Con mi hermanita
Nunca pensé que fuera capaz de ver a mi hermanita con otros ojos.
Esto paso en el 2013 cuando tenía 17 años, en ese entonces mi prioridad era andar de fiesta aun más que los estudios.
Mis padres son de un estado vecino de donde vivimos, por lo cual salen seguido el fin de semana a pasarlo allá. Cuando mis hermanas y yo éramos más chico los acompañábamos, pero conforme fuimos creciendo dejamos de hacerlo. Yo prefería quedarme en casa ya que así podía salir de fiesta y ver a mi novia con quien ya tenía una vida sexual activa.
En una de las salidas que mis papás hicieron a su pueblo, mi hermana mayor Angélica y yo decidimos organizar una fiesta en casa, ya que nuestro círculo social era el mismo. Mi hermana pequeña María que en ese entonces tenía 12 años también estaba de acuerdo, ya que también nuestros amigos eran los mismos que los suyos.
Yo había comenzado a tomar desde muy temprana edad, y mi hermana mayor también lo hacía, así que durante la fiesta había mucho alcohol. Mi hermana pequeña ese día decidió que quería tomar, no le vi mucho problema ya que se encontraba con gente de confianza, y no tenía derecho de enojarme ya que yo había comenzado a tomar desde los 13.
La fiesta ya llevaba un rato, y yo me la había pasado entre bromas y baile, ya eran alrededor de las 12 de la noche cuando mi novia y yo nos fuimos a mi recama ya que tanto ella como yo nos encontrábamos deseosos de sexo. Teníamos cerca de 15 minutos encerrados, y mi novia me estaba haciendo sexo oral, cuando tocan a la puerta.
-Toño, ya vienen por Sandra. Dijo una amiga desde afuera.
Frustrados tuvimos que dejar inconcluso aquello ya que los papás de mi novia habían llegado por ella. La acompañe hasta donde estaban sus padres, nos despedimos y regrese a la fiesta.
Angélica mi hermana no se veía por ningún lado, seguramente ya se había ido a algún lugar con su novio. Como si eso no fuera suficiente había llegado gente desconocida a la reunión. Cinthia una amiga me dijo que barios de ellos habían estado demasiado atentos a María y que le habían estado dando tragos.
Fui hasta donde se encontraban y mi hermana estaba muy borracha bailando con uno de los tipos desconocidos, y este la tenía tomada de su cadera casi tocando su trasero. Muy molesto por eso decidí dar por terminada la fiesta.
Entre unos amigos y yo desalojamos a todos. Quedándonos solo Cinthia, mi hermana y yo. Mientras terminábamos de sacar a todos Cinthia me platico que los chicos que estaban con mi hermana le estuvieron dando algunas bebidas, decidimos ir a revisarlas, para entender porque mi hermana se encontraba en ese estado. En su bazo notamos que habían disuelto algo, al parecer una pastilla.
-le dieron clonazepam o díazepam, le querían hacer algo, desgraciados chavos. Dijo Cinthia.
-lo bueno que estabas tu para cuidarla, si no, si la andan violando. Me dijo
Fuimos a donde habíamos dejado a mi hermana, y esta yacía en un sillón, al parecer había vomitado un poco ensuciando su blusa.
-Cinthia ayúdame a quitársela para que no se ensucie mas.
Le quitamos su blusa, quedando solo en su pequeño brazier blanco con colores que cubría sus pequeños pechos aún en desarrollo. Cuando nos disponíamos a llevarla a su recamara, entre balbuceos nos dijo que quería ir al baño.
Entre los dos la llevamos, yo la tenía contra mi cuerpo, sujetándola de su desnuda cintura. Cinthia le bajó su pantalón y su ropa interior, para que luego yo la sentará en el inodoro. Casi en cuanto se sentó comenzó a hacer popo.
-yo no voy a limpiarla Toño. Dijo Cinthia para luego salir del baño.
Cuando Mari dejó de hacer sus necesidades, parecía ya estar dormida sentada en ese mismo lugar. Tomé papel y sin levantarla metí mi mano entre el inodoro y sus piernas, pasé papel entre sus pompis hasta dejarla limpia, su vagina estaba a escasos centímetros de mi rostro, tomé un poco más de papel para ahora secar su vagina, la cual podía apreciar completamente, era muy rosada, y se veía su clítoris sobresalir sobre sus labios, que tenían apenas un pequeño rastro de vello suave y casi rubio.
Pasé un poco de papel por su virginal intimidad, y por accidente uno de mis dedos tocó el calor de su pequeños labios vaginales.
Aferrando me a la idea de que era mi hermanita y no podía excitarme, le hable a Cinthia para que me ayudara a vestirla y llevarla a su recamara, donde la dejamos acostada en su cama.
Cinthia y yo tomamos un par de tragos más, hasta que ella se retiro. Eran para ese momento alrededor de las 2 de la mañana, y para ese momento sabía que Angélica no llegaría a dormir, así que me dirijo a mi recamara para dormir. En el camino pasé por la recamara de Mari y decidí asomarme para ver si se encontraba bien.
