Como llegue a ser tan puta 2. Mi primera vez mamando verga

Después de descubrir a mi mamá siendo infiel tengo mi primer acercamiento a una verga, mamándola y tragando semen. .
En el relato anterior les platique como descubrí a mi padrino cogiendose a mi mamá. Esta escena se repitió varias veces en un lapso de dos semanas, por que mi padrino nos «visitaba» por lo menos tres veces a la semana.

A mi me encantaba espiarlos y vi muchas cosas que se me antojaban a pesar de mi corta edad, me gustaba verlos y tocarme mi rajita mientras mi mamá le era infiel a mi padre. La vi chupar esa verga, montarla, como se la metían de perrito, de misionero, por el culo, como le llenaba la concha, el culo, la boca y las tetas de leche. Pero lo que más me gustaba era la forma tan sucia en que le hablaba mi padrino a mi mamá. Cada vez que le decía cosas como «puta, zorra, perra, mama verga», yo me estremecía, más se mojaba mi puchita. Deseaba ser yo a quien le dijeran así.

Después de un par de semanas de ese descubrimiento, estando sentada en el patio, mientras mis hermanos jugaban con sus amigos y esperando un tiempo prudente para poder ir a espiar a mi mamá y mi padrino, me llamo Don Carlos.

Don Carlos era el dueño de la vecindad y ahí mismo, en uno de los cuartos mas grandes, tenia un taller de talabartería.

Pues bien, como decía, Don Carlos me llamo a su taller y me hizo pasar, ahí me ofreció un dulce mientras me hacía la plática. Me preguntaba que que hacía en el patio, que cuantos años tenia, que me veía muy linda y más grandecita de mi edad y tonteras así. Yo me estaba desesperando ya que me urgía ir a espiar a mi mamá y tocar mi rajita. En un momento dado le dije a Don Carlos que me tenia que ir, cuando el me detuvo y me dijo que esperara, que sabía que teníamos problemas económicos y que el podía ayudar dándome dinero. Eso me intrigo y le pregunte que por que me daría dinero. El cerro la talabartería con llave y me dijo que solo tenia que hacerle un favor un par de veces a la semana. Sin esperar a que yo contestara se bajo los pantalones y me mostró una rica verga semi erecta.

Al ver esa verga semi erecta, no se veía tan grande como la de mi padrino, pero para mi se veía hermosa. Me quede enlelada mirandola mientras el me tomaba de la mano y me la acercaba a su miembro que poco a poco crecía más. Me dijo, mira Itzelita, si tu me tocas a mi amiguito hasta que suelte lechita, te daré $100 pesos. Dinero que para 1988 y para una niña de 9 años era muchísimo, sin embargo eso no me interesaba en ese momento, solo sentía la necesidad de tocarla, chuparla.

Sin decir nada y sin dejar de mirarla me acerque a ella y la empecé a masajear, la sensación de esa verga palpitante en mis manos era increíble, mejor de lo que había imaginado. La empecé a masajear despacio, lentamente, como había visto a mi madre hacerlo con la de mi padrino. Don Carlos estaba realmente en el cielo, no se imaginaba que fuera tan fácil convencerme ni mucho menos que accediera de esa forma.

Don Carlos solo decía, si nena, así, masajeala, que rico se siente tu manita en mi pito. La estuve masajeando aproximadamente por dos minutos y sin decir nada y si que el se lo esperara le di un besito en la punta de su barra de carne que ya estaba ahora si totalmente erecta. No era nada del otro mundo, era una verga de unos 15 cm y no muy gorda, nada que ver con la de mi padrino, pero era una verga y era lo que yo deseaba.

Cuando le di el beso en el glande Don Carlos se sorprendió y me pregunto por que lo había echo, yo no conteste, simplemente le pase la lengua por su verga, le masajee los huevos y succione el glande, hacía justo lo que había visto hacer a la puta de mi madre. El me tomo de la cabeza, no hizo presión, solo me masajeaba el pelo y decía «hay que rico Itzel, que bien que lo haces, continúa». Yo la saque de la boca y le dije mi lo que mas deseaba, le dije:

«Dígame que soy su putita, dígame puta».

«Mira nada más con la modosita, asi que te gusta ser puta eh, pues sigue chupando putita, que lo haces muy bien, ¿Cuantas vergas has chupado perrita?»

«Ninguna, es mi primera vez, pero lo deseaba muchísimo»

Seguí Chupando, la metía a mi boca. Aunque intentaba hacerlo como lo hacía mi madre se notaba mi inexperiencia. Don Carlos me fúe indicando como quería que se la chupara. Despacio, que pasara mi lengua por el frenillo, que masajeara y chupara sus huevos, que le masturbara con mi mano mientras succionaba el glande o chupaba sus bolas. No quiero ser presuntuosa, pero aprendí rapidamente y Don Carlos lo estaba gozando. Mientras tanto yo estaba alucinada, me sentía en el cielo chupando una verga, masajeaba mi rajita por debajo de la falda, sobre las pantaletas. Sensaciones extrañas y placenteras me invadían cada vez que Don Carlos me decía que era su putita, que la chupaba como una verdadera zorra y que sería la más grande puta del mundo.

Después de más o menos 10 minutos la respiración de Don Carlos se acelero, me tomo de la cabeza y me presiono contra su verga para que no la sacara y la verdad que yo no lo iba a hacer. Sentí como se hinchaba su verga y como escupia su lefa directamente a mi garganta. Por fin sentía el sabor salado/amargo de ese liquido, su textura viscosa y lechosa, su aroma penetrante, todo eso era mejor de lo que había imaginado. Trate de tragarlo todo, pero era tal la cantidad que no pude y mucho resbalo por mis comisuras. Seguí chupando la verga de Don Carlos, cuando estaba poniéndose flácida la solté y con mis dedos tome los restos de semen que resbalaban por mis rostro, lo mire, lo olí y me lo trague. El estaba alucinado, me dijo, si que eres una buena perrita.

Después de eso el se subío su pantalón y platicamos un par de minutos, ahi le dije que era virgen, que todo lo había aprendido viendo como mi padrino se cogía a mi mamá. El me dio $100 pesos y me dijo que me esperaba cada que mi padrino visitara a mi madre y que me enseñaría más cosas. Nos despedimos y el me dio mi primer beso, solo fue un beso en los labios, pero húmedo. Sentí riquísimo y salí a esperar a que mi madre nos llamara para despedir a mi padrino.

Continuara…