Cosas de Familia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por xanun.
Hola a todos, mi nombre es Paco y provengo de una familia de provincia con arraigos católicos y muy tradicionalistas donde lo tradicional es que las mujeres se casen muy jóvenes y sólo le sirva al marido para la cocinarle y tener a sus hijos; por lo que cuando mi tía Ximena –Hermana menor de mi madre- se marcho del pueblo en busca de un mejor futuro de alguna manera pude entenderla. Y quien a pesar de que jamás regreso al pueblo siempre se mantenía en contacto con mi madre. Por lo que cuando se me presento la oportunidad de estudiar la Universidad fue mi tía Ximena –Que tenía siglos de no verla- la convenció a mis padres de darme hospedaje dado que vivía relativamente cercas del Campus además de que ella se haría cargo de todas mis colegiaturas y necesidades.
Ya en la Terminal de autobuses mientras esperaba que apareciera la tía Ximena a recogerme como breves imágenes que acudían a mi mente de la tía Ximena –De 7 años en ese entonces-, recuerdo que desde que nacía –También por lo que me contaba mi madre- siempre me tuvo un afecto muy especial y complaciente, siempre me llevaba a todos lados con ella, solía compartir todo conmigo hasta sus alegrías y tristezas hasta como si fueran un agradable sueño también recuerdo que cuando era una adolescentes con las hormonas alborotadas y sus necesidades que fueron mis labios en los que aprendió a besar y estos mismos los que a cambio de una golosina mamaron por primera vez sus senos en formación y hasta mi pequeño miembro en formación el primero que froto su erótica comisura –Nunca hubo penetración- en busca de su satisfacción sexual y que para mí dado que en ese tiempo no tenia ni las aptitudes, ni el conocimiento del sexo era sólo un juego al que jugaba con mi tía pero sin que lo supiera nadie.
Hasta que sacándome de mis pensamientos y más cambiada de lo que la recordaba en zapatos tenis, unos leggins, una blusa holgada sin mangas pero muy escotada -Con un corte de cabello corto suave y esponjoso color marrón con reflejos dorados cabello que hacia resaltar su bello y joven rostro angelical, sus ojos verdes, su nariz respingada, sus carnosos labios de sonrisa permanente, sus protuberantes y firmes senos, su estrecha cintura, su espectacular y redondo trasero respingado en forma de corazón, sus hermosas y largas piernas bien torneadas que incitaba a ser acariciado-. Y no aparentando tener más de 18-20 años con una sonrisa de oreja a oreja se acercaba a mí dándome sin darme tiempo a nada un efusivo abrazo, haciéndome sentir las curvas de su cuerpo y observando como un sujeto bastante corpulento de aspecto serio y maduro que la acompañaba y se me acercaba a nosotros con cara de pocos me anticipaba diciéndole.
¡Tía Ximena! Cuanto gusto me da verte ¡Sabes te ves muy hermosa! Oye tía no te ofendas pero ahí viene tu suegro y parece que no le agrada que me abraces tanto.
¡Mi Suegro! Jajá, jajá ¡Mi Suegro! Ahora si que me hiciste reír baboso ¡El es Nicolás mi esposo pero no es tan viejo como parece! Además su cara buldog es de nacimiento, él es así ¡Mi Suegro! Jajá, jajá ¡Ay hijo que ocurrencias las tuyas!
Para irnos a su casa e indicándome cual seria mi habitación cuando me ayudaba a desempacar entraba Nicolás llevándosela por su trasero y necesitando ser un genio para saber que iban coger fue después de desempacar y como en verdad ya tenia hambre decidí ir a la cocina a prepararme algo; pero al pasar por su recamara y por haber dejado la puerta de su recamara abierta, sin querer alcanzaba a observar como, con eróticos movimientos de su apetecible cuerpo, mi madre en pausados movimientos cabalgaba con sensualidad, moviendo en sobre Nicolás círculos sus divinas caderas, con sus ojos entreabiertos como queriendo disfrutar aun más de sus profundas penetraciones, percatándose casi de inmediato mi tía de que los había visto y quien como si nada sólo continuo su lúbrico cabalgar mientras que por mi parte sintiéndome apenado con nerviosismo sólo me dirigía a la cocina a preparar una ensalada con una carne asada; sin poder evitar mirar mientras que comíamos, mirar a la tía Ximena quien bastante ligera de ropas –Usaba un semitraslúcido camisón- sólo me sonreía al notar como no apartaba la vista de sus grandes e hinchados pezones morenos hasta que de un momento a otro al sentir como de sus hinchados pezones comenzaba a manar leche materna mojando su camisón, disculpándose se levantaba, marchándose algo afectada a su recamara y Nicolás aprovechaba la oportunidad para decirme que disculpara a mí tía que recientemente habían perdido a su bebe semanas de nacido.
