Compartiendo gustos con mi padre
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ferk999.
Vivo en Guadalajara, Jal. Tengo 23 años. Pero mi historia comienza desde hace tiempo atrás. Siempre he sido alguien que le gustan las cosas ‘diferentes’ y con eso me refiero a que no he sido un chavo convencional.
Desde que iba en primaria, destaqué por obtener las mejores calificaciones de mi clase, y era algo que no me costaba trabajo, por ese lado, siempre mantenía feliz a mamá, y papá de repente me sorprendía con regalos. No obstante, por otro lado comenzaba a ser un poco rebelde, me gustaba romper reglas, y creo que es algo que aún sigo haciendo.
Entre a la preparatoria, y conocí muchas cosas que aún no descubría, una de ellas: el Internet. Saliendo de clases, siempre me quedaba en la escuela a practicar algún deporte, ya sea nadar, jugar futbol o simplemente me quedaba en el gym.
Mi papa desde pequeño me había inculcado el deporte como una forma de vida, y me gustaba practicarlo además de que fue la herramienta para poder tener el cuerpo que con los años se me ha formado. Mido 1.83, cuerpo atlético y con los músculos bien marcados, aunque no tan musculoso como el cuerpo que tiene mi padre que entrena diario en el gym de mi tío que también tiene un cuerpo duro, como mi padre. Realmente las miradas cuando voy con ellos al gym son muy notorias. A mí en lo personal me gustaba ir mucho a ese gimnasio por lo que podía ver a la hora de las duchas.
Un día, después de haber estado nadando y ducharme, me sentí demasiado caliente por lo que decidí ver algo de porno en Internet. Deje abierta la puerta de mi recámara, pues a esa hora no hay nadie en casa, y comencé a ver una película porno que había bajado hace unos días. Siempre he sido un hombre con una sexualidad demasiado intensa, por lo que para esto ya tenía en mi closet algunos dildos de varios tamaños y grosores. Decidí sacarlos, junto con mi lubricante y comenzar a ver la película. Comencé a tocarme lentamente, mi pecho, mi abdomen, sentía como mi pene de 19 cm. se ponía cada vez más duro y grueso. Me deshice de mi playera y de las bermudas que traía y quede en bóxer. Pero mi calentura era tal que no aguante demasiado mi ajustado bóxer y me los quite lentamente, sintiendo como deslizaban por mis piernas.
Comencé a tocar mis pezones, que ya estaban erectos, los acariciaba, los apretaba, siempre he sentido un buen de placer al tocarlos. Después tome mi verga y comencé a masturbarme lento, quería que este momento durara, y acostado en mi cama abrí un poco más mis piernas para comenzar a tocarlas, subía y bajaba mis manos a lo largo y ancho de mis muslos, hasta acariciar lo que quedaba expuesto de mis nalgas… de pronto mis dedos ya estaban masajeando la entrada de mi culo, me detenía y hacía presión con ellos viendo como en el acto, mi verga se engrosaba con la presión que ejercían mis dedos en mi culo que ya comenzaba a dejar de poner resistencia al placer que estaba por recibir. Escupí en mi mano para ensalivarme la verga y la otra para que el disfrute en mi culo fuera mayor.
Estaba concentrado en la película, y sin darme cuenta la silueta de mi padre se dibujaba en la puerta. De pronto volteo, y lo veo ahí, sin decir nada y con los brazos cruzados. Sin camisa y solo con unas bermudas que delataban que había estado dormido mientras yo llegaba a casa. Me quedo sin decir nada, la película sigue su curso. “Apaga eso y ponte algo” fue lo que dijo mientras regresaba a su cuarto.
No sabía que pasaría, nunca pensé que mi propio padre me podría descubrir… en esa situación. Me puse la playera y mi short y llegue al cuarto de mi padre. “Sígueme al auto” fue lo único que mencionó. Al estar los dos en el auto, me dijo que si tenía algo que decirle. Pensé que saldríamos a dar una vuelta para que mi mamá no llegara y escuchara la conversación, pero sin saberlo yo, íbamos a otro lado. Le dije “solo estaba masturbándome en mi cuarto, pensé que no había nadie”. Cambio su tono por uno más amable y me dijo acariciándome la pierna con cierto cariño de padre y me dijo “no te preocupes, de repente a todos nos llega la calentura” yo me desconcerté un poco… que era lo que mi padre intentaba decirme? En eso detuvo el auto, y me dio un fuerte abrazo, “Esto que acaba de pasar, nos va a unir más” y en seguida sentí sus labios rozando los míos para dar pie un tierno y profundo beso de padre e hijo. No lo podía creer, creo que inconscientemente y otras no tanto, había deseado ese momento. Siempre desee el cuerpo de mi padre pero tenía claro que algo entre nosotros nunca podría pasar… hasta este momento.
