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Incestos en Familia, Orgias, Sexo con Madur@s

Cuento de Navidad

Dicen que en Navidad pueden suceder cosas inesperadas, pequeños milagros para aliviar a esas personas que se sienten solas en esos días tan especiales, y todo eso es lo que relatan los Cuentos de Navidad.

Después de una larga relación, había roto con mi pareja, en el momento que se acercaban las Navidades y no me apetecía nada celebrarlas, porque sentía que serían de las peores de mi vida, y lo único que deseaba era que pasaran lo antes posible para seguir con mi rutinaria vida, pero algo cambió cuando recibí la llamada de un antiguo compañero de la Universidad, con el que había compartido habitación y hecho mucha amistad.

El llevaba tiempo viviendo en otra ciudad por su trabajo y me comentó que también se había separado hace unos meses y que pensaba volver estos días para pasar las Navidades con sus padres y demás familia, pero se había encontrado con la sorpresa de que ya no había sitio en la casa de sus padres porque sus otros hermanos ya se le habían adelantado.

A pesar de que mi estado de ánimo no estaba para socializar mucho con nadie, yo le ofrecí mi casa, ya que al estar solo, había sitio de sobra y así me haría compañía en esos días y podría ayudarme a olvidar el dolor de la reciente separación. Él aceptaba agradecido mi proposición si eso no suponía ningún compromiso para mí, pero me comentó que también vendría con su hija pequeña, a la que yo ya había conocido cuando estaba casado, pero hacía años que no veía, así que le dije que no habría problema con eso, que serían bienvenidos los dos.

Cuando llegó mi amigo Tony a casa, me volvió a presentar a su hija, porque ella ya no se acordaba de mí. Se llamaba Ariana y me quedé impresionado con su belleza y su cuerpo de nena que empezaba la adolescencia. No sé por qué, me excitó verla vestida de esa forma, marcándose sus pezones en la camiseta y dejando a la vista sus preciosos muslos con su corta falda.

Yo la abracé para darle un beso, pero no sé que me pasó, que al sentir su olor, alargué ese abrazo más de lo normal y mis labios rozaron los suyos para besarla en las dos mejillas.

Creo que a Tony le sorprendió mi efusivo abrazo y sonrío como pensando, o quizás sabiendo que su hija me había excitado y se me había notado demasiado, por lo que me avergoncé un poco, aunque me dieron ganas de decirle a mi amigo que su hija se veía de lo más rica, pero me contuve, y solo le dije que estaba muy guapa. Después de los saludos, le ofrecí la habitación que estaba libre, aunque como solo había una cama les tuve que decir:

—Lo siento, solo hay una cama y tendréis que compartirla, no sé si será bastante grande para los dos, pero espero que estéis cómodos.

—No te preocupes, amigo, estamos acostumbrados a compartir cama, —y le dijo a su hija—, ¿verdad cariño…?

—Sí, papá, no hay problema —dijo ella.

Por lo que él me dijo:

—Verás, después de la separación, tuve que mudarme a otro piso más pequeño y cuando tengo a la nena conmigo, tenemos que dormir juntos.

—Estupendo, entonces estaréis muy bien aquí —les dije, mientras me venía a la cabeza esa imagen de verlos a los dos juntos en la misma cama.

Como era ya tarde, nos preparamos para irnos a dormir, pero antes de eso, pude ver a Ariana con su pijama, compuesto de una camiseta que le quedaba corta, dejando a la vista su ombligo, y unos pantalones cortitos bastante ajustados, que no dejaban nada a la imaginación, lo que me hizo envidiar más a su padre por poder dormir con esa ricura.

Pensando en todo eso, tuve que masturbarme en la soledad de mi cama, para calmar mi calentura, pero volví a repetirlo cuando empecé a escuchar unos gemidos muy delatadores que me llegaban de la habitación donde dormían ellos. Me costó bastante creer que lo que estaba escuchando era lo que me imaginaba, pero a la vez todo eso me puso muy cachondo. Hacía tiempo que no me excitaba tanto, y más con algo tan fuerte como eso, por parte de mi amigo y su hija. Estuve durante un buen rato escuchando esos gemidos de Ariana y alguno de su padre, también, hasta que finalmente se hizo el silencio y pude dormir.

A la mañana siguiente, mi amigo Tony parecía algo incómodo, como si tuviera miedo de que yo les hubiera escuchado por la noche, pero no le dije nada, e intenté que todo pareciera normal, y hasta le gasté alguna broma a Ariana, que parecía feliz recién despertada.

De todas formas, a mí no se me quitaba la idea de que mi amigo se estuviera follando a su hija, a al menos teniendo juegos sexuales con ella que disparaban mi imaginación, y no podía evitar fijarme en su actitud, en como se miraban, en como tocaba Tony a Ariana, y como ella le devolvía sus sonrisas a cada cosa que decía.

En realidad, por la complicidad que mostraban parecían dos enamorados, si no supiera que eran padre e hija y eso me tenía un poco trastornado, sin saber como afrontar esa situación con mi amigo, que lógicamente, intentaría ocultarme.

Esa misma noche, antes de irnos a dormir, sacó unas botellas de chanpagne que había traído, y me dijo:

—Te veo un poco decaído, amigo, así que vamos a celebrar nuestro encuentro a ver si levantas el ánimo.

Quizás la bebida fuera una buena opción para animarme y levantar mi estado emocional un poco depresivo, así que empezamos con las copas, mientras hablábamos de nuestra época en la universidad:

—Te acuerdas que en ese tiempo no nos faltaban chicas en nuestra habitación y hasta alguna vez llegamos a compartir a la misma chica —me dijo él.

Y yo le contesté:

—Sí, jaja, que buenos tiempos…., alguna era un poco guarrilla, y se pasaba por todas las camas, pero nos lo pasábamos muy bien. Ahora hace tiempo que ya no la meto en un coño caliente, porque con mi ex últimamente nada de nada.

—Vaya, es una pena, amigo. Yo ahora me voy arreglando con algún apaño, jeje.

