Con paciencia y saliva… Parte 1

Con paciencia y saliva, el elefante se cogió a la hormiga. Y con la misma paciencia y saliva, yo desvirgue a mí sobrina…
Soy algo asiduo de esta página y leo muchos relatos.

Y me dan mucha gracia como en lo que respecta a relatos de hombres mayores con jovencitas púberes, todos alegan tener “penes no muy grandes” de entre “20 a 30 CM de largo”.

Si, claro…encima, con ellos penetrando vaginas infantiles vírgenes “metiendosela hasta el fondo”, como si nada.

Sucede que, sin dar mucha más información sobre mí, soy enfermero hace ya 10 años.

Y conozco que hay cosas que son realmente estúpidas y ridículas, más allá de cualquier fantasía.

Sucede además, que en mí caso se me dio, sin desearlo, la oportunidad de desvirgar una vagina pequeña, tengo la experiencia de primera mano.

Específicamente a mí sobrinita Jessica, de 13 años.

Jesi, tiene un cuerpo pequeño para sus trece.

A simple vista parece casi hasta de 10.

Eso es culpa de mí hermana y su marido, que desde que tengo memoria, fuman no solo cigarrillos comunes, sinó también marihuana.

“No hace daño” dicen los imbéciles.

Que se lo digan a sus dos hijos, Matías, mí sobrino mayor de 17 años, tiene síndrome de Down.

Y mí sobrina Jessica, como ya dije, tiene un cuerpo poco desarrollado.

Yo soy bastante normal o común en lo físico.

Mido 1,78 CM, tez blanco teta, pero castaño, delgado pero con suficientes músculos debido a mí trabajo y mis más de 35 años.

Y en lo sexual, pues ahí, un poco superior a la media.

Sepan que la media de los hombres caucásica, varían entre los 14 y los 17 CM de largo de pene, y los 2,5 a 4,5 CM de ancho.

Así que no se hagan los humildes con penes de más de 20 CM.

O mienten o tienen una monstruosidad.

En mí caso, estoy en la media casi superior, con 16 de largo, pero eso si, con 5.5 de ancho.

En era uno de esos fines de semana de merecido descanso, harán como 4 meses atrás, en donde comenzó todo.

Con esto de la pandemia, se imaginarán que no dábamos a basto en mí ciudad.

Al día le faltaban horas y a nosotros energías.

Pero las cosas se fueron calmando un poco, dándonos el merecido descanso.

Todo un año sin sexo, sin coger, ha sido un castigo.

Tenía demasiadas ganas acumuladas.

Así que cuando hubo tiempo y energías, no tenía con quién.

Así es como en la privacidad de mí habitación, (que por cierto, vivo con mis padres por razones que no vienen al caso), estaba masturbándome de lo lindo, cuando escucho a lo lejos las voces de mí hermana y mis sobrinos visitándonos.

Yo continúe en lo mío hasta terminar, viendo una porno en mí laptop, hasta que escuche la voz de mí sobrino acercándose al pasillo, llamando a su hermana, quien por lo visto se encontraba espiándome por la cerradura de mí puerta, ante las acusasiones de mí sobrino.

“Mami, la Jesi anda espiando al tío por la cerradura”.

Dios bendiga la inocencia de ese muchacho por darme esa información. Cómo lo quiero.

Obvio, la única que se enteró de que me estaba masturbandome, fue Jesi, ya que para los demás, yo estaba durmiendo una siesta.

Ese día no ocurrió nada más, salvo que me enteré de la picardía de mí sobrina.

Pasaron un par de días, y tocó otro día de descanso.

Hacía calor, y yo estaba despertando de una siesta cuando escuché la voz de mí cuñado y mí sobrinita.

Mí cuñado venía a ver a mí viejo por no sé qué cosa, así que recordando lo de la última vez, saque mí pene de mis boxers, y comencé a manosearme.

Podía sentir como la pendejita estaba detrás de la puerta, espiándome a escondidas.

Mí idea era darle una lección, un susto o algo. Me manoseen un poco hasta tenerla totalmente erecta, y procedí a levantarme y caminar con mí erección a la vista de ella.

Incluso hice de cuenta que me cambiaba los boxers y la remera, así me acerque al mueble cerca de la puerta, y ella tendría un hermoso primer plano de mí verga. Y tal vez así se asusté y no lo haga más.

Esa era mí idea inicial, pero no contaba con que ella no se asustó, y que la idea de ser observado por mí sobrinita, comenzó a excitarme mucho.

Así es como luego de un par de paseos y meneos de mí verga, me acerque más a la puerta, y dejé saberle que yo ya sabía que ella estaba alli.

“Te gusta lo que ves?” le susurré a la puerta, esperando que ella salga corriendo.

En lugar de eso, con una voz dulce pero entrecortada, tragando saliva, escuché un suave “m-me gusta mucho… mostrarme más…”.

No voy a mentir, aquello me sorprendió muchísimo y me calentó más, al punto que comencé a pensar más con mí verga que con mí cerebro.

Me tomo unos segundos más, en donde con cuidado, destrabe el pestillo de la puerta, y la abrí escondiéndome detrás por si había alguien más.

Y ahí estaba mí sobrina, de cuclillas, reincorporandose al escuchar mí puerta abrirse.

Yo miré a todos lados para que no nos vean.

Mí sobrina se adelantó a mí: “papá está ocupado afuera con el abuelo, y la abuela salió, no viene hasta tarde” me dijo mientras ella solita, se colaba a mí habitación.

“estas segura?” le pregunté.

“Si, ya conoces a mí papá como se pone con los autos”.

