Chupaditas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Los protagonistas somos 3: mi hermana, yo y una amiga de mi hermana (una vecinita). Esto fue hace varios años, 5 o 6 o 7, que no recuerdo en qué año fue. Pondré que fue hace 7 años, que era cuando yo tenía 16 años y me suena que era por aquella fecha. Mi hermana y su amiga tenían 13 años. La cosa resultó ser una sorpresa agradable y espontánea. Yo estaba navegando por internet en el ordenador que estaba en la habitación para estudiar, y allí estaban mi hermana y su amiga haciendo algunos deberes o algún trabajillo de clase. Se debieron aburrir porque nos pusimos a ver los tres algunos vídeos chorras de internet. Y lo que pasa en ciertas páginas, que hay algún anuncio porno de contactos, y también una página de esas genéricas que se abren y hay como un montón de imágenes con enlaces a videos, etc. El caso es que pinchamos en alguna página de esas y nos reíamos con las fotos y luego, poniendo los vídeos.
Alguna vez ya había visto algún video porno en internet con mi hermana…, pero esta vez, es que veíamos uno y otro, así que me fui calentando, y de las risas por los jadeos de las mujeres de los vídeos, se me fue poniendo dura la polla, y mi hermana y su amiga comentaban las escenas de forma muy graciosa. La amiga se percató que mi polla estaba palpitante (ese estado de la polla cuando está dura pero que no puede crecer bien porque está aprisionada por los pantalones vaqueros, y que parece como el corazón palpitando o como si fuera un animal vivo metido en mis pantalones, dando sacudidas que la amiga vio y comentó entre risas). Comenté que mi polla se había puesto dura como las pollas que veíamos en los vídeos y las fotos. Esta era una situación que no me había pasado con ellas en ninguna ocasión. Muchos años antes, jugábamos a que ellas paseasen desnudas (ellas, pero yo no, jajaja), pero estoy hablando de cuando ellas eran pequeñas y yo también (pues…, que yo tuviera 10 años y ellas 7). Ahora era distinto. Mi cuerpo no era el de un niño, tenía una buena polla que cuando se ponía dura, se notaba en los pantalones como lo había notado mi vecina. Y ellas eran ya mujercitas: no estaban completamente desarrolladas, pero empezaban a abultarse sus tetitas. Eran niñas pero convirtiéndose en mujercitas, o mujercitas aniñadas.
La mención a mi polla tiesa debajo de mis pantalones por parte de mi vecina hizo que comentásemos sobre los penes tiesos de los hombres, que ellas no tenían ni idea salvo por las fotos y vídeos de internet que estábamos viendo o que habíamos visto en otra ocasión. Ellas me preguntaron si mi polla era como la de los que salían en el pc, y al asegurar yo muy ufano que sí, empezaron a insistir a ver si eso era verdad…., pero que tenía que crecer más, que el pantalón no me dejaba plena libertad. Pues me dijeron que me quitase el pantalón para que creciera sin dificultad. Jajaja. Parece que ahora querían vengarse de cuando yo las veía pasear desnudas con sus cuerpecitos infantiles de niñas. Pero mi cuerpo no era infantil, jojojo. Les dije que, vale, pero que hiciésemos lo que veíamos en unos vídeos que estaban en el ordenador. ¿Follar?, preguntaron ellas. Nooooooo, dije yo. Follar no. Ni locos (no sé otras personas en esta misma situación, pero follar me parecía palabras mayores, con muchos riesgos). Les dije que solo lo que saliera en los videos, pero no follar. No sé….., chupaditas o pajillas. Lo que hacían las mujeres a los hombres. Pero follar no, que tanto yo como ellas sabíamos las consecuencias de un folleteo y lo de los embarazos no deseados. Ya conocíamos los riesgos, y ni teníamos condón, ni nada…., y además, que follar nos venía muy grande a nosotros, pobres niñatos.
Pues, como ellas estaban muy decididas y excitadas, pues aceptamos todos el reto. Me empecé a bajar los pantalones y la ropa interior y liberé mi pollón que estaba palpitante pidiendo libertad. OOOOhhhhh, se asombraron ellas al ver el primer pene adulto en vivo, y que él solito empezó a hincharse todavía más y a empinarse hacia arriba. Yo, claro, también estaba excitado con la experiencia.
– Hala chicas, empezad a hacer lo que sale en el video.
El video era de una rubia que le agarraba el rabo a un negro, se lo empezaba a masajear…, y al rato empezó a chupárselo. Empezó mi vecina, que me agarró la polla y, entre risas, empezó a pajearme. Yo le indicaba que tampoco hiciese tanto caso al vídeo, donde la rubia le daba buenos meneos al rabo del negro. Yo quería que fuese más suave. Así que…, el vídeo solo nos marcaba la pauta a seguir, pero no había que copiarlo todo. Al rato, le tocó el turno a mi hermana, que me empezó a pajear sin yo plantearme ningún dilema. Estábamos jugando un poco más que otras veces que habíamos visto algún video caliente. Esta vez era un juego llevado un poco más lejos. Que bien subía y bajaba su mano por mi polla. Mi glande estaba hinchado a reventar.