Ya me imaginaba yo que apaño era ese, aunque él siempre había tenido mucho éxito con las chicas y seguro que no le faltarían si las buscara.

—Que suerte. Yo ahora mismo no tengo ánimo ni ganas para nada —le dije, resignado.

—Bueno, hace poco de lo tuyo. Pasará el tiempo y encontrarás algo que te ilusione, pero mientras tanto, no puedes perder la práctica, jaja.

El alcohol iba animando nuestra charla y aunque Ariana estuviera a lo suyo, se la notaba atenta a lo que hablábamos, pero a pesar de eso, yo seguí la conversación con Tony:

—Ya me gustaría, pero me parece que tú lo tienes más fácil que yo.

—¿Por qué dices eso?  —Me preguntó, con miedo de que yo sospechara algo.

Yo me quedé mirando a Ariana y él ya se dio por aludido, y con los nervios empezó a reconocer algo de lo que yo todavía no le había acusado:

—¡Ah!, ya veo. Nos escuchaste por la noche, ¿no? Qué vergüenza, por favor, no se lo digas a nadie —me dijo, muy preocupado.

—No, tranquilo. ¿Quién soy yo para juzgarte?

—Es que verás, tienes que entenderlo. Cuando tenía a la nena durmiendo conmigo en la cama, se pegaba a mí y no pude aguantarme. Además, como ella también quería porque le gustaba, pues ya te puedes imaginar, empecé a desahogarme con ella, aunque ya sé que está mal, pero hay que tener a una cría ahí, a tu lado, para entenderlo.

—Sí, claro que lo entiendo. Quién sabe si yo haría lo mismo en tu lugar.

—¡Ah!, ¿sí? ¿Harías lo mismo que yo? ¿También te pone Ariana? Bueno, qué preguntas hago. Está tan rica que cualquiera lo haría.

—Bueno, no te lo decía por tu hija, que por cierto, está tremenda y yo me la comería entera también. Solo me imaginaba si yo tuviera una hija como ella en mi cama.

—¡Ah!, ya, no te preocupes, no me ofendes. Te entiendo. Tampoco quiero darte envidia, pero es tan rico hacerlo con ella, que no necesito a otra mujer.

—¿También la follas? —le pregunté, para saberlo todo, ya de una vez.

—Sí, claro, ya le entra bien y no veas como lo disfruta…—pero arrepentido de lo que me decía, añadió— Lo siento, no tenía que decirte estas cosas, te estoy poniendo los dientes largos…..

Estaba claro que la bebida había soltado nuestras lenguas totalmente y ya no nos callábamos nada, y en medio Ariana, que no sé que pensaría de lo que estaba escuchando, le dijo a su padre:

—¿Puedo beber un poco yo también?

—¡Eehhh! No sé…., eres una niña todavía, no te va a sentar bien —le dijo su padre.

Pero yo le dije:

—También es una niña para el sexo y eso le sienta muy bien, ¿no?

Tony me miró sin saber muy bien que decir, pero al final aceptó que su hija bebiera un poco de champagne.

—Bueno, tienes razón, pero un poquito solo, ¡eh! Ariana.

—Vale, papá.

Ariana tomó la copa y tras probar un sorbo, se ve que le gustó y se tomó un buen trago, ante lo que su padre le dijo:

—¡Yaaa!, ya está bien…..

Al poco rato, la nena volvió a beber de la copa sin que su padre la viera, y yo le guiñé un ojo de complicidad, pero tantos sorbos empezaron a hacerle efecto a la cría y empezó a ponerse mimosa con su padre, abrazándole y dándole besitos. El intentó apartarla, pero como en nosotros también estaban haciendo su efecto las copas bebidas, él acabó respondiendo a sus besos, apretando su culo con sus manos, aunque al darse cuenta de como les miraba, quiso parar un poco y me dijo:

—Mira que tanga le he comprado para la celebración de fin de año.

Tony levantó el vestido que llevaba su hija y me enseñó como le quedaba ese pequeño tanga rojo, en el que resaltaba su culito de una forma deliciosa, diciendo a la nena que diera unas vueltas para lucirlo ante mí, por lo que tuve que decir:

—¡Wow!, le queda precioso… Y con el suje a juego, también, ¿no?

—Claro, enséñaselo, hija.

Ariana se quitó el vestido completamente y se quedó con ese conjunto de lencería de fiesta, con un sujetador que apenas tapaba sus pezones y el minúsculo tanga, que le cubría lo justo, y que la convertía en un auténtico caramelo de lo más apetitoso, por lo que le pregunté a su padre:

—¿Donde conseguiste todo eso de su talla?

—Lo compré en una página de internet, ahí puedes encontrar de todo…. Hay también una lencería para niñas que te quitan el hipo, y a Ariana le encantan todas esas cosas.

—Sí, ya se la ve encantada, presumiendo de lo que tiene, jeje.

Ariana estuvo un rato paseándose delante de nosotros, exhibiéndose de forma coqueta y provocativa, hasta que se cansó y volvió a los brazos de su padre, para darle besos y buscar sus caricias, con solo ese conjunto puesto, lo que me hizo avivar mi imaginación pensando en esa ricura que se estaba comiendo su papá, y creo que hasta me empalmé viéndolos calentarse mutuamente de la forma más obscena, pero al darse cuenta Tony de mi estado, le dijo a su hija:

—¡Anda! Ahora dale cariñitos también a mi amigo, que hay que agradecerle que nos haya acogido en su casa.

Ariana obedeció a su padre y se puso a mi lado para abrazarme y darme besos también, una vez perdida esa timidez, seguramente inducida por el champagne que había tomado, así que yo le devolví esos abrazos y besos, acercándome a su boca, para darle unos piquitos en sus labios, que me supieron a gloria. Como ella seguía pegada a mí, prácticamente desnuda, también aproveché para acariciarla un poco, pasando mis manos por sus muslos, su culo y su cintura, lo que me había provocado una dura erección.

