CUANDO POR FIN ME COGIÓ MI PRIMO.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por osg621.
Deseo compartirles mi primer relato. Soy Stiven, Colombiano, del Valle del Cauca, en un pueblo al norte llamado Zarzal. Ocurrió cuando yo tenía 19 años en la casa de mi abuela con mi primo.
Recien entrado en los 19 años, mi primo con quien compartí experiencias sexuales de niños, ya se había casado y tenía una hija, se vino de visita a casa de mi abuela y en esas que planeé quedarme esa noche allí mismo para ver “qué pasaba”; nos dispusimos a dormir en el mismo cuarto pero en diferentes camas. Él se acostó en la contigua a la mía.
Por esos días una ola de calor asotaba nuestras tierras y se dispuso a domir en boxer; recuerdo muy bien que eran de color gris con franjas rojas en el ajustable y desde siempre se ha cargado un paquete que de sólo verlo te mueres. Le recuerdo ya bastante grande cuando pequeño, yo tendría 8 años, más él unos 15, pero para esta época ya era bastante grande.
Me quedé despierto esperando que se durmiera, y en eso me pongo en píe, camino hasta su cama y toco sobre la colcha buscando su paquete, para mi sorpresa tenía su mano al interior del boxer, como sosteniendo su presa. Me armé de valor y decidí aventurarme en la lujuría y el deseo por ver aquel pedazo de carne que años atrás había tenido en mi boca y por el que aún guardaba gran recelo.
Así pues, bajé la sábana hasta el límite de sus boxer, yo trataba de controlar mi respiración, pues estaba a punto de un ataque de nervios producto de la angustia de ser descubierto y las reacciones después de tantos años. Por ello, trate de calmarme de píe al lado de esa cama y me inqué para bajar el elástico y sacar su miembro. Ese momento tensionante fue salvado y pude tener, aun en el boxer, flácido su miembro; luego, en medio de la oscuridad, me dispongo a tocarlo y fue allí cuando inició el momento más erótico que quizá haya vivido hasta entonces.
Descubrir entre la tela una enorme pieza de carne de unos 23cm sin exagerar; este primo mío tiene la fortuna de contar con una genética afro que lo hace ser excepcionalmente provocativo; 1.79 mts de estatura, complexión atlética, piernas gruesas y fuertes y una cara de macho dominante. Con eso, continúo diciendo que mi mayor logro hasta ese momento fue poder sacar del boxer dicho miembro, cosa que no fue tan difícil por aquello del tamaño, luego me lanzo como chiquillo hambriento a mamar semejante miembro y le empiezo a subsionar.
Para ese momento la respiración de mi primo ya estaba agitada, sin embargo aun parecía dormido.
Muerto del susto en medio del éxtasis, escucho que mi primo dice: “qué estás haciendo?”
Me puse en pie y respondí: “nada, nada” volví a mi cama sabiendo que no hubo reproche, así que me aventuré y para ese momento ya todo lo tenía más sencillo.
Retomé el proceso y después de un momento, mientras mamaba, sentí su mano en mi cabeza. Me quedé frío, hasta el momento en que con su fuerte brazo dirigió mi cabeza como indicándome continuar.
Así que no perdí tiempo y me dediqué en vida y cuerpo a darle la mejor mamada que a nadie le he dado.
Lamía sus enormes testículos y pasaba mi lengua desde la base hasta la punta del pene, de tal forma que él se estremecía.
Después de unos 15 minutos, mi querido primo se pone en píe y yo de rodillas recibo una follada en mi boca como nunca,
Luego, me pone a cuatro patas en el borde la cama y suavemente pasas sus dedos por mi culo humedecidos por su saliva e inicia un juego de dilatación en el que, junto con su lengua me hacía retorcer del placer, se dedico un buen tiempo a esa labor, además porque sabía que frente a ese pedazo de carne, era necesario trabajarme el ojete.
Cuando ya yo estaba listo le pido que me ensarte su herramienta y el aún cuidadoso pone su miembro en mi ano y hace presión. A pesar de ser una de mis primeras folladas como pasivo, mi ano se comportó muy bien, no sé si por el deseo, o por la dilatación, pero el dolor terrible sólo duró unos minutos; para ese mommento yo ya estaba en el cielo y le pido que se acueste para cabalgarlo; fue delicioso sentir cómo su verga entraba en mi culo y rosaba las paredes de mi ano.
Al cabo de un rato me acuesta poniendo mis pies en sus hombros y se deja venir con toda la fuerza metiéndome esa verda hasta los huevos, qué delicia!!! Cuando ya estaba por venirse me pide dejarmelo echar en la cara, entonces me pongo de rodillas y le pido que me lo dé en la boca. No acababa de hablar cuando ya tenía todo ese semen en mi garganta, era espeso y amargo, pero lo que tragué como si fuese una sabrosa bebida.
Luego de limpiarnos el se fue en silencio a su cama y yo a la mía. Nunca más hablamos de ello, aunque guardo la esperanza de volverlo a hacer.
Qué tal mi relato? espero comentarios
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