Cosa de tres
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Pipsqueak.
Era su hermana, y entre gemidos disimulados se puso a charlar con ella, cosa que a ambos nos puso todavía más calientes y lujuriosos, pues ni yo dejaba de bombearle, ni ella permitía que la dejase en paz.
Así, envistiéndola por detrás, como una buena perra, mi mujer estuvo hablando con su hermana unos buenos minutos, tantos que nos corrimos con ella al otro lado. La situación fue extremadamente morbosa, tanto a mi mujer como a mí nos excito hasta límites insospechados.
Después de terminar de frotar y sudar los cuerpos, y de no haberme enterado muy bien de lo que hablaban, mi mujer me dijo que su hermana les había pedido quedarse una temporada en casa, a lo que mi mujer le dijo que si, que no había problemas.
Hacía tiempo que no había visto a mi cuñada, estuvo unos años trabajando en el extranjero, y debo decir que al verla se me levanto el ánimo pero bien, bien, no sé si por el gran parecido con su hermana, generosos pechos, cabello moreno largo, buenas carnes donde agarrar, o por la situación telefónica, la cosa es que me alegro verla.
Empezó entonces a pasar el tiempo con ella en casa, y a pesar de perder intimidad nos pareció a los dos bien, Resulto que al mes nos pidió estar algo más, pues tras regresar del extranjero estaba buscando empleo y no encontraba nada y con lo que tenía ahorrado no se podía permitir gastárselo en alquilar uno para ella sola.
Debo decir que la idea de tenerla en casa no nos disgustó a mi mujer ni a mí, pues resulto que al igual que nos pasó con su llamada de teléfono, el saber que estaba en casa mientras follábamos nos excitaba, la idea que nos pudiera oír nos calentaba más, y había ocasiones en que intentábamos no cortarnos mucho, para que nos pudiese oír.
Y alguna vez sí que nos oyó, pues se lo comento a María, en medio en broma, hermanita, tener un poco de consideración que llevo casi un año sin que un hombre me haga algo, y vosotros no dejáis de hacerlo, y claro una os oye, e imagínate como se me queda el cuerpo.
Cuando me lo contó echamos unas risas, pues de alguna manera lo hacíamos a propósito no por calentarla, sino por calentarnos nosotros.
Y un buen en que llegue de trabajar, zas ocurrió, entre a casa y no oí a nadie, y pensé, todavía no ha llegado María de trabajar ni Nuria, así se llama su hermana, pero equivocado estaba.
Resulto que Nuria si estaba, y dándose una ducha, con la puerta entreabierta, y sin haberme oído llegar, y yo, viéndola enjabonándose, con ese cuerpo, tan , y tan parecido al de su hermana, pero aunque no se hubieran parecido , mi reacción al verla así hubiera sido la misma, una tremenda erección, casi se me salía del pantalón viéndola enjabonarse, pasando sus manos por sus caderas, por su pechos tan generosos, esparciendo por ellos esa burbujas de jabón.
Con esa visión en mis ojos me fui para el cuarto, para aligerar la ropa, dejar que el rabito entre las piernas respirase algo y por si me veía que no se sintiera mal en esa situación, aunque bueno eso quizás fuese lo que menos en ese momento me importase.
De repente, mientras me quitaba la ropa oí un gran gemido, ufff, se está masturbando, mmmmm, esa idea me encanto, con mi cuerpo totalmente desnudo el haber oído ese gemido me encendió mucho.
No podía evitarlo, con cuidado me volví a acercar a la puerta entreabierta del baño, totalmente desnudo, con el glande ya empapado, y soltando alguna gotita por el camino, y al asomarme aí estaba, con sus manos, ambas apretándolas bien contra esa rajita, ese chochito que tenía, y a juzgar muy muy caliente, al cual no dejaba de frotar con el jabón de sus manos, gimiendo y gimiendo con su voz entrecortada, mientras yo, ávido de lujuria la observaba en secreto con mi mano en mi dura y erecta arma de destrucción, follándomela con los ojos.
Y cuando no creía que la cosa mejoraría, empeoraría o se terminaría, con uno de sus gemidos de placer dijo, joder hermanita como gozas con el rabo de Luis, quien pillase uno de esos.