Estaba acostada boca arriba, desnuda de la cintura para arriba, solo con su pequeño brazier. Decidí entrar auto engañándome para ponerle su pijama y pudiera dormir mejor. La luz estaba encendida, pero a ella no parecía molestarle ya que dormía como piedra.
Entre y me senté a un lado de ella, la llamaba por su nombre para ver si despertaba, pero no hubo respuesta. Viendo que no reaccionaba comencé desabrochando su pantalón y despojandola de el. Sus zapatos se los habíamos quitado cuando la acostamos.
Me quede parado apreciando por primera ves lo hermosa que era. Su carita angelical, completamente perdida en un sueño profundo, sus pestañas grandes resaltaba en su blanca piel. Su piel era blanca casi rosa de pies a cabeza, era menudita, podía ver como sus pequeños senos se movían cada que respiraba, era tan delgadita que se marcaban un poco sus cosillas y su cadera. Tenía las piernas abiertas, unas piernas que se veían tan suaves y muy bien formadas. Su intimidad estaba cubierta con sus pantis aún de niña, ya que eran un conjunto de su brazier, con muchos colores.
De nuevo mintiéndome a mi mismo, pensé en que dormiría más cómoda con su pijama, sin su ropa interior, puesto que así lo hacía mi novia.
Primero baje sus pantis dejando su virgen vagina de nuevo frente a mi rostro, le acariciaba sus piernas, cuando no pude mas y sin pensarlo comencé a devorar ese inocente manjar, pasaba mi lengua entre su rajita casi sin ningún vello, haciendo énfasis en su clítoris. Su sabor era exquisito, ella solo suspiraba, pero completamente dormida. Separe con ayuda de mis dedos sus labios, para poder apreciar completamente su entrada, aún se veía su himen intacto y rosado, metí mi lengua saboreando su virgen barrera.
Me aparte sin creerme lo que estaba pasando, nunca había pensado en mí hermana de esta manera, incluso cuando niños llegamos a bañarnos juntos y jamás se me hubiera ocurrido.
Subí a la cama y la gire haciéndola quedar en posición fetal, para luego desabrochar su brazier y quitárselo, dejando al aire esos pechos que tanto me habían excitado hace unos momentos. Volví a dejarla boca arriba, pero ella suspiro profundo haciéndome creer que despertaría. Corrí a apagar la luz para que la luz no fuera a despertarla.
Regrese a la cama y me recosté a su lado, para luego comenzar a besar sus labios, pero sin meter mi lengua ya que tenía su boca muy cerrada, le tocaba sus pequeños pechos apenas del tamaño de unos limones. Me di cuenta que su cuerpo era aún el de una niña, pero eso me éxito aún más.
Me perdí lamiendo esos preciosos pechitos, comiendo cada centímetro, saboreando sus hermosos y pequeños pezones que ya estaban duros. Decidí en ese momento que la virginidad de mi hermanita tenía que ser mía.
Me desnude completamente, y me hinque al ras de la cama e intente acercarle mis 18 cm de carne a su virgen entrada, pero no alcanzaba a llegar a su altura. Fui a la sala por unos cojines que puse en el piso y volví a colocarme en esa posición, abrí sus piernas y comencé a frotar mi miembro en su entrada.
Dudo que ella estuviera lubricada, ya que no se daba cuenta de cómo su hermano la estaba violando, aún así estaba mojada por todo el presemen que le había dejado cuando le frotaba mi verga.
Abrí su rajita y empecé a hacer presión con mi pene, sobre ese cerrado orificio, me costaba trabajo meterlo, apenas tenía mi glande adentro y ya sentía mucha resistencia.
Mi mirada iba y venía entre su carita y su vaginita, ya que tenía miedo de que despertará de su drogado sueño. Seguí en mi intento tratando de penetrarla, sentía como mi polla chocaba con su himen y sin mucha compasión la embestí logrando romper esa virginidad, sentí como después de eso mi polla entró mucho más fácil en su apretada vagina.
Ella dio un quejido, casi como gemidos y dijo – no, me duele. Me asuste y me aparte pero, me di cuenta que seguía dormida, como que tenía lapsos donde regresaba pero se volvía a perder, por el efecto de lo que le habían dado.
Regrese a mi posición, volví a separar sus piernas y volví a penetrarla, esta ves entro un poco más fácil. Tenía al menos la mitad de mi verga dentro del calor de mi hermanita, pero como ella no se quejo de nuevo, terminé por meter todo mi miembro en ella, no se si era por el tamaño de su vaginita, pero mi verga llegaba hasta el último rincón de ella, incluso sentía como la punta de mi polla chocaba con su útero.
Ella solo daba pequeños y excitantes suspiros, mientras la cojia sin clemencia, también devoraba sus preciosos senos de niña.
De pronto sentí como ella trataba de zafarse, quizá estaba siendo demasiado brusco, pero me enloquecía tener una niña a mi merced. Dejé caer mi cuerpo completo sobre ella y la sujete de la manos mientras la penetraba cada vez más fuerte. Entre sueños se veía que le dolía, e incluso su rostro tenía el gesto de querer llorar. Esto me éxito tanto que de tres movimientos más inunde de semen la vagina de mi hermanita.
