Como me cogí a mi suegra
La vez que mi suegra y yo engañamos a mi esposa y a mi suegro.
Voy a relatar todo desde el principio para que se entienda. Aquel momento la que ahora es mi esposa, solo eramos novios. Llevábamos un año de vivir juntos y ya tenía la oportunidad de conocer a sus padres, pero no convivir tanto con ellos.
Su familia vivía en otra ciudad. Uno de sus primos se casaba y los invitaron a ellos al festejo. Como eran de un pueblo, su celebración duraba casi dos semanas, antes de la boda se iba a hacer la despedida de soltero del primo, de la novia. Además entre esos días unieron el bautizo de uno de sus sobrinos. Todo un rollo con tal de andar de fiesta. Mi mujer me invito para que conociera a su familia, viajamos ella y yo con sus papás.
Apenas llegamos tiraron la casa por la ventana haciendo una comida y un festejo solo por nosotros. Mi suegro era muy querido entre su familia ya que era doctor y ganaba bien. Por eso todos querían quedar bien con él. Esa noche comí como si no hubiera un mañana y tome bastante alcohol. Al día siguiente llego otro pariente de ellos a buscarnos para llevarnos a conocer la ciudad y de nueva cuenta terminamos en un bar tomando. Esa gente es de tomar de diario.
Para no alargarme, pase cuatro días bebiendo alcohol como nunca en mi vida lo había hecho. Lo que llevo amanecer una mañana que me sentía fatal. La cruda más un problema estomacal. Lo peor que al día siguiente iba a ser el bautizo del sobrino y teníamos que estar presentes porque mis suegros iban a ser los padrinos. Mi futura esposa le dijo a su papá que estaba mal. Me checo y estaba empachado de tanta comida y alcohol. Desde mi llegada a aquel lugar, no había podido hacer popo. Así que ella le pidió de favor a mi suegro que me hiciera un enema para que estuviera bien para el bautizo.
Por la pena a pesar de que me encontraba muy mal, dije que no era necesario. Pero viendo mi condición, ella insistió y al final no me quedo de más que aceptarlo. Ella con mi suegro fueron a buscar lo necesario a una farmacia, mientras yo le hice compañía a mi suegra, quien me decía que no tuviera vergüenza, ya que era de la familia y es algo que a muchas personas le han hecho. Ahí sentí cierta tensión con mi suegra, pero pensé que era solo mi imaginación.
Cuándo regresaron esos dos, mi suegro dijo que iba a necesitar ayuda. Por un instante creí que mi suegra o mi mujer se iban a ofrecer, pero mi mujer comento que le diría a uno de sus primos para que no fuera todo tan vergonzoso, y ella iría con su mamá a comprar a la ciudad lo que faltaba para el bautizo.
Pues llegó el primito, que era un niño de once años. Ellas se fueron por las cosas, y nos dieron privacidad. Ya en el baño, me tuve que quitar mi pantalón y mis calzones, me quede solo con una playera, mis partes privadas estaban a la vista de mi suegro y de aquel chavillo. Mi suegro comenzó a preparar todo, una vez listo. Le pidió a su sobrino que sostuviera la bolsa de agua, me indicó como colocarme y poco a poco me metió aquella manguerilla por el ano.
En ese momento pensaba lo vergonzoso que era que mi suegro me conociera hasta el hoyo, y su hija no. Así empezó a bombear el agua y la sentía entrando en mi recto. Eso me causo una erección, pero enorme, la presión hizo que mi verga casi se hinchara al punto de explotar. Me moría de la pena y le pedí disculpas tanto a mi suegro, como al primo. Ya mi suegro me explico que es una reacción normal del cuerpo, ya le había sucedido con otros pacientes.
El enema funcionó de maravilla que apenas me retiraron la manguera, todo comenzó a salir. Cague delante de ellos dos, pero ya no podían ser las cosas más vergonzosas. Me volvieron a introducir otra vez la manguera esa para sacar completamente todo. Y al por fin evacuar hasta las cervezas que me había tomado, mi suegro me ayudo a limpiarme bien con una manguera de presión. La verdad se comporto muy amable y profesional, al igual que su sobrino.
