CON SOBRINITO DE 5 Y HERMANITO DE 7 PARTE 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por XAVIER1964.
Continúan mis juegos con Jesús de 5 y su hermano de 7 y cómo intenté hacerlo con éste último.
Como escribí en la tercera parte, Alberto de 7 tuvo que cubrir a su hermanito Jesús algunas noches, mientras éste sanaba.
lo único que no me gustó de hacerlo con él era que no le gustaba mamarla, solamente me masturbaba y me ofrecía sus nalguitas para venirme en ellas pero sin penetración, así que en cuanto Jesús se alivió, volví a invitarlo a dormir conmigo.
Alberto se puso algo triste, pero terminó aceptando.
De regreso a casa, iba semblanteando a Jesús pues estaba muy serio.
–¿Qué te pasa, Chuy? Vienes muy serio.
–Nada tío, estoy bien.
–¿Seguro?
–Sí, tío.
–¿y vamos a jugar como antes de que te enfermaras?
–Mmmmhhh.
no sé.
–¿Por qué? ¿No quieres?
–Sí, pero.
–¿Pero qué?.
dimelo, anda
–Mmmmhhh.
¿No jugó con Alberto estas noches?
— No, cómo crees.
¿Por qué me lo preguntas? ¿Él te dijo algo?
–No, pero yo pensé que sí.
–¿estás celoso? ¿Enojado?
— No sé.
–No seas tontito, solamente te quiero a tí.
pero si no quieres jugar o dudas de mí, no hacemos nada ahora.
Llegamos a casa, le preparé algo de cenar, vimos tv un rato y cuando comenzó a tener sueño, lo llevé a la cama, lo acosté, le dí la espalda y me dispuse a dormir.
–Tío, tío, ¿está enojado? ¿No vamos a jugar?
–Si tú dudas de mí, es mejor no hacer nada, tú dime (haciéndome del rogar)
–No, tío, está bien, quiero que juguemos.
–Bueno, está bien, dáme un masaje en elpito y mis huevos y chúpamela, anda.
–¿no me la va a chupar usted? La tengo paradita, mire.
–Ah qué bien, (indiferente) pero primero tú a mí si quieres.
–Está bien.
y me bajó short y truzas, lamió mi pene, lo chupó un buen rato.
–mmmhhh.
así, sigue, me lo mamas bien rico, anda.
Si quieres encuérate y subete en mí para comerme tu culito y tu pitito, anda.
Lo hizo, y disfrutamos junto hasta que me vine en su boquita.
En la mañana.
me despertó cuando la estaba sobando en sus nalguitas, y como a nadie le dan pan que llore, pues me desleché en el.
Luego, mientras se vestía para irse a su casa volvió a preguntarme si no había hecho lo mismo con su hermano y le confesé que sí, entonces me preguntó que si me había gustado y le dije que no tanto como con él.
Me preguntó porqué y le dije que porque no era tan juguetón como él y que aparte no había querido mamármela.
Como que con esa respuesta se tranquilizó.
le pregunté si volvería a venir conmigo o si no, para invitar a su hermano y me dijo que no, que vendría él.
Como que eso lo motivó a mejorar al mamármela.
le encantaba deslizar su lengua por todo mi miembro y trataba de meterse un poco más en su boca además de hacer todo lo que le decía sin chistar.
De cualquier modo, en ocasiones le pedía permiso para invitar a su hermano y no se oponía a ello.
hasta que un día, como al año, me preguntó porqué lo seguía invitando si no me la mamaba y le dije que como estaba más grandecito, quería ver si podía meterle mi pito en su colita a su hermano.
me preguntó:
–¿En la cola? ¿Cómo? ¿No duele?
–Un poco, pero se siente rico.
se llama hacer el amor o coger.
¿Cómo ves?
–Bueno, ¿y a mí también me va a coger o yo a usted?
–Claro, cuando estés más grandecito y te crezca un poco más tu pitito.
–Ah, bueno
Cuando Alberto cumplió 8 años le pregunté por la mañana si me dejaría tratar de meterle mi pito en su culito a la noche para invitarlo a dormir conmigo, dudó un poco, preguntó que cómo, le expliqué y que le iba a doler un poco, pero que le iba a gustar después y estuvo de acuerdo.
–Sale, te espero a la noche, te bañas y limpias muy bien tu colita, ¿Eh?
–Sí, tío, aquí estaré.
pensé que no iba a venir, pero sí lo hizo, le volví a preguntar si estaba de acuerdo, aceptó y lo hice masturbarme un poco, untarme crema en todo el pene, especialmente en el glade y yo hice lo mismo en su ano.
Preguntó porqué y le expliqué que era para que no le doliera tanto y le entrara más fácilmente.
Hubiera sido mi primer niño, pero por mi inexperiencia y pendejismo se me escapó.
a pesar de que se ponía y acomodaba como le pedía, no pude penetrarlo.
eso sí, de tanto sobarle en sus nalguitas lo dejé rozadito e irritado y me desleché como nunca.
desafortunadamente no logré penetrarlo y ello me frustró un póco, me retiré de él durante un tiempo y me dediqué por entero a Jesús, al cual sí se me hizo estrenar.
pero eso, es otra historia.
Saludos, ¡nos leemos pronto!
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