Compartiendo a mamá con la mascota 03
En esta 3era parte, los sentimientos heridos de un hijo revelará sus verdaderas intenciones hacia su madre. ¿Su señora madre Ayleen aceptará la penitencia?.
«¿Estaré soñando?», «¿En realidad mi mamá se está desnudando frente a mí?» Todo parecía borroso en mi mente, mirando la silueta de una mujer madura despojándose de sus prendas, ¿Y qué es lo que pasará cuando termine de quitarse todo? ¿Qué es lo que debería de hacer? Y ahí estaba, como vino al mundo, recostada tapándose los pechos y la vulva con sus manos, y yo ensimismado en el pecado de la lujuria, fue cuando al fin la escuché decir: «Hijo… Mi amado hijo… ¿Qué debe de hacer tu madre para que dejes de mirarla así?», no sabía qué decir, qué contestar, pero un fuerte olor a sexo llegó a mis narices, era verdad, era real, una madre había probado la polla de su hijo, la historia no podía terminar así, me quité el boxer y sin nada abajo pero aún con el polo puesto, cogí con firmeza los muslos cálidos de mamá para levantarlos con fuerza. «¡Hijo por favor! ¿Qué es lo que piensas hacerme?» murmuró, sin responderle me centré en el olor que emanaba del coño de mamá, era tan fuerte, que sólo empujé mi naríz lo más dentro que pude de ese agujero, respirando con fuerza el aroma del vientre de mi propia madre, y mientras ella resistía estóicamente yo inhalada e inhalada el perfume de su intimidad; sentí su mano empujar mi cabeza y exclamó: «¡No podemos estar haciendo esto, por favor detente!», pero cuando la lujuria trasciende el sentido común, solo hay una manera de terminar con todo eso. «Madre, el aroma de tu vagina será mi nueva adicción» le dije, «Ahora empezarás a expiar tus pecados dejándome profanar tu hermoso cuerpo» y ni bien dicho eso, procedí a sujetar la capucha de su clítoris con mi boca succionando con todas mis fuerzas, lo cual acompañado de un fuerte alarido, hizo que mamá levantara sus caderas hacia arriba con un fuerte espasmo, soltándola luego bruscamente con lo cual su cuerpo terminaba temblando de placer y dolor al mismo tiempo, y otra vez, y otra vez, otra vez, «Haaaa ya por favor no sigas, no sigas, no voy a soportar más» me rogó mamá, «Ahora beberé de tu miel mi respetada madre» le dije y empecé a comerme su vagina totalmente lubricada. Mientras más profanaba su jardín secreto, más agresivo me volvía, recogiendo con mi lengua todos los jugos que iban saliendo para beberlo sin demora, sentí cómo su otra mano sujetaba mi cabeza dando un leve empuje para apartarme de ahí pero sin éxito alguno, el placer drenaba toda la energía de su cuerpo, y cuando sus gemidos se volvieron alaridos empezó a apretar fuerte mis cabellos, todo mi rostro estaba empapado de sus jugos, el olor era demasiado fuerte ahora, «HAAA… HAAA…» los gritos de mamá me hicieron apartarme un poco para poder mirarla cuando un fuerte chorro de líquido embarró mi rostro, el coño de mi madre disparaba con fuerza su orgasmo sobre mí, empapándome y mojándome hasta el polo que llevaba puesto. Como aún me tenía sujeto de mi cabello, recibí toda su descarga en la cara, como pulsaba su coño abriéndose y cerrándose, sentí un fuerte tirón en mi verga y supe que volvía a estar erecto, al sentir que mis energías habían regresado, supe de inmediato lo que tenía que hacer.