Había caído la noche, y al salir del auto descubrí que estábamos afuera de la casa de mi tío. Aun mi verga estaba dura, y solo él me dijo… “sígueme”. Lo seguí hasta la puerta y sorpresivamente mi papa tenía sus propias llaves de la casa. Cabe aclarar que mi tío se había divorciado hace muchos años, cuando mis primos eran aún muy niños, por lo que mi tío había vivido solo desde el divorcio y a veces mis primos iban a visitarlo. Mi tío dedicaba su vida a su trabajo: su gimnasio.
Al llegar me quede en la sala mientras mi papa llegaba de la cocina con unas cervezas… y comenzamos a platicar. Me dijo que tuviera la apertura de contarle sobre mí, y sobre mi forma de disfrutar del sexo. Suena raro al principio, pero él me aseguró ser una persona muy abierta en esos temas y que no hay límites en cuanto a disfrutar de la sexualidad se tratara. Nunca había tocado esos temas con papá, incluso nada sobre novias (nunca había llevado a ninguna vieja a la casa), por lo cual aun con que me estaba contando, no tenía los huevos para decirle que morboseaba hasta con lo que menos se hubiera imaginado, que me excitaba bastante con el solo reflejo de mi cuerpo frente al espejo, que los genes que me había dado eran la mecha que quemara el hilo hasta llegar a la dinamita de disfrutarme imaginándome haciéndolo con él.
Me limité a decirle que me gustaban los hombres. Pero él sí contó mucho más, dijo que el sentía por los hombres lo mismo que yo desde hace mucho tiempo, sin embargo siempre quiso reprimirlo hasta que una vez se quedó hasta tarde con mi tío en su gimnasio, y midiendo sus avances, terminaron desnudos frente al espejo, con la verga durísima, y dejando a un lado la cinta métrica, comenzó a tocarlo de manera distinta, hasta que los labios de mi tío terminaron en su verga, y ya no hubo marcha atrás. Cogió muchas veces con él, y también le presentó a otros que ocasionalmente se quedaban hasta tarde para “medir sus avances” y ya no pudo contener más su deseo, por tanto tiempo reprimido, de tener sexo con otros hombres.
Me contó las aventuras que había tenido con mi tío e incluso con mis primos, pero que nunca se había imaginado que yo también era como ellos. Yo no podía dejar de escuchar todo lo que me contaba, y al mismo tiempo sentía una excitación fuertísima. Me contó que él disfrutaba del sexo de todas las formas posibles, con mi tío y con algunos de sus amigos que conoció gracias a él.
Yo no aguanté más y me acerque a él. Pude ver como su gruesa verga de 20 cm. ya estaba dura, y acaricié su paquete. Mi papa solo me tomo del cuello y nos fundimos en un profundo beso. Sentía como su barba a medio crecer raspaba mis labios frenéticos de saborear su boca. Era increíble la sensación de su lengua dentro de mi boca, de su barba rozando mi cara, de sus manos recorriendo mi espalda. Sentí sus labios jugueteando con mi cuello mientras me quitaba la playera lentamente. Ahora yo fui quien se la quitó y acaricie su marcado y velludo torso. Comencé a besar su pecho, morder sus pezones, jugar con ellos.
En realidad era un momento que no quisiese que terminara nunca. Comencé a desabrochar sus bermudas, y él hizo lo mismo con las mías. Jugamos un poco con nuestras vergas por encima de la ropa. Esas vergas que deseaban salir y probar nuestros labios. Mi papa me volteó, quitó mis bermudas y comenzó a besar mi espalda. Bajó hasta llegar a mi bóxer, lo sentía aspirar mi olor, y de repente sentía un mordisqueo en mis nalgas, las cuales sentían como mi papa restregaba su cara en ellas de repente la tela comenzó ser un estorbo y bajo mi bóxer sin dejar de lamer, besar y raspar con su barba mi culo. Subió y volvimos a besarnos, a jugar con esas lenguas que nunca imaginaron juntarse.
Seguí besando sus labios, su cara, su cuello, sus hombros. Él levanto el brazo y comencé a lamer sus axilas, el sentir su olor me excitaba de sobremanera, después mi padre me volvió a besar saboreando su propio olor de la boca de su hijo. Llegue al bóxer ajustado de papá y comencé a lamerlo, sintiendo su verga por dentro. Lo baje y continué lamiendo su verga, sus grandes huevos. ¡Estaba mamando la verga de mi padre! La misma que me dio la vida, y ahora me enseñaba cómo disfrutarla.
