Como me cojí a la otra tía de mi novia

Luego de contarle cómo me cojí a una de sus tías, mi novia me pide que le cuente cómo me cojí a otra de sus tías la cual era vecina de ella .

Relato relacionado con «Me cojí a mi novia y desvirgué a mi cuñada».

Zulema – Y a mi tía la de al lado?

Yo-Esa? Jajajaja, gracias a ti también me la pude coger.

Zulema- Cómo así?

Yo- Te cojo a todas horas y en cualquier lugar de tu casa. Pero esta no nos vió, nos oyó.

Yo estaba solo aquí en tu casa, tu habías salido a trabajar, tu mamá estaba en Laredo y Manuel y Claudia ya ves que nunca están. Ella llegó preguntando por ti o tu mamá porque quería verte si le prestaban la licuadora.

Yo- Mi suegra está en Laredo – Claro que ella sabía – Y Zuly salió.

Tía – Demora Zuly?

Yo- Creo, iba a trabajar y se fue no hace mucho.

Tía – Quería hacer una salsa para la cena y mi licuadora no jaló .

Yo- Deja la busco, no hay problema.

Se la di y al rato llegó otra vez.

Tía – Gary , ésta tampoco jaló.

Yo – A ver?

La llevé a la cocina, la conecté y si jalaba

Tia- En mi casa no jaló.

Yo- Debes tener un corto. Deja voy y reviso a ver que pedo

Tia- Tranquilo, mejor traigo los chiles y los tomates y la licuo aquí.

Yo- Ok.

Llegó con las cosas, licuó su salsa. Mientras estaba en eso yo pasé por detrás de ella, sin morbo hago constar, y ella volteó para decirme algo y quedamos muy cerca uno del otro, sin pensar la besé y en vez de quitarse me correspondió. La tomé por la cintura y la apreté contra mi. Yo estaba sin camisa y en shorts. Le arrimé el camarón a su panocha, que ya estaba parado. Se lo rozaba por la vagina por encima del jeans, mientras le metía las manos por dentro de su blusa para tocarle las tetas. Ella suspiró y bajó una de sus manos para agarrar mi paquete. Al tocarlo, me mira y dice:

Tia- Ah canijo, con razón Zuly grita tanto. Lo tienes más grande que el de mi marido. Ya parale, no vaya a pasar algo de lo que después me arrepienta.- Me separó de ella.

La Tía era una mujer de mi edad que en ése entonces contábamos con 27 años. Guapa de cara, blanca, cabello negro a mitad de la espalda, unas tetas medianas bien paradas, cintura estrecha, caderas anchas, algo de pancita, culo acorde a sus caderas, piernas largas y torneadas. Aún no tenía hijos.

Ya descrita, prosigo. Me saqué la verga bajando el shorts y el boxer, ella lo tomó, agachándose lo miraba. Se levantó, seguí besándola, pero ahora me quitaba y se reía. Le traté de quitarle la blusa pero no se dejó. Me le quedé viendo, mientras acariciaba su espalda por dentro de la blusa, subiendo hasta el broche del bra, el cuál desabroché de una vez. Quedó asombrada al quedar sus tetas sueltas, levanté su blusa. Trató de cubrirlas pero yo ya estaba lamiendo un pezón y acariciando el otro.Suspiró y arqueó su cuerpo, levantando ella misma su blusa y sostén. Gemía y apretaba la cabeza contra sus pechos. Fui bajando a su estómago pero cuando me acerqué al botón del jeans me tomó la cabeza y viéndome dijo:

Tia- Ya, hasta aquí.

Yo- No es justo. Tú me viste, agarraste y besaste mi pene.

Tia- No te pases.

Yo seguía sobando y besando sus pezones y barriga mientras hablaba. Con una mano desabroché el botón del jeans y deslicé una mano dentro de su pantalón llegando a tocarle la micha sobre el panty que estaba empapado.

Yo- Déjame verla- Dije mientras sobaba su vagina – Estás bien mojada. Deja te bajo ésa calentura.

Tía – Ahora con mi marido me la bajo.

Yo- Jajaja, no creo que tu marido te vaya a hacer lo que yo puedo hacerte. Tú misma lo dijiste, te llama la atención los gritos de Zuly.

Tía – Es que esto no está bien.

Yo- Mira, déjame hacerte unas cositas, no, no te tienes que quitar el calzón, solo bájate el pantalón a las rodillas.

Tía – Estás loco? Ya sé lo que quieres hacerme, eso es antihigiénico.

Yo- Ey, déjame hacerlo, si te da asquito le paro y ahí muere. A Zuly se lo hago y no nos ha pasado nada. Confía en mí.

Se quedó quieta, yo le bajé el jeans hasta las rodillas, le lamí y acaricié la parte interna de los muslos sin llegar a su vagina, luego subía a su pancita y hacia lo mismo. Ella gemía y respiraba agitada, me agarraba la cabeza contra ella, hasta que fui apartando el panty y le metí la lengua en la entrada de su chucha mientras que con un dedo estimulaba su clítoris. Ahí si dio un gritito de placer, se echó para atrás casi sobre la barra levantando su entrepierna hacia mi.