Ni que decir que Luis, ósea yo, se puso muy pero muy caliente, observando cómo se masturbaba pensando en su hermana en mí, e imaginándose como follábamos.
No aguante más, con ella tocándose, con sus ojos cerrados, imaginándose como lo hacíamos, me acerque a ella con cuidado, en silencio, me puse a su lado, y tan concentrada la vi, tan concentrada estaba dándose placer, y que placer, que no noto mi presencia.
Empecé a besarle el cuello, al tiempo que mis manos empezaron a manosearla y diciéndole al oído, tranquila Nuria, déjate llevar, a lo cual abrió los ojos, se quedó unos segundos parada, cortada por la escena, me miro, y diciendo, que haces Luis, dejo de masturbarse.
Te he oído Nuria, le dije, y no entiendo como con ese cuerpo, con lo buena que estas lo tontos que son los chicos que no te dan un buen meneo, Somos familia, si puedo hacer algo aquí me tienes.
Luis eres el marido de mi hermana, me dijo, a lo que le respondí para no darle tiempo de reacción, he oído como gemías pensando e imaginando como tu hermana y yo follamos y las ganas por un buen rabo .Dicho esto cogí su mano y la coloque en mi dura y erecta polla, diciéndole, ahora es tuya cuñadita, está a tu servicio y disposición, caliente, armada y lista para usarse, úsala como mejor sepas.
Su respiración se aceleró, no sabía qué hacer, en cuestión de minutos había pasado de masturbarse a estar con su mano en la polla de su cuñado, desnudo en la ducha, y sabiendo como era su hermana, y siendo tan parecidas en el físico, pronto comprobé que en lo de calentarse también, pues empezó a menear su mano suavemente, y diciendo, esto no está bien, pero sin dejar de menear el rabo a su cuñado.
Supe entonces que lo haría, que no dejaría pasar la ocasión de ser follada, tranquila Nuria, María tardara en llegar todavía, a lo que empecé a pellizcarle los pezones, a calentarla con mis deditos en su clítoris, notando toda esa mojadez que contenían.
Tras un tiempo de aclimatación, jeje, por decirlo de esa manera, me agache me acerque a su chochito, húmedo, empapado, le aparte el jabón que lo recubría y con mi lengua empecé a repasárselo con suavidad, profundidad y sin parar, notando como se convulsionaba del gusto que le producía.
Tras mearseme en la cara del gusto, mm, me encanto, sin duda, fue Nuria quien se arrodillo y empezó a chuparme, a lamerme, a comerme mi polla un pelín flácida, debo decir, pero no duro en ese estado mucho tiempo, pues su lengua recorriendo todos los huecos de la carne hizo que se pusiera bien dura en poco tiempo, mm, debo decir que era una gran mamadora de pollas.
Y con mi polla dura, empapada y deseosa y con su chochito deseando gozar, la lleve a la pared, y como vulgarmente se dice, la puse mirando pa cuenca, y empecé a follarle el chochito, despacito, saboreando esos primeros momento esas primeras envestidas, mm delicioso chochito, jugosito sin duda.
No No, Luis, por el coño no, Luis, no llevas protección, a lo tarde poco en reaccionar sacándosela y sin que pudiera decir nada más se la metí, le perfore el culo, oyéndose como su garganta emitía un desgarrador grito, mitad gusto mitad de dolor, a lo que empecé a moverme para agrandárselo bien.
Mmmm, su culo tampoco tenía desperdicio, al poco tiempo le entraba sin dificultad, su esfínter se había adaptado perfectamente a mi polla, y lo único que se oía eran sus gemidos de placer y el ruido de mis envestidas contra su culo. mmmm delicioso sonido.
Era toda una guarra en la ducha, se movía para darse más gusto, sus dedos se metían por su chochito para darse más gusto, mas placer, mmmm, excitante mi cuñada en la ducha, mm, como gemía, como gritaba de gusto, sin duda hacía tiempo que no sentía algo así, se le notaba que lo estaba disfrutando como si fuese la primera vez,
Al final, no se cuánto la tuve enfilada por el culo, pero terminamos corriéndonos con una sensación de placer, de lujuria tremenda, no se quien la tuvo más grande, pero mm, delicioso fue.
