Como llegué a la verdadera felicidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Edollan.
La vi pasar hacia la cocina y por primera vez obsrvé su trasero, unos pantalones ajustados le perfilaban perfectamente, unos gluteos redondos y demasiado bién formados, al volver a su cuarto, traía un refresco en la mano, me sonrió al pasar y no me resistí, le di una ligera palmada en un gluteo, sentí como mi mano se llenaba de esa maza firme, como un balón, al punto que sentí un tirón en la polla, ella ni siquiera se extrañó y siguió su camino. Me sentí un animal, había sentido deseo sexual por mi propia hija, por el fruto del amor de mi vida, su madre todavía estaba muy buena y sin dudas en la cama eramos inmensamente felices. Pero quedó la duda.
Ese fin de semana Claudia mi hija no salió, por eso la madre el sábado en la noche le preguntó
– Clia ¿Ya te peleaste con Armando? – Ella la miró en silencio y dijo
– No mamá, pero ya me aburren los chicos de mi grupo, son todos unos niñatos y Armando es solo un amigo – La madre no respondió, pero me picó la curiosidad y le pregunté
– ¿Te gustan más mayores? – Me miró seriamente y respondió
– Exacto, me gustan los hombres que piensen, que sean capaces de aportame algo, pero los chicos, solo están pensando en tener una chica para ir a la cama, tener sexo y luego irse con sus amigos a comentar, la verdad es que no me atrae ninguno – Olga mi mujer le preguntó
– ¿Tu ya debutaste sexualmente Cila? – La hija la miró fijamente y le comentó
– Pensé que me conocías un poco más, pues no y no ha sido por falta de oportunidad ni de interés, es que no he encontrado al hombre, que en mi primera relación, no me deje frustrada, como le ha pasado a la mayoría de mis amigas. Quiero un hombre de verdad y esperaré mi oportunidad – Me di cuenta que me miraba directamente a los ojos al terminar la frase y me sentí inquieto.
Al dia siguente, andaba con unos pantalones ajustados de lycra, la verdad es que casi me mata de la impresión, dio una vuleta para pasar por mi lado y me pareció una invitación a que le acariciara el trasero, pero al acercarse, observé que estaba sin bragas, porque en la entrepierna, el pantalón le dibujaba claramente la vulva, sus labios gorditos eran muy notorios y sentí ya no un tirón sinó que me puso a mil en segundos, pasó por mi lado mirándome, al notar que no dirigía mi mano a sus gluteos, se detuvo y comentó
– Parece que no te gusta lo que ves, porque ayer me agarraste el culo sin problemas ¿Que te detiene ahora? ¿No te gusta lo que ves? – Me dejó helado, era una pregunta directa, me animé y le dije – Me detengo porque eres mi hija y si, el problema es que me gusta demasiado lo que veo – Se sonrió y siguió caminando, me pareció que movía la cola más que de costumbre, son ideas mias pensé. A la vuelta se paró frente a mi y me dijo claramente
– ¿Cometerías incesto conmigo? ¿Te gustaría ser mi primer hombre? – Sentí que se me secaba la garganta y le balbucié
– Eres mi hija ¿Estás loca? – Me miró fijamente y prosiguió
– Entonces ¿Porqué tienes esa tremenda erección? – Me miré y me di cuenta que era demasiado notorio, además estaba respirando con dificultad, sin dudas Claudia me había puesto a mil.
Le dije
– Ni siquiera pienses en eso, mira que tu madre nos coje en esta conversación y habrá problemas – Me miró sonriendo, dijo
– No seas ingenuo, hoy es domingo y se va a misa. Pero eso el único que lo cree eres tu, que como no vas jamás donde los curas, no tienes idea de donde va tu mujer, ni con quién – Me sentí muy mal, le pregunté
– ¿Que me quieres decir con esto? ¿Que me traiciona, que me engaña con otro hombre? – La miraba con cara de pocos amigos, volvió a sonreir
– No Mimo, no es con un hombre – Me sentí peor, así que le pedí
– Por favor dime que pasa, porque no te entiendo – Se puso seria para decirme lentamente
– Olga tu mujer y mi madre, es desde niña bisexual, ella era feliz contigo, pero ahora Lucy, su hermana del alma, es algo más que su hermana mayor, y me parece que se quieren juntar a vivir.