Ahora toca chupar. Ellas echaron unas risitas entre ellas, y sin pensárselo mucho empezaron a chupar al mismo tiempo. Media polla y la punta la empezó a lamer mi vecina, y la media polla inferior y hasta ya empezada la bolsa donde cuelgan los huevos, la lamía mi hermana. Todavía recuerdo la sensación de sus lenguas mojadas y calientes pasando por mi polla. Empecé a jadear yo y el corazón me iba a mil pulsaciones. Ellas también estaban excitadas. Al principio parecía que no iban a compartir las zonas de mi polla que lamían (parecía que no querían lamer la zona que tenía saliva de la otra chica), pero al rato, mi vecina paró un momento y fue cuando mi hermana se metió mi polla hasta donde pudo en su boca. Ahhh, que sensación. La boca húmeda y caliente como si fuera un coño, que yo nunca había probado. Empezó a hacer como se hace en los vídeos: su boca se comía mi polla, arriba y abajo, mi polla entraba en su cavidad bucal, entre el paladar y la lengua, mi glande rozaba en la parte inferior con la lengua y esa sensación me encantaba. Mi vecina veía la escena con morbo. Cuando se cansó un poco mi hermana, mi vecina hizo lo mismo, ya sin asco a la saliva que había en mi polla. Se la comió como antes hacía mi hermana.
Así un rato y yo parándome de vez en cuando para no correrme. Entonces, una vez que estuve un ratito cogiendo aire, vimos que el negro del vídeo ya había empezado a comerse el chocho de la rubia…, y las dije que ahora me tocaba a mi chuparlas el coño. Estaban ruborizadas, pero excitadas, así que, empezaron a quitarse la ropa, quedarse en ropa interior con sus tetitas bajo el sujetador. Ellas se miraron… y se bajaron las braguitas. Ahora estaba yo a 100. El culito de mi hermana, perfecto, que ya lo conocía porque ya la había visto en bragas más veces…, pero nunca con deseo sino con costumbre, porque era mi hermana. Pero aquella tarde era distinto: un culito perfecto que me encantaría penetrar…, pero que no haría eso. Me acerqué a su coño, donde habían pelitos, pocos pelos, no había una mata grande de pelos sino unos pocos, rizados (no sé si es que le estaban creciendo tras una depilación o es que no se depilaba y lo tenía así). Y al acercar mi cara a ese coño, fue una sensación que recordaré: el primer coño de cerca, con su olor, su color, sus líquidos.
Yo lamí sus labios (los de la vagina, jaja), el clítoris lo humedecí con mucha saliva y empecé a lamer como haría un gato. Mi hermana se retorcía de gusto y jadeaba con mucho sonido. Menos mal que estábamos solos en casa en ese momento. Al rato, cambié de coño pues mi excitada vecina también estaba preparada, con las piernas abiertas, y la hice lo mismo. Pude ver como tenía el orgasmo, viendo las contracciones de su coño y la parte que va del coño y el ano. Me pasé al coño de mi hermana y entre mi lengua y mis dedos, la hicieron correrse como antes había hecho su amiga.
Y, en ese momento, tras ver que el negro del vídeo había follado a la rubia y se disponía a correrse en la boca de ésta, me tocaba a mí echar la leche. Se lo dije a ellas que había que hacer como en el vídeo, que se tenían que tomar mi leche, y ellas aceptaron encantadas, excitadas como estaban. Empezaron a chupar compulsivamente, varias chupadas una, varias chupadas la otra, hasta que avisé que ya me iba a correr. Quise que el primer chorro de mi eyaculación fuese a la boca de mi hermana, a ver qué decía del sabor de mi leche. Pero…, una vez que te estas corriendo, ya no se controla muy bien, pues parece que el mundo da vueltas. O sea, que mi hermana se comió el primer chorro, y el segundo, y el tercero. O sea, que bebió la mayor parte de mi leche, y mi vecina se quedaba con poquito, lo que cae poco a poco al final, sin fuerza. Eso sí, mi vecina me dejó el rabo bien limpio. Se bebió toda la crema que salía al final, apretando mi pene para vaciarlo por completo. Uffff. Se notaba que estábamos muy excitado y fuimos unos alumnos aventajados de aquellos vídeos porno que pusimos.
¿Y qué consecuencias trajo toda esta experiencia?. La pérdida de pudor con mi hermana y la vecina fue un poco morbosa. No he vuelto a ver desnuda a mi vecina, ni ella a mi (han pasado años…, y estoy por recordárselo un día, jajajaja). Pero, con mi hermana, si ha habido más chupaditas. Reconozco que el 90 % han sido chupadas de ella a mi polla, jeje, pero he llegado a hacer con ella incluso algún 69. No la he chupado su coño tantas veces como quisiera yo, porque quizá le daba el pudor o porque no le apetecía o no se sentía excitada…, pero si ella no estaba excitada como para desnudarse, sí que accedía a chuparme mi polla y a beberse mi leche. Vestida, con ropa, en invierno o verano, ahí estaba mi hermana dispuesta a vaciar mis huevos, comerme el rabo, chuparme el pene, pajearme y dejarme seco. Lo cogimos como costumbre y durante varios años me ha estado ordeñando el rabo y bebiéndose mi leche, para placer de los dos, el mío al chuparme, y el suyo al beberse la crema que produce mis huevos.
Ya hace varios años que no me chupa la polla. Quizá los juegos adolescentes entre hermanos hayan terminado para siempre, y ahora toca la vecina, que está bien buena. A ver si un día de estos le recuerdo aquella experiencia en que probó un poco de mi leche. A ver si quiere probarla de nuevo. No sé cómo planteárselo, jajaja, pues ya no somos niños.
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