Con Paciencia y Saliva Parte 2 Final.
La primera parte la leen acá: https://sexosintabues30.com/relatos-eroticos/incestos-en-familia/con-paciencia-y-saliva-parte-1/.
No voy a mentir, luego de todo eso, lo ocurrido, no pude evitar pensar en lo que pasó.
Ya saben, temas de moral que te pueden hacer mierda la cabeza si no te cuidas, si pensas demasiado.
Tuve una semana horrible con mis pensamientos, y encima la nenita quería más y no para de hacerme avances e insinuaciones peligrosas.
No recuerdo bien cuando fue, ya que se me confunden los días con el agotamiento del trabajo.
Recuerdo que tuve una semana movida, y estaba molido durmiendo, cuando unos toqueteos en mis partes bajas me despertaron.
Bueno, estaba tan cansado que me costó poder despertarme y volver en si.
Para cuando al fin lo logré, lo que podrían haber sido dos minutos o media hora, me encuentro a mí sobrinita prendida de mí verga cual sanguijuela intentando chupármela.
Primero, la sorpresa, luego el placer, y luego el pánico.
La habían visto entrar? Quien más estaba en la casa?
“Espera! Que haces?”
“Te la estoy mamando, que parece?”
“Y si viene alguien?”
“No va a venir nadie, estamos solos por dos horas.
Los abuelos (refiriéndose a mis padres) fueron a no sé qué reunión, y no regresan hasta la noche. Te dejaron una nota, mira.”
Era cierto, mí vieja algo me había comentado al respecto el día anterior. Una reunión de jubilados o algo así.
“Y mis papás no saben que vine acá, creen que fui dónde una amiga. Y como mí hermano también se fue donde unos amigos, seguro que como se quedaron solos, van a aprovechar para fumar y para coger, los conozco.” Me dijo la pendejita mientras se incorporaba, e intentaba sentarme sobre mí verga bien erecta ya.
Estaba solo con una remera, y abajo solo tenía los calcetines puestos.
Todo estaba muy bien pero a pesar de la calentura, yo aún tenía mis reservas.
No por ser descubiertos, sino por qué penetrar a mí sobrina de cuerpo tan chico, la podía lastimar seriamente.
Pero la nena no se daba por vencido.
Intenté explicarle que le iba a doler…mucho.
Pero eso parecía que la calentaba más, seguía insistiendo y hasta pude ver qué casi chorreaba de su vaginita de lo caliente y mojada que estaba.
Incluso se pasaba los dedos por sus jugos, y luego me los restregaba en la boca.
Ahí podía sentir su sabor y su olor fuerte a hembra en celo.
Aquel sabor y olor termino por despertar a la bestia sexual en mí, que no pude contener más.
La tomé de los hombros y las piernas y procedí a acostarla boca arriba en mí cama.
Ella puso una cara de felicidad total que estaba por cambiar.
Solita se abrió de piernas, recibiendo me.
Yo tomé mí almohada y la puse debajo de su culo, para levantarle un poco las caderas.
Sus jugos eran más bien líquidos, así que primero hundí mí cara en su conchita y se la limpie.
Ella emitió unos lindos y tiernos gemidos.
Luego de esto, use mucha de lo saliva más espesa, para lubricar su vaginita y mí verga.
Le pedí que con sus manos abriera su conchita, y ahí con la punta de mí glande hinchado, busque su agujerito vaginal.
Cuando lo encontré, lo sentí comencé a empujar para penetrarla.
Ella comenzó a dar gritos de dolor y me detuvo un par de veces.
Volví a intentar penetrarla, y cada vez gritaba un poco más fuerte y su cara de placer y hembra en celo, comenzó a ponerse sería y casi asustada.
“Creo que tenías razón, duele mucho… y si te la chupo nomás?”
Ya se estaba acobardado, pero era tarde.
Mí bestia sexual tomo el control, así que lance mí cuerpo sobre ella y comencé a besarla, con la intención de tapar sus próximos gritos que iban a ser muy fuertes.
Ella no sabía besar muy bien, así que me aproveche de eso, cubriéndole la boca con mí boca para ahogar sus gritos.
Con una de mis manos libres, le sometí ambas manos, y con la otra, mí mano derecha, me asegure de que mí verga vaya directo a su interior vaginal.