Terminamos con un buen morreo antes de salir del baño, al cual Nuria dijo, esto no ha sucedido, no se lo cuentes a María, vale Luis. Vale, quédate tranquila Nuria, no le diré nada, tras lo cual cada uno se fue a su cuarto, y a la hora llego mi mujer de trabajar.
Tras su llegada Nuria siguió en su cuarto, y mi mujer y yo nos metimos en la cocina a hacer la cena, tras lo cual avisamos a su hermana para cenar. No sabía muy bien como reaccionaria Nuria al ver a su hermana, quizás se arrepintiese y le dijera algo, quizás se sintiera avergonzada y no dijera nada, estaba a punto de descubrirlo.
Apenas dijo nada, creo que se sintió incomoda de lo que había sucedido, pero tampoco tanto como para decírselo a su hermana, algo que me excito, pues en el transcurso de la cena me entraron ganas de volverla a follar.
Tardo poco en levantarse Nuria de la mesa, solo dijo, voy a poner la lavadora, disculparme, se levantó y se fue, mientras María y yo terminamos de cenar pues nos quedaba poco. Un par de minutos después le comente a mi mujer que le iba a echar una mano a Nuria con la lavadora, que tenía algo que lavar también, le pregunte si tenía algo para poner, me indico que tenía unas bragas y una camisa y que se las pusiera también, que mirase de no mezclar colores, a lo que me fui a ponerla diciéndole, ahora vuelvo y recogemos.
No, Tranquilo, pon tu la lavadora, échale una mano a Nuria y ya recojo yo y friego, me dijo mi mujer, así que fui al cuarto de la colada, ósea el segundo baño, en donde en lugar de la ducha teníamos la lavadora.
Ese segundo baño, decir, que es pequeño y en el que dos personas entran y se mueven muy justas para lo cual hay que cerrar la puerta. Así pues con Nuria dentro entre con la ropa sucia de María y le pedía su hermana que lo metiese en la lavadora pues yo no alcanzaba a ello.
Nuria tomo la ropa, se inclinó a la boca del tambor y se dispuso a dejarla dentro, a lo que yo cerré la puerta. Debo decir que yo realmente iba con otras intenciones, pues al tiempo que cogía las bragas y la camisa de mi mujer, cogí también un condón, pensando en utilizarlo en ese chochito de mi cuñada que antes solo había podido sentir brevemente.
Así pues, con Nuria inclinada, la puerta cerrada, me apresure a sacarme la polla bien caliente y bien dura, ya que con las intenciones que llevaba, y al ver que Nuria iba con camiseta larga y un pequeño pantalón en la cena, pues aquello que habitaba en la entrepierna se animó en demasía, y cuando alcanza ese estado hay que calmarlo de la mejor manera posible, jejejej
Así, que me puse el preservativo, el trocito de plástico rápidamente, antes de que Nuria reaccionase, le aparte el pantalón hacia un lado y le dije, ahora sí, saborea mi polla en tu coño.
Se asustó, hizo intento de quitársela, Luis, María esta fuera, déjalo, dijo, nos pillara, esto está mal. Tenía que actuar rápido, empecé a movérsela para que su respiración aumentase, Nuria, tranquila, María está recogiendo y fregando, no se enterara, Disfruta como antes, te lo mereces, gózala.
Y dicho esto Nuria empezó a mover su culo, saboreando más como mi polla se metía en su chochito, empapado y convulsionado a esa alturas, sin dejar de jadear de gusto, cosa que cuando se le escapo un buen alarido cogió la toalla y se tapó la boca, pues sus gemidos eran más que evidentes.
Con todo metido en su chochito, y en su boquita, seguimos bombeando, mejor dicho seguí bombeando dentro de su chochito hasta que nos volvimos a correr. MMM delicioso fue su chochito, y la leche condensada en la punta del plástico, mm abundante, tanto que al quitármelo se lo esparcí por su culo con un buen masaje, Esto para que no se desperdicie tan buena leche, a lo que ella asintió. Nos morreamos de nuevo y salimos como si no hubiese pasado nada, justo cuando María pasaba dirección al dormitorio y al vernos salir le dijo a su hermana, te ha echado Luis una mano con la lavadora, a lo que Nuria con una risa, dijo, sí, me echo una mano.