Levanté mucho más sus piernas hasta pegar sus muslos a su abdomen, llevando sus pies a la altura de su rostro, y ahí clave mis manos en la cama, la tenía lista e indefensa para ser follada en misionero, con mi cuerpo a cm. encima del suyo, no había forma de que pudiese liberarse de mí. «No eso no, lo que quieras menos eso, te lo ruego» decía mamá, «Eres mi puta ahora recuerdas» le refuté, «Hijo, hijito mío, es peligroso, no lo hagas, solo suéltame» me imploró, «¡No hay marcha atrás mamá!» le dije con tono áspero, «¡Estoy ovulando hijo, por eso!» dijo al fin desesperada, y al escucharle decirme eso, me trastorné… Todo lo que sentí por culpa de ella, celos, coraje, impotencia, indignación, lujuria, culpa… se juntaron en una sola fuerza: ¡AGRESIÓN! Y sin importarme ya nada más, de un solo empujón penetré su vientre hasta chocar su entrada con mis bolas, mamá no gritó, sólo la ví temblando sujetándome los brazos, se estaba resistiendo a mí, no lo podía permitir, perdí mi control mental en ese instante, y me volví un animal mucho más feroz que Rintintin. Empecé a empujar con total fuerza y rapidez hasta lo más hondo de su útero, los golpes al chocar mi pelvis contra su vulva, era como una explosión de fluidos salpicando por doquier, empujaba y sacaba mi verga hasta la mitad para luego con más fuerza volver a empujar, poco a poco ya lo sacaba hasta el glande para luego sacarlo todo de su coño y volver a entrar con todo,
y mientras la follaba de esa manera tan agresiva le gritaba:
«Toma toma, tómalo mamá, toma todo de mí, que rico se siente hacerte esto, ya necesitaba follarte así, te deseaba tanto, cuántas veces me la jalé pensando en ti, en tu cuerpo, en tus tetas, en tu coño de señora, yo te miraba siempre mamá, ahora te tengo, ahora te puedo disfrutar a mi antojo, como la perra que eres, como te dejabas montar y anudar con nuestro perro, sabía que necesitabas de una verga, ¿por qué mamá? ¿por qué eres tan puta? Tan sucia, tan ardiente…»
Mientras seguía y seguía bombeándola con todas mis fuerzas, mamá lloraba mordiéndose los labios para no gritar, realmente se estaba resistiendo, y esto parecía más como a una violación, lo supe de inmediato.
«¿Por qué te resistes? ¿Acaso prefieres al perro he? ¿Quieres que lo llame? Ya no me importa si te lo coges, ambos vamos a follarte desde ahora, te llenaremos el vientre de leche a cada rato, así tengamos que forzarte, así tengamos que violarte mamá…»
Y dando el empujón más fuerte que pude ahí lo dejé, liberando toda mi descarga seminal sin importar si estaba en sus días fértiles, fue cuando mamá soltó al fin un gemido hondo y agudo sintiendo como la iba llenando de semen, hasta caer fulminado encima suyo liberando sus piernas, y saliendo de su vagina, escuché como expulsaba el semen con sonidos muy lascivos y sucios, ahí quedamos empapados de sudor y fluidos sexuales. Yo temblando encima suyo, ella teniendo fuertes pulsaciones en su cuerpo debajo mío. Ignoro cuanto tiempo estuvimos así, y al levantarme y mirarla, su cabeza estaba de costado tapándose los ojos con su antebrazo. «¿Qué fue lo que hice?» dije en mi mente, había abusado de mi propia madre, y lo peor es que hasta podría embarazarla. No pude decirle nada, sólo me levanté y cogiendo mis prendas fuí rumbo a la puerta, y antes de salir voltié a verla, parecía la silueta de una mujer sin vida, estática, con hileras de esperma adheridas a la entrada de su coño, salí de su habitación y Rintintin vino corriendo queriendo entrar, pero se lo impedí, «¡No amigo, mamá está indispuesta ahora!» le dije y lo dejé fuera cerrando la puerta, fuí al baño para limpiarme y lavarme, estaba tan cansado y adolorido que con sólo tumbarme a la cama me quedé profundamente dormido…
Era ya el medio día cuando por fin desperté, demoré todavía en salir de la cama, tuve miedo de salir de mi cuarto, encontrarme con mamá y bueno, no saber que pasará después de lo que pasó en la madrugada, y al salir sólo vi a Rintintin durmiendo en el pasillo, la puerta de mamá estaba abierta, así que me asomé y nada, no estaba ahí, tampoco en su baño, fuí a la sala nada, a la cocina nada, al patio y ni rastro de ella. «¿Dónde está mamá?» me pregunté, y vi sobre la mesa unos sándwiches, un vaso de jugo de papaya y una nota, era de mamá que decía:
«Te dejé ahí tu desayuno, yo saldré ahora necesito… En fin no te preocupes por mí hijo, perdón por no hacer el almuerzo pero puedes ir a comprar afuera, talvez demore no lo sé, si sales asegura bien la puerta. Y no estoy molesta contigo hijo. Te amo, siempre.»
