Cuarto en Renta
Un joven encuentra una mina de oro morbosa..
Hola soy Tomás, tengo 27 años. Mido 1.78, soy claro de piel aunque mis pezones y verga son más oscuros. Soy delgado pero no atlético, normalon diria yo. eso sí, tengo mucho pelo. Me encanta andar desnudo en casa. Me considero bastante morboso y chaquetero.
Debido a mi trabajo, me mandaron a trabajar un mes en otra ciudad. La empresa donde trabajo da muy malos viáticos, así que me dieron el cuarto en renta más barato que encontraron.
Una familia a la que le sobraban algunos cuartos, los pusieron en renta. Básicamente todo el segundo piso éramos inquilinos. Compartimos las áreas comunes con la familia.
A continuación les describiré a cada miembro de esa familia:
Don miguel, el hombre de la casa, de 58 años de edad, alto y moreno, bastante velludo. Sólo lo veía los fines de semana, siempre está trabajando. Se nota que en su juventud hacía deporte, ahora tiene pancita chelera y unas piernonas. Los domingos siempre trae un short ajustado, se le marca buen paquete.
Dolores, la señora de la casa, de 52 años de edad, toda una MILF, es más baja que su esposo. Casi siempre está en casa, aunque despacha en una tienda que habilitaron en lo que alguna vez fue la cochera. Tetas de ensueño y un culote que provoca fantasías a cualquiera.
Sebas, el hijo mayor, de 19 años de edad, casi tan alto como el papa aunque menos velludo. estudiante de medicina, siempre está en la facultad o simplemente se encierra en su cuarto para «estudiar». He escuchado que en la prepa jugó fútbol y se le nota pues tiene unas nalgotas futboleras jaja
Jorge, el menor, de 10 años, es totalmente lampiño. Definitivamente ambos hermanos heredaron los genes de sus papas, tienen buen culo. En las tardes siempre juega y se escabulle en toda la casa. Es bastante preguntón y desvergonzado.
El primer mes transcurrió normal, ya que todos los inquilinos trabajamos, realmente no he convivido con ninguno. todo el trámite de la renta lo ví con Dolores. Así que ella era la única con la que había tenido una conversación real. Admito que le dediqué varias, siempre se despedía de beso y abrazo, yo aprovechaba a apretar lo más que podía mi cuerpo con el suyo para sentir sus tetas en mi pecho.
En el segundo mes, me lastimé ambas manos en el trabajo, la izq. la tenía totalmente inmovilizada y básicamente hacía todo con los dedos que me quedaban libres en la derecha. Me incapacitaron dos semanas, así que aproveché a dormir y levantarme tarde. Como comenté al inicio, acostumbro andar desnudo en casa, así que en mi cuarto siempre andaba en pelotas. Era viernes y por alguna razón Jorge no tuvo clases, así que desde temprano andaba dando vueltas por la casa. Su mamá lo mandó por la ropa sucia (nos daba servicio de lavandería), como yo olvidé dejar mi cesto en el pasillo, el cabroncito imprudente abrió mi puerta sin siquiera tocar,
J: *abre la puerta de golpe* Don Tomás, vine por su rop…
*yo acostado en cama boca arriba, totalmente en pelotas, echando la hueva en tiktok. Admito que me asustó la forma en que abrió la puerta y rápidamente me cubrí los genitales con una sábana. el andaba sin playera y con un short corto, debido al buen tamaño de sus nalguitas, se le marcaban los tirantes de la trusa en el short*
T: ¡Ay, cabrón! Jorgito, toca antes, me asustaste! cierra rápido, que me va a ver tu mamá así *traté de actuar normal, sin dar importancia a mi desnudez para que no se «asustara» y me senté en la esquina de la cama*
J: *cierra la puerta* disculpe don Tomas, se me olvida que hay extraños en casa…pero por qué no trae ropa puesta?
T: Pues por que así es más cómodo, y no me da calor
J: ah…y por qué su piel es de otro color?…
T: ¿cómo?…*sentí ese cosquilleo en mi cuerpo y me empezó a dar morbo su curiosidad*
J: si, no es del mismo color que su cuerpo… y la tiene bien peluda como la de mi papá jijiji *señalando mi entrepierna*
T: apoco ya se la viste a tu papá?
J: pues sí, a veces nos bañamos juntos.
T: ah si? y quien crees que tenga más pelos, yo o tu papá? *bajando un poco la sábana para que se viera mi vello pubico y la base del tronco de mi verga*
*el abría los ojos con una mirada de sorpresa y curiosidad, se acercó más a mi*
J: mmm… yo creo que mi papi tiene más *para mi sorpresa, acerca su manita y agarra mis pelos, pasándolos entre sus dedos y estirándolos*
Jamás pensé que tuviera tan normalizada este tipo de situaciones con su papá, no le daba pena agarrar otros cuerpos…pero hasta dónde podría llegar…mi pene empezaba a hincharse.