Y así paso esa tarde que muchos cuñados hubieran querido para ellos, habiendo follado por dos veces a la hermana de la mujer, mm delicioso excitante morboso y lujurioso todo junto, pues la muy guarra de ella, no solo no dijo nada, sino que repitió una segunda vez y disfruto ambas veces del rabo de su cuñado. mmmmm.
Como se puede uno imaginar, aquello fue adictivo, era adictivo, estaba enganchado, con deseos de repetirlo más y más, y descubrí que ella también, así que en días posteriores, a la mínima que teníamos, que estábamos solos, retozábamos, follábamos de nuevo como animales, por toda la casa lo hicimos, en todos los lugares, y como la segunda vez en el cuarto de la colada, repetimos incluso cuando estaba su hermana en casa con más morbo de que no nos pillase en plena faena.
Y pasaron semanas, un par de meses, en el cual casi me pasaba el tiempo que estaba en casa follando con mi mujer o con su hermana, había veces que después de follar con mi mujer, tras un tiempo prudencial, iba al cuarto de su hermana y la follaba a ella, con el morbo de decirle, nos has oído, has oído como follaba a tu hermana, ahora es tu turno.
Esas palabras la ponían más perra, me decía, si, cabrón, os oía follar y me entraban deseos de ser mi hermana para sentir esa verga tuya golpeándome y destrozándome sin parar. Ahora follame, follame y destroza mi coño o mi culo.
Era una guarra, bueno no sé si lo era antes, pero ahora era una guarra de pleno derecho, deseosa de que la follara a la mínima, y no sentía culpa alguna por follarse, o ser follada por el marido de su hermana.
Tras todo ese tiempo solo quedo un sitio en el que no habíamos follado a pesar de ser obvio, en la cama de matrimonio, quizás por respeto, sino mucho, visto lo visto, a su hermana, hasta que un viernes por la mañana se lo propuse.
Nuria, esta tarde tu hermana tiene reunión de trabajo y vendrá muy tarde, prepárate que te pienso follar en nuestra cama hasta reventarte bien, tanto que me has dicho cuando nos oías que ojala fueras tu hermana, esta tarde sabrás lo que es, jeje te follare en su cama.
Uf,,, su reacción fue inmediata, asintió, agarro el paquete y dijo, como voy a disfrutarte cabrón.
Llegaron las 5 de la tarde, entre en casa, y silencio, pensé, Nuria no ha llegado todavía, bueno, espero que no tarde, y me dirigí al dormitorio, y sorpresa, aí estaba Nuria, echada en la cama, esperándome, con lencería, con lencería de María, mm me excito más todavía esa idea.
No te importara que me haya puesto cómoda y te esperase en la cama de tu mujer, como provocándome, dijo, ahh, y me he puesto esto, no te importara verdad, importarme no, para nada, sabes, eres tan guarra como tu hermana, se nota, valga la redundancia que sois hermanas.
Así que soy tan guarra como ella, mm, a lo mejor soy más guarra que ella, déjame que te lo pueda demostrar, mmmm. Esa idea me calentó más, si es que podía ser, verla con este picardías de María, mmm, excitante guarra tenía en la cama.
Ponte cómoda mi perra en celo, le dije, entro al baño y salgo, y después prepárate que te pienso empezar a comer viva, a lo que se fue abriendo de piernas y mientras me alejaba para ir al baño dijo, me gusta esa idea, empieza por este coño en cuanto salgas.
Al minuto salí, y como ella bien me dijo me acerque y empecé a comerle el chochito, esa almejita suya con las bragas puestas, estirándosela con los dientes, hasta que se las aparte y empecé a comerle de forma brusca su rajita, sin contemplaciones, a bocados para que no se quejase del trato en la hora de comer, jejeje.
Tumbada, con sus manos manoseándose los pechos, agarrándome la cabeza y apretándola con fuerza de vez en cuando para darse más gusto y que no parase,mm la muy guarra de mi cuñada con la lencería de su hermana, en la cama de matrimonio estaba gozando como una guarra, como una perra en celo, como una puta de una comida de su cuñado, y quería más y más.
