Cómo perdí mi virginidad a los 4 añitos en manos de mi padre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como ya dije antes, yo sólo tenía 4 años cuando mi padre abusó sexualmente de mi.
Y a pesar de haber pasado ya 14 años, lo recuerdo con todos y cada uno de los detalles, como si fuera ayer.
En mi casa sólo vivíamos mi abuelo paterno (quien también abusó de mi en reiteradas ocasiones, pero eso lo contaré en otro relato), mi padre, mi madre y yo.
Mamá trabajaba todos los dias exepto los domingos, necesitabamos generar ingresos extra ya que papá estaba desempleado por motivos que a esa edad no podía conprender, pero luego con los años entendería todo a la perfección.
Bueno, como decía.
Mamá solo estaba en casa muy temprano por la mañana, y volvía muy tarde a la noche, asi que solo me quedaba con mi abuelo y mi padre, aunque era lo mismo que estar sola, pues ambos se ponian a beber DEMASIADO y yo jugaba sola en mi cuarto.
Solo bajaba a comer, si es que alguna vez mi papá cocinaba, la pasaba realmente mal pero no quería quejarme ya que a mi padre le gustaba mucho golpearme cuando se emborrachaba.
Un martes en la noche mamá llamó diciendo que no regresaria hasta el otro dia en la noche, pues un compañero estaba enfermo y no podria reemplazarla, y como necesitabamos mas dinero ella aceptó trabajar mas horas.
Todo esto saliendo de la boca super ebria de mi padre a mis cuatro años era muy triste.
Mi abuelo mas ebrio que nunca me mandó a la cama diciendo que deberia dormir ya, que los grandes tenian sus cosas que hacer y los niños pequeños como yo no podian verlas.
Pero ya saben lo que dicen: la curiosidad mató al gato.
O en mi caso, le arrancó la virginidad en seco.
Como pueden imaginarse, la curiosidad de saber que hacian mi abuelo y mi papá y el hambre por no haber cenado ni almorzado absolutamente nada se juntaron y me dieron el valor para salir de mi habitacion y bajar las escaleras en puntitas de pié para que no me descubran.
La vista era extraña: ambos sentados en el sofá frente al televisor, con las manos en sus respectivas entrepiernas masajeando lo que luegro sabria era su pene.
Presté mucha atención pero, a los cuatro años, no tenia ni la menor idea de que era lo que estaban haciendo.
Estaba volviendo a subir las escaleras en puntitas de pié cuando me resvalé sin querer del escalón y caí de cara en la escalera, haciendo un ruido terrible, casi mas que el dolor que sentia.
Podia sentir como mi nariz y boca sangraban, y dolia a horrores.
Pero lo que se venia a continuación era mucho peor.
Mi padre se levanto del sofá y se acercó a mi furioso al grito de "te dijimos quete vayas a la cama", seguido de eso me levantó enterita de los pelos y me tiró contra la pared.
Solo en ese momento pude ver su cara, desprendia odio pero yo no sabia por qué.
De la nada sentí su mano golpeando fuertísimo en mi rostro.
Mis lagrimas no paraban de salir como locas de mis ojos, peri yo estaba como estatua, no emitia un sonido.
Solo se oia la risa burlona de mi padre, los gemidos de la television y mi abuelo, muy muy bizarra imagen.
"Te voy a enseñar por qué las niñas pequeñas no tienen que andar espiando a los mayores" me dijo, y me arrastró de los pelos por la escalera hasta llegar a su habitación.
Yo gritaba como marrana y lloraba a mares.
No quería mas golpes.
Mi cara dolia demasiado.
Cuando entramos a su habitacion me arrojó hacía la cama pero caí en el borde, haciendo que mi cabeza golpee muy fuerte con la madera.
Se acercó, me levantó de los pelos otra vez y me subió a la cama.
Comenzó a desprender su cinto torpemente a causa de su fuertísima borrachera, hasta que por fin pudo.
Desabrochó su pantalón y lo bajó junto con boxer, dejando que su pene saliera del encierro.
Era enorme y estaba muy dura, aunque yo sabia que era.
Se paró al borde de la cama y me acercó a el de los pelos.
"Abre la boca, pequeña perra" me dijo, y asi lo hice.
Mi boca era muy pequeña para su pene, pero me lo metió igual.
Luego de un rato de divertirse cogiendo mi boca salvajemente haciendome sufrir como nunca, me tiró boca arriba a la cama, me arrancó de un tirón mi pijama dejandome solo con mis braguitas de niña.
Con su cabeza se acercó a mi zona intima y yo comencé a retorcerme, llorando y gritando para que parara.
A lo que recibi un fuerte cachetazo.
Arrancó con furia mi braguita, me abrió las piernas y sin previo aviso empujó su pene enorme dentro de mi, desgarrandome por completo.
El dolor que senti es inexplicable, parecia que me apuñalaban por dentro.
Mis gritos de dolor retumbaban en toda la casa, y se mezclaban con los gemidos de placer de mi padre.
En ningun momento se detuvo.
Bombeaba su pene dentro de mi hasta hacer que sus huevos me golpearan, y lo hacia cada vez mas rapido.
Yo lloraba y gritaba, el gemia, la cama rechinaba.
jamas olvidaré esos sonidos.
Aunque solo duró diez minutos hasta que mi padre sacó su pene y acabó en todo mi pequeño rostro, llamandome "pequeña putita" para mi fue eterno.
Habiendo el llegado al orgasmo en mi cara, subio su boxer y pantalon y salio de la habitacion, dejandome agonizante, llena de sangre y semen, que se mezclaba con mis lagrimas
Aunque algunos piensen que fue algo horrible, para mi fue lo que me abrio las puertas al sexo.
Esa primera vez si fue horrible de vivir, ya que por eso ahora no puedo tener hijos.
Pero conforme fue pasando el tiempo me fue gustando cada vez mas que mi padre me convirtiera en su "pequeña putita traga semen" como aun le gusta llamarme.
Espero les haya gustado, espero sus comentarios.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!