De manera muy rápida pasaron varios meses que me sirvieron para conocer un poco más a mis tíos quienes sin ser millonarios vivían bastante holgados en lo que a economía se refería; mi tía Ximena tenía una agencia de publicidad y mi tío Nicolás sin saber muy bien cual era su función dentro de la agencia sólo se encerraba casi todo el día en su despacho. Mientras que por otro lado en lo que se refiere a lo sentimental no paso mecho tiempo en darme cuenta que entre ellos casi no había intimidad; aunque eso sí, era a petición del tío Nicolás por lo que luciendo los más diminutos y ajustados vestidos ó trajes sastre que la tía Ximena lucia siempre muy impecable, atractiva y sensual, resaltando siempre entre las chicas que se paseaban por la agencia, al mismo tiempo que gustaba de exhibirla –Como cuando íbamos de compras a algún centro comercial- que de repente de desaparecía y al ver como moviendo sus divinas caderas llamaba la atención de los caballeros, el tío Nicolás de improviso aparecía la tomaba por su rico y redondo trasero en forma de corazón invertido, como queriendo presumir que era el dueño de esa rica hembra y aunque de palabra la tía Ximena no se lo reprochaba, por el gesto que ponía en su bello rostro me daba cuenta que le molestaba. Mientras que por mi parte un poco por esa forma tan moralista con la que fui educado y otro tanto por esa manera de la tía Ximena de vestir en su casa –En finos camisones de encaje ó en body´s que translucían bellamente su suculento cuerpo- que no hacía falta dejar nada a la imaginación para percatarme del suculento cuerpo que escondía bajo sus ropas debo reconocer que ante esa manía de la tía de la tía Ximena de bañarse sin ponerle pasador al baño que sin poder evitar esa imperiosa curiosidad, ese impulso irresistible de admirarla completamente desnuda que cada que se me presentaba la oportunidad sigiloso me asomaba al baño a espiarla, a admirar con como mientras que el agua acariciadora recorría cada rincón de su piel; sus manos recorrían con detenimiento cada rincón de su cuerpo con un sensual erotismo, atravesando una de ellas los sedosos rizos de vello púbico recorría con sutileza su intimidad, acariciando impaciente sus labios vaginales, su ardiente clítoris y la otra en sus firmes senos dándose desquiciantes apretoncitos le daban placer a sus grandes y abultadas areolas morenas, de las cuales con un rictus de satisfacción en su rostro comenzó a fluir su leche materna; estremeciéndose con suavidad al llegar su tan ansiado orgasmo, saliendo de sus carnosos labios un gemido y un murmullo de exclamación.
¡mmmmmh! ¡A-aaaah! ¡Ooouuuuh! ¡D-dios, pero que rico es estoooooh ¡mmmmh!
Siendo ese el momento en que sin poder contenerme más presuroso me iba a mi habitación a satisfacer mis necesidades, sintiendo envidia del mismo tío Nicolás quien en vez de darle hasta por las orejas sólo disfrutaba de exhibirla ante los demás como su más valiosa posesión sintiéndose el hombre más envidiado de la tierra mientras que por mi lado a pesar de lo que hasta ahora eh contado como finalmente era mi tía jamás paso por mi mente llegar a más. Pero… ¿Como fue que comenzó a cambiar todo esto? Claro no puedo negar que en mucho contribuyo lo hermosa y apetecible que era ella, pero… ¿Cómo fue que comencé a mirarla como hembra y desear cogérmela con todo ese ardiente deseo, con toda la lujuria que era capaz?
