Con mi prima Paloma
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola me atrevo a escribir las experiencias que viví con mi prima ya que apenas nos reencontramos y me di cuenta que no es una chava traumada sino todo lo contrario, una mujer que disfruta bastante del sexo y no tiene inhibiciones.
Yo soy 8 años mayor que ella y en aquel entonces ella tenía 10 y yo 18, sus papás habían peleado y su mamá (la hermana de mi mamá) vino a vivir a nuestra casa. Mi mamá como buena hermana se llevó a mi tía de paseo, de compras, a la estética y a varios lugares. Siempre antes de irse me dejaban encargados a mi hermano Fausto que tenía como 14 años y a Paloma, la verdad a mí no me importaba solo decía que sí mientras seguía jugando al play station o viendo tele. Por esas fechas teníamos la costumbre mi hermano y yo de ver películas porno en la tele de nuestro cuarto, así que llegaba de la escuela, le servía de comer a mi prima y me subía en chinga a ver pornografía o jugar al play con mi hermano dejando sola a la niña en la sala.
Un día al salir del cuarto después de hacerme una paja vi a mi prima salir corriendo a esconderse al cuarto donde ella dormía. Mi cuarto tenía una ventana que teníamos tapada con posters y cartulinas, supongo que quedó algún hueco por el que mi prima se asomaba a ver que hacíamos mientras se sentaba en las escaleras.
-¿Qué viste? Le dije.
-¿Qué hacían? Me dijo apenada.
-Por eso, dime que viste, le repetí.
-Estaban viendo una película, eso fue lo que vi.
-¿Cuánto tiempo llevabas ahí viendo?
-Todos los días los veo, es que me aburro allá abajo sola. Sentí algo de pena por ella y me resigné a hacerla pasar.
Mi hermano se asustó al vernos entrar a los dos pero no detuvo la película ni dejó de masturbarse. “¿Sabes que estamos viendo?” y me contestó que no, “deberías ver la película y te voy explicando de que se trata”. Se sentó en la orilla de la cama y miraba la tele y a mi hermano masturbarse, yo la rodee con mi brazo y hasta que la senté en mis piernas.
Están cogiendo, le dije, él se está cogiendo a esa mujer, y ¿sabes porque lo hace? Porque el cuerpo de las mujeres para eso es, para que nosotros los hombres lo disfrutemos, las besemos y las toquemos. A las mujeres les gusta eso, además ellas también los disfrutan. ¿Sabes besar? Después de pensarlo un poco me dijo que no. No te preocupes, yo te enseño si quieres.
Le rodeé la cintura con mis brazos y después la tomé de la barbilla y me acerqué para besarla, le di un beso pequeño y pude sentir sus labios fríos tal vez por los nervios porque su respiración se escuchaba agitada. La seguí besando y fui sintiendo como se sonrojaba y se ponía caliente, comencé a meter mi mano debajo de su blusa y acaricié su abdomen y con mi otra mano sus piernas, metí mi lengua en boca y ella se estremeció, mi verga estaba tan dura que tuve que dejar a mi prima ahí en la cama para poderme hacerme una paja y venirme. Le dije que tenía que volver a la sala porque mi mamá y mi tía no tardaban en llegar (siempre llegaban a la misma hora), ella se fue sin decir nada y yo estaba nervioso de que fuera a contarle algo a su mamá o peor aún a su papá con quien siempre hablaba por teléfono, pero no fue así, durante los 3 días siguientes no dijo nada, solo me miraba a la hora de la cena e intentaba estar siempre cerca de mí.
