Compitiendo por amor
Una competencia por el amor verdadero de papa.
A veces el amor el odio se parecen, y aunque parece que la familia se pelea en realidad se aman profundamente… a veces demasiado. Wanda Y Zaira no podían creer que los padres se hubieran peleado, y que él estuviera saliendo con una mujer tan joven. Ellas estaban decididas confrontarlo, no es que lo odiaran, sino que lo amaban tanto que les daba envidia que estuviera con alguien más, cuando es mucho mejor cuando la familia está unida. Muy unida, perversamente unida.
Las hermanas planificaron cómo iban a llevar a cabo el plan. Sabían cuales eran los punto débiles y lo que a su papá le gustaba.
La hermana mayora Wanda es una rubia muy pulposa, pese a ser madre se mantiene con mucho gym y algunas cirujías, va vestida con un remera muy ajustada sin corpiño, una mini, y unos zapatos con tacos aguja, y un collar de cuero bien apretado a la garganta.
La hermana menor Zaira es una morocha esbelta. No tiene el busto de su hermana, pero tiene una cola perfectamente redonda que es su parte favorita de su cuerpo. Cuando su hermana la pasa a buscar en el auto, está vestida con un piloto que solo permite ver los zapatos de taco aguja. Apenas sube al vehículo le dice a su hermana:
–– Estás lista? Veo que me hiciste caso con la ropa.
–– Si … y vos ¿Por qué estás vestida así?
–– Ya vas a ver, es una sorpresa. Bueno, repasemos el plan…
Zaira le hace decir a Wanda en voz alta lo que piensan hacer, y le tiembla la voz al pronunciar esas palabras. La morocha lo nota, y se acerca a su hermana, le pone la mano justo donde termina la mini
–– Te calienta a idea??
–– Si, mucho.
–– A ver si es cierto
Con gran habilidad mete la mano en la mini, comprueba con satisfacción que no tienen bombacha, y acaricia la concha de su hermana, mientras besa el cuello.
–– Ahhh. Pará!! me vas a hacer chocar!
–– Decime que te gusta.
–– Me encanta!
Frenan en un semáforo y se miran y se dan un beso, no un piquito, sus lenguas luchan y entrelazan, Wanda quiere meter la mano adentro del piloto, pero su hermana no la deja.
–– Te dije que era una sorpresa!! dale, manejá que ya llegamos.
. . .
Cuando llegan a la casa, las hermanas se despiden con otro beso incestuoso mientras se miran con deseo. Solo Wanda baja a hablar con el padre y Zaira espera su momento para entrar. En la casa la charla familiar rápidamente se torna en una pelea (o casi) Wanda está caliente (pero de la mejor manera):
–– Como vas a salir con una pendeja que podría ser mi hermanita?
–– No veo qué tiene de malo. Ella es madura y me da lo que necesito
–– Queeé? es una nena, no sabe nada… además que es lo que tanto necesitas?
–– Alguien que sepa complacerme, la verdad que tu madre nunca pudo.
–– ¿De qué estás hablando? espero que no sea de lo que yo pienso.
–– Hablemos en serio Wanda: SEXO, estamos hablando de sexo!!
–– Dejate de joder pá, esa piba que va a saber, vos tenes que ir a una profesional…
–– Yo ni en pedo voy a una puta! además imaginate que pasa si se enteran los programas de la tele me destrozan.
–– No me dejaste terminar: no hace falta una puta, si las mejores las tenés en casa.
–– ¿Qué decís hija?
La mira con cara de sorprendido ¿cómo podía ser que una charla de padre e hija se convirtió en esto? Es cierto que sus hijas eran muy lindas, y verla vestida así le encantaba, y aunque trataba no podía sacar la vista de ese escote, y esas piernas. Wanda lo sabe, y decide dar la estocada final: sensualmente se acerca a su padre, apoyando su pecho voluptuoso acerca su boca al oído y susurra:
–– Digo que si querés sexo, no hace falta buscarlo afuera.
