pasaba su enorme mano por su espalda y bajaba hasta el nacimiento de su culito.
Me iré a cambiar y después podemos comer, ¿Les parece?
Comimos esa noche y la fui a acostar, supe por el espejo que mí padre estaba espiandonos y decidí mostrarle lo que podíamos disfrutar.
¿Te gusto lo que hicimos hoy en la tarde, Tamy? — Le pregunté mientras me levantaba de la cama.
Si, mami.
¿Querés que repitamos?
¿De verdad? — sus ojos iguales a los míos se abrieron emocionados y asintió vigorosamente.
Le saque directamente su calzoncito rosado y la acomode con la espalda sobre la pared, su vaginita se podía ver claramente desde la puerta, le abrí los labios y pase mis dedos por sus húmedos pliegues, me arrodillé y comencé a chupársela. Gemía despacito y yo me aparte.
No necesitamos hacer silencio, bebé. Si necesitas gemir más fuerte no pasa nada, mami te está dando besitos para que disfrutes.
Se soltó con confianza y jadeaba con fuerza mientras yo le chupaba sin parar, después de un rato me levante y le subí la remera de unicornios que tenía.
Mami te va a dar unos besitos aqui y vas a ver cómo disfrutas.
No quería sacarle la remera, verla así me daba más morbosidad y sabía que mí padre sentía lo mismo, le chupe sus pezones chiquitos, se los acaricié mientras veía con emoción la pequeña curva de sus crecientes pechitos.
Yo no tengo teticas como tu. — Dijo triste.
No pasa nada. — Le dije mientras le chupaba los pezones. — Ya te van a crecer como a mamá.
Me saque la remera y dejé que ella vea mis tetas. Tomé su manita y pase sus dedos por mis pezones erectos.
Ya vas a tener así las tetas, pero ahora podemos chuparlas para que te crezcan, ¿Quieres?
Se mantuvo la remera arriba ofreciendo su pechito plano, la bese encantada, baje por su vientre y la hice acabar entre jadeos y susurros de “mami, mami”.
Que rica conchita que tenés . — Le dije mientras me saboreaba.
¿Es rico? — Pregunto curiosa.
¿Querés probar? — Cuando ella asintió yo me pare y me baje el calzón.
Mí vagina depilada quedó enfrente de ella y yo tomé su mano y pase el dedo índice por mí raja mojada.
Chupa y probá que rico.
Lo hizo sin dudar y sonrió.
No sabe feo.
¿Querés darle un besito como mami te hizo?
Se acercó despacio y me dio un beso suave, la inste a que me pase la lengua y le fui enseñando como me gustaba, disfrutando de ver su cabecita mientras me la chupaba con su lengüita. acabe enseguida y le enchastre toda la carita. La limpie con una sonrisa y la felicité por tan buena nena.
Cuando salí de la habitación mí padre me esperaba afuera, con la pija morcillona claramente había acabado mientras nos veía. No tenía dudas de que iba a pervertir a mí nena tanto como yo lo haría. Nos fuimos a dormir a su cuarto y cogimos como si fuera la primera vez, ambos excitadisimos por lo que nos esperaba.
Decidí que la hora de la siesta debíamos empezar y mí padre simplemente acepto que yo llevará la situación. Pasamos el día trabajando en la mañana mientras veíamos a la nena en la piscina, salió y andaba por casa en su mallita de rayas de colores. Cuando llegó la hora de la siesta ella seguía con su malla, mostrando sus nalguitas deliciosas.
Nos sentamos los tres, la nena en el medio y puso sus dibujitos. Después de un rato yo le desabroché el moño de su nuca, la malla seca cayó hasta su vientre.
Es para que estés más cómoda, Tami. — Le dije mientras la instaba a pararse y le quitaba la malla directamente.
Quedó desnudita enfrente de nosotros y miro a su abuelo tímida. El paso un dedo debajo de su barbilla y la insto a levantar la cabeza.
Mí nenita no estará tímida con el abuelo ¿Verdad?
Ella negó mientras me miraba.
Podes llamarlo como yo le digo al abue también. — Le dije mientras ella nos miraba parada enfrentandonos.
Si, puedes llamarme papi si tu quieres.
Mientras le hablaba mí padre había bajado las manos por sus bracitos y le acariciaba la cintura, subió su enorme mano y acaricio sus pezones.
Vení Tami, convidale a papi tu juguito rico.
La subí encima mío y le abrí las piernas ofreciéndole a mí padre su vaginita virgen. Ella se dejó hacer y gimió cuando mí padre paso la lengua saboreandola.
Mmm Tami, que rica que estás.
Si, papi. — Decia mí hija caliente mientras de abría más de piernas.
Le abrí los labios para que mí padre la chupara y mis dedos también, estaba muy mojada mientras veía como mí padre se la comía.
Mira papi. — Le dije mientras le acariciaba el pechito. — mira que putita que es.