Ante la presión taladra te de mí pene, mí sobrinita Jessica comenzó a moverse y gritar dentro de mí boca, tratando de zafarse.
O su agujero estaba muy cerrando, o tenía un himen resistente.
Metí más presión con el peso de mí cuerpo, y pude sentir ese momento en que la presión cede, y la verga comienza a entrar con ese fuerte envión.
Mí sobrina forcejeaba y gritaba en vano.
Apenas le había entrado mí glande, y podía sentir la presión de sus paredes vaginales.
Solte mí mano derecha ya con el intruso dentro de ella, y le sujete la cabeza, para evitar que nuestras bocas se separen y pueda gritar.
Yo hacía pequeños intentos de metérsela un poco más.
Mí glande termino de entrar y pasar el anillo exterior de su vagina.
Hasta podría decir que con la presión y forma, ambos estábamos atorados.
Note que le costaba respirar, así que retire mí boca pero inmediatamente puse mí mano para evitar que gritara.
“Te voy a sacar la mano pero no grites tan fuerte que te van a oír los vecinos.
Grita un poco, llora, puteame, escupime si querés, pero no vayas a gritar muy alto.”
Así retire suavemente mí mano, y dio un par de gritos de dolor moderados, y luego comenzó a llorar y pedirme que se la sacará.
“Escuchame…escúchame, Jesi…me escuchas?”
“si…” dijo entre sollozos y lágrimas.
“ya está, no te la puedo sacar ahora, no así como estás. Estamos atorados, estamos pegados. Vos tenés que ir relajandote para que tus musculos me suelten.”
Le mentí.
Si bien estábamos un tanto atorados, yo quería que ella se relaje y comience a gozar, así me la podía coger bien.
Le dije que metiera su mano y comenzará a masturbarse así se relajaba.
Me hizo caso.
Yo me acomode con cuidado para estar más cómodo, y comencé con lugares y mínimas penetraciones.
Al cabo de unos minutos mí plan daba resultado, ella no solo se estaba relajando sinó también calentando de nuevo.
Aun daba quejidos de dolor, pero al mismo tiempo su respiración se transformaba en gemiditos.
“Ay.. ayyya…ay…ah…ay…!”.
No paso mucho más en que la mitad de mí verga se deslizaba dentro suyo.
Mí sobrina incluso retiro su mano dejando de masturbarse, para abrazarme con ambas manos y tratar de marcarme el ritmo de mis penetraciones.
Luego comenzó a mojarse de nuevo.
Mis jugos y los de ella, ya se estaban mezclado como debía ser.
Luego de un ratito, mí linda sobrinita comenzó a respirar agitadamente, a mover sus caderitas más rápido, y en cuestión de segundos, tuvo su primer orgasmo infantil con penetración.
Yo me venía conteniendo todo lo que podía.
Descanso un minuto más o menos y yo continúe cogiéndola.
Ahora, con su vagina dilatada, mí pene entraba mejor.
Apretado, bastante estrecho debido a mí grosor, pero entraba sin dificultad.
Mí glande besaba su útero una y otra vez, y claro, no se la podía meter entera por desgracia.
Era un poco menos de la mitad de mí largo lo que entraba en ella.
Jessica continuaba con sus gemiditos y quejidos de dolor nuevamente.
Con mucho cuidado, nos giramos y la puse sentada, ensartada en mí verga.
Ahí pude ver en detalle, como su vientre se hinchaba con la forma de mí pene en cada penetración.
Ella se sacó al fin la camiseta, y yo me incorpore un poco para intentar chuparle esos botones de tetitas.
Mi hermana es bastante plana y su hija salió igual, así que sumado a la edad de mí sobrina, no había gran cosa para chupar.
Aún así, aproveche beber el sudor de mí sobrina que caía por sus tetitas.
Eso la volvió loca y no pasaron muchos minutos en que mí sobrina volvió a acabar.
A pesar de su pequeño e infantil cuerpo puberto, ya era una linda mujercita.
“Sabes que ya no sos una nena, no? Te convertí en una mujer. En mí mujer, en mí hembra.”
“ Si tío? Soy tu hembra? Soy tu mujer?” decía Jessica entre gemidos”.
