CHANTAJE V
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por XCITANTDLC.
Ese día me disponía a continuar con aquella rutina, eran como eso de las 10 de la mañana cuando decidí levantarme, la casa era un total silencio era viernes y para que la casa estuviera así era un milagro. Le grite a mi hermano pero nadie respondió, me asome por la ventana de la cocina para ver si estaba en el jardín pero ni una alma se aparecía, busque el desayuno y me dirigí a la sala, tome el control y cuando me disponía encender el televisor un papel estaba pegado, me levante del sofá y tome aquella nota, era Roberto avisándome que había salido y que en un rato más llega a casa.
Pasaban los minutos cuando una llamada interrumpía mi delicioso alimento, al mirar la pantalla no reconocía el número, así que al levantar la bocina, escuche una voz un tanto ronca que se me hacía conocida pero por arte de magia se cortó la llamada, así que decidí terminar el desayuno y apurarme para dirigirme al trabajo. Horas más tardes escuchaba como se abría el cerrojo de la puerta de la casa, anunciando la llegada de mi hermano, no le tome importancia y seguí con lo mío, un ring atrajo nuevamente mi atención, el sonido de mi celular hacia que dejara todo y sin más tomaba la llamada; Dulce bueno hablo de la agencia para comunicarte que tienes que presentarte en una tienda de auto servicio, al escuchar esto me puso mal pues estaba muy retirada, y ni siquiera sabía a donde estaba ubicada, sin más respondí que ahí estaría y colgué manifestando muchos corajes por este cambio. Sin más decidí preguntarle a Roberto si conocía aquella colonia por lo que salí de mi habitación y le grite ¡Roberto! Donde estas y sin respuesta a mi llamado me dirigí a la sala para saber si se encontraba ahí, escuche un ruido en el jardín y me dirigí a ver si ahí se encontraba y pues si más estaba con nuestra mascota dándole de comer. ¡Roberto! Porque no me haces caso llevo gritándote y ni siquiera eres para contestarme, que pasa hermanita en que puedo ayudarte es que haber tengo que ir al trabajo pero no conozco esta colonia, cual hermanita, los rosales, sabes donde esta esa colonia siiiiiiiiiii, claro que sí pero a qué lugar vas eeeeh, pues a una tienda departamental, pues mira es una colonia algo peligrosa debes tener cuidado ok Dulce, pero necesito que me acompañes es que no sé dónde está ni cómo llegar Roberto, está bien te acompañare.
Por instante no sabía si había hecho bien el haberle dicho, pero ni yo conocía esa colonia, además ya falta poco para el evento, como pude me subí arreglar, vestía un pantalón corto de lycra muy delgada tipo ciclista, con una tanga muy pequeña que alcanza a notarse por a través de mi pantalón de lycra, también llevaba un top sin sujetador, aunque tengo grande el busto no me importa no llevar el sujetador ya que son muy firmes además que me pongo otra camisa arriba para que no se noten mucho mis pezones, bueno además era la que usaría para mi trabajo además no quería llevar otro vestuario, sin más le grite a mi hermano para que se apurara, me respondió que ya estaba listo , agarre mi bolso y un abrigo para la noche, salimos apresuradamente, pero al levantar la vista aquellos hombres nuevamente estaban ahí, no me sorprendió pues al parecer uno de ellos habitaba en esa casa que parecía abandonada, no le tome importancia pues ya se hacía tarde, me apresuraba a caminar, por su parte Roberto aun cerraba la puerta de la casa, cuanto más me acercaba y el sonido de mis zapatillas llamaban más la atención de aquellos sujetos, aquel tipo que el otro día nos había dicho de cosas al verme sin pudor alguno se sacó su verga y se la jalaba con tanta vehemencia, mientras sus amigos solo me miraban de pies a cabeza en su mayoría podía sentir esa mirada lasciva llena de lujuria, de acecho, y no era para menos pues mi forma de vestir y mis atributos quedaban expuesto a eso, sin importancia por lo que decidí seguir pues el tiempo