Mientras yo me calentaba con su hija, me fije en que Tony se había quedado dormido en el sofá, y como Ariana parecía estar a gusto conmigo, decidí aprovechar la ocasión y seguir hasta donde ella me dejara, así que empecé a besarla más profundamente con la lengua, sintiendo como ella se excitaba más con mis caricias y mis besos, por lo que seguí hasta quitarle ese mini sujetador para dejar sus pequeños pechos al aire, que empecé a chupar con ansiedad, haciéndola gemir de forma más fuerte.

Yo la notaba entregada a mí, cada vez más excitada, y se veía que esa cría ya tenía su experiencia, porque empezó a sobarme la polla por encima del pantalón, así que me la saque para que pudiera tocarla bien con su mano y todo eso fuera más morboso para los dos. Cuando la vio, empezó a pajearla y bajó su cabeza para metérsela en la boca y hacerme la mamada más morbosa de mi vida, porque todo eso que estaba pasando, parecía más un milagro de Navidad que algo que estuviera pasando realmente.

Mis dedos jugaban con su mojado coño, haciéndola retorcerse de gusto. Era una delicia tener a esa cría desnuda y caliente entre mis brazos, como si fuera un juguete para mí. Y viendo como ella se desenvolvía, yo estaba decidido a follarla, como hacía su padre, pero antes quería chupar su coñito y servirme del plato entero que se me ofrecía, una auténtica exquisitez que al degustarla, me hizo sentir como un sibarita del sexo que sabe apreciar los platos más exclusivos.

A pesar de ello, mi excitación, hizo que dirigiera mi polla a su coño abierto para joderla con todas las ganas, sin importarme en ese momento su edad ni si me corría dentro de ella, que fue lo que finalmente pasó, antes de lo que yo hubiera deseado, ya que mi abstinencia forzada, había acumulado demasiado semen en mis testículos.

Todo eso estaba pasando sin que su padre, allí presente, se enterara de nada, lo que me daba más libertad para seguir disfrutando de Ariana, aunque también era consciente de que lo que había bebido, había facilitado que ella hiciera todo eso conmigo, pero esperaba que se pudiera repetir alguna vez más.

Al verla allí desnuda, con los restos de mi semen sobre su cuerpo, me dieron ganas de follarla otra vez, que quién sabe si sería la última, así que como todavía la tenía dura, se la volví a meter, esta vez durante más tiempo, mientras ella parecía tener un orgasmo tras otro, gimiendo sin parar.

Su vagina estaba tan abierta y mojada, que mi polla se salía, y al volver a meterla, se desviaba hasta su ano, en el que yo apretaba, por si podía meterla también por ahí, hasta que con sorpresa noté como cedía al empuje de mi polla y se la clavé en el culo, haciéndola gritar todavía más en esa follada anal, que desde luego, su padre debía de habérselo hecho muchas veces también.

Aquello me parecía ya una locura. No me cansaba de follarla una y otra vez, mientras ella simplemente se dejaba hacer, como si su cuerpo ya no pudiera aguantar el correrse tantas veces, así que la dejé descansar y la llevé a su cama para que durmiera, mientras su padre seguía durmiendo en el sofá.

En la mañana siguiente, Tony parecía aturdido, con un fuerte dolor de cabeza a causa de la resaca, pero yo, quizás por el sexo tenido con su hija, parecía menos afectado que él, por lo que me decía:

—¡Buufff! Me duele todo…. ¿Qué pasó anoche?

—Pues que te pasaste con la bebida, amigo, y te quedaste dormido, pero no pasa nada. Desayuna algo y se te pasará la resaca:

—¿Y la cría? ¿Se fue a dormir a su cama?

—Sí, yo mismo la llevé —le dije, como si no hubiera pasado nada entre nosotros, pero me llamó la atención que él dijera explícitamente “su cama”.

Yo no sabía si Ariana le iba a decir algo a su padre, pero de momento, preferí que no supiera nada, porque no sabía como iría a reaccionar y me haría un montón de preguntas.

Durante la comida, Tony, que por lo menos recordaba parte de la conversación que habíamos tenido en la noche, me dijo:

—!Oye¡ Creo que anoche hablé de más y te conté unas cosas que no tenía que haberlo hecho. Me siento fatal por lo que debes pensar de mí.

—No te preocupes por eso. Ya te dije que lo entendía perfectamente, no te culpo de nada, y por supuesto, nadie va a saber nada de mi parte. Además, tengo que reconocerte que al ver a Ariana, sentí un cierto morbillo con todo eso que me contaste.

—¿Ah, si? Jaja. Así que ahora te gustan las nenas, ¡eh! viciosillo.

—Bueno, nunca he tenido esa oportunidad, la verdad, pero tiene que ser algo maravilloso —le mentí, sin querer reconocerle todavía lo que había pasado con su hija.

De pronto, él se quedó mirando a Ariana, y creo que su intuición le decía que le estaba ocultando algo, por lo que me dijo:

—Puedes ser sincero conmigo, amigo, en aquellos años nos lo contábamos todo. ¿Seguro que no te has tirado a alguna nena por ahí?

—No es tan fácil, no todos tenemos una hija como tú.

—¿Y si yo te dejara estar con ella? —refiriéndose a Ariana.

La cara que debí poner ante esa proposición, le hizo reír:

—Jaja, si amigo, puedes follártela, si quieres. Ya me fijé en como la miras… Te conozco bien y sé cuando una mujer te pone cachondo. Mira, aquí, entre nosotros, Ariana se ha convertido en una putita que no le hace ascos a cualquier polla.

Yo miraba a Ariana para ver como reacionaba ante las palabras de su padre, porque no me podía creer lo que me estaba diciendo, ¿me estaba ofreciendo a su hija? De todas formas, como no acababa de tomármelo en serio, preferí ser prudente y no lanzarme sobre Ariana, como si estuviera desesperado por follarla, así que seguí indagando:

—¿Es que la han follado otros también? —le pregunté con incredulidad.

Él volvió a mirar a su hija, y me dijo:

—Que te lo cuente ella…..

Ante lo que su hija le dijo:

—¡Papáa! Me dijiste que tenía que ser discreta, que esas cosas no se contaban.