Quizás fue esa manera de Nicolás de exhibirla como un objeto ante su incapacidad de procrear hijos con ella –No lo se muy bien pero algo tenia que ver con el PH de su semen por lo que su embarazo fue por inseminación-. Aunque por mi parte todo comenzó como un acto de cariño; una tarde que ya comenzaba a obscurecer que en lo que lo que él tío Nicolás regresaba de ir a comer con su madre –No se llevaba bien con la tía Ximena-, le ayudaba a la tía Ximena dictándole unos datos que pasaba a su computador y mientras esto sucedía al sentir como de sus senos comenzaba a manar su leche materna mojando su blusa, la tía Ximena de un cajón sacaba un sacaleches percatándome como al liberar ante mi vista sus aterciopelados y firmes senos como al comenzar el proceso de extracción de su maternal liquido, como con un gesto molestia en su rostro, como si una tristeza la embargara por dentro de su angelical rostro comenzaba a correr un hilito de lágrimas y sin ningún tipo de malicia ó morbosidad, si no más bien en lo que a mi me pareció el mas bello gesto de cariño que podía darle solamente me acurrucaba en ella, quitando de entre sus dedos ese frió aparato para enseguida sacando mi lengua prendarme con suma delicadeza a uno de ellos, enroscando mi lengua para comenzar a mamar, succionando y bebiendo su vital liquido materno en tanto la tía Ximena un tanto sorprendida separaba mi boca de su hinchado pezón diciéndome afectuosa.
¿No crees que ya estas muy grandecito para esto hijo? Esto es sólo para bebes.
¿Y a caso no eh sido siempre eso para ti?
¡Bueno sí! Pero no es correcto
¿Y porque no? Si no lo hago con morbo ¡Por favor, no me lo quites este placer!
¡Ok, esta, bien! Pero vamos al sillón ahí estaremos más cómodos pero no pienses que va hacer de todos los días- Me respondía
E inmediatamente después ir nos al sillón donde acomodándome, enroscaba nuevamente mi lengua en su hinchado pezón volviendo a succionar su liquido materno y logrando que complaciente esbozara una sonrisa en sus labios dándome un beso en la cabellera, para acariciar maternalmente mi cabellera en tanto de sus carnosos labios como un murmullo formulaba palabras diciéndome cariñosa.
¡mmmmmh! Así mi bebito ¡Así mi lindo bebito toma toda tu lechita! ¿Te gusta la lechita de tu mamita?
¡Mucho mamita! Sabe deliciosa, un poco dulcecita- Le respondía
Soltando su pezón por breves segundos para contestarle y volver a mamar de el mientras que mi tía con un voz cariñosa, algo excita me volvía a decir.
¡mmmmh! Que lindo mi bebito ¡Así despacito, mi lindo bebito!
Mientras que por mi parte aunque esa no era mi intención pero percatándome por como se estremecía con suavidad que se estaba excitando y sintiendo un raro erotismo que me invadía comencé a mamar con mayor fuerza su seno y después el otro en tanto ella acariciando mi rostro y dándome uno que otro besito maternalmente en la frente lívida me decía.
¡Así bebe! Así toma la lechita de mamá ¡Sáquele toda la lechita a su mamita! Que no quede una sola gota.
Continuando e intercalando mis delicadas succiones en un seno y el otro hasta por sus pasos y voces escuchamos que él tío Nicolás se acercaba con su madre y presurosa la tía Ximena se acomodaba su blusa y sujetador diciéndome que fingiera que me encontraba dormido –Me acomodaba de lado hacía ella con mi cabeza entre sus piernas, cubriéndome con su abrigo -, escuchando como su suegra la trataba de convencer de que nuevamente se volviera a embarazar por inseminación de Enrique su otro hijo mientras que la tía Ximena, no se si un tanto molesta ó por lo excitada que se encontraba pero el caso es que mientras que la escuchaba con suma discreción deslizaba su mano que había quedado debajo de su abrigo al bulto en mi pantalón recorriéndolo juguetona con las yemas y uñas de sus dedos, provocando que se me terminaba de erectar y su mano juguetona atreviéndose un poco más sutilmente se deslizaba con mucha de mi ayuda bajo la pretina de mi pantalón recorriendo la hendidura de mi glande hasta que sintió que comenzaba a palpitar y antes de hacerme sacaba su delicada mano para dar su platica por terminada diciéndole.
