Contención
Tuve una cirugía la cual me impedía liberar mi excitación, y termine descargándola sobre mi madre luego de su acumulación .
Comenzare presentándome, me llamo Jonnathan, tengo 17 años, mido 1.75 metros y mi piel es clara; no soy gordo a pesar de que no suelo llevar a cabo ninguna actividad física, mi cabello es color café oscuro algo largo llegándome hasta el pecho; y solo para una mejor imagen mental de lo que narrare tengo un pene de 18 cm con 5 cm de grosor y 15 cm de circunferencia.
Mi madre es una mujer de 37 años la cual ha sabido mantener su increíble figura al hacer bastante deporte y llevar una alimentación saludable evitando cualquier cosa dañina, tiene un hermoso rostro con ojos color ámbar y un largo cabello que le cubre parte de la cara , lo que da la apariencia de ser una persona tímida y linda a la vez; esto entra en contraste con el resto de su cuerpo, mide 1.65 metros, tiene una pequeña cintura acompañada de grandes curvas en su abdomen, sus pechos copa F son perfectamente redondos y firmes, unas piernas un poco largas junto con unas caderas grandes lo cual hace que tenga un buen trasero, y este combinado con su cintura hace que se vea aun mejor, su piel es muy blanca sin entrar en lo pálido; a pesar de su apariencia es una persona muy divertida y agradable, siempre he tenido una buena relación madre-hijo con ella.
Realmente nunca me había interesado el sexo en ningún sentido, me solía masturbar como cualquier adolescente con tiempo libre, pero esto cambio cuando, por un problema medico tuvieron que operarme, durante el proceso el urólogo me recomendó que me hicieran la circuncisión por los beneficios que traía, al final termine aceptando sin pensar mucho en ello.
Al principio no hubo problemas y seguía las instrucciones del doctor, al pasar de los días me daban más y más ganas de masturbarme, veía porno gran parte del día y deseaba que todo esto terminara, incluso lo intente un par de veces pero por el temor a que se abriera la sutura me contuve; poco a poco fui empeorando, cada vez se incrementaba mi excitación, llego un punto en el que casi siempre estaba erecto, lo que resultaba un poco doloroso tanto por la sutura como por el hecho de no poder hacer que baje de ninguna manera.
Intentaba buscar un modo de distraerme pero cada que intentaba concentrarme en algo diferente volvían los pensamientos lujuriosos a mi cabeza junto con los recuerdos del porno que había visto, además de las ganas de buscar más.
Durante este periodo mi madre y mi hermana fueron de mucha ayuda, al menos en la recuperación, trayéndome lo que necesitara, para mi desgracia cuando por fin estaba a punto de terminar el periodo de cicatrización con lo cual podría volver a la normalidad y sacar todo esto de mí, surgió un problema en un chequeo con mi urólogo debido a que aparentemente tuve una reacción alérgica al tipo de sutura que usaron en mí, lo que provoco un daño a la zona del pene (no muy grave) y como es lógico tuvieron que volver a coser y limpiar para cerrar bien la herida; con esto todo el tiempo que ya había pasado fue en vano y de nuevo tenía que esperar el tiempo que indico el doctor.
Con esto comencé a desesperarme y encima con lo puntos nuevos dolían mucho mas las erecciones por mínimas que fueran, me la pasaba pensando en masturbarme, en el porno, o en situaciones imaginarias con chicas que conocía; empero unos días después cuando estaba en mi habitación ya un poco más relajado durante la noche, aproximadamente una semana después de que volviera de la clínica por segunda vez; me dieron ganas de ir al baño por lo que me levante y salí, al acercarme al pasillo note que la luz estaba encendida pero con la puerta abierta, me extraño pero supuse que alguien la había prendido y termino olvidándose de apagarla; me acerque lentamente ya que no podía moverme mucho, gracias a esto no hice nada de ruido.
Al asomarme me sobresalte al ver a mi madre recién bañada cubierta únicamente por una toalla, cuando se percató de mi presencia dio un fuerte grito que provocó que lo único que la cubría callera al suelo dejándome apreciar todo su cuerpo al desnudo, estaba un poco mojada por el agua que no terminó de secar, vi como sus grandes pechos rebotaban en el aire sin nada que los sostuviera, y vi su gran vagina la cual había depilado con anterioridad luciendo aun mas sexy de lo que ya era, me quede congelado mirándola hasta que recogió la toalla para taparse de nuevo comentando que la había asustado, en ese momento no podía ni pensar, tenia una erección sumamente fuerte que me causaba un enorme dolor del cual me era imposible librarme.
Esa noche no pude dormir, solo podía pensar en mi madre y lo sexy que era, ni siquiera sentía culpa por verla de esa forma, ya no era lo mismo; en los días siguientes la veía como una mujer, me perdía en sus pechos cuando venía a ayudarme, prácticamente tenía una erección todo el día gracias a ella.