apremiaba al pasar cerca de ellos empezaron con sus vulgaridades, que sinceramente creo me estaba acostumbrando no sé si esas palabras me ponían cachonda y me calentaban pero el oírles decir eso era un aliciente para mi libido, las expresiones no se hicieron esperar que bonito culo tienes, estas buena para darte un cogidota, cuantos no querrán montarte, ofrécelas putita, eso sí era sorprendente ya me habían etiquetado de puta, seguí mi paso y de reojo volteo para ver a mi hermano, no alcance a escuchar bien pero sé que algo le dijeron esos tipos, segundos más tarde me alcanzo en la parada, se me quedo viendo no sé si esta ropa fue la que calentó, nos dirigimos a la estación del metro para llegar a nuestro destino, al entrar al metro venia hasta reventar salían 10 y entraban 20 sí que era tedioso ese transporte estábamos apretujados en el metro, conforme avanzaba el tiempo eso se volvía más angustioso podía sentir como las manos de algunos desconocidos se apresuraban a tocar mis encantos, era algo morboso, excitante, me calentaba el hecho de sentirme manoseada por extraños en presencia de mi hermano, a pesar de que no era la primera vez que me ocurría, esta sensación era muy placentera, el simple hecho de ser tocada, sin poder hacer nada por tratar de impedirlo pareciera que era parte de esa sensación.
Comencé a sentir que se frotaba con insistencia en mi trasero, ummmm era algo muy espectacular pero mi morbosidad hizo que volteara apara percibir quien aprovechaba mi culito para beneplácito de su verga, cuando vi de quien se trataba no sabía cómo reaccionar, por lo que opté por dejarlo seguir con lo suyo, de paso es que a mí me empezaba a gustar sentir su verga ya erecta que se frotaba entre mis dos nalgas, la sentía perfectamente dado que mi hermano sólo llevaba un delgado chandal. Roberto al ver que no opuse resistencia, se presionaba cada vez más contra mis nalgas, era rico sentir aquel pito despertar con cada tallón que me proporcionaba, sus manos dejaron el pasamano para situarse en mi cintura logrando replegarse aún más, era increíble esa sensación mi propio hermano arrimándome la verga, si los pasajeros supieran de ese laso familiar eso los pondría con una calentura que ni siquiera podrían disipar en un buen rato, más bien la que ardía en calentura era yo, me ponía como una perra en celo gustosa de sentir una verga y más si era la de mi hermano.
Mientras pasaban las estaciones ya el manosea era intenso ya sobaba mis pechos, mis nalgas, mi chiquito y en dado momento sacó de su pantalón su duro y venoso miembro ya goteante de líquido seminal, y lo posó entre mis dos nalgas, yo dado la textura de la tela de mis pantaloncillos, notaba perfectamente el calor del pene de mi hermano, yo ya excitada, jalé por la parte de atrás mi pantaloncito de lycra para que se metiera entre mis dos nalgas, casi como una tanga, ante esto una generosa porción de mis nalgas quedaron fuera de la protección de mi short, notándose perfectamente el sitio donde termina la cola y comienzan mis piernas, mi hermano al ver esto, ya no dudó en deslizar su mano por mi cuerpo candente, al principio paseó sus manos por un costado de mis piernas, acariciándolas realizando unos pequeños círculos y dando delicados apretones a mi piel, pasando por mis caderas, para finalmente posarse en mi vagina por encima del pantalón corto. Yo para ese momento me encontraba excitada por lo cachondo de la situación, ya que estaba siendo manoseada en un transporte público por mi propio hermano, llegando a sentir cómo se humedecía mi sexo, por lo que con un disimulado movimiento metí mi mano a mi pantaloncito para romper mi tanguita por los costados que son muy delgados ya que sólo son de resorte, para sacarlas y así quedarme sin nada de ropa interior, mi hermano comenzó a frotar su pene entre la ranura de mis nalgas a lo que yo, las apretaba entre los dos cachetes de mi culo, para propiciarle placer a su miembro cada vez más caliente.
