Con mi primo: Mi primer acercamiento sexual. (1/2) – Axel Vause
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esto comienza hace 7 años, yo vivía con una tia en la ciudad de México por que mis papás recién se habian separado.
Me gustaba convivir y jugar con mis primos, Alejandra de 11 años (como yo) Aldo de 14 años.
Y mi favorito, Alex de 17 años.
Era una tarde soleada de Mayo, y era el día en que mi prima tendría su "Primera Comunion" algo que hasta ahora no he terminado de entender, nunca me interesó la religión, y por lo que noté en ese momento a mi primo Alex tampoco.
Estabamos ahí, sentados tomando refresco, aburridos.
Por lo que le dije "¿Tambien me harán algo así?" y me respondió "Si no quieres no, no es obligatorio" me alegré y solo respondí un "ah, bueno"
Comimos, y todo se tornaba aún más aburrido, no entendía que era lo que celebraban
A lo que regresé a la mesa donde estaba mi primo y le dije "y si subimos a jugar al cuarto?" a lo que respondió "Ok, sólo le digo a mi mamá" nos paramos y nos dirigimos a donde se encontraba mi tía, platicando con unos señores que la verdad, yo no conocía.
– Mamá, podemos ir a jugar al cuarto? Estamos aburridos.
– le dijo al tocarle el hombro.
– Ah? Si, si claro, con cuidado.
– respondió mi tía al percebirnos.
Me emocioné y empezamos a caminar hacía la casa.
Al llegar y abrir la puerta de su habitación.
– Y que jugaremos? – pregunté mientras me sentaba en su cama.
– Pues, está el xbox, monopoly, uno.
– XBOX! – dije exaltado, porque nunca me dejaba jugar 🙁
– Va, pero solo tengo San Andreas (GTA) y Josué (otro primo) se llevó el otro control.
– dijo mientras ecomodaba las cosas (cables etc.
)
– No importa, una vida y una vida.
– dije mientras me echaba igual al suelo.
– Ok.
Puso el juego, y empezó a jugar en modo libre, era tan bueno que nunca lo matarían, pero igual me divertía viendolo jugar.
Me acoste en el piso, y puse mi cabeza en su pierna (el estaba sentado en cruz) y empecé a jugar con las agujetas de sus tenis, hasta que no te sus vellitos que se escondían en su pantalón y dije.
– Por qué te salen tantos pelitos aquí? – ésto, mientras arrancaba uno, y pareció dolerle
– AUCH, no hagas eso! – exclamó mientras estiraba y abría un poco las piernas.
– Perdón! – dije mientras me arrastraba para volver a las puntas de sus pies.
– Por tu culpa perdí, ahora me va de nuevo.
– Ok, perdón.
– dije mientras le levantaba el pantalón para volver a sus vellitos.
Comencé a subir y a bajar la mano por su pierna, se sentían muy chistosos sus vellitos.
– Que haces? – dijo poniendole pausa al juego.
– Nada, es que se siente chistoso – dije mientras seguía acariciando su pierna.
– Me pone nervioso.
– dijo mientras cubrió su entrepierna con sus brazos.
– Porqué nervioso? – le pregunté mientras acariciaba más fuerte.
– Para! – dijo sosteniendo mi mano con fuerza.
Al él hacer eso, pude notar que su bulto había crecido en proporción, por lo que pregunté con inocencia.
– Qué es esto? – dije, mientras con mi dedo índice tocaba el inicio de ese extraño bulto.
– Es, un, este, tu igual lo tienes! – dijo algo nervioso.
– Si, pero el tuyo es más grande – respondí mientras seguí dando pequeños toques en su bulto.
– Con la edad crece, es por eso – dijo mientras reanudó el juego y alejó mi mano de ahí.
– Ok.
-Dije con cierta intriga, no podía quedarse eso así.
Volví a sus vellos, pero ahora lo hice con morbo.
– Oye, y hasta donde acaban tus pelitos? – dije mientras me asomaba por su pantalón.
– Hasta mi ombligo, pronto tambien tendré en el pecho y en el rostro.
– dijo sin verme, seguía jugando.
Para este punto, ya se me había olvidado que yo igual debía jugar, pero se me hacia más entretenido lo otro.
– Hasta aquí? – pregunté al poner mi mano sobre aquel bulto que ya no estaba tan grande y tan duro como hacía 10 minutos.
– Sí, ahí también.
– dijo algo extrañado por mi insistente curiosidad.
– Me puedes mostrar? – dije mientras me ponía entre sus piernas, viendolo fijamente, sin soltar su bulto.
– No! Eso no.
– dijo quitandome de su vista, y quitando mi mano de su bulto.
– PORQUÉ NO? Orale, no le digo a nadie.
– dije mientras me le volvía a poner de frente.
– porque no, estás muy pequeño para entender – dijo viéndome directo a los ojos.
– Ash, si solo me llevas 7 años! Déjame ver.
– insistí, y volví a poner mi mano sobre su bulto.
Esta vez ya estaba igual de duro que antes.
– No, porque nos pueden ver.
Y nos regañaran.
– dijo serio, pero sin hacer nada para quitar mi mano de su bulto.
– Solo poquito, por favor.
– rogué, ahora acariciando más su bulto.
– Ok, pero no le digas a nadie, ni a Aldo ni a Ale, ok? – decretó mientras se paraba a ponerle seguro a la puerta.