Era imposible distraerme, antes por lo menos veíamos alguna serie entre los tres con lo que me olvidaba de todo, pero ahora únicamente la puedo ver a ella, solo puedo ver su gran trasero al caminar, su cintura y esos pechos que me volvían loco; y como si no pudiera ser peor mi madre viste mucha ropa deportiva como leggins, tops y algunas veces unos shorts pequeños muy ajustados que volvían de mi vida una tortura.
Ya no me importaba nada, me la iba a coger, deseaba hacerlo, no me interesaba lo que tuviese que hacer, ni lo que provocaría, estaba decidido a hacerla mí mujer.
Al terminar el periodo de espera, comencé a planear como llevaría a cabo todo, mi hermana iría a una fiesta lo que significaba que ella no regresaría hasta el siguiente día como acostumbraba, le pedí a mi madre que se quedara en casa para hacer algo entre los dos y pasar el rato, después de insistir unas cuantas veces logre convencerla, cuando llego el día estaba sumamente nervioso, no me había masturbado a pesar de que ya me había recuperado, quería contenerme para darlo todo cuando estuviera a solas con ella.
Mi hermana se fue en la tarde, mi madre le pidió que volviera temprano y ella aseguro que regresaría en la noche, siempre dice eso así que no me preocupe, paso un rato en el que comimos para después sentarnos a ver algo en la pantalla hasta que:
– Me voy a ir a bañar, vuelvo rápido
– Claro, tomate tu tiempo
Pasaron unos minutos y ya no aguantaba, fui directo al baño en el que estaba, me dispuse a abrir la puerta, pero cuando gire la perilla me pude dar cuenta que ella le había puesto seguro, esto me molesto bastante, intente unas cuantas veces más sin éxito, escuche que cerro la llave del agua por lo que saldría pronto, volví a donde estaba, intentando actuar con normalidad.
Tardo un poco pero finalmente abrió la puerta del baño y salió, cuando la vi en shorts y con un top que daba la impresión de que iba a explotar por la presión no me pude contener fui rápidamente hacia ella y la sometí contra la pared, me pregunto: ´´¡¿qué te pasa?!´´, no le respondí y solo la bese profundamente, comencé a mover mi legua haciendo contacto con la suya, lamí las paredes de su boca con gran deseo, asegurándome de pasar por cada rincón sin dejar nada atrás, intentaba quitarme pero yo era más fuerte y no dejaba que se moviera para nada, en ese momento mi pene estaba a punto de explotar, me aleje de su boca y la tome del pelo llevándola a su habitación, intentaba soltarse, gritaba que la dejara y me alejara de ella, al llegar la avente a la cama y me puse sobre ella para comenzar a besarla nuevamente, me concentre tanto en sus labios que consiguió soltarse de mi agarre, intento desesperadamente quitarme pero mi lujuria era tanta que no sentí ningún dolor con sus golpes y rasguños, se comenzó a mover demasiado así que le di una cachetada para que se calmara, empezó a llorar y a preguntar ´´¿Por qué?´´, intente besarla de nuevo pero se resistió, sus intentos de escapar me empezaron a irritar y no podía esperar más, le dije: ´´Por fin vas a ser mía maldita perra´´, comencé a romperle la ropa mientras ella gritaba, me desvestí y estaba listo para penetrarla, cuando vio mi pene acercarse a su entrada se asustó y rápidamente junto las piernas.
– ¡Por favor no lo hagas, no me lastimes, soy tu madre no puedes hacerme esto!
– Hare lo que quiera contigo, no importa cuanto pelees
Esta vez había puesto mucha más fuerza por lo que tuve que esforzarme para abrirle las piernas, tras unos segundos de insistencia ella no pudo aguantar más y conseguí separarlas, intento volver a cerrarlas pero ya era inútil, volví a acercar mi pene a su vagina y de una fuerte embestida lo metí entero penetrando en lo más profundo de su interior, ella soltó un grito de dolor y lágrimas, seguí embistiéndola rápidamente mientras decía en sollozos:
– ´´¿Por qué haces esto?´´
– ´´Por favor detente, te lo suplico´´
– ´´Basta, nunca te perdonare´´
– ´´Déjame ir, soy tu madre, para, por favor para´´
– ´´Me estas lastimando mucho, detente por favor´´
Seguí dándole mientras presionaba fuertemente sus enormes pechos lo que la hacía gritar con cada apretón, sus suplicas, gritos y lamentos solo me excitaban aún más, cada vez iba más rápido y embestía tan duro como pudiese, seguí por un rato hasta que estuve a punto de terminar
– ´´Voy a acabar dentro de ti, serás mía y de nadie más´´
Cuando me escucho vi como cambiaba su cara de dolor y tristeza a puro terror, comenzó a gritar:
´´ ¡Para, no puedes hacerlo dentro, no quiero terminar embarazada de ti, no lo hagas, por favor no!´´
Me encantaba su miedo y tras unas cuantas embestidas más, aprete sus pechos y me aseguré de meterla lo más profundo posible mientras me corría en el interior de su vagina sin dejar que saliera nada.