Volvimos a cambiar postura, ya por petición de ella.
Cuando se la saque era impresionante el agujero de su vagina, lo abierta que estaba.
Una mezcla de nuestros jugos y sangre de su virginidad, salía de ese enorme agujero que ahora se cerraba lentamente.
Ella se acomodo, y se puso en cuatro.
Acomodó su culito al aire, yo me puse detrás, acomode mí verga de nuevo en la entrada de esa vagina, y desde esa misma posición, deje caer un buen chorro de mí saliva en la punta de mí verga y su orto.
Luego, empuje suavemente.
Ella dio más de sus típicos gemidos y quejidos.
En esta posición podía admirar el hermoso atributo que heredó de su madre: un lindo culito.
Yo estaba en la gloria, cuando la nena quiso cambiar lugar.
Se le ocurrió que nos giremos, aunque yo no entendía por qué.
Sin sacarla comenzamos a girar 180 grados en la cama.
Ahí pude ver lo que quería la pendeja:
Hacía los pies de mí cama, tengo un espejo de esos grandes en mí armario.
Ella quería vernos reflejados mientras cogíamos.
Con algo de dificultad prendí la luz para vernos mejor, y comenzamos a coger más calientes, al vernos reflejados.
Al inicio éramos pura sonrisa de felicidad al vernos…luego nuestras caras fueron cambiando a lujuria pura.
Ella empujaba hacia atrás su culo con cada embestida mía.
Le dolía bastante, si, y yo podía sentir como mí glande chocaba duramente con su útero.
Ambos comenzamos a gemir duro.. ella gritaba de placer y dolor.
“ Sii…te amo Jesi…”
“ Yo también te aaaamo mucho, tío..cógeme, así…duro…aaay..aaay… aaay… Llename de leche, haceme un hijo…aaaaaaaaaaayyyyyyy!!!”
“tomaaaa…!!!”
En el último envión en donde ambos logramos acabar, se la metí toda.
Como era mucho, me pidió que la retirara un poco sin sacarla, así le metía toda mí leche.
Lo de hacerle un hijo no es chiste.
Luego de semejante desvirgada y cogida eyaculándole adentro, me conseguí una píldora del día después y se la di, que si no…
Además, tuve que darle algo para los dolores que tuvo.
La pobre no podía caminar del dolor.
Al final, le metió que sé que mentira a los padres, con la complicidad de su amiga.
Y como me hicieron que yo la revisara para ahorrarse la ida al hospital, yo les mentí más.
Los pequeños beneficios de que mí familia me use como doctor para ahorrarse unos pesos.
Al día de hoy, sigo cogiendo con mí sobrinita.
Somos novios en secreto.
Tiene muchos más pelitos en la conchita y sus tetitas comenzaron a crecer un poco, quizás de tanto chuparlas.
Y somos unos idiotas inconscientes por qué hay veces en que cogemos para tener hijos.
No solo cogemos acabando bien adentro, le dejo la verga metida para que todo mí semen le llegue…también usamos posturas para esto.
Luego recapacitamos al pasar la calentura y usamos pastillas y esas cosas.
Estamos enamorados y ya planeamos que cuando ella cumpla los 18, nos vamos a escapar juntos y formar una familia.
Encima es mejor esposa que mí hermana.
Le gusta cocinar, sabe hacer los quehaceres de la casa…
No logra conectar con los chicos de su edad.
Fin.
…¡Rico! Me puso a mil…
Bueno, desde ya pido disculpas por los horrores de ortografía que ahora veo al ser publicado.
Lamentablemente no puedo editarlo una vez publicado.
En mí defensa, pues escribí ambas partes desde mí teléfono, y el maldito autocorrector hizo de las suyas.
A todos se nos va algún error, Willy. Pásalo a Word alguna próxima vez, ahí se aprende con los errores que te marca. Yo planeo eso, si un día publico.
Para sucias como yo, tu historia es una delicia. Gracias por deleitarnos, y sigue así.
Ah! Sería genial si inviertes y que sea nene cogiendo con adulta o jovencita.
Delicioso amigo, es real??
Grande Willy, me gusta mucho tu estilo. Lo que escribiste y como lo escribis.
Esta historia en particular me revive recuerdos.
Me gustaría leer más de vos.
Saludos