Con mi suegra y su hija
Al bajar la cabeza pude ver que quien me la estaba chupando ávidamente era mi suegra mientras mi mujer reía a mi lado mirando la escena y acariciándose los pezones por debajo del jersey..
Una vez que ya había follado a mi suegra, me quedaba la fantasía de hacer un trío con ella y su hija. Qué pajas me hacía pensando en ello… Una noche estando en la cama a punto de dormir mi mujer encendió la lámpara de la mesita de noche y me dijo:
-Esta mañana he estado en casa de mis padres. Mi madre me ha pedido que le añadiera un contacto al WhatsApp y vi que te mensajeas con mi madre.
Traté de disimular mis nervios ante la posibilidad de que hubiese visto los vídeos que le enviaba a mi suegra.
-Bueno, a veces sí le pregunto cómo está y esas cosas…
-Ya, ya… Supongo que entre esas cosas incluye el envío de vídeos donde sale mi marido pajeándose con mi ropa interior, ¿no?
Mi mundo se vino abajo. Me había pillado y no sabía por donde salir.
-Bueno, yo…. Todo empezó por una tontería, ella se enteró de que había gente que hacía eso -(mentira, ella me pilló, pero tenía que disimular)-y yo le dije que a veces me gustaba pajearme con tus tangas y sujetadores, todo en una conversación de lo más normal. Ella me pidió si le podía enseñar un vídeo de esos, entré en una web y se lo mostré, pero fue más allá y me dijo que le excitaría mucho ver uno mío. Así que me dio unas braguitas suyas y le hice un vídeo.
-Y la cosa fue a más con mi ropa, no? Dios… no me lo podía creer cuando lo vi. Le pregunté a mi madre y no sabía qué decir. Joder… mi madre masturbándose viendo cómo te pajeas… Qué fuerte! Porque supongo que sólo hay eso, ¿no? Pajas.
Balbuceé algo que ni yo entendí ante aquella pregunta. Ella me miró con los ojos totalmente abiertos y con profunda extrañeza preguntó:
-¿¡Te has follado a mi madre!? Joder, tu cara lo dice todo. ¿Y mi padre lo sabe?
-No, no, él no sabe nada.
-Mejor, hace mucho tiempo que dejaron de ser pareja para ser sólo amigos. Esto es muy fuerte, de verdad.
Lo que vino a continuación me descolocó por completo. Ella cogió su móvil y me dijo:
-Ahora mismo quiero que cojas mi sujetador de esa silla y te masturbes mientras te grabo. Quiero verlo en directo, ver cómo lo haces para ella.
Yo no salía de mi asombro, no podía creer lo que me estaba pidiendo. Alzó la voz con un “¡Vamos!” y obedecí. Me desnudé por completo, agarré el sujetador y comencé a frotarlo por mi polla. La suavidad de su tacto pronto hizo reaccionar a mi polla endureciéndose por momentos. Ella grababa con atención mientras se mordía levemente el labio inferior.
-¿Te has corrido pensando en ella mientras me follabas a mí?
La respuesta iba a quedar grabada.
-Sí, varias veces.-Contesté a la vez que rodeaba el sujetador alrededor de mi polla y me pajeaba duro.
-Puto cabrón…mmm… Así que repartiéndote entre la madre y la hija…cerdo…
Estaba súper cachondo y mi semen comenzó a salir a borbotones llenando el sujetador. Luego ella giró el teléfono y hablándole a la cámara dijo:
-Esta te la dedico, ma-má. Ya hablaremos.
Le envió el vídeo y se puso a dormir sin decir más. Qué pasaría a partir de ahora era una incógnita.
Pasaron un par de días y el tema no volvió a salir ni yo quise sacarlo, ni preguntar si su madre había visto el vídeo o qué habían hablado. Estaba tenso e inseguro.
Un sábado al mediodía, mientras estaba preparando la comida mi mujer llegó risueña y me dijo que apagara el fuego y me sentara en la silla. Así lo hice. Sacó de su bolsillo trasero del pantalón unas esposas y un antifaz.