La mano de la mujer pasa por el pecho, bajando hacia su bulto. Si, el padre se estaba excitando con las caricias de la hija, y nada podía hacer para evitarlo. Es cierto que no hay nada mejor que amor familiar, pero quién imaginaría algo tan morboso y prohibido… Wanda sigue acariciando el paquete, no puede esperar a abrirlo. Acercando los labios a la boca del padre, pero sin besarlo le dice:
–– Además a vos te hacemos precio especial…
–– ¿y de cuanto estamos hablando? Te doy lo que quieras.
–– Por supuesto que me vas a dar lo que quiero. Te puedo hacer la especialidad de la casa, un oral. Vas a ver que soy la mejor.
Como las mejor de las escorts guió a su “cliente” hasta frente a un sillón, aún parados le masajeó la entrepierna y comprobó que las caricias lograban el efecto deseado. Los cuerpos de padre e hija estaban pegados en un abrazo que podía haber parecido familiar sino fuera porque las manos de ella frotaba la entrepierna y las de él agarraba la cola redonda de una manera descarada.
Así juntos, se besaron por primera vez en la boca con pasión. Andrés ya ni pensaba que estaba besando a su hija y se dejó llevar.
Wanda era perfectamente consciente de lo inmoral de lo que estaba haciendo y eso la excitaba mucho más, todo iba acorde al plan. Sin dejar de acariciar a su padre le fue bajando los pantalones y boxers hasta que cayeron a la altura de los tobillos. Dejó de besarlo, y con un suave empujón lo hizo caer sobre el sillón. Entonces aprovechó para sacarse la remera y la mini, haciendo un pequeño striptease que terninó poniendose en cuatro patas y gateando de manera seductora hacia su objetivo.
–– A ver si tu noviecita puede hacer esto…
Le pasa la lengua de punta a punta y haciendo círculos en la cabeza, cambia a pequeñas y suaves lamidas, con la mano le acariciaba los testículos, y va alternando estas técnicas que hacen temblar a su padre. Pero está decidida a mostrar todo su “arsenal”: usa sus enormes tetas para atrapar la pija, las aprieta y las mueve de arriba a abajo. Deja de hacer la turca y poniendo las manos en cada rodilla abre las piernas y de un solo movimiento se traga todo. Su padre casi grita, pero no emite ningún ruido, solo queda boquiabierto, mientras su hija, sin parpadear lo mira y se la saca de la boca por un segundo, toma aire y vuelve a meterse la pija. Incluso saca un poco la lengua y toca las bolas para aumentar el placer de su cliente. Pero decide bajar un poco el ritmo, porque si Andrés acaba ahora se va a perder el plato principal. Se saca la pija de la boca, y la pajea suavemente mientras y dice:
–– No querés agrandar el combo?
–– Eh? Agrandar el combo???
–– Si salis con una pendeja que podría ser mi hermanita?,no querés también a mi hermanita?
Vuelve a poner la boca en la pija, pero jugando con la lengua sobre la cabeza, mientras con una mano alcanza el celular, escribe unas pocas palabras y envía un mensaje. Su padre no entiende a qué se refería con esa frase hasta que ve a Zaira entrar en la habitación, vestida con un piloto largo, y sin dejar de caminar hacia ellos se lo saca para quedar solamente con el conjunto de lencería más provocador que este hombre hubiera visto en persona, su hija parecía una modelo de catálogo, a nadie le podía quedar mejor.
–– Hola Pá! Si querés podés hacerme la cola, pero te va a costar… Pará un poco Wan!!! dejame algo para mi!!!
Wanda se saca la pija de la boca, sonriente le dice al padre:
–– Esta se hace la santita pero es mas puta que yo.
–– Vos callate y ocupate de mantenerlo duro, pero no lo hagas acabar que quiero que me meta esa pija en el culo.
. . .
Andrés tiene enfrente a sus hijas, la rubia arrodillada a sus pies chupando su pene y la morocha con lencería erótica ofreciéndole la cola. Si a esta altura le costaba pensar, lo siguiente iba a destruir todo límite. Zaira se acerca al sillón, se da vuelta para mostrarle la cola, que para su sorpresa no tiene bombacha, pero un buttplug brilla como una joya en ese cuerpo perfecto. Wanda sabe lo que tiene que hacer, va hacia su hermana y acaricia la famosa “sorpresa”, besa un cachete, después el otro, y finalmente un ruidoso chupón en el medio, y pasa la lengua alrededor del plug.