Su padre se río de nuevo:

—Jaja, es verdad, mi niña, ya veo que me puedo fiar de ti. Vete a ducharte, que tenemos que ir a ver a los abuelos.

Cuando Ariana se fue a la ducha, su padre me dijo:

—Verás, creo que no he sido del todo sincero contigo, a pesar de todo lo que te he dicho.

Por la actitud un poco desconcertante de mi amigo, yo percibía que era como si quisiera probarme; que él en realidad, en todo este tiempo, se había convertido en un morboso pervertido, y quería comprobar que yo lo fuera también, para poder hacerme más confidencias y dejar de disimular conmigo.

—Bueno, dime, no pasa nada. Entiendo que son temas delicados para ir contándolos por ahí, así de primeras a cualquiera.

—Claro que lo son, pero tú no eres cualquiera, amigo. Hemos pasado muchas cosas juntos y te mereces que te diga toda la verdad. Cuando le dije a mi padre que iba a venir con la nena a pasar las navidades, y que ya no había sitio en su casa, se llevó un buen disgusto.

—En normal, es su nieta y tendrá ganas de verla y estar con ella.

—De verla y de algo más. Él fue el primero que empezó a sobarla cuando era pequeña y veníamos con mi mujer; pero claro, con eso la cría empezó a viciarse.

—¡Ah, vaya, no me digas….! ¿Pero tu esposa sabía todo eso?

—Sí, claro, se dio cuenta. No le gustaba mucho, pero no decía nada. Solo a mí me hacía algún comentario, sobre que mi padre manoseaba mucho a la nena, y yo le decía, que lo hacía porque era muy cariñoso con ella y que él era así, mucho de tocar con todo el mundo. Y ella, resignada, lo asumía, porque reconocía que a ella también le había tocado el culo cuando la abrazaba.

—Jaja, no sabía yo que tu padre fuera así.

—No, no lo era. Se ha vuelto así con los años. Yo creo que últimamente la cabeza se le va a veces y empezó a hacer esas cosas.

—Suele pasar, los viejos se vuelven desinhibidos y no se reprimen ante lo que desean….. ¿Y tiene algo que ver esto con tu separación?

—Algo si, porque luego en casa, como la cría se había acostumbrado a esas cosas con su abuelo, venía conmigo para hacerlo también. Entonces empecé a dejarla que se metiera en nuestra cama, aunque a su madre no le gustara, pero ahí ya empezaba a sobarla y ella no soltaba mi polla de su mano, y todo esto sin que mi mujer se diera cuenta.

—Pero esas cosas son difíciles de disimular, ¿no?

—Claro, al final nos pilló, y ya dijo, “se acabó, ya no os aguanto más, ahí os quedáis”. Y se marchó, y hasta ahora.

—Ya, ella vería que Ariana estaba encantada con todo eso, y que ella no podría luchar contra ello.

—Más o menos…. Por suerte, llegamos al acuerdo de repartirnos a la nena por semanas, y por eso he podido traerla aquí.

—De todas formas, tu mujer se ha mostrado muy comprensiva con todo esto, porque no es normal que después de lo que pasó, reaccionara así.

—Sí, desde luego, pero ha sido todo por el bien de nuestra hija. Ella se dio cuenta de que era lo mejor.

Después de esta confesión de Tony, daba la impresión de que me dejaba la puerta abierta a que yo disfrutara de su hija, pero yo todavía tenía mis dudas sobre si contarle que ya me la había follado, porque al fin y al cabo, Ariana había estado con él y su abuelo, que eran familia, pero no me había contado nada de otros hombres.

Cuando salió Ariana de la ducha se fueron a ver a la familia de Tony, y cuando me quedé solo, pude pensar en todo lo que estaba pasando, en como la visita de mi amigo y su hija, había revolucionado mi vida y había hecho bullir de nuevo la sangre en mi cuerpo, y sobre todo en mi polla, jaja, pero sin dejar de imaginar lo que sería tener a una hija como Ariana todo el día y noche a tu disposición, algo que a mí todavía me quedaba lejano.

También pensé en cuanto había cambiado mi amigo Tony desde esos tiempos de la universidad, porque aunque siempre le gustaron las mujeres y tuvo mucho éxito con ellas, se me hacía difícil imaginar y asumir que después de haberse casado y tener una hija, acabara follándosela y encima, me la ofreciera a mí para darme el gusto, también.

Pero este cuento de Navidad que estaba viviendo, todavía no había finalizado, porque cuando volvieron Tony y Ariana, venían acompañados del padre de Tony, que después de saber lo que sabía ahora, me era difícil también mirarle como le había visto hasta ese momento.

Nos sentamos todos en el salón para charlar, después de ofrecerles algunos dulces navideños y unas copas de vino. Ariana se sentó encima de su abuelo, que no dejaba de acariciarla mientras hablábamos, y ante las advertencias de su hijo para que no comiera demasiados dulces ni bebiera mucho, debido a su salud, me decía:

—Verás, a mi edad ya no me voy a privar de nada, y si me tengo que morir mañana, lo haré feliz.

—Eso lo dices por tu nieta ¿no?  —le dijo Tony.

—Sí, entre otras cosas…. Ariana ha sido lo mejor que me ha dado la vida. Es una niña tan dulce que me ha hecho disfrutar muchísimo. Cuando estoy con ella, el corazón me late a mil por hora….

—Tienes que tomártelo con calma, papá. Ya no puedes como cuando eras más joven.

—Ya me hubiera gustado tenerla siendo yo más joven, pero creo que ahora la disfruto mucho más, soy más consciente de que ella es mi mejor regalo de Navidad.

—Así ha sido, en realidad —me dijo Tony— ¿Sabes lo que ha hecho nada más llegar nosotros?

Ante mi falta de contestación, él continuó:

—Mandó a mi madre a comprar unos regalos para Ariana, que le había pedido, y se metió con ella en la habitación un buen rato.

—Que bueno, seguro que aprovechó bien el tiempo  —le dije, sorprendido por esa generosidad de Tony, tan poco habitual.

