con mis dos sobrinos

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace algunos años atrás, cuando mis dos sobrinos, Sergio de 12 años, y Samuel de 10, me visitaban seguido, yo vivo sólo en pueblo pequeño, los dejaba que jugarán libremente por toda la casa, no existía restricción alguna para ellos.

En una ocasión, Samuelito me visitó pero no acompañó su hermano; me pidió permiso para darse un baño. Cuando salió se vino conmigo a la sala a mirar un poco de televisión, mientras se terminaba de secar los pies. Cómo estaba vestido sólo con un short tipo boxer muy viejo, al estarse secando los pies, abría las piernitas de modo que puede ver que por un costado del short aparecía su verguita que ya se proyectaba que iba a ser de un tamaño considerable. Yo de inmediato me le quedé viendo y él se dió cuenta de esto, pero contario a lo que creí, intencionalmente abrió totalmente las piernas, de manera disimulada, como que no se daba cuenta que yo lo veía.

Yo inmediatamente me ofrecí a ayudarle a secarse, el por supuesto que aceptó la propuesta. Empecé secando desde la planta de los pies y subiendo poco a poco por sus piernas, que claro las tenía abiertas, y yo quedaba de frente a su verguita que ya se le empezaba a parar. Poco a poco acerqué mis manos a su entrepierna y le sobé los huevitos y le empecé a frotar su verguita.

Después le dí la vuelta y le bajé el boxer para dejarlo totalmente desnudo a mi completa disposición. Le empecé a besar sos piernitas hasta subir a ese hermoso par de nalgas que tenía, redondiitas y jugosas. Poco a poco empecé a disfrutar de ese culito delicioso, le pasaba la lengua a lo largo de toda su rajita y terminé por meterle la lengua en su culito. cuando ya se lo había dilatado, le metí un dedo, con lo cual el empezsó a gemir, se ve que le estaba gustando, se me hizo extraño que no se quejara y que mi dedo entrara con relativa facilidad, al rato le metí otro dedo y de igual forma aguantó los dos. Estuve dilatando ese rico culito y cuando consideré que estaba preparado le metí la verga hasta el fondo y me lo empecé a coger delicios, el no se quejó nunca, al contrario, gemía de placer y me decía que le estaba gustando que me lo cogiera más rico que le metiera toda mi verga. Yo estaba tan caliente que me vacíe totalmente dentro de sus intestinos. Cuando estabamos ya descansando le pregunté que si alguien ya le había hecho eso porque tenía el culito ya dilatado. Me sorprendió su respuesta, ya que me dijo que su hermano Sergio se lo cogía todas la noches desde hacía dos años.