Roberto de tan caliente que estaba metió su mano bajo de mi pantalón y me comenzó a frotar deliciosamente mi cuquita. Yo volteaba a los lados a ver si nadie nos observaba, una vez que confirmé que nadie nos veía bajé mi short para que mi hermano me frotara su miembro en las nalgas desnudas, no saben el morbo que me causó estar desnuda de la cintura para abajo en un lugar tan abarrotado de gente. A lo que Roberto rápidamente entendió mi mensaje, por lo que puso su pene entre mis dos muslos y mi panochita, yo los cerré con fuerza, para hacerle con ellos una rica paja, mi hermano comenzó un rítmico movimiento de adelante hacia atrás por lo que no tardó en correrse entre mis piernas, fue delicioso sentir cómo se deslizaba ese líquido tan caliente y viscoso por entre mis dos piernas, y como mis líquidos llegaban a mezclarse con los de mi hermano. Yo creí que allí acababa la cosa pero de repente sentí una mano en mis tetas, por lo que busqué de quién era esa mano, ya que mi hermano las tenía en mi cintura y me percaté que era de un tipo, que de seguro se había dado cuenta de nuestro magreo, por lo que pensó que yo era una muchacha fácil, como yo todavía me encontraba caliente esto no hizo más que aumentar mi morbo ante esta situación, él al notar que no decía nada metió su mano bajo del top logrando sujetarme los pezones, logrando ponerlos como dos cerezas duras de la excitación, aprovechando que llevaba la otra camisa que tapaba la acción en mis pechos liberó una teta del top para acariciarla más fácilmente, por lo que bajé mi mano y le sobé su pija al tipo este, la cual de inmediato se le paró y se puso como roca de la excitación, por lo que me paré levemente de puntas, frotando en un principio la punta de su pene con mis calientes y húmedos labios vaginales, los cuales no presentarían ninguna dificultad para ser penetrada, el tipejo aquel quería introducir su aparato en mi vagina, mi hermano se dio cuenta de esta acción y pensé que se iba a armar la bronca, pero nuevamente me equivoque, mi hermano quién ya se encontraba nuevamente empalmado, comenzó a juguetear con uno de sus dedos dentro de mi ano y justo cuando pretendía Roberto ensartarme por primera vez su verga en mi anito como arte de magia llegábamos a mi destino como pudimos ambos pues solo nos subimos nuestras prendas y camínanos hacia la estación, el otro tipo aquel desconocido no supe me imagino que seguía su camino o tal vez en su memoria llegaba aquella imagen de la cual solo en eso quedo, por mi parte no sé hasta dónde hubiera podido permitir esa situación ¿sería capaz de haberles permitido que me cogieran? Era una expresión de felicidad, excitación, lujuria y de irresponsabilidad por dejarme llevar por tan calientes acontecimientos.
Caminado en dirección Al centro comercial vi como las personas se fijaban en mis piernas, claro soy poseedora de una linduras de piernas, cosa que no me sorprendía pues a donde quiera que iba solía ser el centro de atención en su mayoría de los hombres sin clasificación alguna pues desde niños hasta ancianos eran atraídos por mis atributos, pero algo me llamo la atención o más bien me hizo dudar de la manera en que era vista por las mujeres, para mí era algo sorprendente que fuera observada por mi género, mas sin embargo me era imposible creer esa admiración así que esa inquietud hizo que me fijara en mis piernas al agachar la mirada vi que un líquido blanco, y viscoso resbalaba por mis piernas de inmediato le dije a Roberto que me pasara un clínex y como pude me limpie no podía creerlo, pensé que la corrida de mi hermano había quedado en mi entrepierna y que era obvio que quedaran los rezagos en esa parte, pero posiblemente unas gotas habían salpicado en mis piernas sin darme cuenta, cuando mi hermano vio dicha situación no sé qué pensó pero inmediatamente comenzó a sobarse su pito, el cual no puso pretextos para ponerse imponente.