¡Ya veremos señora! Pero ya es tarde y hay que descansar ¡Dejemos esto para otra ocasión! –Le decía.
Fingiendo que me despertaba e irnos a la casa donde sorprendido ya en mi habitación y sumamente sorprendido ante lo que había sucedido, antes de acostarse pasaba a darme las buenas noches diciéndome casi murmurando.
¡Discúlpame cariño! Creo que me calenté un poco ¡Es que no lo pude evitar! Lo sentí tan brande y venosos que no pude evitar la tentación ¡Seguramente eres muy popular con las chicas! No sabes lo difícil que es no poder salir a deportes en shorts ó ir a la playa sin pasar vergüenzas y las chicas ni hablar siempre tengo que conformarme con lo poco que cae- Le contestaba.
Refiriéndome a esa etapa en la que como todo en la vida y por ser impopular, lo que debería ser una virtud, para mí era el centro de las burlas de mis compañeros mientras que la tía Ximena jugueteando con mi cabellera me contestaba.
¡Lo tuyo sólo es baja estima! Pero descuida que yo te voy a ayudar ¡No sabes la cantidad de chicas lindas que hay que desearían tener algo como lo tuyo entre sus piernas!
Dándome a entender que me iba a ayudar con alguna de las chicas que se paseaban por su agencia de publicidad y más cuando al pasar los días le llegaba a preguntar que como iba con mi asunto, ella me contestaba que no comiera ansias que estaba en eso, que estaba seleccionando a la chica ideal para mí. Hasta que un buen día y debo reconocer que jamás me lo espere de ella, pero en mucho gracias a que aspecto físico que se lo permitía y su angelical rostro de niña buena que al salir del salón de mi última clase en verdad me sorprendió al verla esperándome luciendo como sensual y despampanante colegiala –En zapatos de plataforma baja, medias blancas hasta las rodillas, una diminuta faldita que apenas y alcanzaba a cubrirle su respingado trasero y una blusa ajustado con un par de botones desabrochas que cubrían justamente lo que tenían que cubrir de sus firmes y aterciopelados senos-; que entre un grupito de mis compañeras de clases que me pedían mi examen para sacarle una copia se abría paso muy apropósito entre ellas para darme el más apasionado y lúbrico beso que me hacia estremecer por completo dejándome como idiotizado para inmediatamente después llevando su mano al bulto en mi pantalón agachando un poco la mirada, la volvía a levantar con una efecto de lujuria volteando a ver retadora a mis compañeras que les decía dándome un apretón en el bulto en mi pantalón.
¡Es hermosa! ¿No lo creen chicas? Pero esta ricura es sólo mía ¡Están advertidas!
Para después como si fuéramos un par de enamorados y llevando mi mano ella misma a su redondo y rico trasero en forma de corazón llevarme aun boquiabierto de la sorpresa a una estación del cercana del metro donde como sabíamos que en la siguiente estación estaría a reventar nos arrinconábamos al fondo del vagón jalándola con suavidad hacia al llegar a la siguiente estación, sin poder evitar como ante los apretujones de la gente la entrepierna de mi tía quedaba completamente atrapada contra el bulto en mi pantalón sintiendo como sin poderlo evitar como ante el incesante vaivén del tren mi miembro poco a poco iba creciendo como una suave caricia que me daba su intimidad y sin poder mirarla a los ojos pero aun sintiendo en mis labios ese beso que me había hecho estremecer como nunca lo había sentido con timidez apenas y le alcanzaba a murmurar.
¡Gracias tía! Te Juro que esto no lo voy a olvidar.
¡Fue un placer cariño!- me respondía.
Al tiempo que pienso que para evitar que alguno de esos manos largas que habitan en este tipo de transporte se quisieran aprovechar ante el diminuto tamaño de su faldita llevaba ella misma mis manos de su cintura a su redondo y suculento trasero para después deslizando su mano a mi espalda y con una sutil sonrisa en sus labios refugiarse en mi regazo diciendo.