Ella solo estaba temblando en la cama totalmente inmóvil, no me dirigía la palabra, ni siquiera me volteaba a ver, ya no era mas su hijo, pude notar un poco de alivio en su rostro ya que todo había terminado y la dejaría en paz…
Pero, yo aún no había acabado con ella, quería más e iba a tener más, la jale de las piernas y la volteé rápidamente, la puse en cuatro y recargue su pecho sobre el colchón, esto pareció sacarla de su transe, entro en pánico y corrió hacia la puerta de la habitación, la jale del cabello y la sometí en la pared presionándola con fuerza contra esta.
– ¿Aún intentas escapar de mí?
– Por favor, tienes que detener esto, déjame ir, no puedes hacerle esto a tu madre!
– Pero si yo te amo, solo te estoy demostrando el gran amor que te tengo, deja de resistirte y disfruta junto a mi
– ¡Como crees que voy a disfrutar que mi propio hijo me viole maldito enfermo!
– Si así lo quieres…
Tire de su cabello y la guie hasta la cama, volviendo a la pose anterior, me asegure de poner todo mi peso sobre ella para que no pudiese moverse, aun con sus brazos retenidos en su espalda continuaba intentándolo, levante su cabeza y le dije al oído: ´´si no te calmas me veré obligado a lastimarte y créeme cuando te digo que no seré tan considerado en el futuro´´, acompañado de una fuerte nalgada que la dejo marcada y con la piel enrojecida; parecía que entendió el mensaje porque se quedó quieta esta vez.
Mi intención era volverá cogérmela por la vagina un poco mas y dejarla, pero cuando vi ese gran trasero suyo en aquella pose, marcado con mi mano consecuencia de la nalgada, me entraron unas ganas enormes de violar su culo.
Tome un lubricante cercano y lo derrame sobre sus nalgas, empecé a acariciarlas y apretarlas, se empezó a inquietar un poco así que fingí que lo estaba aplicando para su vagina, pareció tranquilizarse, me reí en mi mente ya que no se esperaba lo que le iba a pasar; cuando considere que ya era momento aplique un poco del lubricante en mi pene y lo deje en la mesa de noche, cuando puse la punta de mi glande en su ano reaccionó asustada levantando la espalda pero velozmente tome su cabeza y la puse contra la cama nuevamente, comencé a poner fuerza para lograr penetrarla a lo que ella soltó un pequeño grito.
– Ja ja ja, vaya que estas apretada, no creí que con semejante trasero nadie te hubiera dado por aquí antes
Le di otra nalgada y apoyándome de mi peso presioné hasta que:
– ¡Espera, por ahí no, nunca lo he hecho por ahí, detente me dolerá demasiado parAAAHHHHHH!
– Ah, por fin, no sabes lo que me costo
Cuando conseguí meterla soltó un grito desgarrador de dolor que me motivo a embestirla con fuerza y rapidez, ella gritaba y gritaba entre lágrimas con cada embestida que le daba, me encantaba su sufrimiento, sus gritos hacían de la situación un deleite.
– Si que pones presión, acaso estas llorando?, ven para acá no quiero perderme la cara que tienes en este momento.
La moví a otra parte de la cama para poder ver en el espejo su rostro y el dolor que le provocaba ser violada por su hijo.
Seguí penetrando y los gritos no se atenuaban, estaba cerca de acabar, incremente mi velocidad dándole un par de nalgadas en el proceso, hasta que finalmente volví a meterme lo mas profundo que me permitía y le llené las entrañas con mi semen, quería relajarme un poco así que me dejé caer sobre ella mientras aun lloraba, estaba complacido, por fin pude descargar toda esa excitación acumulada, estaba a punto de acostarme para dormir cuando:
– ¡¿Pero que carajos acabas de hacer?!
Sorprendido, volteé a ver de dónde provenía la voz , cuando gire mi mirada hacia la puerta ahí estaba mi hermana, no la había escuchado entrar a la casa por los gritos de mi madre, aparentemente había regresado de la fiesta y al escuchar los gritos vino a la habitación; empezó a gritarme y cuando se acerco tome una decisión rápida, la sujete del cuello y la tire a la cama, no tenía otra opción, ya me había descubierto, solo quedaba hacer algo antes de que intentara hablarle a alguien; pude ver que estaba asustada, mi madre no se movía, parecía que estaba llorando así que dirigí toda la atención hacia mi hermana…
Pero eso es algo para después, luego contaré lo que paso a continuación; nos vemos, L.H. fuera
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