Conquistando a mi Padrastro III
Me ofrecen a mi padrastro y a mi me encanta ser una de sus hembras.
Me di cuenta de que las salidas de Saúl eran para preñar nenas putitas como yo. Así aprovechaba él esos días que mami no regresaba a casa. Yo digo que es natural en un macho como él, dominante, que sabe como tratar a sus hembras-obviamente yo incluída- para hacernos rogar por cada centímetro de su carne gruesa, venosa y caliente que de solo pensar en ella, a una le dan ganas de ponerse de rodillas y ordeñarla, dejarla lubricada y lista para saltar encima de ella. Lo que sí es que yo me moría de celos cada vez que él me enviaba fotos de las hembritas que él seleccionaba para cogerse en cada una de sus salidas. Todo ese juego había comenzado la misma cuando le envíe el primer mensaje usando un chip falso, yo diciéndole papi, mi amor, y él, no sé si gracias a mis piernas con medias, a mis nalgas paradas con un hilo entre ellas, o a mí edad, buscaba como sea que yo fuera parte de su colección de putitas. Y yo me imaginaba arrodillada, y que junto a dos nenas como yo, recibíamos juntas su leche en nuestras caras. Lo que Saúl no sabía es que yo ya era suya a diario, desde el día que escuché como hizo gemir a mami y que, por mucho que sus fantasías y los mensajes donde me decía todo lo que iba a hacer el día que nos viéramos, a pesar de que eso me hacía sentir más perra que mami y que las otras, yo evitaba el encuentro. Quería estar preparada para él, para el grosor y largo de su verga. Esos días fueron una tortura, escuchar los gemidos, ver sus mensajes y las fotos de su leche escurriendo en ellas. Mami pedía más, no la culpo, las otras también chillan de placer.
Todas menos yo. A diario me imaginaba siendo su mujer y a diario yo dilataba mi culito pensando él. Por eso sé que enviaba esas fotos con toda la intención de hacerme encelar, porque además aplicaba esa táctica cuando sexteabamos (que era casi diario) y me contaba todo lo que les hacía, detalle a detalle. Mira, esta perrita dice que quiere pagar el hotel y hasta las cervezas, así me decía, y yo imaginaba que esa lenceria de medias y babydoll rosa con negro, los tacones de trece centímetros, el cabello rojo y la tanga fiusca escondiendo su “caramelito”, porque así es como saúl le dice a nuestro afeminado, tierno, pequeño y dulce rastro de lo nunca fue hombría, que todo eso era yo, y que la de la siguiente foto, arrodillada y mirando hacía a arriba mientras lame desde la base hasta la cabeza -porque también me empezo a enviar videos- que esa lengua era la mía. Así pasaba las noches.
De día era diferente. Saúl llegaba a casa mucho antes que mami, si acaso los separaba una diferencia de entre tres y cuatro horas gracias a la distancia del hospital y el tránsito. Cuando él se mudó a casa, en los primeros días, cada quién estaba por su lado; él viendo la tv o metidos en su celular (ahora entiendo el por qué) y yo en mi habitación, haciendo mi tarea o fantaseando. Ya hacía semanas que nos llevábamos bien, pero desde la noche que mami le autorizó cogerme a él le dio por acercarse más a mi. Recuerdo que las palabras de ella, lejos de sorprenderme, me habían calentado aún más, al grado de llegar a sentir que me temblaban las piernas, y eso también me dio la idea de aferrarme más a Saúl y conquistarlo por mis propios medios. En ese instante me dije que sí, que él puede tener muchas hembras para usarlas a placer,se lo merece por esa hermosa verga que tiene, pero entre mami y yo, solo una puede ser la dueña de su leche, solo una puede ser su depósito diario, y esa iba a ser yo.
Ella también había comenzado a acercarse muy a su manera. Lo primero que hizo fue desbordar el cajón feliz con lencería nueva, también aumentaron las tanguitas llenas de semen en el cesto de ropa sucia, ropa sexy suya regada por la casa. A los pocos días ya me pedía opinión sobre qué ponerse o qué lencería comprar. En una ocasión, creo que era un sábado al mediodía, ella me pidió que le ayudara con una compra de lencería en línea. Ahí estábamos las dos, juntas en la sala, sentadas frente a la computadora, viendo una web de una sexshop, en la misma computadora donde Saúl contacta a sus putitas. Entonces vimos un conjunto super hermoso y super sexy. Era color rosa, con medias y guantes del mismo color, con encaje blanco y un corsé del mismo estilo adornados con un moño blanco y rosa a todo lo largo. Creo que ella notó mi excitación cuando vi que el conjunto incluía orejas y un plug anal con forma de cola de conejita.