Al llegar al centro comercial directamente fui al tocador, ahí me baje el short y comencé a limpiarme cuando una empleada de dicha tienda pregunto que si era la edecán y le respondí de forma positiva que siiiii, en un porta trajes de funda negra que llevaba me lo entregaba pues como era una inauguración querían que representara dicha marca, cuando lo vi y comencé a sacar los accesorios me di cuenta de que era un vestido de color azul tipo estrech, unas sandalias que hacían juego con el vestido, ufffffffffffff, murmure cuando me vea Roberto con este atuendo se calentara a mas no poder, sin más Salí del tocador, pues mi tanga estaba desecha así que fui en busca del departamento de ropa interior, si bien había muchas prendas muy lindas en ese momento pensaba que se me vería más lindo si un hilo dental, la tanga o de plano un hotpans, lo cierto es que seguía muy caliente y con estas prendas mucho más aumentaba mi libido, así que decidí llevarme el hotpants que bien solo lo tome y me fui a vestidores, minutos más tarde Salí hacer mi promoción a lo lejos podía ver la afluencia cuando empezó el sonido de la música y claro el locutor que hacia la promoción resulto especular ya que enseguida la gente comenzó a juntarse claro en su mayoría hombre jejejeje y lo mejor estaba por comenzar cuando ya con todo eso comencé a bailar deleitando a chicos y grandes si bien aquel vestido era mega ajustadísimo y mis contorneos dejaban ver mi anatomía a mas no poder y sin decir que cuando daba vuelta se podía notar como se marcaba mi hotpants los espectadores encantados con aquel espectaculote que les brindaba.
Sin darme cuenta, el tiempo transcurría mis bailes sensuales, la admiración de los espectadores, los aplausos hacían de mí una bailarina muy atrevida, cosa que no me impedía la manera de ser tan erótica, tal vez eso desencadeno los deseos más íntimos de los hombres, tanto así que algunos esperaron el tiempo necesario para que pudieran tomarse las fotos, en ese instante algunos un tanto caballerosos otros no tanto, algunos ya con esa intención de poderme meter mano. Eso me calentaba mucho y no era para menos en pleno trabajo ya el que me agarraran la nalga me excitaba a mas no poder, ese cachondeo ya de plano era incontrolable, serian eso de las 7:00 pm cuando una llamada a mi celular entraba nuevamente ese número que ni siquiera conocía, decidí tomarla y vaya sorpresa era mi tío , me saludo con tanta alegría que ese gusto me cautivo, si más me paso a mi madre a lo lejos se podía escuchar el ruido del casamiento, al parecer se la estaban pasando de pelos cuando mama hablo diciéndome que por que no los alcanzábamos, que solo estaríamos el fin de semana, no sabía que decir porque en realidad no sabía si quería ir, tarde en darle una respuesta pero al final decidí que me llamara en media hora en lo que terminaba de trabajar y le comunicaba a Roberto.
Regrese a la escena solo para entregar promociones y una que otra foto jejejeje lo cierto es que me seguía manoseando ya al final de la promoción me encontré a Roberto husmeando sin miramiento me acerque y le dije lo que comentaba mi madre no sabía si en realidad le gustaría la idea, así que sin decirme más, dijo que si aunque yo le comentaba que no era mi intención además de que en esos días ganaría bien, sin pensarlo Roberto me dijo que me pagaría esos días con sus ahorros pero que fuera con él, eso no me desagrado pero tenía un compromiso, así que decidí hablarle a la coordinadora, por suerte me tomo la llamada y pues ella también me decía que no teníamos fechas para trabajar, así que por mi cabecita atravesó que si no había trabajo esos dos días y si mi hermanito estaba dispuesto a pagármelos porque no aceptar, en seguida devolví la llamada a mi tío el cual inmediatamente le paso el celular a mi madre, mama sorprendida por la llamada me dijo que ocurría, yo solamente le dije que estaba bien que iríamos a pasar la navidad en familia así que mi madree me pidió que fuéramos a la estación de autobuses y tomáramos el primero a la casa de mi tío.