-¿Ya has vuelto a ver las 50 sombras de Grey otra vez?-Sonreí.
Ella dijo que me callara, me enmanilló las manos tras la silla y me puso el antifaz. Durante un minuto se hizo el silencio. No entendía nada. Luego oí unos pasos y noté que algo se acercaba a mis labios. Supuse que sería alguna delicatesen, así que saqué mi lengua y la moví intentando lamer para averiguar de qué se trataba. Era duro, sin sabor, un poco rugoso, al intentar mordisquear mi boca se llenó de algo más blandito, algo que ya sabía lo que era: estaba lamiendo un pezón y ahora lo tenía metido entero en la boca. Un par de movimientos me invitaron a chuparlo y lamerlo, primero uno, luego el otro. Sin lugar a dudas mi mujer quería jugar y eso me ponía cachondo.
Noté una mano sobre mi paquete acariciándolo, bajó la cremallera, la sacó y comenzó a acariciar mi polla hasta ponerla bien dura. Después noté algo húmedo sobre mi glande que lo lamía en círculos para luego meterse en una cavidad húmeda y caliente. La boca subía y bajaba al compás de la mano que me agarraba la polla, mis gemidos fueron a más cuando de repente el antifaz fue retirado de mis ojos y al bajar la cabeza pude ver que quien me la estaba chupando ávidamente era mi suegra mientras mi mujer reía a mi lado mirando la escena y acariciándose los pezones por debajo del jersey.
-He pensado que ya que te tengo que compartir con mi madre, mejor que estemos juntos. ¿No te parece?
-Mmmm, sí, sí….par de putas…sigue chupando, zorra, sigue.-Estaba fuera de mí. Ella agarró la cabeza de su madre y la hundió más en mi polla.
-Ya has oído a tu yerno mamaíta, ¡obedece!
Luego se levantó, se abrió la gabardina y pude ver el esplendor de aquel cuerpo bien conservado vestido sólo con unos ligueros. La gabardina se deslizó suavemente por su cuerpazo hasta llegar al suelo. Se humedeció los dedos y mientras se los llevaba al coño, con la otra mano me agarró la polla y se sentó sobre ella.
-Espero que aguantes para saciarnos a las dos…mmmm puto… Qué gustooo…mmmm
Mi mujer se había desnudado y se estaba masturbando mirando. Mi suegra cabalgaba como una loca sobre mi polla, yo trataba de aguantar sin correrme y lo estaba consiguiendo a duras penas. Mi mujer le dijo a su madre que la dejara ahora a ella. Era un puto juguete sexual en aquel momento y no me importaba. Se sentó de espaldas a mi, mirando a su madre.
-Mira cómo le follo mamá, así te lo has follado alguna vez? Mira cómo le gusta al muy cabronazo….mmmm…mmmm, joder estoy súper cachonda…mmmm…. Síii…. Me corro, me corrooooo… ¡¡¡ahhhhhh!!!
-Quita, quita… yo también quiero.
Mi suegra me volvió a utilizar como su consolador particular.
-Así, zorra, cabálgame duro pedazo de putaaaaa mmmm… Mira cómo me folla tu madre, la muy puta se mueve bien, le encanta…mmmm…. ¡Síii!
Los gemidos se sucedían al compás que sus tetas golpeaban mi boca. Mi mujer se volvía a masturbar y yo acabé corriéndome en el coño de mi suegra y al poco ella también lo hizo.
Así fue cómo mi fantasía se hizo realidad. Incluso ya me follaba a mi suegra sin esconderme cuando íbamos a comer o a cenar a su casa. Mi mujer entretenía a su padre mientras me la follaba en la cocina, en una habitación, a veces mi mujer miraba y vigilaba cuando mi suegro estaba absorto con algún partido de fútbol. Incluso una vez fuimos los tres al cine y las dos se alternaban para comerme la polla. No sabría decir quién era más zorra cuando estaban cachondas, sólo diré que ahora mi matrimonio es más… completo.
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