Ya vacío, me sentía mucho mejor. Ni me sentía apenado con mi suegro, ni con el primo y las cosas siguieron como si nada. Se hizo el bautizo, nuevamente la familia tiro la casa por la ventana. Intente moderarme con la comida y la bebida. Pero con esa gente era imposible.
Se había hecho de noche y muchos de la familia ya estaban ebrios. Entre ellos mi querida suegra. Recuerdo muy bien todo, a pesar de igual estar algo tomado. Estaba sentado solo en una mesa, mientras casi todos bailaban y ella se sentó al lado mío. Me pregunto como seguía de mi problema estomacal y le confesé que todo muy bien. Puso su mano en mi vientre para comprobar que mi estomago ya no estaba inflado como el día anterior y dijo que aquel enema me había funcionado perfectamente. No quería sacar el tema con ella, porque me daba algo de pena. Pero ella fue la que empezó hablar de eso, y llegamos a la parte en donde mi suegro le había dicho que había tenido una erección. Me puse algo rojo, cuándo ella lo noto me dijo que no pasaba nada, al contrario debía sentirme orgulloso porque igual su marido le había contado que la tenía grande. Cosa que humildemente puedo decir que es verdad.
La platica comenzó a calentarse. Ella me contó de algunas infidelidades que había tenido mi suegro. La había engañado varias veces, pero siempre lo perdonaba. Y ella nunca había hecho nada para vengarse. Puso su mano en mi pierna, acariciando hasta llegar a mi verga. Se estaciono ahí su mano y comenzó a masajear. Me pregunto si me gustaba y responde con honestidad que sí. Era la madre de mi mujer, pero las ganas me dominaban. Cuándo se me paro, ella sonrió bien pervertida lo que me prendió en un instante. Y quería cogermela ahí mismo. Pero estaba la familia ahí, bien podrían lincharme.
Me dijo que la fuera a ver más noche, mi suegro de seguro se iba a coger con alguna puta del pueblo y se quedaría sola. Solo faltaba emborrachar a mi mujer para que se quedará dormida y yo pudiera hacer algo con ella. Y así fue, la obligue a tomar. Ya más tarde muy ebria, la lleve a la cama, comprobé que estaba profundamente dormida y tal como me prometió mi suegra estaba en la cama, ya desnuda esperándome. Para sus cincuenta y siete años, no se veía nada mal. Apenas entre me quite toda la ropa. Me metí a la cama con ella, y comenzamos a besarnos bien salvajes. Se notaba que no se la habían cogido bien en años. Bajo su boca a mi verga y me la empezó a chupar bien rico. La puta tenía una experiencia como ninguna otra mujer que había estado. Me lamió los huevos, la verga y hasta paso su lengua por mi culo aprovechando que estaba limpio.
No podía con tantas ganas, la volteé y le empecé a dar por el culo, sabía que lo que hiciera ella iba a gustarle. Gritaba como perra del dolor y gusto, le cerré la boca y le di más fuerte. Me excitaban sus gemidos de putita, que me valía si alguien nos cachaba. Cómo estaba ebrio, tardaba en venirme, me dolía la verga, pero seguí hasta que finalmente me vine. Ella me limpio el semen con la boca y se los trago. Era una zorra total. Nada que ver con su hija.
Le mando mensaje a mi suegro para preguntarle como estaba, la muy cínica. Él le respondió que dentro de un rato, así que le dije que si lo hacíamos de nuevo, no lo pensó dos veces y le volví a meter toda mi verga. Ya cansados, ella se fue a bañar, yo tome mi ropa del suelo para que nadie sospeche nada. Ni me la puse, me dormí así desnudo, total todos en aquella casa ya me habían visto con la verga parada.
Después de eso, nunca volvimos a hablar del tema. Pero con la mirada nos tirábamos algunas indirectas. Me casé con su hija y hasta el día de hoy. Ella no sabe que me cogí a su madre. Ni mi suegro tiene idea de que me cogí a su esposa.
Buen relato me parece que está bien relatado y me hiciste imaginar cómo cogían Suegra y Yerno, espero hayas tenido más encuentros y los plasmes en un relato
Saludos