Claro que si. — coincidió mí padre. — Tamy es una putita muy buena, ¿Verdad que si?
¿Que es una putita? — a pregunto la nena.
Una nena buena que deja que su mami y su papi tomen su juguito caliente. — Dijo mí padre chupándole los pezones.
Papi, muestrale tu linda verga.
mí padre se levantó del sillón, se quitó el pantalón y enfrente de la nena estaba su verga llorona.
Esta es mí pija, a mami le encanta que yo se la meta en todos lados y le da muchos besitos. — Le decía mientras yo se la acariciaba y se la chupaba enfrente de mí hija. Estaba totalmente salvaje de excitación. — cuando uno le da muchos besitos, papi les da lechita. ¿No es cierto Celia?
Si. — dije entre chupadas. — La leche de papi es lo más rico que hay.
Mi padre acerco la pija a la cara de la nena y comenzó a acariciarla llenándole la carita de líquido preseminal y de mis babas.
¿Querés probar la leche de tu abuelito?
La nena abrió la boca mientras yo me arrodillaba y le abría las piernas chupándole la conchita mojada. Mire hacía arriba y quedé hipnotizada cuando vi como mi padre le metía la verga en su boquita hasta hacerla tener arcadas. Se la saco h ambos la vimos recomponerse.
Mira como se la mete a mami así aprendes.
Abrí mí boca mientras mí padre comenzaba metiéndomela despacio hasta que llegó a mí garganta, baje mí lengua y su glande paso derecho hasta sentir sus testículos en mí barbilla, mis ojos se llenaron de lágrimas y me toque las tetas encantada al ver cómo la nena se levantaba del sillón y miraba de cerca.
Mí padre volvió a metérsela en la.boca y la nena aguanto mientras mí padre era tierno y se la metía poquito para que se acostumbre.
Le acariciaba la cola, abriéndole las nalguitas mientras ella chupaba verga se dejaba hacer. Cuando su boquita se llenó de leche mí padre le cerró la boca.
Toma tu primera lechita del abuelito.
Mí corazón se hincho de amor al ver su delicadeza y como definía las relaciones, solo para mí era Papi y eso hacía que mi corazón de niña lo ame aún más.
¿Te gusta? — le pregunté mientras le acariciaba el torso desnudo, pasando las yemas de los dedos en sus pezones chiquitos.
Si.
Claro que si, digna hija mía. — le di un beso en la boca y ella me sonrió. — Dame tu lengüita, mami quiere probar la primera lechita del abuelo.
La bese largamente, enseñándole a besar, mí padre se acercó y le metió la lengua mientras yo los observaba. La mano enorme de mí padre se perdió entre sus piernitas que mí hija abrió encantada con sus caricias, la pajeo mientras la besaba hasta que la nena puso las manos sobre su cuello y comenzó a balancearse adelante y atrás disfrutando como mí padre le daba su primer orgasmo.
Encantados con la nena la acostamos en el sillón mientras mí padre se sentaba a su lado y me miraba con una sonrisa y me tomaba la mano.
La nenita de papi seguro que quiere verga.
Me abrí de piernas y me fui metiendo su verga bajo la atenta mirada de mí hija que no perdía detalles. Me abrí de piernas con la verga metida hasta el fondo, mostrándole cuan mojada estaba, mí papá paso las manos por encima y me abrió los labios.
La nenita del abuelo quiere ver de cerca?
Tamy se acercó hipnotizada, mirándome la vagina. Mí padre tomo su manita mientras yo me dejaba hacer y con sus dedos enlazados mí padre le enseño a tocarme mientras yo iba y venía metiendomela.
A mami también le gustan los besitos en las tetas, pero el abuelo no puede ¿Quieres darle unos besitos?
Mí nena comenzó a darme suaves besos en las tetas, pero mí padre le instruyó a chuparme los pezones mientras el acariciaba su colita que quedaba empinada mientras estaba doblada chupándome las tetas. Acabe gritando sin poder contenerme, jamás había sido así, pero no podía evitar cerrarme sobre su verga y sentir como si me estuviera liberando. Quede desmadejada sobre el pecho de mí padre, tomé a la nena de la nuca y la alejé.
Muy bien, putita. — Dijo mí padre.
Comenzó a taladrarme, utilizandome como una muñeca de trapo, porque estaba totalmente deshuesada. Después de llenarme de leche me bajo sentándome a su lado y me recoste sobre su hombro mientras el sentaba a la nena sobre sus piernas, como muchas veces me sentó a mí.
Te perdiste el capítulo anterior, vamos a ver este que empieza.
Puso la tele y nos quedamos viendo los dibujitos mientras los tres nos recuperabamos de tremenda cojida que tuvimos.
Las enormes manos de mí padre estaban sobre los muslos de la nena, acariciando arriba y abajo mientras me miraba con una sonrisa. Le di un suave beso mientras el pasaba
un brazo abrazándome.
Puse una mano sobre el vientre de la nena y nos quedamos asi.
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