Y el abuelo siguió con sus confidencias:

—Con mi mujer, el sexo ya no es lo mismo. Desde que tuvo la menopausia, se le secó el coño y ahora no tiene ganas de nada, así que ya ves que panorama tengo. Si no fuera por mis nietas…..

Ante lo que su hijo le dijo:

—Anda, no te quejes tanto, que ya sé que ahora tienes a Iris también, para pasártelo bien.

Iris era su otra nieta, hija de la hermana de Tony, que como vivían allí, la podía ver con más frecuencia, pero el abuelo nos decía:

—Es verdad, pero Iris es todavía pequeña y no puedo follarla, aunque cuando le meto el dedo, se nota que le gusta, jaja.

—Eres tremendo, papá… Si mi hermana te pilla metiéndole el dedo a la cría, te la corta, jaja.

—No será para tanto, hijo….. Estoy un poco confuso con tu hermana, ¿sabes?

—¿Por qué dices eso?

—Porque yo creo que ya me ha visto alguna vez manosear a Iris más de la cuenta y no me dice nada. Además, me la sigue trayendo como si nada y hasta la deja a dormir con nosotros, cuando ella tiene planes.

—Bueno, eso es normal, dejar a los nietos con los abuelos, lo hace todo el mundo. ¿La nena duerme con vosotros en la cama?

—Sí, tú madre se toma la pastilla para dormir y no se entera de nada, mientras yo me estoy comiendo enterita a Iris.

—¡Buufff! Papá, al final yo salí a tí, jaja.

—Bueno, hijo, nos gusta disfrutar de la vida y de estas maravillas…. —refiriéndose a su nieta, que estaba encima de él.

Mientras tanto, el abuelo no paraba de sobar a Ariana, allí delante de nosotros, y prácticamente ya le había bajado las bragas para tocarla mejor, por lo que su hijo tuvo que decirle:

—Papá córtate un poco, jaja, que aquí nuestro amigo lleva tiempo sin catar a una mujer.

—¡Ah! Perdón, es que con ella siempre se me van las manos y no me doy cuenta. Con quién tengo que tener más cuidado estos días es con mi mujer, porque si se da cuenta…..

—¿Nunca sospecho nada ella? —le pregunté.

—Creo que no —dijo él.

Pero Tony añadió:

—Como ella ya sabe como es él, que está todo el día tocando…., pues no le daría importancia, pero si que le ha llegado a dar unas buenas sobadas delante de ella, tanto que Ariana mojaba todas las bragas, ya desde bien pequeña.

—¡Buuffff! —resoplaba yo, imaginándome todo eso.

Ante lo que su padre se reía, y le decía a Tony:

—¡Ay, pobre!, que poco considerados somos con él. Tenías que dejarle un poquito a la niña.

—Sí, ya se la ofrecí, pero le da un poco de vergüenza, aquí delante de nosotros….

—Ya, claro. Creerá que se lo dices en broma, pero bueno….

Y luego se dirigió a mí:

—No seas tonto, aprovecha la oportunidad que te da mi hijo. Si te lo ha propuesto es porque te tiene mucho aprecio, y también porque es un morboso, jaja… Pero no esperes a ser viejo como yo y disfrútalo ahora. El coño de las mujeres está para usarlo y cuanto antes lo aprendan ellas, mejor, jaja.

—Gracias por los consejos. Me lo pensaré…..

—No te arrepentirás. Es algo único. Bueno, yo os voy a dejar ya, que me tengo que ir. Y Tony, tráeme mañana a la cría otra vez, que tengo que aprovechar los días que estéis aquí.

—Está bien, papá. Piensa a ver donde vas a mandar a mamá esta vez, jaja.

El caso es que ya no solo Tony se calentaba con su hija delante de mí, sino que venía el abuelo a manosearla también delante de mi cara, y a darme consejos….., así que ya creía que era hora de que me atreviera a decirle algo a mi amigo, después de tanto ofrecimiento:

—Bueno, ahora que se ha ido tu padre, creo que voy a aceptar tu ofrecimiento —le dijo yo.

—Claro, sin problema, te lo dije totalmente en serio. Si quieres, puedes pasar esta noche con ella, si Ariana quiere, claro.

Yo miré a Ariana, y ella dijo, como sin darle importancia:

—Vale, está bien.

Y ante eso, su padre dijo:

—Qué cría ésta, menudo vicio tiene ya —sin saber todavía que no iba a ser la primera vez que la follaba— Bueno, amigo, yo me voy a dormir, que te lo pases bien…..

Yo me llevé a Ariana a mi habitación, donde esta vez iba a poder disfrutarla toda la noche, y no sé si iba a poder dormir mucho, pero intentaría que ella también se lo pasara lo mejor posible.

Antes de empezar la faena, estuvimos hablando durante un rato, y yo le pregunté:

—¿Te gusta mucho el sexo?

—Sí, me encanta, es lo que más me gusta….

—Pero tú empezaste muy jovencita, ¿será por eso?

—No sé, pero tengo amigas que ya follan también.

—¡Ah, si! ¿No me digas? ¿Con mayores también?

—Hay de todo, alguna si.

(—Qué barbaridad, como está la cosa….) —pensé para mí.

Y le dije:

—Bueno, ahora vamos a pasárnoslo bien. Seguro que has aprendido muchas cosas con tu papá y tu abuelo. Ya sé que la chupas de maravilla.

Y ahí se puso Ariana a chuparme la polla, con una dedicación y dulzura, que con solo mirar su cara de vicio, ya te hacía correrte, y cuando se la tragaba toda, me preguntaba como podía entrarle de forma tan profunda, pero no quise acabar ahí de momento, y la incorporé para besarla en la boca, que era una auténtica delicia, y me pasaría horas degustándola, sintiendo como su lengua caliente buscaba el roce con la mía.

Luego me puse entre sus piernas para lamer esa otra delicia que era su coño, fresco y jugoso como ninguno, a pesar de las veces que ya había sido follado.

Tener a Ariana en mi cama era una auténtica locura de placer y morbo, y difícilmente me podía haber imaginado estar en una situación así, por lo que no sabía si había sido Papá Noel, el que me había traído ese regalo, para convertir las navidades más tristes de mi vida en las más felices.