Mi papá se sentó en el sillón y permitió a mi boca ir más allá. Comencé a besar su culo, lo sentía palpitar y lo lamía con tal fuerza que mi lengua comenzó entrar en su ano. Mi papá en verdad lo estaba gozando, con una mano se masajeaba la verga y con otra apretaba uno de sus pezones… ahora le doy paso a uno de mis dedos que quiere jugar también con el culo de mi padre, pero necesita un poco más de saliva para que deslice mejor, así que se lo meto en la boca a mi papa para que lo lubrique con su propia saliva. Vuelvo a intentarlo y entra perfecto, un suspiro se escucha salir de su boca. Pero el pide más y ahora su boca lubrica el segundo dedo que su culo lo acepta gustoso. Mientras beso a mi papá, no me doy cuenta que ya tenía tres dedos adentro de su culo, y su cara y su expresión indicaban que lo estaba disfrutando bastante.
Ahora me dice que quiere que yo disfrute al igual que él lo está haciendo. Así que se dirigió a mi verga y comienza a lamerla, se la mete a la boca, la mama como todo un experto. Ahora se la restriega en la cara, llenándose de mi liquido pre-seminal. Siento como su barba raspa mi verga y eso resulta muy excitante. Sube su cara y ahora lame mis pectorales, chupa mis pezones, es la persona que hasta ahora mejor lo ha hecho.
Eso me excita demasiado. Ahora mi papá se acuesta sobre la alfombra y yo sobre él formando un 69. Mientras yo le mamo su deliciosa y enorme verga, él me mama el culo con maestría. Pero es tal el placer que su boca me hace sentir, que me levanto y literalmente me siento en su cara, con mis manos abro mis nalgas para que su lengua entre más profundo, hago presión con mi pelvis, formando una línea recta desde mi cuello hasta su boca. Siento su lengua invadir mi culo, su barba rozando mis nalgas. Nos levantamos y ahora él sentado en el sillón con la verga bien parada y yo con el culo escurriendo saliva de mi padre, me siento sobre su enorme pene, despacio para ver cómo va mi papá disfrutando la sensación caliente de mi culo en su verga… como quería en verdad hacerlo gozar, se me ocurrió al mismo tiempo meterle 2 o 3 dedos en su boca que metía y sacaba lentamente mientras me cogía para lubricarlos antes de metérselos en su culo mientras él me llenaba el culo con su verga.
Mis dedos sentían lo caliente que estaba el culo de mi padre y mi culo sentía el palpitar de su verga adentro. Después cambiamos de posición. Su culo ya estaba listo para algo más grande y mientras él estaba con las piernas abiertas en el sillón comencé a meterle la verga al mismo tiempo su lengua invadía mi boca. Cuando nuestras bocas se separaban, veía la verga de mi padre enorme, venosa, palpitando cada vez que su culo aprisionaba mi verga cuando estaba completamente dentro de él. Entre más la veía, más la quería en mi culo. Entonces nos pusimos de pie, y él me puso contra la pared y comenzó a meterme la verga despacio hasta sentirla toda adentro, la metía y sacaba lentamente y yo levantaba las nalgas para que pudiera entrar lo más profundo posible. Era deliciosa la sensación de la pared fría con mi pecho, que cuando se separaba mi padre aprovechaba para acariciar y tratar a mis pezones con maestría. Mi cara estaba totalmente pegada de lado, mi culo lo más expuesto al placer de la verga de mi padre. Ya no aguantaba más así que le dije que quería montarlo. Se tumbó en el suelo y yo comencé a cabalgar esa deliciosa verga que sentía como resbalaba dentro y fuera de mi culo. Cabalgando su verga me vine como nunca lo había hecho. Grandes chorros de leche comenzaron a caer a lo largo de su cara, llenando su barba y labios de ese semen que tanto me gustaba comerme a solas. Llené de mi leche su cara, su pecho y su abdomen. Después él se vino mientras eso pasaba, yo me concentré en su culo. Metía y sacaba dos dedos o tres dedos por su culo, hasta que brotaron chorros de esperma en su pecho.
Lamí su pecho y su cara para después darnos un profundo beso donde compartimos los fluidos de ambos y quedamos abrazados durante un rato. Mi papa me dijo que fue algo que difrutó mucho, una de las mejores cogidas de su vida, que era tan caliente como él y que esto era solo el comienzo. Que con él y con mi tío iba a disfrutar de todas las maneras posibles. Nos vestimos y antes de salir de la casa nos besamos otra vez. Mi mente corría demasiado a prisa, pero si ellos eran tan calientes como yo, podríamos hacer muchas cosas juntos…
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