«¿A dónde se pudo haber ido joder?» dije en voz alta, pero nada podía hacer solo esperar a que regrese, pasaban las horas y mamá no regresaba, eran ya las 6 pm y nada aún, yo ya me estaba preocupando mucho, las 8 y ni rastro, no podía más, ya no podía más estar así sin saber de ella, me estaba volviendo loco, me vestí y fui rumbo a la puerta principal, «Rintintin cuida la casa ok, iré a buscar a mamá, si algo le ha pasado me voy a morir. Ya regreso amigo» y cerrando con llave salí por ella. No estaba en las tiendas cercanas, pregunté por ella a las vecinas y solo me dijeron que la vieron irse rumbo al parque por la mañana, era la única pista que tenía, así que fuí ahí, tenía el corazón en la garganta, quería encontrarla, no estaba, no aparecía, eran ya las 9 pm. y sólo me senté en un banco del parque, y con las manos en la cabeza solo empecé a llorar, si lo sé, soy un idiota, pero si perdía a mi madre lo perdía todo en este mundo, cuando escuchaba venir a alguien pensaba que era ella pero no lo era, 9:30 ya temblaba de frío, ni siquiera almorcé, estaba adormecido, ahí en mi mundo de tristeza y frustración, escuchaba acercarse a otra persona, «Qué va a ser ella» pensé, cuando los pasos estaban ya muy cerca levanté la cabeza, y ví la silueta de una mujer delgada con vestido, llevaba una bolsa de compras en una mano, mis ojos se agrandaron, era ella, mi bella madre estaba ahí.
«¡Mamá!» la llamé, ella se detuvo y al reconocerme se asustó, «¡Hijo! ¿Tú por aquí?» contestó, «Mamá estás bien qué alivio, ¿Dónde te fuiste? Estaba tan preocupado por ti» le reclamé, «He, solo quería… Pensar, estar sola, solo eso hijo» me dijo pero su voz parecía quebrarse, y al estar cerca a ella tenía lágrimas en los ojos, admito que yo también las tenía, nos miramos y sin decir nada, dejó caer la bolsa que llevaba y se lanzó a mis brazos, abrazándome fuerte contra sus pechos, lloraba como una Magdalena, la abracé fuerte y lloré en silencio con ella. Era una mezcla de todo en ese instante, locura, tristeza, amor, pasión, odio hacia mi mismo, alivio de volver a tenerla, y al volver a quedar frente a frente mirándonos, le dije: «Mamá, te amo con todas mis fuerzas», y me contestó: «Y yo también te amo, mucho, mucho hijo», y todo lo que sentía era ternura por ella, y simplemente la besé, y habiendo juntado mis labios con los suyos, sentí su aliento en mis labios empezando a besarme, eso me excitó de manera descomunal que sin demora le metí la lengua encontrándose con la suya al instante, enredándonos en un ciclón de pasión indebida, sin importar que nos viera alguien si pasaba por ahí, seguíamos pegados intercambiando fluidos mientras nuestras lenguas se comían la una a la otra, y al terminar aquel beso tan lascivo, le dí un beso en la frente y tomándola de la cintura como a una novia le dije: «Vamos a casa mamá, que tengo mucha hambre», «Si cariño, justo compré para preparar la cena llegando, vamos» me dijo, y ya más tranquilos y serenos, bien abrazaditos regresamos a casa juntos.