De regreso fuimos directamente a la central de autobuses y el autobús que salía a la tierra de mi tío salía a las 2 am tiempo necesario para preparar el equipaje bueno solo unas mudas, decidimos tomar un taxi para llegar más rápido, aunque el simple hecho de recordar lo sucedido por la tarde me llenaba de placer el volver a recordarlo, al llegar inmediatamente nos fuimos nuestras respectivas habitaciones a preparar nuestras mudas, más tarde llame a un sitio de taxis serian a eso de la 1 am cuando llego y nos dirigimos a la estación, ahí esperamos un rato hasta el anuncio de nuestro viaje, mi hermano por su parte lo notaba muy fuera de si no sé qué le sucedía ni mucho menos en que tenía puesto la mente, cuando la encargada anunciaba el destino del viaje nos trasladamos a la recepción para poder abordarlas, lo cierto que el cansancio de ese día me agotaba decidimos sentarnos en la parte trasera del autobús para no ser molestados, además pues era lo mejor pues teníamos que llegar hasta la central de ese estado.
Íbamos Roberto y yo en el autobús, platicando, a decir verdadera algo poco habitual pues en estos últimos meses habíamos dejado esas pláticas para darle rienda suelta a nuestros placeres. Habíamos recorrido un par de horas en el autobús mi hermano y yo, el cansancio y el calor empezó a hacer estragos y a mí me dio sueño, me recosté en el hombro de Roberto mientras él me abrazaba. Cuando desperté estábamos llegando a una pueblo pequeño, aun no amanecía, me despabilé, bostecé y le pregunté a mi hermano cuanto había dormido y él me contestó que no sabía porque él también se había dormido; pero que no debió ser mucho a lo sumo una hora. El autobús ya estaba casi vació, la mayoría de las personas iban a pueblos cercanos así que haríamos lo que restaba del viaje acompañados solamente del chofer y de un par de ancianas que iban sentadas en los asientos delanteros.
El conductor del autobús puso música suave en el estéreo del camión, nos preguntó si nos molestaba a lo que contestamos que no, y como las ancianitas iban dormidas no protestaron. La música empezó muy suavemente, yo volví a recargarme en el hombro de mi hermano, cerré los ojos y empecé a tararear las canciones, mi hermano Roberto me abrazaba y él también cantaba. Como quería estar más cómoda, y el autobús en penumbras, decidí ocupar los dos asientos de enseguida, me acosté y puse mi cabeza en las piernas de mi hermano, mientras él me acariciaba el cabello. Así pasaron unos cuantos minutos, Roberto que me acariciaba el cabello y a mí que me recorría algo desde la cabeza a los pies, no sabía que era. Supongo que cuando se cansó de jugar con mi cabello, puso su mano izquierda en mi cadera, me pareció una sensación diferente a pesar de que cientos de veces nos habíamos abrazado y me había tomado de las caderas, era algo diferente, sentía su mano tibia en mi cadera y cada vez que el autobús tomaba una curva su mano se movía discretamente por mi cadera, eso era algo extraño pues teniendo todo a su más íntima disponibilidad no podía o tal vez le faltaba ese toque para que estallara como en la tarde.
Esa sensación me gustó, así que seguí tarareado la canción y me giré hasta ponerme boca abajo, pero su mano quedó justo en mi culo, su mano tibia seguía recorriendo discretamente de la nalga izquierda a la derecha, a mí me gustaba eso tanto que no dije nada, fingí que no me daba cuenta, que no sentía nada. Creí que me estaba portando como una cualquiera, al estar mojada con las caricias de mi hermano. Pero mi incertidumbre se terminó cuando sentí la enorme polla de mi hermano crecer sobre mi mejilla, un bulto enorme que amenazaba con romper el pantalón. De reojo pude ver como mi hermano tenía la mirada puesta en la ventanilla del camión, pero seguía magreandome y su polla seguía creciendo más y más.