¡Pero hoy nada de tía, cariño! Que hoy soy tu chica.
Para inmediatamente después como si el destino quisiera confabular a mi favor fue al entrar aun túnel, el tren detenía su marcha y las luces se apagaban que mis manos deslizándose por la bastilla de su faldita se internaban bajo estas percatándome al palpar cada rincón de su redondo trasero que no usaba nada debajo y comencé a sentir como con suaves movimientos pélvicos de arriba hacia abajo mi tía se frotaba contra mi duro miembro para después poniéndose de puntas levantaba su cuerpo y aprovechando que yo traía pants bajaba nuevamente muy repegada a mí; siento como la cabeza de mi pene se desliza hacia abajo liberándose de su apretujado escondite, haciéndome sentir la humedad de sus fluidos vaginales y pasando sus brazos en mi cuello iniciaba un desquiciante vaivén prácticamente sin ningún impedimento contra su húmedo sexo que no hacia otra cosa que transmitirme un indescriptible placer que invadían todo mi ser, como marejadas de erotismo que no hacia otra cosa que obligar a mis manos inconscientes a atreverse un poco más y abriéndole delicadamente su rico trasero a recorrer con sus propios jugos y a su alrededor su pequeño agujero trasero, provocando que al estimularlo y penetrarlo con uno de mis dedos por respuesta mi tía Ximena me diera un suave mordisco en el lóbulo de la oreja como para ahogar su placentero gemido; al sentir como ante el desquiciante movimiento de sus caderas, mi glande terminaba penetrando su erótica comisura y con un suave pero firme empujón de mi parte como cuchillo en mantequilla la terminaba penetrando, disfrutando de las gratificantes sensaciones de mi palpitante y duro miembro abriéndose paso hasta que al llegar a lo más profundo mi tía deteniendo un poco el movimiento de sus caderas entre involuntarios espasmos se estremecía de pies a cabeza anunciándome su candente orgasmo y de sus carnosos labios como un suave gemido de exclamación me murmuraba al oído.
¡A-aaaaah! ¡mmmmmh! P-pero que grande la tienes mi vida ¡mmmmmh! Me aprietas muchísimo pero que rico se siente ¡No te muevas déjala así!
¡Y-yo, como tú digas!- Le respondía
Con un extraño sentimiento –Quizás morbo ó excitación- que invadía todo mi ser, en tanto desde lo mas profundo de su vagina sentía como su intimidad me daba suaves pero desquiciantes apretoncitos hasta que dejando rebozando su vagina por completo me venia dentro de ella, con la confianza de que no podía quedar embarazada según yo debido a porque la lactancia intervenía con el proceso de ovulación, en tanto la tía Ximena dándome un suave mordisco en el lóbulo de mi oreja y sentir como mis dedos todavía en su suculento trasero, se internaban dentro de este susurrándome con ardiente calidez de su aliento me decía.
¡Ese nuevecito papi! Muchos han querido estrenármelo pero nunca me eh dejado peo no se, quizás algún día tu tengas el honor de estrenármelo.
¡Seria grandioso! ¿Qué tendría que hacer?
¡Todo en su momento cariño! Lo sabrás en su momento pero por hoy déjame seguir disfrutando de tu linda verga.
Con una voz que me transmitía toda la lujuria que era capaz me decía apartando mi mano de su rico trasero y al salir por si mismo mi ya flácido miembro lo acomodaba en su lugar fundiendo nuestro pacto con un apasionado beso, bajándonos algunas estaciones más adelante y todavía al llegar a casa tuve el placer de amamantarme con sus aterciopelados senos. Convirtiéndonos a partir de ese día ante el lazo sanguíneo que nos unía en un par de enamorados que se tenían que conformar con desbordar toda su lujuria que eran capaces a escondidas del tío Nicolás; en cualquier lugar, fuera y dentro de la casa; hasta en algunas ocasiones mientras que hacía sus necesidades fisiológicas aprovechaba para cogérmela en la misma taza del baño, sin saber lo que ya tenia preparado la tía Ximena.
Pero esa ya es otra historia que dejare para una segunda parte.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!