J: *sin dejar de jugar con mis pelos, toca la base de mi verga* …pero la de mi papá si es del mismo color que su cuerpo jijiji … oye, quieres ver cómo me hago un bigote?! *ni tiempo me dió de responder o reaccionar, acercó rápidamente su carita a mi entrepierna, colocándose a tal modo que mi pelos quedaban por debajo de su nariz, me miraba con una sonrisa inocente y juguetona, con sus manitas peinaba mis vellos para que se acomodaran a forma de «bigote». Por la posición, su boquita quedaba sobre mi verga, separados sólo por una sábana delgada. El reía sin percatarse que con cada movimiento de su quijada me masajeaba la verga…*
Quedé helado por unos segundos, pero el morbo y la excitación me hicieron reaccionar. por la posición en la que estaba, su frente topaba con mi panza, así me recliné hacia atrás diciendole que era para ver mejor su bigote, no sin antes darle un pequeño empujón con mi cadera. Ambos nos mirábamos con una sonrisa de complicidad, la suya más inocente que la mia jaja.
T: que bien te quedó el bigote Jorgito, y quién te enseñó a hacerlo?
J: mi hermano, le gusta jugar conmigo y me enseña muchos juegos. Con mi Papá también juego a veces.
Me brillaban los ojos, definitivamente había encontrado una mina de oro. enseguida mi mente empezó a maquilar todo lo que podría hacer con esta familia. El sueño de cualquier morboso pervertido jajaja.
T: que genial que tu hermano juegue contigo, oye y con tu mamá no juegan?
J: no, a ella casi no le gusta.
Yo ya traía la verga semierecta, y todos sabemos que cuanto se empieza a parar se calienta bastante el palo. Pero me asombraba que a pesar de sentir como subía la temperatura debajo de su boquita y mentón, él no se quitaba.
T: oye y qué otros juegos te ha enseñado tu hermano? o cuál es tu favorito?
J: pues jugamos al caballito, vacas y becerros, a las torretas, bolero humano. Mi favorito es el bolero humano, pero como tienes los brazos lastimados no vas a poder jugar porque me tienes que cargar y balancear… para las torretas mi hermano también me carga…pero también lo hemos jugado acostados, ¿quieres que juguemos a las torretas acostados? hasta ese momento se despegó de mis pelos y levantó la cabecita con tanta emoción que ni se percató que junto con él, una carpa de circo se había puesto en pie, con mi verga dura como mástil debajo de esa sábana delgada*
T: claro que juego contigo, pero me tienes que enseñar, porque yo no se como es eso de las torretas.
J: si, yo te enseño.mira, primero, acuéstate en la cama…
T: ok. dejo la sabana? *el volteó a ver y con una cara de sorpresa apareció la carpa*
J: no, te la tienes que quitar…
Yo hago caso a la instrucción y la voy quitando lentamente mientras le veo la cara de curiosidad, en ningún momento alejó su mirada de mi hombría y cuando la destapé totalmente solo me vio a los ojos con una sonrisa. Me recosté como me lo pidió, y veo como el se quita de un movimiento el short y la truza. Sube emocionado a la cama y se para sobre mi, dejando sus pies a la altura de mi cadera (uno a cada lado). Yo apreciaba su cuerpo morenito y su pitito ya paradito.
J: Ok. yo soy la torreta y tu eres el piloto, yo te digo hacia donde ir y tu debes disparar.
El se voltea, aun de pie sobre mí, y me deja apreciar sus hermosas, tersas y lampiñas nalgas. Admito que por un segundo un instinto animal me invadió, quería poseer ese culito y hacerlo mío, pero mi conciencia morbosa me detuvo… sabía que podría disfrutar más si dejaba que fuéramos a su ritmo. Acto seguido, se agacha y se sienta sobre mi pelvis. Por un breve segundo alcance a ver su anito y pasé mi lengua por mis labios de sólo imaginar lo rico que será cuando me lo coma. Todo este tiempo, mi verga apuntaba al techo, palpitando sacando las primeras gotas de precum. Se acerca, toma mi hombría con su manita y la acomoda entre sus piernitas, muy pegada a su perineo, básicamente me la estaba haciendo sandwich y en la punta podía sentir sus huevos. Desde que sentí su piel sobre mi pelvis mi respiración se empezó a agitar, se sentía delicioso y más cuando se acomodó y sus nalguitas hacían presión con mi piel, yo sentía su calor y él sentía el mío. Entonces entendí cómo debía “disparar”, básicamente, su hermano lo agarraba como juguete sexual para frotarse la verga. Yo sonreía porque ahora también sería mi juguete sexual.
T: oye pero no me has dicho cómo debo disparar la torreta.