– Ok.
– acepte quedandome en el suelo.
Yo ya sabia a que iba todo, era inocente, pero no del todo tonto.
– Mira ven, sientate.
– dijo señalando la cama, y el comenzando a desvestirse.
– Ok.
– Obedeci, y me sente.
Se quedó en ropa interior, usaba de esos boxers de tela normal, super flojos.
– Woow, no imagine tantos pelitos! – dije acariciando sus piernas, torneadas por el ejercicio.
– Y acá hay más – dijo sacudiendo su bulto de arriba a abajo.
Se veia grande, pero mi morbo era mas grande.
– Si me vas a enseñar? – dije introgado por lo que acababa de ver.
– Si, pero espera.
– dijo acostandose, poniendo una pierna en mi espalda y otra en mis piernas, quedando yo de frente a aquel bulto que ahora era más un cilindro.
– A qué? – dije con confusión.
– A esto.
– respondió rápidamente, poniendo mi mano en aquel cilindro.
La pude sentir toda, ahora sin tanta tela de por medio, eso me estaba gustando.
– Mira, puedes hacer lo mismo que con mi pierna, tomala fuerte, y sube y baja – dijo con una cara extraña, que ahora sé interpretar como excitación.
– Pero primero la quiero ver.
– dije recordandole el principio de todo.
– Osh, bueno.
– respondió con estrés, levantando su torso y quitándose ese horrible boxer.
– Wow.
– me quedé sin palabras, era de unos 17 cm, gruesa y con una ligera curva a la izquierda, unos huevos muy peludos, me encantó.
– Ya la viste, ahora obedece.
– ordenó, volviendo a poner mi mano en su verga, habia lograrlo excitarlo, era mi oportunidad.
Comencé a hacer lo que me pedía, que ahora sé que se llama masturbación.
Seguía masturbandolo, cuando me percaté que algo transparente (precum) salía de su "oyito"
A lo que dije
– Es pipí? – dije mientras me detuve.
– No! Es algo más, es dulce, pruébalo.
– dijo mientras se apretó para que saliera más.
Lo iba a tomar con el dedo, pero me detuvo.
– Así no, así ya no sabe bien, chupalo.
– me dijo mientras me inclinó su verga para agacharme a chuparlo.
– Ok.
– dije mientras letamente inclinaba la cabeza y sacaba la lengua para pasarla por encima.
Al mi lengua tener contacto con su pene, eso lo hizo retorcerce, yo no entendía que pasaba, pero seguí lamiendo, aunque ya no quedaba nada de aquel liquido transparente.
– Te gusta putita? – dijo con los ojos cerrados y acariciando mi pelo.
– Qué? – dije mientras me alejaba, no entendí porque me llamó así.
– Nada, nada, tu síguele – dijo abriendo los ojos y dándose cuenta de lo que había dicho, y omitiendolo.
– No, ya me cansé.
– dije soltando su pene.
– Quieres probar algo más? Te puede gustar – dijo acariciando mi espalda.
– Que es? – dije sin verlo a los ojos.
– Mira, quítate la ropa.
– respondió quitandome empezando a quitarme la playera.
– Ok, todo? – dije obedeciendo.
– Sí, todo, como yo.
– respondió acomodandose en la cama, se puso de lado.
Me quité toda la ropa, aún no entendía bien que pasaba, pero eso que pasaba me estaba gustando mucho.
– Ahora ven, acuestate, no te voy a hacer nada.
– dijo tapándose con las cobijas, y alzandola para que yo entrara en ella.
– Ok.
– me meti con el a la cobija, pero de frente, a lo que me detuvo.
– No, no, no, no, de espaldas.
– Oh, ok, ok – obedecí y me acosté de espaldas a él.
– Mira, no te haré daño, solo disfruta.
– me dijo al oido, para luego escupir y acariciar mis nalguitas.
– Va.
Yo me dejé querer, y aunque sabía que intentaría meter su verga en mi, no me importó.
Comenzó a untar su verga entre mis nalgas, como si fuera su puta, y me lo decía "te gusta puta?" es la frase que mas recuerdo.
Empezó más fuerte, y empezó a acariciar mi pequeño pene que por todo igual estaba duro, pero nada que ver como el de el.
Se puso boca arriba y me trepo arriba de el, comenzó a cargarme y a darme más fuerte, pero igual, sin penetrarme, así siguió, hasta que con la voz cansada me dijo "ya viene, viene!" lo último que recuerdo que hizo, fue que me quitó y me dijo "tomala, con la lengua!" yo obedecí y como antes, empece a dar lengüetazos, no me imaginé que chorros de algo blanco me salpicaran la cara, y la boca, me dió asco y me fui a limpiar con su playera.
No entendía a ciencia cierta lo que acababa de ocurrir, ¿me había gustado estar en la cama con mi primo?
Me hizo prometer que no hablaría de eso con nadie, y que tal vez no volvería a pasar.
Este relato lo escribo a base de que acaba de ser hace poco su cumpleaños, y lo felicité.
Con él perdí mi virginidad a los 14 años, durante los días posteriores a la muerte de nuestra abuela, pero eso, eso es otro relato, si quieren que les cuente ese relato, comenten aquí, o haganmelo saber en mi twitter: www.
twitter.
com/axelvause
Los quiero, espero haya causado más erecciones que sólo la mía, Adiós.
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