Ahí hasta atrás del autobús en penumbras, no me importaba que Roberto fuera mi hermano y que me estuviera tocando, estaba muy húmeda y quería más, vi a mi hermano, nuestros ojos se encontraron y no hizo falta más, por medio de los ojos le dije que me gustaba lo que me estaba haciendo y que quería más, y yo pude ver en sus ojos una clara señal de aceptación, no hubo necesidad de palabras, él se inclinó, apartó el cabello de mi cara y me beso muy tiernamente en los labios, muy despacio, mientras me acariciaba el rostro; de esos besos que te hacen sentir como si fueras la más hermosa de las mujeres. Al principio me sorprendió que me besara, pero no me importó que fuera mi hermano y que teníamos que respetar las leyes de la moral, la religión, no me importó nada. Me levanté del asiento, le pasé mis piernas por la espalda hasta que quedé sentada frente a él, como si mi hermano Roberto fuera una silla y yo me sentara de frente al respaldo.
Ahora lo besé yo, un beso largo muy tierno, como si fuéramos novios desde mucho tiempo, pero después Roberto empezó a meter su lengua en mi boca, a juguetear, a mordisquearme los labios suavemente, eso era la gloria nunca nadie me había besado así, mi hermano era un hombre que me tenía mojada a punto de correrme y claro que ya tenía su enorme polla tiesa y más que tenía contacto con mi concha porque traía una faldita muy corta y unas tangas diminutas que estaban perdidas entre mis jugos. Mientras nos besábamos mis manos bajaron hasta el cierre de su pantalón y le saqué su verga y me quité mi diminuta tanga, así su verga empezó a tener contacto con mi concha inundada, la sensación era mejor que la gloria, que me importaba ir al infierno por eso, si ya tenía algo mejor, estaba dispuesta a pasar la eternidad en el infierno a cambio de sentir toda la verga de mi hermano hasta el fondo de mí.
Mi hermano me seguía besando apasionadamente, me llenaba de su baba por toda la cara, empezó a desbrochar mi camisa con gran habilidad, hasta que me dejó únicamente en mi sostén negro de encaje, metió sus manos en mis enormes pechos, subió el sostén hasta mi cuello y ahí tenía a mi hermano prendido de mis pechos, era una sensación suprema, sentir como su lengua recorría mis pezones y me daba unos ligeros mordisqueos, con una mano recorría mis pechos y con la otra me hacía círculos en el clítoris con gran maestría, mis gemidos pasaron de ser callados, hasta casi convertirse en gritos de placer desbordados, afortunadamente la música estaba bastante fuerte y el chofer creía que estaba cantando.
Creo que la calentura se posesiono de mi al grado de decirle a Roberto, métemela ya, quiero sentirte dentro. Pero Dulce, ¿estás segura bebe?, yo pensé que solo querías esto… NO, por favor, quiero ser tuya, quiero ser la mujer de mi hermano. ¡Te amo! Sí que estaba loca, ni sabía lo que decía más bien mi excitación me hacía decir puras incoherencias. Y antes de que él dijera nada, tomé su enorme polla húmeda con mis jugos y con su leche y me senté sobre ella, de un golpe entro sin dificultad hasta lo más profundo de mi lubricada vagina. Viendo Roberto cuál era mi decisión, después de haberse quedado quieto por instantes, me tomó por la cintura y empezó a levantarme y a bajarme, al principio lento al final con una rapidez bestial. Mmmmmmmm bebe, ¡que rico!, dame más, ¡destrózame! seguía con su ritmo, y yo seguía viendo las estrellas hasta que sentí que llegaba el orgasmo más genial de toda mi vida, él se corrió también, fue un orgasmo compartido, el más hermoso de nuestras vidas. Acabamos sudorosos, manchados de esperma y de fluidos vaginales, pero con una sonrisa en los labios. Nos quedamos por momentos quietos, yo sobre él con mi concha mojada rozando su polla, abrazados, con los pechos desnudos, ensalivados.