J: ah si, te digo… *cruzando las piernitas para aprisionar mi pene* te tienes que mover así… *procede a hacer un movimiento de culeo riquisimo que me hizo poner los ojos en blanco*…y me tienes que abrazar porque yo te voy a guiar para movernos de derecha a izquierda…
T: Entiendo, a ver dime, así lo hago bien? *lo culeo despacito para que el me indique el ritmo*
J: noooo! más rápido, así..* y me vuelve a dejar lo ojos en blanco*..y haz el ruido de torreta “tatatatata”
T: perfecto *lo abraso sólo con la mano derecha, ya que la izq aun dolía*
Empezamos el juego, él se movía de izq a derecha, moviendo todo mi cuerpo, como tenía aprisionada mi verga, podríamos decir que me jalaba a través de ella. Primero a la derecha, y yo movía mi cadera, disfrutando el roce de piel, sentía que iba a terminar muy rápido. Luego a al Izquierda, creo que el jaloneo tan brusco de verga me ayudaba a no venirme tan rapido, pero una vez que se detenía, yo lo bombeaba como perro, aguantando mis gemidos pero con mi respiración a tope, el se divertía, como si no entendiera lo morboso de la situación. Así seguimos como 20 minutos. Me sentía en el paraíso. Ya estábamos bien sudados, más yo que él.
Entre sus risas, mi perversión y el sonido de nuestras pieles húmedas rozando, olvidé por completo que no estábamos solos en casa. Cuando de repente se abre la puerta. Era Dolores, la mamá de Jorgito. Yo me quedé helado, lo primero que me pasó por la mente es que me iba a matar. Ella pasó de una cara de sorprendida a un rostro molesto.
T: Dolores! Esto no…
D: Jorge! Que no te pedí que me llevarás la ropa?! hace rato que te estoy esperando pinche chamaco! Deja en paz a Don Tomás qué no ves que está lastimado!
Durante el regaño de la madre, Jorgito no me soltaba y tampoco decía ninguna palabra. Yo me senté con él sobre mí. Hasta que ella se acercó a quitarmelo de encima. Di un pequeño brinquito involuntario cuando la cabeza de mi pene pasó entre sus nalguitas. Yo estaba totalmente petrificado, no entendía lo que estaba pasando, jamás había visto una reacción así (la última vez que me descubrieron casi me madrean, luego contaré esa historia).
D: ¡Lleva la canasta de don Tomas y llena la lavadora! *Jorgito tomo la canasta y salió corriendo asi encueradito* …ay don Tomás que pena con usted mire como lo dejó ese chamaco cuando debería estar descansando, disculpenme de verdad, ya sabe cómo son los niños de traviesos. *toma la sábana y me tapa* Bueno, lo dejo para no molestarlo más.
Ella salió del cuarto, y yo estaba anonadado, qué tan desvergonzada y despreocupada es esta familia que a la madre le valió pito encontrar a su hijo con un “extraño” haciendo cosas morbosas. Mi verga estaba palpitando aún, el ser descubierto es muy excitante. Me levanto y veo que la ropa de jorgito se quedó en mi piso. La recojo, la huelo y ese instinto animal volvió, qué rico olor a culito sudado y orines. envolví mi verga con su trusa y me dí una chaqueta salvaje, recordando el juego con Jorgito, hasta venirme, dejando embarrada esa pequeña prenda con mis mecos.
Cuando estaba terminando de limpiarme con la trusa, tocan mi puerta. Yo abro la puerta sin miedo a que me vean desnudo nuevamente, mi pene ya había bajado la erección pero estaba un poco hinchado. Era Jorgito, pidiendo si podía pasar por su short, lo invité a pasar y le dije que yo le ayudara a vestirse, ve que traigo su ropa interior en mi mano y le muestro el regalito que le dejé, el sólo sonrió como si de una travesura se tratase. Le ayudo a vestirse, restregando bien mis mecos en sus nalguitas y penecito, el me da las gracias y sale corriendo de regreso a la lavandería,.
Yo tomé un baño y me recosté en la cama, pensando en lo que acababa de vivir, la mina de oro morboso que había encontrado y el cómo prolongar mi estancia en esa casa.
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Gracias por leer, este es mi primer relato, admito que me costó mucho terminarlo, me la jalaba mucho y no lo concluyó jaja admiro a los que ya han escrito varios, como tienen aguante y paciencia. Mi imaginación y morbo empieza a volar y no escribo tan rápido jajaja
Saludos.
Buenísimo Bro 👍
Estuvo buenísimo el relato, no puedo esperar para ver qué cosas degeneradas escribirás para el siguiente relato >:)
Ya quiero saber cómo continua
Que rico relato y ese casa ufff de ensueño 🥵😍😘👍❤️
Que buena historia espero continúes con ella