Se meneaba rico, gimiendo y en ese momento hice el cambio. Subí mi boca a su clítoris y le metí el dedo en la vagina buscando estimular la zona G. Al sentir esto gimió más fuerte y se empezó a menear más rápido y en todas direcciones metiendo mi cabeza contra ella. Empezó a convulsionar llegandole su primer orgasmo de la tarde.

Me quité de como estaba y de pie le metí la verga en la vagina. Gritó de sorpresa y placer agarró mis nalgas apretando hacia ella mientras yo la bombeaba duro. Ella seguía viniendose, gritaba:

Tía – Cabrón , cabrón, me engañasteeeeeee. Ah, ah , ahhhhhhhhhhh, rico, dame, dame, ahhhhhhhhhhhhhh.

Se le escurrian sus jugos mojando panty, verga y jeans. Terminó de venirse, me quité y ella sola se volteó, apoyándose en la barra. Se lo metí por la chucha en esa posición. Le estuve dando fuerte un rato y me decía:

Tía – Me estás tocando bien adentro, ah, ah, así así así – Decía mientras se meneaba.- Ahhggggggg, me está dando otra temblorinaaaaaaaaaa, no pareeeeeeeeesssssss .

Volvió a venirse más cabrón que la primera vez. Cerraba y abría las piernas, subía y bajaba el culo buscando verga. Empecé a sobarle la raya del culo, embarrando sus jugos en su ojete y cuando menos lo esperaba se lo dejé ir por el chiquitín.

Tía – Ahhggggggg , saaaaaacaaaaaloooo- Gritaba de dolor, pero tú me conoces, la volví a embestir más duro, mientras ella se movía tratando de quitarse.- Nooooooooo, me ufff, uffff, dueleeeeeeeee. Ya por favor. Nunca lo he hecho por ahí. Para, para….

Yo- Ni madres, goza puta.- Seguía embistiendo cada vez con más fuerza. Ella gemía de dolor y empezó a llorar. – Te la saco – Pregunté sin dejar de meterla, me daba cuenta que, como todas, empezaba a cogerle el gusto cuando mi verga llegó al lugar correcto. – Te la saco puta? Contéstame…

Tía – No, no, no la saques, mijo. Qué me haces culerooooooooo. Otra vez estoy temblandoooooooooo.

Le seguía dando fuerte hasta que quedó exhausta sobre la barra. Yo seguí hasta venirme dentro de su culo.

Cuando se lo saqué, se volteó y me dio una cachetada, se la devolví….

 Yo- No te gustó perra? Jajajaja. Dime te gustó?- Le pregunté tomándola de las manos para que no me golpeara otra vez.

Ya más tranquila me besó y me dijo:

Tia- No sé que me hiciste con el dedo y la lengua, nunca me habían hecho eso. Eso me descontroló y solo quería que siguieras. Me entró un temblor por todo el cuerpo y ya no era yo.Entonces sin darme cuenta cuenta como, te tenía dentro de mi. Quise quitarte pero lo único que quería era que siguieras. Ahí ya era tuya cuando. No podía dejar de temblar, solo quería que me lo hicieras y entonces me tomaste sin permiso por atrás. Nunca me lo habían metido por ahí. Primero sentía dolor, que me partias en 2, pero luego, cuando entró más sentí muy rico y otra vez empecé a temblar. Nunca había sentido esos temblores y la sensación deliciosa que se siente.

Yo- A poco nunca habías tenido un orgasmo?

Tía – Eso son los orgasmos? En la vida había tenido uno y menos 4. Jamás me había escurrido mi cosa como ahora. Pero ya dime qué fue lo que me tocaste con el dedo.

Yo- Tu punto G

Tía – Existe ¿ Yo pensaba que era puro pedo eso del punto G. Pero cuando metiste tu dedo y tocaste ahí- Tomó mi mano y la puso en la entrada de su chucha, para mostrarme el punto-mmmmmm, ahí mero. Sigue, ah, ah, lameme arriba.

La subí a la barra y se la volví a mamar y dedear. Estaba gozando otra vez, entonces paré y la llevé al cuarto de Manuel.

Ahí la tiré en el colchón, le saqué los pantalones y el panty y coloqué mi cabeza entre sus piernas, mamando y dedeando. Hasta que se vino en mi boca.

Entonces me acosté y le pedí que me mamara la verga. Comenzó a mamar y me di cuenta que el marido no le hacía locuras en la cama. No sabía mamar. Le dije entonces que se subiera encima de mi dándome la espalda.

Comenzó a cabalgar, primero como con pena, luego le agarró el truco y se meneaba super duro en la pinga. Se volvió a venir y ésta vez yo con ella.

Se levantó, se subió el jeans, fue a la cocina, recogió su salsa y sin decir nada se fue.

Zulema- Te la has vuelto a coger?

Yo- Si, pero aquí no, en su casa. Es igual de perra que uds.

Zulema- No me digas eso.

Próxima entrega «También me cojí a tu amiga la edecán»