Yo tenía la polla que no podía más y se la metí en ese coño hambriento, en el que me pasaría toda la vida ahí dentro, así que empecé a follarla sintiendo cada roce del interior de su vagina, que palpitaba alrededor de todo mi pene, como queriendo exprimir toda la leche que pudiera sacarme.

La verdad es que yo suelo correrme bastante más pronto de lo que desearía, y en este caso, con más razón, mi semen no aguantó más tiempo sin salir, y acabó llenando su útero, en donde mi polla hacía tope al metérsela, pero no me importó porque vi que ella estaba disfrutando de esa follada con varios orgasmos, que parecían ser previos a su orgasmo final, que la dejó exhausta sobre la cama.

En ese momento, comprendí que todavía era una niña y que tenía que dejarla descansar un poco para poder seguir, así que cuando se recuperó un poco, quise follarla por el culo nuevamente, y esta vez aguanté más tiempo mi corrida, permitiendo que ella siguiera corriéndose varias veces, de una forma sorprendente para mí, ya que había perdido la cuenta de los orgasmos que había tenido.

Después de más de dos horas de sexo, acabamos durmiéndonos, con su cuerpo abrazado al mío, en una de las noches más maravillosas de mi vida, que me hizo pensar en lo que sería tener a una nena como Ariana en mi casa, como en realidad tenía mi amigo Tony, aunque no fuera de forma continua.

Al levantarnos y ver a mi amigo Tony, me preguntó con una sonrisa pícara:

—¡Qué tal has dormido?

—¡Buuufff! Ha sido increíble, amigo. Nunca podré agradecértelo lo suficiente…. La cría sigue durmiendo, porque a media noche me desperté y volví a follarla, así que hemos dormido poco.

—Eso agradéceselo a Ariana, que fue la que quiso, porque si ella no lo hubiera aceptado, no la habría obligado.

—Claro, es normal. Es tu hija, pero también me siento un poco mal contigo, por no haber sido sincero yo tampoco contigo.

—¿Por qué, amigo?

—Pues porque esa vez que te quedaste dormido en el sofá, ya me follé a Ariana y no te dije nada.

—¡Aahh! Jaja, no te preocupes, hombre; algo me imaginaba que había pasado, aunque ella no me dijo nada, ¡eh!

—La tienes muy bien enseñada, pero si lo hice fue porque ella quería también, ¡eh!

—Ya sé que ella se calienta muy fácilmente, pero yo también tuve la culpa, por morbosear con ella delante de tí, así que estamos en paz.

Ariana estuvo durmiendo un rato más, supongo que cansada de la noche anterior, pero cuando se despertó, nos interrumpió la conversación y al verla su padre, le preguntó:

—Ya me han dicho que estuvo genial la noche, pero no era la primera vez, ¡eh, pillina!

Ariana mostró su contrariedad por haber sido descubierta, y le dijo:

—Tú me enseñaste a no contar estas cosas….

—Pero yo soy tu padre, a mí me lo tienes que contar todo. Menuda pieza estás hecha, con tu edad.

A pesar de esa reprimenda de su padre, estaba claro que Ariana iba a seguir haciendo lo que quisiera, y según fuera creciendo, ya sería incontrolable para su padre, que perdería esa magia con su hija, que había tenido hasta ahora, pero bueno, esas cosas suelen suceder. Son momentos únicos que puedes disfrutar y si no lo haces, se perderán para siempre.

Además de todo lo que había pasado, mis sorpresas no habían terminado todavía, porque cuando volvió Tony con Ariana, después de habérsela llevado a su padre, la cría también había estado con su prima Iris, y parece ser que se hicieron sus confidencias, que Ariana empezó a contarnos:

—Mi tía se llevó a la abuela de compras y nos dejaron a las dos allí con el abuelo, que en cuanto se fueron, nos llevó a la cama.

—¿A las dos a la vez? —le preguntó incrédulo, su padre— ¡Madre mía!, a tu abuelo le va a acabar dando un infarto.

—No, jaja —se reía Ariana, sin ser consciente lo que podía significar para una persona de esa edad, disfrutar de dos nenas en la cama.

—Sí, tú ríete, pero tu abuelo debería tomarse las cosas con más calma.

—Bueno, él nos lo hace despacio, no tan fuerte como tú.

—Claro, ya supongo, sobre todo con tu prima, que es más pequeña.

—A él le gusta mucho comerle el coñito y que ella se la chupe, pero después me follaba a mí.

—Menuda orgía que se montó mi padre. No quiero pensar lo que pasaría si mi madre y tú tía llegan a casa y se encuentran con ese panorama.

—A mi tía creo que no le importa…..

—Ya nos dijo algo tu abuelo, pero…., no entiendo. Mi hermana antes no era así. Bueno, no sé, hace tiempo que estoy fuera, y supongo que habrá cambiado, pero para haberse vuelto tan morbosa de dejar a su hija con su abuelo para que la disfrute; no sé hasta que punto pueda saber…..

—Iris me dijo que cuando le pide a su madre quedarse con el abuelo, ella le pregunta que si se lo pasa tan bien con él, y ella le dice que sí. Y que también sabe que duerme en la cama con los abuelos.

—¿Pero Iris le cuenta lo que hacen, también? —le siguió preguntando Tony.

Ariana se encogió de hombros y le contestó:

—No se, creo que algo sí.

—¿Como puede ser? —se preguntaba mi amigo, sin poder creérselo, todavía.

Después intervine yo:

—A lo mejor no es tan raro. Hay madres que son así, morbosas y se excitan con esas cosas. ¿Tú sabes si tu padre la tocaba a ella también, cuando era pequeña?

—No sé, que yo sepa no. Además, mi padre antes no era así, o a lo mejor lo fue siempre…., vaya lío, ya no conozco ni a mi familia…..

—Jaja, es lo que tiene llevar tanto tiempo fuera de casa, amigo. Pero se me ocurre una cosa, ¿que te parece si traes un día a Iris aquí con su prima y la probamos también?

