Conociendo a mi primita Agus
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esta es la narración de una hermosa experiencia que sucedió hace unas pocas semanas, por motivos de privacidad los nombres fueron cambiados. Todo comenzó el día que celebrábamos la fiesta de cumpleaños de mi abuelo, como eran sus 80 toda la familia asistiría para tal ocasión. La mayor parte de mi familia vive en otra ciudad como a dos horas de distancia así que el viaje hasta allá no me entusiasmaba en lo más mínimo. Después de todo no suelo hablar mucho con otros parientes ya que siempre fui un poco retraído, pero de verdad quería estar en ese momento por mi abuelo. En fin, llegamos y cada quien saludó a los demás, las típicas exclamaciones de “Cómo has crecido” y “Hace tanto que no nos vemos” no faltaron. En el salón había una mesa considerablemente larga para que todos estuviéramos al lado del otro con mi abuelo coronando la punta de ese desfile de comida y adornos. Frente a mí se encontraba mi primita Agus (como después comencé a llamarla) de 13 años, mide 1,65m y está muy desarrollada para su edad, un lindo trasero y un generoso busto que por lo visto es herencia familiar (aclaro que tengo más de 23 primas y he tenido otras experiencias con ellas que espero contar más adelante). Durante toda la noche pude notar que no apartaba sus ojos de mí hasta que se daba cuenta y apartaba la mirada un tanto sonrosada. Hasta ese momento lo veía como algo normal, apenas recordaba su nombre y la última vez que la había visto fue cuando tenía 10 y supuse que le sorprendía verme. Por ratos la miraba y ella sonreía un tanto nerviosa mirando a los lados como para percatarse de que nadie más lo notaba como yo. Luego de la comida y mientras esperaba que el resto terminara con lo suyo salí afuera para ver si conseguía algo de recepción en mi celular, estaba algo desesperado porque quería contactarme con mi grupo de estudio para acordar alguna reunión (cabe decir que soy universitario), en un momento ella me sorprende porque en fuera no habían encendido las luces así que sólo quedaba la poca luminosidad de la luna. Agus: ¿Qué haces aquí sólo? Todos están adentro Yo: Buscaba algo de señal, además aún falta para el brindis, ¿Y tú qué haces aquí fuera señorita? – aclaro que siempre me dirigía de ese modo con mis primas y toda chica que no conocía bien. Agus: Pues, vi que no estabas y salí a buscarte. Yo: Que amable de tu parte, pero ya enseguida entraré, sólo quería comunicarme con mi grupo así no me enfaden luego. Agus: Jaja no pareces ser el chico enojón. Yo: A veces estas chicas me sacan de quicio, desearía que fueran tan amables como tú – a pesar de la obscuridad pude notar como sus mejillas se tornaron rojizas. Agus: Eres muy lindo conmigo, ojala así fueran los tontos de mis compañeros pero bueno, te espero adentro. – y acto seguido se acercó para darme un abrazo fugaz y partir con prisa hacia el salón. Nunca la vi con otros ojos antes, pero esa breve conversación despertó la curiosidad en mí y algo más. A los 10 minutos regresé justo a tiempo para el brindis y desde la entrada vi como ella me buscaba con la mirada sin poder encontrarme hasta que pudo verme con una notable expresión de alegría. Me tomó del brazo y me mantuvo a su lado mientras todos hacían chocar sus copas unos contra otros, nadie nos notó en ese momento, o eso fue lo que había pensado. Pasaron las horas y cerca de las 3am mis padres decidieron que ya era hora de regresar, al día siguiente debía trabajar y yo debía terminar unos trabajos de la facultad. Me despedí de cada familiar y dejé que Agus fuera la última, su saludo fue más emotivo que el de todos juntos, me abrazó tan fuertemente que pude sentir su pecho frotarse contra el mío en una profunda expresión de cariño y ternura, le di un beso en la mejilla y accidentalmente rocé mi mano con la de ella pero para mi sorpresa la apretó con fuerzas mientras me miró como si tratara de decir “no te vayas aún”. Al día siguiente revisaba mi Facebook y vi que me había enviado una solicitud de amistad, acepté y a los dos minutos me envió un mensaje. Platicamos una media hora sobre cualquier cosa, me habló de cómo le iba en el colegio y sobre sus gustos y pasatiempos, de verdad comenzaba a agradarme de otro modo, por un instante casi olvido que era mi prima cuando le pregunté si qué tal todo con los muchachos, entonces me contó que detesta a sus compañeros porque son inmaduros y otras cosas. Así pasaron los días entre charlas y charlas, ya me había encariñado bastante con ella y le dije que pronto iría a visitarla, como vivo solo en una ciudad más cercana mis padres no sabrían si voy o no. Acordamos un día y me presenté temprano en su casa, al parecer mis tíos habían salido de viaje lo cual, según ella, olvidó mencionar. Pasamos la mañana entre desayuno, televisión y risas. No parecía una pequeña de 13, su actitud demostraba madurez pero con la inigualable ternura como si tuviera 8 o 9 años. Al mediodía almorzamos y nos pusimos a ver películas en netflix, como teníamos los mismos gustos sabía que sería muy entretenido. Vimos un par del género romántico con la inesperada tragedia y la búsqueda del verdadero amor, yo siempre fui algo cursi con esas películas y como estaba en ella no necesité contener mis lágrimas en ciertas escenas. Estábamos juntos en el sofá y no sé en qué momento la tenía abrazada