Cogí con mi hermana de 6 años
Tuve sexo con mi hermana cuando ella tenía 6.
El relato comienza cuando mi hermana y yo éramos niños, yo soy el mayor, por dos años, así que para esto recuerdo tener unos 8 años, así que ella tendría unos 6.
Mi hermana y yo siempre jugábamos, yo la protegía, peleábamos, etc. cosas de hermanos. Ella y yo somos hermanos de sangre, del mismo padre y madre, los dos tenemos piel morena clara y cabello oscuro, el suyo es ondulado, el mío es rizado, ambos tenemos ojos cafés oscuros y esas cosas.
Lo que pasó nunca lo hubiera esperado. Vomo, creo casi cualquier familia latinoamericana promedio, las malas influencias abundaban: primos malcriados, tios asquerosos, nula supervisión, etc. Así que el ver escenas sexuales, heróticas o porno, aunque lo teniamos prohibido, no éra algo desconocido; incluso llegamos a hayar videos porno en el celular de papá.
Un día, cuando estábamos al cuidado del abuelo ya que mi madre trabajaba de noche y nuestro padre estaba fuera, nos dio curiosidad saber que era lo que hacían esas personas en esos videos, parecian disfrutar, estában felices. Así que decidímos hacerlo. (Cabe aclarar que como éramos tan niños no sabíamos qué era realmente el sexo, que era «prohibido» para nosotros, qué era el incesto o tan siquiera que esto último estaba prohibido, así que lo veiamos como una actividad como jugar, por eso queriamos intentarlo) Por suerte el abuelo dormia como muerto, adí que empezamos a desvestirnos. No era extraño pues en nuestra familia era común que los niños, sin importar sexo, se bañaran juntos, así que ya la conocía y ella a mí. Ya sin ropa quisimos intentar lo que veíamos en eso videos; le dije que tomara la postura de la mujer de esos videos (De gatas/a cuatro) y quisimos empezar, así que me coloqué detrás de ella y quise meter mi pene aún de niño.
Tenía yo ocho años así que realmente no era la gran cosa mi pene, pero por lo menos se notaban mis erecciones creciendo unos cuantos centímetros; aunque aún no suficiente, pues fue difícil poder entrar en esa posición aunque pudimos y empecé a frotarme contra ella sin penetración, (Como dije, no sabíamos cómo funcionaba) al parecer le gustaba y a mí también, ella decia que sentía «cosquillas» y yo también cuando «me vine» (Ya que por ser tan pequeño aún no eyaculaba, pero podía sentir mucho placer.) En ese momento paré y le dije que regresáramos a nuestra camas en nuestro cuarto compartido. No hablamos ni dijimos nada, sólo nos dormimos.
Eso siguió por unos pocos meses, tal vez una vez a lo mucho por unos cinco meses.
Después de un tiempo, ella cumplió los siete y después de tres meses, yo cumplí los 9 así que entre a cuerti grado. Para este punto la educación sexual empezaba en la primaria, así que empezaba a entener un poco más sobre la sexualidad y para qué servia «la rayita» de mi hermana. Además, las malas influencias no se hicieron esperar; primos, amigos, etc. me empezaron a exolicar y mostrar más sobre el sexo y con los videos del celular de papá empecé a comprender más sobre el sexo.
Ya habiamos dejado eso atrás hace tiempo, pero claro, yo le dije esto nuevo a mi hermana, y decidimos intentar de nuevo, pero sería después de un tiempo.
Mi madre y mi padre se habian divorciado, mi madré trabajaba de noche aún y mi padre se casó de nuevo. Mi madre dormía en las mañanas mientras estabamos en la escuela, y también los fines de semana, así que los sábados y domingos teniamos tiempo libre, además de las noches, claro.
Lo empezamos a intentar, nos desvestimos, esta vez le dije que se volteraa boca arriba, así pude ver mejor y fue más fácil. Empecé frotándome en ella, luego intentando introducir mi pene en su vagina; se sentia caliente y mojado, aunque fue difícil, sólo pudo entrar la cabeza, pues como era una niña y obvio, virgen como yo también, no entraba fácil aunque lo logré un poco a medias y empecé a moverme como los deliciosos hombres con músculos de esos videos, hacia adelante y atrás en dirección a ella. Ocurrió de nuevo esa «venida» sin semen y todo paró, pero sí había sido mejor que antes; como antes, nos fuimos a dormir con pena sin decir nada. Aunque esto se repitió exactamente así por varios meses.
Wooooooooooww! qué padre tener una venida sin consecuencias a esas edades.