Eso era cierto. Mí viejo se decepcionó un poco cuando vio que lo mío no son los fierros, los motores, pero encontró su par en mí cuñado.

Cada vez que mí cuñado venía, prácticamente se encerraban por horas en el garaje de mí viejo, charlando y tomando cervezas.

Cerre la puerta de nuevo con traba, y me di vuelta a ver a mí sobrinita: ahí estaba, paradita, visiblemente nerviosa y algo tímida, con una media sonrisa, sus bracitos estirados a los costados de su cuerpo, con los puños cerrados, y la vista fija en mí verga aún erecta.

No tuve mucho planteamiento, solo le pregunte: “ estas segura…?”.

“Si” respondió ella en forma muy enérgica.

“queres tocarlo?”

“si…puedo?”

Y actos seguido se acercó a mí, y procedió a intentar agarrarlo con ambas manos.

Era como una nena con juguete nuevo.

La felicidad y emoción se le podía ver en la cara.

Yo me deje manosear, que luego paso a un leve pajeo por parte de ella.

“como sabes es…ooh…como sabes de estas cosas, Jesi?”

“ Una amiga del colegio me enseñó a pajearme. Me pajeo todos los días en la mañana y antes de acostarme. Mí amiga coge con su tío y dice que es lo mejor del mundo.”

“wow…” solo atine a decir eso, debido al placer que estaba recibiendo.

Ella agrego: “hace más de un año que me vengo pajeando y miro porno. Y hace como medio año que te vengo espiando desnudo, tío.” Me dijo coquetamente.

No lo pensé mucho y la traslade a mí cama.

Ahí note su culito y conchitas marcados por la calza/licra que traía puesta, aunque tapadas por una camiseta larga.

Ahí la muy descarada me dijo: “ tío, yo te la chupo si vos me la chupas”.

Asi que me acosté, ella se puso encima de mí, apuntándome su culito en la cara, y sin mediar palabra, comenzó a intentar chupármela.

“No me entra en la boca” dijo medio frustrada.

“Lamela entonces, y chupa solo la punta” le respondí.

Le baje las calzas, luego le baje la bombachita rosada que traía, y arremeti agresivamente con mí boca y lengua sobre ese pequeño orto infantil.

Sentí sus pequeños pelos púbicos que a penas asomaban en su pubis casi infantil.

“Ay! Despa…cio…me vas a…acabar…” me dijo.

Su voz y su cuerpo temblaba de emoción con cada chupada que le daba.

“ A qué tengo gusto, tío?”

“A conchita virgen, mí amor.”.asi era, tenía un sabor diferente a otras mujeres.

Mientras otras mujeres es más como ligeramente ácido, su conchita era más…suave.

Salado por el sudor, pero su nectar…mmm…diferente y único.

Ella acompañaba instintivamente con movimientos de cadera en mí boca.

No me contuve, y procedí a cogermela con mí lengua. Ya saben, meter mí lengua en ese agujerito pequeño debajo del himen…

Eso la hizo estremecerse y lanzar un gemidito que, en otras palabras, la hizo acabar ahí mismo.

Su sabor único y textura viscosa, comenzó a llenar mí boca, y como un condenado, me puse a chuparla más fuerte, dejándola seca.

Ella cayó ahí, rendida junto a mí verga parada, y yo aún no acababa.

“Jesi, no me hagas eso que yo aún no acabe…seguí chupando.”

Ella medio se recompuso, e hizo lo posible para seguir chupándome la, pero su cuerpito aún temblaba de emoción.

Mientras ella chupaba, yo seguía chupándole la conchita, amenazando con cogerla con mí lengua.

No paso mucho más cuando volvió a lanzar otro chorrito se su nectar en mí boca, lo que ocasionó esta vez que yo acabará.

Y como mí boca estaba llena de su conchita, no pude avisarle, y mí leche salió disparada a su rostro sin aviso.

Pasaron menos de dos minutos cuando escuché a mí cuñado y mí viejo volver a la casa.

Aquello nos agarro desprevenidos.

Mí sobrina no podía salir de mí habitación y menos con la cara y pelo lleno de mí semen.

Opte por hacer que guardé silencio y se esconda sin hacer ruido.

Escuché como mí cuñado llamaba a mí sobrina por el pasillo y nada.

Pasaron unos segundos, luego lo unos pasos, y unos golpes en mí puerta.

Yo me espere, un poco y volvieron a golpear a la voz de “hijo, estás despierto?”

“yo termine de limpiarme la boca, de ponerme los boxers, y levantarme mientras decía, medio dormido “ ya…ahí va viejo.. “.

Mi pequeño teatro funcionó: yo estaba durmiendo todo este rato y ni enterado de que mí cuñada había venido con mí sobrina.

“ah, seguro que está pendeja se aburrió y se volvió a la casa” comentó mí cuñado por lo bajo.

Yo hice salir a mí pequeña amante por la ventana de mí habitación, y se fue ocultándose entre los arbustos de la casa, mientras mí viejo y mí cuñado seguían en el living.

Yo me vestí, me lave la cara, me peine, cuando en eso entra mí sobrina por la puerta principal.

“donde te metiste, enana?”

“Ay, pá, fui a ver a Claudia acá enfrente, te dije y no me escuchaste”.

Buena actriz la nena. Y como es mí cuñado de colgado, se comió doblada la excusa de su hija.

Cuando nos cruzamos en el pasillo, ella yendo al baño y yo saliendo, además de la mirada romántica ya de complicidad, se me acercó y me susurro al oído, como en gata en celo:

“para la próxima, quiero que me desvirgues, tío. Quiero que me la metas toda.”.

Continuara.