Tras tomarse su tiempo así, jeje y yo el mío, se corrió en mi cara, sus gemidos eran enormes desgarradores, su leche le salía por su coño mojado, abierto y dilatado hasta inundar mi cara. Ahora tu Nuria, chúpame los huevos, cómeme esta polla tan excitada que tengo, a lo que me tumbe en la cama y deje que ella se inclinase sobre mi lamiendo, mordiendo, pasando su lengua por toda mi polla una tras otra vez, rebañándome todo el glande, dejando la marca de su lengua por toda la dobladez del prepucio, lubricando con su saliva caliente y espesa todos los centímetros de mi duro rabo.
Mi vista se centraba en ver como pasaba, como relamía mi polla con su boca, con su lengua, como movía su mano en toda mi polla haciendo poco a poco que fuera subiendo mi leche hacia la puntita. Veía como sus pechos, se movían a compás, era hipnótico, deliciosamente adictivo tal mamadita por su parte, mmm, lo dije antes, una experta mamadora sin duda.
Casi estaba punto de correrme en su boca, en su cara, en sus tetas, en todo aquello al alcance de mi eyaculación, de todo aquello al alcance de mi leche caliente, espesa, cuando alce un poco la vista y allí estaba mi mujer, viéndonos, detrás de su hermana, viendo como esta me chupaba, rechupaba, se relamía, me relamía la polla sin parar, una y otra vez.
Y en esa posición, sin que Nuria se diese cuenta, María, su hermana, la agarro de la cintura y diciéndole, serás guarra, te estas follando a mi marido y veo que te gusta puta, cogió y la envistió con un arnés, arnés que mi mujer y yo utilizábamos para nuestros juegos.
Nuria e quedo blanca en plena chupada, no sabía que hacer al tiempo que su hermana le follaba el coño con el arnés, toma guarra, disfruta esto también, le dijo, mientras la respiración de Nuria aumentaba de placer y de gusto, solo, aparte de gemir, decía, no tendrías que estar aquí, lo siento María, lo siento.
Y más que lo vas a sentir Nuria, le decía su hermana sin parar de follarle con el arnés, sólo repetía entre gemidos , lo siento, no quería, y su hermana diciéndole ,calla guarra y disfruta, y que haces, no le sigues comiendo la polla a mi marido, venga continua, no pares.
Se notaba en la cara de Nuria, aparte del placer, de la follada de su hermana que estaba algo descolocada, no sabía qué hacer, así que agarre su cabeza, la acerque a la punta de mi polla, y le dije, no has oído a tu hermana, vamos puta, sigue chupando, no te detengas guarra.
Lo dicho, Nuria estaba descolocada, siendo enculada, chupándome la polla, y en ningún momento haciendo movimientos para salir del cuarto, de quitarse de encima a su hermana, estaba como en shock pero gozando de aquello.
Tanto mi mujer como su hermana era unas guarras, ves, te lo dije eres tan guarra como tu hermana, lo ves Nuria, te lo dije, las dos sois igual de guarras, no pares María reviéntaselo, fóllale el coño hasta que se corra que luego voy yo.
Entonces creo que Nuria se dio cuenta, todo era, formaba parte de un plan, de un plan que María y yo habíamos trazado desde que vino a casa, queríamos follarla los dos, meterla en los juegos desde que nos excito con su llamada de teléfono y continuo al saber que nos oía follar cuando se instaló en casa.
Y la muy perra lo estaba gozando, cuando se dio cuenta, empezó a relajarse, si es que se podía relajar con su hermana penetrándola, follándole el coño sin parar, mientras sus gemidos aumentaban y aumentaban hasta que se desgarro, se notó cuando se corrió, cuando le vino ese orgasmo, esa corrida bestial que sufrió a manos de su propia hermana.
Y con su corrida poniendo perdido el arnés, la agarramos entre su hermana y yo como pudimos, la pusimos encima de mi polla y con Nuria todavía jadeante, destrozada por tal orgasmo, se la calce para notar esa leche tan caliente que estaba soltando y empecé a metérsela, a bombeársela una y otra vez, con sus tetas inclinándose sobre mí, con su boca al lado de la mía, gimiendo de gusto. mmm le entraba de maravilla.