fuertemente mientras recargaba su cabeza en mi pecho. En un instante cuando estaba por terminar esa película y se acercaba el final feliz ella me mira a los ojos con esa dulzura inigualable que reflejaba su mirada, entonces sin previo aviso me besa en los labios antes de llorar desconsoladamente. Yo: Agus ¿Qué sucede, por qué lloras? Agus: Me gustas pero eres mi primo y eso está mal. – yo seguía atónito y sin saber que decir. Agus: Desde que volvimos a vernos y empezaste a hablar conmigo me enamoraste, tú no eres como los otros y yo te quiero conmigo pero eso jamás podrá ser. Por favor perdóname, no le digas a mis papás. Yo: Pero Agus, yo te quiero de verdad, nada es imposible cuando el sentimiento es sincero. – le digo mientras deposito un beso cerca de la comisura de sus labios. Agus: ¿De verdad te gusto también? – preguntaba mientras se frotaba los ojos. Yo: Sí, me gustas y eso es todo lo que importa. En cuanto termino la frase beso sus labios con cariño y seco las lágrimas que quedaron en sus mejillas. Ella sin dejar de sonreír retoma lo que empezó y nuestros labios se fundieron en uno solo para dar inicio a un roce único y especial. Me sorprende cuando introduce su lengua y busca la mía sin dejarme respirar, entonces ambas se enfrascaron en lo que parecía una batalla de goce donde el placer no tenía límites. Me separo un momento de ella para besar su cuello y lentamente recorrer cada centímetro de su blanca y sedosa piel. Su respiración entrecortada me indicaba que no me detuviera y seguí degustando cada parte de ella mientras se quitaba la blusa que traía puesta para mostrarme que no llevaba puesto brasier. Con cariño y algo de lujuria devoré cada uno de sus hermosos pechitos elevando sus gemidos cada vez más, lamía sus aureolas apenas oscurecidas describiendo círculos en cada pezón. Por momentos volvía a su boca como si estuviera hechizado por sentir esos angelicales labios. El tiempo se detuvo desde el primer beso haciendo eterna la pasión del momento. Se recostó en el sofá y acto seguido comencé a bajar por todo su cuerpo, besaba sus piernas subiendo lentamente hasta su cintura, con la delicadeza de una flor retiré sus pantaloncitos y su ropa interior sin que ella diera alguna objeción. Ante mi aparecieron esos labios rosaditos sin ningún bello encima, se encontraba muy mojada por el tiempo que le dediqué en besos y caricias, sin más sumergí mi boca en ese elixir de vida que brotaba de su interior. Agus solo se retorcía de placer con los ojos cerrados gimiendo cada vez mi lengua pasaba por sus labios vaginales, una de mis manos estaba ocupada en su seno mientras disfrutaba de pequeño manjar puro. Por su respiración supe que estaba por llegar al orgasmo y aceleré el ritmo hasta que oí decir en un grito “Me estoy por orinar no pares”, segundo después un mar de sus flujos me inundó desde lo más profundo de su ser, no desperdicié ninguna gota de aquel manjar líquido. En lo que se recuperaba saqué mi pene que ya se encontraba a punto de reventar, ella lo observó con detenimiento y me dijo que nunca había visto uno de verdad pero que en videos sabía como hacían las chicas (aclaro que tengo 17cm). La guipe para que lo hiciera con cuidado y poco a poco fue perdiendo el miedo, al principio me dolía un poco el roce con sus dientes pero no tardó mucho hasta hacerlo de maravilla. Mientras ella me daba la mejor mamada de toda mi vida yo acariciaba su cabello y sus senos hasta llegar a su traserito. Estuvimos así unos minutos tratando de contener mi venida hasta que sentí que era inevitable, le dije que ahora me saldría un líquido de ahí así no se sorprendiera y tratara de tragarse todo. Solo me respondió “Lo que tú digas mi amor” y aceleró el proceso, sentí una descarga que recorrió todo mi cuerpo y chorro tras chorro inundé su boquita con mi semen. Agus trató de tragarse lo que pudo pero era demasiado ya que de la comisura de sus labios se escapaban algunos hilitos de mi venida, le pedí que me mostrara su lengua con mi semen y lo hizo con tanta dulzura que jamás podré borrar esa imagen de mi mente, su boquita y su mentón de niña bañado por mis jugos. Ambos estábamos exhaustos y nos quedamos dormidos abrazados en el sofá, en forma de “cucharita” con mi mano cubriendo su estómago con delicadeza. Despertamos bien entrada la noche y luego de limpiarnos y con una expresión de tristeza me dijo que mis tíos regresaban mañana al mediodía. Le dije que no se pusiera mal porque lo nuestro recién comenzaba y entonces me abrazó con fuerza como el momento de despedirnos en la fiesta. Cenamos y antes de dormir repetimos lo de la tarde pero esta vez en su cama, como era lo suficientemente grande para los dos no hubo problema, no quise intentar penetrarla porque pensé que aún es muy joven y no quisiera lastimarla pero de todos modos dormimos plácidamente hasta el día siguiente. Por la mañana partí así no tuviéramos problemas y me despidió con enorme beso en los labios, el viaje de regreso nunca me pareció tan largo mientras procesaba todo lo que acababa de pasar y cómo debería manejarlo. Al llegar a mi departamento recibí un mensaje de Agus que decía “¿Llegaste bien novio mío?”. Si les gustó mi historia en relatos posteriores contaré que sucedió después, con gusto aceptaré críticas y comentarios al respecto. Saluda atentamente Amadeus
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