Qué diferente era ahora con ella en casa, por fin estábamos todos juntos, no quise molestarla aún, cenamos muy tranquilos, no tocamos el tema para nada, y ya eran las 11 y tantos, mi madre dijo que iría a la cama porque estaba muy cansada, pero antes se daría una ducha. Yo me lavé y puse mi ropa de dormir, fuí a ver a mamá y se secaba el cabello, tenía puesto un camisón esta vez, le quería hablar pero como estaba de espaldas, al final dije que mejor no, «la dejaré descansar, todo el día estuvo fuera» diciendo eso en mi mente me fuí a mi cuarto, en el pasadizo estaba Rintintin raro que no entrara al cuarto de mamá, en fin yo también estaba cansado y me fuí a mi cama pensando en aquel beso que nos dimos en el parque, empecé a excitarme con solo recordar sus labios, su lengua, y lo rico de su saliva y de su aliento… Quise jalármela pero no sé en qué momento me quedé dormido.
Me desperté de repente con una señora erección y con ganas de orinar, parecía a punto de amanecer, fuí al baño, y al volver ví la puerta abierta del cuarto de mamá, así que me asomé y ahí estaba dormida, con Rintintin a su lado, al verme bajó a que lo acaricie, se me ocurrió sacarlo al pasadizo y sentí un fuerte impulso, el impulso sexual hacia mi madre había regresado, dejé fuera al perro cerrando la puerta, y en la penumbra me quedé mirándola, quería poseerla, amarla como a una mujer, y me acerqué, le quité suavemente la frasada, y sentí que la verga rompía mi boxer, estaba ya por tocarla cuando: «Hijo, no me digas que has venido por…» murmuró mamá, yo solo tragué saliva y le dije: «Mamá no puedo olvidar el beso que nos dimos», ella se levantó pero para estar aún sentada en cama, le dije: «No puedo dejar de pensar en ti y…», «Ya no digas más hijo, lo que pasó, sólo dejémoslo así» interrumpió mamá, «Pero… pero yo… yo mamá, quiero… estar contigo» terminé diciendo, «Fuiste cruel y tosco conmigo, me dejaste muy adolorida, y cada vez que sentía mi vientre, te sentía… te sentía aún en mí» dijo con un tono melancólico, «¡Lo siento mamá, lo siento!» decía mientras la abrazaba, y otra vez su rico olor a mujer, no me quería despegar de su cuello, la lujuria me ganaba y empecé a darle besitos cortos por todo su cuello, mamá me apretaba fuerte la espalda, sentía sus uñas clavarlas en mí, busqué nuevamente su boca y me volteó la cara, no me rendí, fuí por su boca otra vez y la atrapé con la mía, volvimos a besarnos como en el parque, que rico chupeteaba sus labios jalándolos un poco, succionando su lengua, y tragando de su saliva, me quemó la garganta con su rico jadeo, yo la jalé hacia mí y caímos juntos hacia mi lado, ella encima de mí, y nos miramos sin hablar, solo nuestros jadeos se comunicaban, «¡Móntame!» susurré, «¡Qué!» exclamó mamá, «Quiero que me montes mamá» le contesté, «¿Quieres que me ponga encima?» dijo, «Siiii ahora te toca a ti montar» susurré, y apretando sus caderas hice que se pusiera encima mío, abriendo sus piernas y antes de sentarse en mí, me bajaba el buzo y el boxer, y ella al verme hacer eso, de pronto se levantó el camisón, y oh sorpresa, no tenía puesto calzón alguno, podía ver en la penumbra la gran mancha oscura de sus bellos púbicos, «¡Oh mamá, estabas sin nada, ya no aguanto más, mételo en ti!» dije casi suplicando, y sostuve mi verga apuntando a su coño, y ella dejando caer su peso, lo fué metiendo poco a poco, el rico sonido de su concha dejando paso a mi pene, le sacó un rico gemido a mamá, hasta llegar a sentarse en mí, juntando nuestros bellos púbicos, «Que rico mamá, que rico sentir tu vientre otra vez» le dije a la vez que estiré mis brazos hacia ella, atrapándolos en el acto con sus manos dejando el camisón cubrir su cuerpo y nuestros genitales unidos, y empujé un poco iniciando nuestro ritual de apareamiento, esta vez suave y lento, ella también empezó a moverse al mismo ritmo que yo, mirando al techo gemía y presionaba fuerte mis manos, hacía el amor con mamá nuevamente, aumentando la velocidad casa vez, jadeando los 2 entregados al placer, al rico pecado del incesto.