Con su boca en la mía, dándole un buen repaso con mi lengua se acercó María y se unió, mm hermanita que boca más caliente, más jugosa que tienes,mm, estas disfrutando, lo estas disfrutando, pues prepárate, que no has terminado puta.
Nuria, no podía articular palabras, estaba extasiada, destrozada, jadeante con cada impulso de mi polla en su coño tan mojado, caliente, irritado y extasiado. Con las pocas fuerzas que podía recuperar cabalgaba sobre mi polla dándose más placer, y en esa postura María de nuevo inclino a su hermana sobre mí, dejándose sitio para ella, y tras avistar su objetivo, zas, empezó.
Su objetivo no era sino que el culo de su hermana, y de nuevo con el arnés, empapado en los fluidos de su hermana, se lo empezó a follar. Nuria se desgarro al sentirlo entrar por su culo, tenía mi polla en su coño y el arnés de su hermana en el culo, los dos follándola al tiempo, al unísono. No dejaba de gemir, de chillar, de gozar, no creo que antes hubiera gozado, disfrutado tanto como ese día.
No dejábamos de follarla, de metérsela, de sacársela a la vez, con los cuerpos sudados, no dejábamos de follarla .Hermanita, te gusta, te está gustando, verdad que si puta, crees que ha valido la pena que te follaras a mi marido todos estos meses, lo crees así.
Si, Sí joder, sigue follándome, seguir follándome, María, dile a tu marido que no deje de reventarme el coño, y tu Luis, dile a mi hermana que me reviente el culo. Oh dios, me estáis matando de gusto, no paréis.
Con estas palabras, no pudimos sino que seguir y seguir hasta terminar de destrozarla, hasta correrme dentro de su coño, y sin condón, cosa que nunca había hecho las anteriores veces, y que esta vez sí que se la deje bien adentro.
Y con mi corrida, su hermana dejo de reventarle el culo, uff, se lo dejo bien agrandado por lo que vi después, y acto seguido cogió a su hermana y entre las dos repasaron mi polla con sus bocas lamiéndose, relamiéndose entre sus bocas mi glande totalmente empapado, todavía con espasmos y vaciándose de la leche que todavía le quedaban a los doloridos y extasiados huevos. No hay que desperdiciar nada de esta leche, mmm, decía María a su hermana, chupa, sigue chupando, cosa que Nuria asentía con la cabeza al tiempo que no dejaba de chupar.
Cuando vieron que mi polla no daba más de sí, agarro María a su hermana y la obligo a chuparle la polla del arnés, cosa que su hermana no se negó a hacer, se la chupaba con toda su habilidad en dicha tarea, al tiempo que María le decía, tranquila ya tendrás ocasión tú de utilizarlo.
Tras la pertinente mamadita al arnés, tanto María como yo cogimos a una jadeante, cansada, y excitada Nuria la tumbamos en la cama y para que terminase de relajarse y de coger aliento le comimos su gran y destrozado chochito, vaciándole de las gotas de leche caliente que podía contener.
MMMM delicioso sabor, su hermana y yo comiéndole el chochito, caliente ardiente, mientras ella poco a poco se relajaba algo. Y así con todo aquello, con los cuerpos destrozados, cansados, los tres nos tumbamos en la cama, Yo quede en medio, con cada hermana a un lado, Y creo que Nuria todavía no sabía que había pasado, pero que lo había disfrutado y esa pregunta que cual sería más guarra, mmmm, creo que tuvo respuesta, ambas, las dos hermanas eran, muy muy guarras.
Con los minutos de relax, de descanso, en esa posición de los tres, le contamos la verdad a Nuria. Le contamos que cuando nos llamó esa noche por teléfono nos pillo follando y que seguimos follando mientras ella hablaba con su hermana y que no excito enormemente.
Y cuando vino a vivir a casa, esa excitación de que nos oyese a veces, o de saber que ella estaba cerca, y más cuando le contó a su hermana que nos había oído follar y el saber que ella llevaba tanto tiempo sin hacerlo, que saber todo eso junto con el hecho de haberla visto los dos desnuda por casa, cosa que ella no sabía, nos había dado la idea de seducirla, de provocarla hasta poder llegara follarla los dos.