Me quedé recostado solo un poco sobre ella, y mi pene fue saliendo solo al ir perdiendo la ereccion. Cuando mi miembro salió de ella me recosté a un lado ya que sentía como le faltaba el aire. En cuanto lo hice ella se giro quedando en posición fetal. Aun desnudo los dos, me acomode detrás de ella y la abrase, me quede acariciando su precioso cuerpo infantil, besando sus hombros y espalda, mientras seguía procesando como había sido capas de violarla y más a su corta edad.
Me sentía muy culpable por lo que había hecho, y decidí salir a fumar un cigarrillo en lo que despejaba mis ideas. Entró una llamada y era Angélica diciéndome que no regresaría hasta más tarde, que pasaría el resto de la madrugada en casa de su novio, me preguntó cómo estaba Mari , solo acate a decirle que bien dormida.
Regrese a al lugar donde había profanado la inocencia d mi hermana, dispuesto ahora a vestirla y tratar de olvidar lo sucedido. Pero al verla completamente desnuda en posición fetal, su culito parado volvió a poner mi pene erecto.
Volví a recostar e a su lado mientras acariciaba sus nalguitas duras, propias de alguien de su edad, metía mi dedo entre ellas y se sentía muy mojado ya que mi semen le había escurrido, frotaba mi dedo en su ano de niña, sin un solo vello. Meti solo un poco de mi dedo en su hoyito, pero ella se quedó y se movió por la incomodidad.
Siempre había querido penetrar analmente a mi novia, pero ella nunca había querido ya que la primera vez que lo intentamos le dolió mucho, y ya no quiso volver a intentarlo. Sabía que está era mi oportunidad de probarlo.
Empecé a frotando mi verga entre sus nalguitas de arriba abajo, buscando con cada movimiento sentir su entrada, que cada vez estaba más mojada ya que la estaba lubricando con el semen de la corrida anterior, que salía de su vagina.
En uno de los movimientos sentí como la punta abrió un poco la cavidad de mi hermanita, con mis manos separe sus nalgas dejando aún poco abierto su dilatado ano, comencé a empujar, se sentía muy apretado, su esfínter se resistía y hacía movimientos tratando de expulsarme. Cuando mi glande ya estaba adentro empuje más, metiendo casi la mitad de mi polla en su culito.
Soltó un gran gemidos y quiso alejarse, pero la envolví con mis brazos y no lo permití, por el contrario, seguí fallándola cada vez más duro, metiendo cada centímetro de mi miembro, se escuchaba como entraba y salía, y como mi pelvis golpeaba sus nalgas. También se escuchaban sus gemidos. Esta ves parecía que ella sentía más, incluso entre balbuceos de borracha decía – no, déjame, me duele mucho.
Dudo que ella supiera bien que era lo que le estaba pasando, y mucho menos quien era el que estaba desflorando su ano.
Sentía completamente el calor de su recto, y como su esfínter se contraía soltando y luego succionando mi verga. La tenía sujetada de sus pechitos, estaba vuelto loco apretando esos pequeños limones.
Por el alcohol que había ingerido, y también por la corrida que acababa de tener, dure más fallándola, incluso sentía como su interior comenzaba a secarse, haciéndolo más doloroso para ella, ya que seguía entre gemidos y quejidos.
Cuando sentí que mi semen iba a fluir, la atravesé lo más que pude, sentí como lance chorros de semen en su interior. Mi corrida incluso fue más larga. Me sentía tan excitado de llenar los intestinos de mi hermanita de mi leche, que aún después de venirme le deje mi verga adentro hasta que se bajó mi erección y su esfínter me fue sacando, a la vez que arrojaba algo de mi semen.
No podía creer que con todo lo que le había hecho ella se volviera a dormir. Me que de recostado con ella un rato acariciando toda su angelical silueta. Hasta que vi el reloj y ya eran casi las 6 de la mañana.
Como pude le puse su pijama, la arrope y me fui a dormir a mi recamara aun sin poder creer lo que había hecho, aunque un poco temeroso, sabía que mi hermanita aún no tenía su periodo, pero aún así tenía algo de miedo de que quedara embarazada. Los dos nos levantamos tarde con una horrible resaca. Mientras desayunábamos yo no me atrevía a verla a la cara por miedo a que recordará que su propio hermano la hacía violado.
Ella nunca me dijo nada, y su Periodo comenzó unos meses después, lo cual me tranquilizó, siguió siendo mi hermanita consentida. Tiempo después me enteré que a mi hermana mayor le había platicado que ese día se había acostado con alguien, pero no recordaba bien con quien había perdido su virginidad.
Que rica experiencia. Quien no ha fantaseado con algo asi?
Si yo les contara la relación con mi hermanita no me la creerían pues es totalmente diferente a lo mayoría de éstas
Cuanto hubiera querido que a mis 12 años mi bello hermano me hubiera violado, es más lo hubiera dejado que siguiera haciendomelo si eso nos hacía feliz a ambos. Muy bueno el relato
Buen relato, y buena experiencia