Pasaron minutos, después nos acomodamos la ropa y me volví a sentar a su lado para continuar el viaje, pero ahora a cada momento nos besábamos, tiernamente y apasionadamente como si fuéramos una pareja común y corriente y no como dos hermanos que acaban de descubrir lo bien que se la podían pasar juntos y sobre todo descubrir que eran un hombre y una mujer que se gustaban. Cuando llegamos a la ciudad bajamos del autobús siendo amantes, besándonos, hasta el taxista que nos llevó a casa creyó que estábamos recién casados, pero no lo que ansiábamos era llegar a casa para disfrutar del placer carnal prohibido aunque era un decir pues en realidad éramos invitados y había testigos, cuando toque el interfono una voz desconocida me atendió en seguida pregunte por mi tío y sin esperar más abrieron la puerta vaya sorpresa solo unos familiares mis tíos, mis padres, mi hermano Andrés y unos que otras personas que a decir no sabía que parentesco tenían, lo cierto es que cuando mi primo recién casado me vio entrar le impacto tanto mi belleza que desde que llegamos no quitaba la mirada de mis piernas y mi culito, cosa que empezó a incomodarme y más a Roberto pues él era prácticamente mi macho, las miradas no se hicieron esperar por los invitados que aún se encontraban, enseguida mi tío nos llevó a nuestra habitación, aunque nuestro equipaje lo dejamos abajo, así que como ellos aun atendían a sus invitados, por lo que volvimos a bajar por nuestras maletas en si nuestras habitaciones eran las ultimas y pues cuando entramos ambos aventamos nuestras maletas Roberto en seguida regreso a mi habitación me tomó entre sus brazos me subió mi falda azul mientras con una mano me acariciaba mi rajita que ya estaba muy mojada desde que veníamos en el taxi, con la otra me acariciaba los pechos mientras nos besábamos apasionadamente.
-¿qué hago? Yo no soy una cualquiera, no puedo creer lo que hicimos, lo que hacemos, Cerré la puerta de mi habitación y me tire sobre la cama sintiéndome una basura. Creí que a partir de eso no podría ver a nadie a los ojos, pensé que cualquier persona sabría que soy una puta con solo verme, como si trajera grabado en la frente "soy la más puta de las mujeres". Esa mañana fue la peor de mi vida, estuve llorando, me dormí sobre las sábanas aún con mi minifalda azul que todavía estaba mojada por la leche de mi hermano, con la camisa desabotonada y con los mismos zapatos negros. Allí llore, intenté borrarme los besos y las caricias de mi hermano. Cuando él tocó mi puerta le grité con voz enojada, fuerte, arrepentida, ¡lárgate! Y el solo me dijo Dulce, solo quiero saber si estás bien. Horas más tarde todo era silencio empecé a buscarlos y ni una alma en la casa llame a mi madre y nada solo estaba mi primo preparando su equipaje pero sin hacer ruido al verme me saludo, hola Dulce como has crecido primita estas muy pero muy linda, gracias y dime primo a donde te vas de luna de miel pues vamos a las playas, por cierto a donde están todos no te preocupes fueron hacer las compras para la noche buena así que bueno te dejo es hora de partir se acercó a mí y me tomo de mi cintura y como si fuera algo habitual me dio u beso en la mejilla bueno más bien cerca de las comisuras de mis labios y su mano recorría mi cadera, si no hubiera bajado su esposa aseguraría que me agarraba la nalga, ella a lo lejos me saludaba, fue en ese momento cuando en mi mente paso todo no era tan grave más bien tenia locos a los hombres de mi familia.
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