Como me folle a mi hermana mayor
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo estaba casado en aquellas fechas y mi esposa se encontraba en Madrid cursando un master. Mi hermana mayor, Asma, divorciada, tenia en aquel entonces 42 años, y yo 36. Me visitaba muy a menudo y me limpiaba la casa, me preparaba algún plato, y luego se iba. Una tarde de aquel mes caluroso de julio vino a visitarme, y me encontró saliendo para el gimnasio. La deje ahí y me fui. Al volver, después de un par de horas, abrí la puerta y al entrar me encontré con ella fregando el salón vestida de unos pantalones pirata pegados a sus curvas, y una camiseta muy ligera sin sujetador. En aquel entonces mi hermana era mas bien rellenita pero bien formada. Bajita con 1.58, unas tetas caídas pero enormes, y lo mas impactante era su culo, redondo como, si hubieras juntado dos pelotas de baloncesto. De cara era normalita pero tenia una mirada picara, de puta vamos. Al verla así sentí toda mi sangre concentrada en mi entrepiernas y me tuve que meter en el baño para desahogarme debajo de la ducha, imaginándome taladrando aquel culo de película.
Después de acabar con las tareas de la casa se despidió de mi y se volvió para la casa de mis padres.
Aquella noche empece a planear como follarme a mi hermana y hacerla mi puta. Sabia que iba a ser difícil y la única manera seria drogarla. Había optado por el aceite de cannabis, y tenia que administrárselo por vía oral. Me llamo unos días después y me dijo que si quería que me pasara, le dije que si y antes de colgar le dije que porque no se quedara para hacerme compañía que estaba muy aburrido y que se quedara a dormir. Acepto encantada. Me fui a por el aceite de cannabis y lo guarde. Llego mi hermana por la tarde, se puso a hacer tareas de la casa, y yo me fui para el gimnasio. Volví unas horas después y ahí estaba, con unos pantalones cortos ajustados y una camiseta sin sujetador, de infarto. Me cambie y me senté a ver TV. Sirvio la cena y se sento a mi lado a ver un programa de musica arabe que le encantaba. Me fui a la cocina y prepare un batido de frutas y vainilla al que agregue unas gotas de cannabis, teniendo mucho cuidado con la dosificación. Le serví un vaso y se lo bebió encantada. Los efectos no tardaron a notarse.
Empezó a moverse al son de una canción y al rato se levanto y me dijo que le apetecía bailar. Se ato un pañuelo en la cintura y empezó a bailar la típica danza del vientre, moviéndose de manera muy sensual. Al rato me invito a bailar con ella y tuve que levantarme. Me cogió de la manos y empezamos a movernos. Al rato nos cansamos y nos volvimos a sentar. Mi hermana estaba lista y era el momento para darle la estocada final. Empezamos a hablar y le pregunte como hacia para estar así sin hombre, ya que habían pasado mas de quince años desde su divorcio. Me dijo que no tenia otra alternativa ya que mis padres la tenían muy vigilada y por la sociedad en la que vivíamos. Le dije que era una mujer muy hermosa y que era un pecado tener a ese cuerpazo pasando hambre. Empezó a reírse y me dijo venga deja de tomarme el pelo que cuerpazo ni que cuerpazo que soy gorda y fea. Le dije que yo la encontraba muy sexy y que si no fuera por el hecho de ser mi hermana me la ligaría. Vi que lo que le decía le gustaba y pensé que era el momento de dar el golpe de gracia. Le dije que tenia sueño y que me iba a la cama. Entonces me dijo vale vete que yo me acomodo en el salón como siempre.
Entonces dispare. Le dije que no era conveniente que la cama era inmensa y que podía acostarse conmigo para seguir con la charla, y que al fin y al cabo eramos hermanos. Acepto y me siguió al dormitorio. Me quite la camiseta y me quede en bermudas, sin nada debajo. Nos metimos debajo de las sabanas y apague las luces. Me voltee hacia ella y le pase el brazo por encima del pecho, abrazándola. Sentí como se estremecía debajo de mis dedos. Me quede así unos minutos luego moví la mano y la puse encima de sus tetas, y empece a masajearselas suavemente, por encima de la tela, y sin ninguna reacción de su parte. Acerque mi cara a la suya y le di un beso en la mejilla, luego otro, y otro, bajándome hacia su cuello perfumado. Ella ya estaba jadeando y a punto de perder el control. Entonces pegue mis labios a los suyos y empezaron los besos de verdad, húmedos, profundos, y desesperados. Le arranque la camiseta y me apodere de sus tetas, acariciándolas y chupándolas, mientras ella gemía como una posesa. Llevaba muchos años sin tener sexo y aquello la tenia descontrolada.
Le arranque los bermudas y su diminuto tanga y empece a comerle el coño. Me confesaría mas tarde que su ex esposo no se lo había hecho nunca. Se vino una y otra y otra vez debajo gracias a mis experimentados dedos y lengua. Me saque mis bermudas y me alce delante de ella invitándola a mamarme la polla. Lo hizo hasta que me vine en su boca, ahogándola con mi semen. Mi erección no había bajado así que me puse un condón y me puse encima de ella. Se la metí y ella pego un grito como si me la estuviera desvirgando. Su vagina era tan estrecha como la de una virgen. Dios que delicia. Me la folle en todas las posiciones, una y otra vez. Lo hicimos varias veces y al final nos gano el sueño. Me desperté por la mañana con sus labios y su lengua jugando con mi polla. Había pensado que quizás, pasado el efecto de la droga, se arrepentiría y me montaría alguna escena o algo, pero aquello era inesperado. Me hizo venir en su boca, se trago mi semen, y puso su cabeza encima de mi pecho. Me dijo que la había hecho muy feliz aquella noche, y que ahora tenia la intención de recuperar todos los años perdidos, con mi ayuda. Mi sueño se había hecho realidad y me folle a mi hermana. Fue mejor de lo que había imaginado. Eramos oficialmente amantes. Seguirá.
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