—Tendría que pedirle permiso a mi hermana, pero ¿con qué excusa?

—Puedes decirle que vamos a celebrar una fiesta navideña, con regalos para las crías y todo eso.

—Ya, jaja, y tú haciendo de Papa Noel, ¿no?

—Pues mira, no sería mala idea. Iris no me conoce y se lo creería todo.

—Ya me has metido el morbo en el cuerpo, amigo. A ver que puedo hacer…..

Pasaron dos días y Tony me dijo que había convencido a su hermana para poder traerse a Iris, por lo que teníamos que hacer rápido la preparación de la fiesta. Yo alquilé un traje de Papa Noel para la ocasión, llené la casa de globos y decoré de una forma especial el sillón donde me iba a sentar vestido de Papá Noel, mientras Tony se encargo de comprar algunas cosas para las crías.

Llegó el día esperado y al ver a Iris, entendí por que su abuelo se había vuelto loco con ella. Era más baja y más gordita que su prima, morena y con unos ojos vivos, que parecían haber visto muchas cosas ya. Me sorprendió que ya tuviera sus tetitas y un buen culo para manosearla bien. Era un auténtica delicia de cría, que ya me tenía empalmado por las expectativas que tenía de disfrutarla a ella también.

Ella se asombró a verme de Papá Noel, y como al principio tenía como cierto respeto hacia mí, les dije:

—A ver, niñas, la que quiera recibir su regalo, tiene que sentarse en mis piernas y darme un besito.

Ariana se adelanto y se puso encima de mí, dándome un beso en la boca, lo que sorprendió a su prima, que miraba asombrada, como yo la sobaba mientras le daba su regalo.

Luego le tocó el turno a Iris, que se puso encima de mi con un poco de timidez, pero cuando me fue a dar el beso, yo me puse a besarla en la boca, que ella abrió dándome su lengua de una forma exquisita, que yo degusté con la delicadeza debida. La cría se dejaba llevar, mientras se iba encendiendo con mis manoseos por debajo de su vestido, y al sentir la dureza de mi polla bajo el pantalón, empezó a restregarse con ella entre sus piernas.

Ante la receptividad de Iris, yo seguí así un rato más, hasta quitarle el vestido, dejándola desnuda encima de mí, tan solo con sus braguitas, dedicándome a chupar sus gorditos pezones, haciéndola estremecerse de placer que le daba.

Luego, la puse de pie, para quitarle sus braguitas, quedando a mi vista una pequeña rajita cerrada, pero al sentarla sobre la mesa con las piernas abiertas, su vagina se abrió como una delicada flor que acaparaba toda mi atención, explorándola con mis dedos para comprobar la estrechez de su agujerito, pero en realidad, empecé a masturbarla, a lo que ella reaccionó gimiendo y retorciendo su cuerpo ante los espasmos que estaba sintiendo.

Yo notaba que mis dedos cada vez entraban más adentro, y verla allí delante de mí, era toda una invitación para meterle la polla, pero me contuve por su edad y para no desvirgarla sin el debido permiso, así que lo que hice fue sacarme la polla del pantalón y sentarla otra vez sobre mí para ponerla en contacto con ese mojado coñito, y seguir frotándome con ella.

Mientras tanto, Tony y su hija, nos miraban muy excitados, tocándose y besándose entre ellos, pero el coñito de Iris cada vez estaba más mojado, y ya sin bragas, mi glande parecía querer meterse en su interior, sin que yo quisiera apretar demasiado, aunque era lo que más deseaba en ese momento para gozar plenamente de aquella criatura.

Empecé a moverla hacia delante y hacia atrás para sentir mejor su vagina rozarse con mi polla, e Iris empezó se empezó a mojar más y a disfrutar como una loca, sorprendiéndome una vez más como una niña de esa edad podía disfrutar tanto del sexo, y cada vez más excitada, era ella la que presionaba para que mi polla entrara dentro de ella, hasta que en un momento dado, sentí que mi glande ya había entrado, y con su simple peso sobre mí, acabé penetrándola completamente, con muy poca oposición.

Cuando Tony se dio cuenta de eso y vio mi polla dentro de su coño, exclamó:

—¡Qué cabrón, mi padre! Ya se la folló y no me dijo nada…..

Yo seguí jodiendo a aquella cría hasta que me corrí completamente en su interior. La estrechez de su coño hacía que no pudiera joderla con facilidad, pero con la corrida, la penetración se hizo más fácil y placentera para los dos. A la vista de eso, Tony estaba ansioso de hacer lo mismo con ella y me pidió que se la pasara, mientras Ariana se venía conmigo.

Mi amigo se la puso encima, pero antes de penetrarla, quiso deleitarse con ella, con su boca y con sus manos, acariciando todo su cuerpo, hasta que la tumbó para comerle el chochito abierto con esa mezcla de sus jugos y mi semen, el plato preferido de su padre, según nos dijo Ariana.

Yo también volví a disfrutar de la hija de mi amigo, que se montó sobre mí, buscando mi polla para darse el gusto y cabalgarme con ganas, mientras veíamos como Tony finalmente metía su polla en la vagina de Iris, para follarla, primero lentamente, pero luego de una forma más acelerada, buscando también el correrse dentro de ella.

Después de eso, volvimos a estar los dos con Iris y Ariana, formando entre los cuatro todas las composiciones posibles, en las que las niñas mamaban nuestras pollas, alternativamente, o a la vez; eran penetradas hasta que nuestras erecciones lo permitieron, y hasta Iris debutó en el sexo anal, haciendo pensar a mi amigo Tony, que le había abierto el camino a su padre cuando estuviera con la niña.

La imagen de Iris, llena de restos de semen por todo su cuerpo y su cara es de las más morbosas que puedo recordar, ya que me resultaba sorprendente que su pequeño cuerpo pudiera dar tanto placer a dos hombres como nosotros, a los que nos habían vaciado, junto a su prima.