«¡Hay que rico mamá! Tus movimientos me vuelven loco, quiero comerte así a cada rato, sentir ese calor de tu concha tan jugosa, seremos tu y yo haciéndolo todas las noches, todas las mañanas te voy a coger antes que vayas al trabajo, y ni bien vuelvas te seguiré follando mamá…»
Y mientras le decía todo eso, sus movimientos se hacían más rápidos y fuertes. «¡Quítate esa ropa, muéstrame tu belleza mamá!» le dije y soltando mis manos sin dejar de moverse empezó a desabotonar su camisón, «¡Quítatelo, quítatelo!» y mamá abrió y dejó caer su camisón deslizándolo por sus brazos, y al ver su abdomen delgado y sus tetas marrones encendió mi pasión al máximo, inmediatamente atrapé esos pechos con mis manos y estrujándolos con desespero caímos en la fornicación agresiva, moviendo con fuerza sus caderas, la fricción en nuestros genitales le daba ese toque de fondo donde el sonido de los fluidos se mezclan entre sí.
«Hay mamá sigue así, fuerte, fuerte, dame todo de ti, mientras te aprieto tus ricas tetas, fuerte, más fuerte…»
Mamá estaba fuera de sí, con los ojos cerrados gimiendo y gimiendo, en eso tomó mis manos y me las quitó de sus tetas, para luego apoyarse sobre mi pecho y empezar a saltar, oh mierda sus tetas daban vueltas como perras locas en celo, y sus saltos se hacían más pronunciados, ¡Plash! ¡Plash! sonaban nuestros cuerpos como cachetadas al vacío, más que su rostro yo miraba sus tetas girar y rebotar, el peso de sus sentadas y sus jugos bañando mi verga me ha estaban llevando al límite, «Mamá mamá me voy a correr, me corro» dije desesperado, «Espera espera amor ya llego, ya llego un poco más» respondió casi llorando, pero no podía más, mamá estaba perdida en sus movimientos y su lujuria, apretaba fuerte mis entrañas para no eyacular todavía, pero ya sentía como se me iba escapando de a pocos, «¡Haaa mamaaaa!», «¡Me corro, me corro hijo haaaa!», «¡Yo también mamaaa…!», «¡Juntos, corrámonos juntos HAAAAA…!» Y sentí la explosión orgásmica de mi madre al salir disparado de su coño bañando mi abdomen y mi pelvis totalmente con sus fluidos, y con un fuerte alarido mío, soltarle toda mi descarga en el rico y caliente vientre de mi propia madre, fundidos los dos, en ese llanto de amor y placer, donde mamá liberaba todas sus ansías de mujer y yo fecundando su óvulo listo para procrear vida. Cayó encima mío abrazándome con fuerza, y secando su sudor en mi cuerpo, me limité a abrazarla, para luego juntos desvanecernos en la relajación de nuestros órganos reproductivos al tiempo que su coño ya liberado de mi verga, escupía mi esperma con el sonido sucio de sus pedos vaginales, sus jadeos cada vez más lentos se iban apagando, al igual que nuestras conciencias, para desaparecer en la más profunda relajación, y así juntos, pegados el uno al otro, dormirnos como unos bebés…
Continuará…
hola, he leido tus 6 relatos y me gustaron, espero lo continues
😸 Genial compañero, en cualquier momento de seguro ya publican otros 2 relatos que envié, muchas gracias por leer. Saludos ✌️
❤️👍🥰 excelente relato
😉👍 Dale Bro, que después la mami se pondrá más cachonda.