Mi hermano me preguntó porque solo la había besado si se notaba que ella estaba deseosa de sexo, pero le dije que no, ella era muy chica, tenía apenas 10 años y yo 18, no quería lastimarla y que fuera a decirle a sus papás. Pero decidí que podíamos seguir divirtiéndonos mientras veíamos películas. Todos los días ella llegaba corriendo de la escuela, comí apurada y se subía al cuarto con nosotros. Llegaba directo a sentarse en mis piernas y me besaba, le pedía que me besara en el cuello y que usara su lengua, ella era muy obediente y complaciente y poco a poco fue haciéndolo mejor. Un día nos dijo a mi hermano y a mí con quien también se besaba, que sino queríamos que se quitara la ropa, al fin que el cuerpo de las mujeres era para que los hombres lo disfrutemos. Le dijimos que sí y apurada aunque con un poco de pena comenzó a quitarse el uniforme, solo se quitó la blusa y su corpiño, la detuve en ese momento, era tan excitante ver a esa criatura en falda de colegiala y zapatos escolares. Sus pechos ya estaban en crecimiento, la verdad tenía un cuerpo delicioso para su edad, era delgada y tenía su culito redondo y paradito y unos pezones rositas riquísimos. La recosté en la cama y la besé, poco a poco fui bajando por su cuello hasta llegar a sus pechos, comencé a lamer y besar sus pezones mientras ella se retorcía y jadiaba, apreté sus senos mientras los chupaba y mordisqueaba despacio, ella se cerraba los ojos y apretaba las sabanas moviendo sus caderas. Nunca había probado unos pechos como esos, tan tiernos y suaves, no podía dejar de chuparlos. Me despegué de ella para sacarme la verga y jalármela como siempre pero esta vez no fue así. Paloma ya había visto muchas veces como era el sexo oral y era momento de ponerla a prueba y parecía que ella también lo sabía.
-¿Quieres que lo chupe verdad? Me dijo con una voz tan inocente que hizo que casi me viniera en ese momento.
-Sí mi amor, chúpamela, yo sé que ya llevas tiempo queriendo igual que yo.
Se sentó en la orilla de la cama y yo acerqué mi pito a su cara, ella lo tomó con sus manitas tibias y sin levantar la mirada le dio un beso en la punta.
-Usa tus manos como en las películas, le dije y ella bien obediente comenzó a subir y bajar con sus dos manos algo torpe.
-La tienes bien grande me dijo con los ojos bien abiertos.
-Y dura, tú la pusiste así porque estás bien rica mamita, usa tu boca, chúpala como helado.
Sacó su lengua y lamió mi glande despacio, después usó bien sus labios mojados y la chupo de manera suave. Le pedí que se la metiera lo más que pudiera en la boca pero no entró mucho por más que la abrió.
-Espera, deja te ayudo. Y la tome del cabello y jale su cabeza hacia atrás y fui metiendo mi pene en su pequeña y húmeda boca, ella tenía sus ojos cerrados, en medida que iba entrando más ella daba arcadas y las lágrimas se le salieron.
-¿Te estoy lastimando mi amor? Le dije deteniéndome. Ella solo movió su cabeza diciendo que no pero seguía dando arcadas.
-Chúpalo despacio mi niña le dije y ella después de tragar un poco de saliva comenzó con el movimiento. Chupaba como si no hubiera comido nada en todo el día, como si llevara toda una vida mamando pitos, realmente lo estaba disfrutando y por su puesto yo también. Solo le sostuve su cabeza y ella hizo el resto, tuve que separarme de ella y toda mi leche cayó en sus piernas. Cuando volteé a verla estaba jadiando, exhausta, con los ojos cansados, la boca abierta y la saliva escurriéndole.
-Ve a limpiarte preciosa. Se levantó de la cama y fue al baño a lavarse la cara. Cuando me di cuenta mi hermano estaba jalándose el pito mientras caminaba hacia el baño.
-¿Ahora me lo chupas a mí Palomita? Le dijo Fausto, ella le sonrío y de un salto de sentó en la cama nuevamente.
A partir de ese día las fiestas con mi prima fueron increíbles, pero les iré contando de a poco para no aburrirles con relatos tan largos. Se aceptan comentarios para mejorar la escritura, realmente voy escribiendo como recuerdo ya que esta historia es real.
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