No sabíamos cómo podría reaccionar, si se molestaría o que, así que trazamos ese plan, de seducción, primero yo, su cuñado, ver tu reacción si ocurría algo, si le contaría a tu hermana que había pasado.
Sin saber cómo sería el primer intento, era lo único que no sabíamos, le dijimos, pero cuando sucedió lo de la ducha, cuando Luis te follo y no dijiste nada, pensamos que era el comienzo.
Nuria no se lo podía creer, nos comentó, que al principio no quería hacerlo, cuando la cogí en la ducha estaba aterrada, era su cuñado, y tu su hermana, pero estaba tan caliente que se dejó llevar y que tras el segundo en la lavadora la excitación empezó a apoderarse de ella.
Le dijimos, te acuerdas, que cuando saliste de poner la lavadora estaba María en el pasillo, estaba oyéndonos, oía tus gemidos como gemías con cada metida de mi polla.
María le dijo, Si Nuria, estaba detrás de la puerta, conteniéndome de gemir, masturbándome, oyéndoos, como tu seguramente las veces que nos oías follar por la noche.
Asintió, si, hermanita, os oía follar y me masturbaba oyéndoos, pero nunca creí llegara esto, que tú lo supieras, que supieras que estaba follándome a tu marido, era un vicio, una excitación cuando tu marido me follaba por la casa, cuando se colaba en el cuarto por la noche y volvía a follarme, sabiendo que tú estabas durmiendo, o en otra parte de la casa.
Una risa picara salió de los labios de María, ay hermanita, hasta en este momento eres inocente con lo que acabas de ver, quien te dice que cuando mi marido te follaba por casa no me enteraba, quien te dice que cuando se metía en tu cuarto después de haber follado conmigo no estaba yo viéndoos, mirándoos en la oscuridad del pasillo y viendo lo perra y guarra que eras.
Luis y yo así lo planeamos, cuando él te follaba y yo estaba en casa yo os observaba, me masturbaba viéndoos, y cuando estaba fuera trabajando por las noches Luis me lo contaba, me contaba como lo hacíais mientras follábamos y tú nos oías.
Y hoy cuando ha entrado al baño me ha mandado un mensaje, diciéndome, en 5 minutos ven, entra en casa en silencio, tu hermana está preparada, follátela.
El rostro de Nuria sin duda era único, la habíamos engatusado de una manera, uff, pero la pregunta que se hacía era, y ahora que, o eso era lo que nosotros pensaríamos si fuéramos ella.
Y ahora que, te preguntaras, bueno, siendo tan guarra, querríamos seguir contando contigo y que participases con nosotros en nuestra vida sexual, en nuestras fantasías, en nuestras lujurias y excitaciones, te gustaría.
Si, fue un si de lo más rápido que se pueda imaginar uno, rotundo, decidido, Si, me encantaría hacer guarradas, follar como animales con vosotros, con mi cuñado y mi hermana, ser una guarra como mi hermana y mi cuñado, Si, Si y Si.
Y así fue el comienzo de cosa de tres, de lujuria, pasión, morbo excitación, desenfreno y demás situaciones que entre los tres fuésemos capaces de producir, y empezando por una primera.
Ahora Nuria, ponte el arnés, que te vas a follar a tu hermana, y de esa manera completamos el circulo de esa noche de viernes, volviendo a follar, que María sintiese lo que era ser follada y reventada por su hermana Nuria mientras su marido también la follaba a ella y a su hermana, haciendo un buen trío, un buen acople, un buen trenecito, todas aquellas posturas que se ocurriesen en ese fin de semana largo muy largo pues no dejamos de follar y de follar los tres juntos.
Lo siguiente que hicimos fue mirar una cama más grande de matrimonio, pues para estar los tres más cómodos todas las noches necesitaríamos una cama más grande en donde dar rienda suelta a la lujuria y el placer en familia. Quizás lo próximo sea que ambas queden embarazadas al mismo tiempo. Mmm excitante sería sin duda, pero tal vez eso sea otra historia.
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