Al final, acabamos todos cansados, pero con ganas de poder repetirlo en más ocasiones, ya que habíamos pasado dos horas increíbles con las niñas en mi casa, hasta que llegó el momento en el que Tony me dijo que tenía que devolver a Iris a su madre

Cuando terminó todo, antes de marcharse, Iris de acercó a mí, y me dijo:

—¡Papa Noel…! Que no me diste mi regalo……

Eso nos hizo reír a todos, pero yo le dí el regalo que tenía guardado para ella, con el que se fue feliz.

Después de eso, obviamente, en la casa de la familia de Tony siguieron pasando más cosas sorprendentes, que completarían este cuento de Navidad para ellos, aunque también para mí, en cierta forma.

Entre esas cosas sorprendentes que pasaron en la casa de Tony, y que casi le volvieron loco, fue el descubrir que su familia no era como pensaba, no ya su padre, sino su hermana y su madre, a las que no reconocía después de saber lo que hacían, por la conversación que tuvieron durante la cena de Navidad.

—El champagne hace milagros, amigo. Ya ves lo que nos pasó aquí —le dije yo.

—Cierto. Ya nos lo decía nuestro amigo Mateo, en la Uni, que era la mejor llave para abrir las piernas de las chicas, jaja.

—Y la lengua, por lo que veo, jeje.

Yo le pedí, que por favor, me contara todo eso que le tenía como un zombi viviendo en un mundo irreal, y así me contó:

—Pues resulta que acabé confirmando alguna cosa que sospechaba y otras nuevas que me parecían imposibles.

—Bueno, dime, ¿que pasó? —le insistí.

—Resulta que mi hermana sabía todo lo que mi padre le hacía a su hija. Me dijo que una vez descubrió como él masturbaba a Iris, y en vez de gritarle y decirle de todo, se quedó mirando, masturbándose ella también. Que no sabe explicar por qué le sucedió eso, pero en cierta forma, cambió su forma de pensar y de actuar. Cada vez que llevaba a Iris con mi padre, se excitaba pensando en lo que iban a hacer, que no lo podía evitar….

—¡Buufff! Menuda situación…..

—Pero espera, que sabía lo de Ariana también, porque nuestra madre se lo dijo. Así que ella al final se enteraba de todo, y no como pensaba mi padre.

—Claro, era lógico, porque ya me parecía muy raro que nunca hubiera visto nada de lo que hacían —le dije yo.

—Mi misma madre me confesó que le daba pena por mi padre, porque ella ya no podía satisfacerle en el sexo como antes, y que le costaba un mundo abrirse de piernas para él, ya que no lo disfrutaba porque le causaban dolor las penetraciones. Y que cuando vio que se calentaba con mi hija y se satisfacía con ella, dejó que pasara porque veía que la niña también se lo pasaba bien.

—Entonces, lo de Iris, cuando la metían en la cama, también ¿no?

—Claro, al final, lo consentía todo.

—Una esposa y abuela comprensiva, si señor —le dije con ironía.

—Desde luego, pero eso fue también por una conversación que me escuchó a mí con mi padre, en la que le dije que podía correrse dentro de Ariana, porque desde que tuvo la regla, le estaba dando las pastillas anticonceptivas. Y que entonces, ella se quedó más tranquila, me dijo mi madre.

—Eso a mí no me lo dijiste, pero lo suponía, después de lo que me contaste…..

—Pero espera, que ahora viene lo más gordo.

—¿Más todavía? Jaja.

—Sí, resulta que cuando mi madre se iba con mi hermana, la llevaba a casa de una amiga de ella, que tiene un nieto, un chaval adolescente ya, pero que la amiga se lo llevaba tiempo comiendo, y follaban con él las tres.

—No me lo puedo creer…. ¿Tú madre también? ¿No tenía el coño cerrado?

—Sí, pero con tanto morbo a su alrededor, se volvió a poner cachonda y al chocho le vino el riego otra vez, jaja.

—Vaya con tu madre, quién lo diría, pero bueno, si la mujer ha vuelto a disfrutar, bienvenido sea todo eso.

—Desde luego, pero falta más todavía…..

—¿Más? Me vas a matar de un ataque al corazón……

—Pues verás. Al final de la cena, mi hermana les dijo a mis padres que se llevaran a las nenas a la cama, que ella dormiría conmigo.

—¿No me digas? ¿Follasteis?

—Claro, ¡uuufff!, fue fabuloso. Imagínate estar con tu hermana en la cama….

—Una locura, me imagino, bueno, como todo lo demás, jaja.

—Menuda morbosa está hecha mi hermana, me contó unas cosas….. ¿Sabes? Nunca la había visto de esa forma, así sexual, pero tiene unas tetas….., y un coño, todo depilado, que es un espectáculo.

—Bueno, lo que sé, es que el que la dejó embarazada de Iris, se largó y no ha vuelto a tener pareja.

—Así fue, pero no te creas que se ha privado de follar en todo este tiempo….

—Ya supongo que tendría sus amigos….., pero hace bien, es joven y guapa, aunque tú la vieras como un poco borde y seria.

—Es verdad, pero es como si toda mi familia se hubieran transformado en otras personas, poseídas por el vicio y la perversión.

—Ya veo…, me dejas sin palabras…., porque solo falta que me digas que follaste con tu madre también…..

—No, jaja, pero todo se andará. De momento, ha vuelto a follar con mi padre, que esa noche la tuvo en la cama, además de sus dos nietas. No sé como puede aguantar tanto, pero mi madre me dijo que cumplió con las tres.

—En esa noche de navidad pasó de todo…..

—Sí, fue una noche larga y dormimos poco. La pena es que ya tengo que volver a mi casa con Ariana, pero volveré por aquí con más frecuencia y podremos vernos más.

Antes de marcharse a su ciudad, Tony volvió a traerme una vez más a Ariana y a su prima Iris y entre los cuatro volvimos a disfrutar de un sexo que no hubiera imaginado en mi vida poder tener.

10 Lecturas/24 diciembre, 2025/0 Comentarios/por Veronicca
Etiquetas: amigos, anal, hermana, hermanos, madre, mayores, navidad, sexo
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