El otro dia cuando le dije que Lucy se podría venir a vivir con nosotros, ella me dijo que no quiere herirte, le dije que dejara eso en mis manos – Me preguntó – ¿Me lo prometes? – Le aseguré que si, que hoy domingo le daría la respuesta en la tarde, la interrumpí
– ¿No vendrá a almorzar? – Me sonrió y dijo
– No Mimo, ellas estarán encamadas todo el dia y en la tarde me llamará para saber que decidimos, así que es hora de conversar seriamente ¿Quieres? – Puso sus manos sobre mi cabeza y levantándome la cara me besó suavemente en los labios. La sorpresa del beso, la noticia de mi mujer, me hicieron reaccionar de inmediato, la tomé de la cintura y de las piernas, la puse en mi falda, ella me abrazó muy fuerte y su boca abierta buscó la mia, que se abrió para recibir su lengua y entregar la mia, el beso duró varios minutos, mis manos acariciaron sus piernas, le metí la mano entre ellas y sentí el calor de su entrepierna, estaba que me corría, tenía esa belleza de 16 años provocándome una erección monumental, le dije
– Te amo Clia, te voy hacer mia, seré tu primer hombre… – Me interrumpio
– Bueno, pero que sea en la cama Mimo, quiero entregarte mi virginidad, pero también quiero disfrutar contigo, ser y hacerte feliz ¿Quieres mi amor? – Sentí que se me nublaba todo y la tomé en brazos y la cargué sin problemas hasta mi cuarto, la recosté en la cama, mientras nos besábamos ardientemente, ella parecía experta en besar, de pronto sentí su mano agarrarme la polla, exclamó – Es enorme Mimo, me vas a partir con esa cosa enorme – La tranquilicé diciéndole
– Deja eso en mis manos o más bién en mi boca –
Me saqué la camisa, mientras ellas se desenfundaba los pantalones, sus piernas poderosas, se abrieron lo suficiente para observar, su conejo de pelos castaños, sobre un pubis prominente y los gorditos labios de la vulva, me hicieron quitirme los pantalones junto con los boxer en segundos, la polla me saltó disparada, mientras ella se sacaba la polera y sus senos enhiestos, amenazaban la ley de gravedad, quedaban a mi disposición, así que me los puse en la boca uno por uno, los succioné con impetu, a cada succión Cila lanzaba gemidos de placer, comencé a bajar por la se da de su cuerpo, mi lengua estaba insaciable, al llegar a su vulva, le pasé la lengua del ano al clítoris, provocándole una serie de gemidos, acompañados de frases como
– Si Mimo, hazme feliz, chupame entera, asi mi amor, más… por favor más… – Así que me dediqué a su clítoris, chupar y lamer, sentía brotar de su vagina, el líquido lubricante, que me tenían loco de placer, de un sabor a almizcle, entre dulce y ácido, no me perdía ni una gota, lo bebía con un placer feroz, hasta que de pronto ella perdió el control, se movía como poseida, así que debí de sujetarla de los muslos fuertemente, mientras mi lengua lamía su vulva y mis labios se apricionaban de su clítoris, succionandolo suavemente, de pronto arquesoltó un grito
– Ahhhhhhhh… ahhhhhhhhh… mi amoooooorr… ahhhhhhhhhh… me muero… –
De pronto quedó completamente quieta, no se movía, me di cuenta que había perdido el conocimiento por el placer inmenso, que la había sacudido de pies a cabeza, su cuerpo estaba muy transpirado, me subí sobre ella y puse el glande en la entrada de su vagina, empujé y sentí que me dolía al romper lo que parecía carne, entendí que era su himen, así que se lo saqué lentamente y ella comenzó a moverse, de pronto me abrazó muy fuerte y abriendo sus enormes ojos verdes me pidió con pasión
– Hazme tuya Mimo, penétrame, quiero ser tu mujer, entonces la volví a penetrar, ya no me dolió y sentí como la polla se abría paso, en esa vagina tan deseada, le pregunté
– ¿Te duele mucho mi amor? – Me abrazó más fuerte diciendo
– Un poco, pero no me importa, solo quiero ser tuya, como ahora, sigue Mimo, sigue metiéndola, la siento tan suave… y tan dura… me haces muy feliz, sigue Mimo, quiero hacerte feliz – Me estaba haciendo el hombre más feliz del mundo, la sentí quejarse y le advertí
– Si quieres paro un poco – Respondió de inmediato
– No Mimo, sigue asi, no pares… sigue… soy tuya para siempre, te amo tanto… te amo ¿Y tu a mi? – Primero la besé en la boca, mientras comenzaba un suave movimiento sobre ella de mete y saca, siempre profundo, recorría con el glande toda su vagina, hasta que mis huevos tocaban su perineo, entonces le aseguré
– Te amo tanto, que creo que me volví loco – Respondió
– Mientras te vuelvas loco de amor, nada más importa – Entendí que me estaba enamorando de mi hija, mientras la penetraba por primera vez, así que continué con el movimiento, hasta que sentí que me corría, no soporté el placer y me comencé a correr en su vagina, la leche me brotó en gran cantidad, porque sentí que me mojaba los testiculos, al salir todavía caliente de su maravilloso y recién desvirgado orificio. Me miré la entrepierna y entonces vi que había bastante sangre, mezclada con semen y el delicioso líquido de Cila, le dije
– Tienes sangre mi amor, el himen te sangró un poco – Me miró y sonrió diciendo
– Es la sangre de mi entrega a ti, pero no sentí cuando me rompiste el himen, fuiste muy delicado, te amo tanto – No me atreví decirle que se lo había roto cuando había perdido el conocimiento, así que le pedí que nos fueramos a lavar.
Ese dia estuvimos todo el dia en cama, la penetré muchas veces, pero no logré hacerla orgasmar con la polla, solo con la lengua y varias veces, en la tarde estabamos abrazados y recién terminaba de follarla, cuando sonó el teléfono, lo cogió Cila y habló con su madre, solo le dijo
– No te preocupes, lo tomó muy bién, está muy contento… – La interrumpí diiendo muy fuerte
– No mi amor, no estoy contento, soy el hombre más feliz del mundo – Cila dijo al teléfono
– ¿Lo escuchaste? Exacto lo hice el hombre más feliz del mundo y yo soy la mujer más feliz del planeta… – Silencio mientras Olga hablaba, habló Cila – No, nada, no me dolió nada, fue algo fantástico – Nuevamente hablaba Olga y vi que Cila se ponía pálida y decía muy molesta – De eso ni hablar… – Nuevamente habló Olga y mi nuevo amor le dijo seriamente – Te digo que no, ahora es mio, mi hombre, mi marido… – Le cortó el teléfono visiblemente molesta, así que le pregunté
– ¿Que te dijo? – Me miró con ternura diciendo
– Quiere que te folles… que le quites la virginidad a Lucy. Pero si esa mujer se acerca a ti, la mato – Sabía que no hablaba en broma… y la miré a los ojos, Lucy tiene un culo de antología, pero me di cuenta que ya no habría otra mujer en mi vida fuera de Claudia, mi Cila deseada y amada como ninguna mujer en el mundo, así que la abracé para hacerla mia, definitivamente mia.
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