–– Dale, lubricame bien, no quiero que papito me lastime
–– Si, ama.
–– Estás sorprendido papi? Wandita es mi esclava sexual. Ningún hombre se satisface lo suficiente, y ella siempre está dispuesta a venir a sacarme la calentura. Si, seguí así! Ahhh!
Wanda demuestra lo que puede hacer con su boca, atrapa el plug con su boca y lo saca con un fuerte Plop!! Lo deja caer en el piso, para dedicarse a un frenético mete y saca de la lengua en la cola, cada embestida hace gemir a Zai, y cada vez que aleja la cabeza, se acomoda para asegurarse que su padre pueda no se pierda ningún detalle.
–– Viste qué bien entrenada Ahhh! la tengo … por fin encuentro Ahhh! algo para que lo que es buena … Ohhh!
La morocha se arrodilla en el sillón, apoyando sus manos en el respaldo, dejando su cola asomar de manera tentadora. Su esclava ayuda al padre a pararse del sillón, le da una lamida a la pija para asegurarse de estar lubricada y la guía hasta su rosado objetivo. Se apoya suavemente y Wanda se asegura que vaya entrando suavemente. Andrés no puede creer lo fácil que entró.
–– ¿Está bien así, mi amor?
–– Si, así papí, que gorda y caliente la tenés… uffff! Seguí … si … así.
Poco a poco tomó confianza y empieza a penetrarla con cierto ritmo. Mientras una hermana disfruta del sexo anal, la otra se sienta al lado y se masturba viendo el espectáculo. Cada vez menos tímido el padre bombea con ganas, haciendo que su hija tenga que poner las manos y la cabeza en el apoyabrazos del sillón para sostenerse. Y no solo eso, también alcanza a estirar el brazo y tocar la concha de la otra hija, que se abre de piernas y deja que le metan dos dedos. Los tres gritan de placer descontroladamente. Zaira tiene un orgasmo anal, se convulsiona, y le tiene que pedir al padre que vaya más despacio. Wanda no tarda tampoco en empapar los dedos de su padre, que ya siente dolor en las piernas.
Cambian de posición, el hombre se acuesta cómodamente en el sillón, Zaira se sienta sobre la pija, y Wanda sobre la boca. Él deja que lo usen como juguete, se dedica a lamer tratando de no ahogarse con ese manjar. Mientras tanto las hijas se miran con satisfacción, se acercan para darse un nuevo beso, entrecortado por gemidos de placer, chocan sus tetas y dejan que los pezones se rocen entre sí. Con tanto placer no tardan en tener un nuevo orgasmo juntas.
–– Miralo a viejo, tenía aguante, yo pensé que no iba a durar el pete.
–– Yo no pensé que iba a aguantar al verte vestida así.
–– Vamos a darle el premio que se merece.
Andrés se sienta derecho en el sillón, y ve nuevamente a sus hijas, dos hembras insaciables que se sientan cada una en un costado, y se dedican a chupar de nuevo. Como si juega un juguete, la van compartiendo, cada una lame una parte, por momentos al mismo tiempo desde el tronco hasta la punta, donde la lenguas chocan y se besan.
–– Te gusta papito?
–– Nos vas dar la leche?
–– Si me prometen que se la van a tomar to… aaaah!!!
Entre las bocas de las hijas salen varios chorros de semen, la mayoría caen en la cara de Zaira, así que Wanda se dedica a lamer la cara como una aspiradora humana. Terminan en un beso con la lengua hundida en la boca de la otra, mezclando los fluidos de los tres en el proceso.
Están agotados pero muy felices, esto era el principio de una nueva etapa para la familia: un nuevo familiar ahora formaba parte de este secreto. Ahora era cuestión de tiempo para encontrar la debilidad de la novia de papá.
Y por que no ambas embarazarse para chantajear a su padre y que el se quedara con ellas…
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