— ¿Qué tal ese? ¿Crees que se me vería bien?
— Eh, no, no sé mami
Ahora me miraba a los ojos. Yo digo que ella sabía que dentro de mí, en mi imaginación, la conejita sexy, dilatada y con plug, era yo, y estoy segura de que también me imaginó desesperada por estar sola en casa para vestirme de puticonejita. Y es verdad.
—Yo creo que me voy a comprar ese ¿crees que le guste a Saúl?
Le quise decir que sí, que a nuestro hombre, a papi, le encantan las conejitas de orejas largas y plug grueso, que le gusta quitarlo, lamer el agujero abierto, escupir y lamerlo. Le gusta dar nalgadas y apresar a sus conejitas, dominarlas. Y lo sabe, pero no tiene idea de nuestras pláticas, no sospecha que él me ya me había contado a detalle lo que me haría vestida de coneja porque no hace mucho, su mujer le había dicho que quería comprar un disfraz de coneja.
— Mamá ¡yo que voy a saber!
— Ay, bebé! si no te conociera– En ese momento ella puso una sonrisa atrevida, medio de complicidad.
—¿Qué?
—Nada, bebé. ¿Sabes qué? Sí me voy a comprar ese, pero creo que también otro, pero ya me tengo que ir a guardia y si lo compramos rápido llega hoy mismo. Oye ¿Te encargo que escojas uno? Pregúntale a Saúl cuál se me vería bien
—¡Mamá!
—Ay, no te hagas! Ya hemos hablado de sexo y lo rico que es. A él y a mí nos encanta. Además, sigues agarrando bonito cuerpo, ¡ya te había dicho! Entonces ve y busca uno, el que te guste, y le dices a Saúl, si él tiene duda con la talla, te pruebas uno de los míos y listo. Mi ropita está en el cajón de -se detuvo y soltó una risita-…bueno, creo que ya sabes.
Me dio un beso en la mejilla y me guiñó el ojo.
Saúl y ella salieron de casa y yo me quedé sentada frente a la computadora mierando como se iban. Desde ahí pude ver como que la besaba mientras masajeaba sus nalgas con desesperación, como si estuviera a punto de hacerla suya ahí mismo. Se fueron y yo me quedé ahí parada, con el corazón a mil y completamente emputecida, dispuesta a pasar la tarde como la hembra hambrienta verga y leche que mi hombre merece. Lo primero era comprar esa lencería, pero no habían pasado ni diez minutos, cuando recibí tres mensajes.
“Ya le avisé a Saúl, así que no te espantes. Él sabe que solo es para checar la talla. Si quieres puedes hacerlo en tu habitación. TQM. Besitos. Por cierto, él va al centro a buscar algunas piezas de repuesto que necesita para el taller. Cuida la casa. Ah, oye, la otra vez te dije que no te pusieras mi ropa! bueno, aprovecha. Bye bye, besitos. Portate bien con él.”
“Voy por piezas, tu mamá ya me avisó de la ropa. En caso de que no llegue, me mandas las fotos. Pero tampoco te preocupes, eso se queda entre tú y yo. Por cierto, tu mami tiene un par de conjuntos que le quedan bastante bien, ya sabes, de esos que se pone cuando anda cariñosa. Bueno, hay uno rojo y otro que parece de tigresa. Pruébate los dos para checar la talla y me mandas la foto. Oye, pero me los modelas eh jajaj.” Me encantan esos conjuntos, ya sé que son de nuestra talla porque muchas veces he sentido el hilo meterse entre mis nalguitas, y también la suavidad del bra y la te. Papi, obvio te voy a envíar fotos.
De mi papi Saúl también llegó un mensaje, pero este fue a mi otro chip. Para él soy su putita Lu, la de cabello rojo. Así me había bautizado y yo encantada.
“Mi amor, voy al hotel. Quédate atenta, putita, hoy te mando más fotos ricas, a ver si así ya te animas a darme ese culito para estrenarlo. Te amo perrita. No sabes las cogidas que te esperan.”
Pedí el conjunto de conejita y seleccioné uno de colegiala. Corrí al cajón feliz, excitada de saber que yo sería dos putitas para mi macho, una de día y otra de noche, sin que ni mami ni él lo supieran.
Les dejo las primeras dos partes:
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