Cuestion de Honor II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por xanun.
Esta segunda parte se ubica una semana después que tal y como había quedado con Don Pablo nos encontrábamos visitándolo y en tanto Anita debajo de un Árbol comenzaba a roncar placidamente Don Pablo me preguntaba.
-¿Y bien muchacho? ¿Cómo va tu asunto con la Maldita lesbiana-
-¡sssh! No hable tan fuerte que la va a despertar; Anoche tuvo una noche muy difícil con un paciente-.
-¡Como crees! Si ronca como camionero; Pero haber cuéntame ¿Qué noticias me tienes de Mónica?-
-¡Pues bien! Me contó mi amigo que su tío la tiene en un inmundo separo y que ya hasta ha tenido que recurrir a su cuerpecito para lograr algunos favores de los guardias y la semana que viene cuando pretendan mandarla así como por error la van a mandar a el salvador ahí intervengo yo ganándome su gratitud-.
-¿De veras la odias tanto? –Pregunto
-¡En realidad me es indiferente! No puedes odiar lo que nunca has tenido; Es sólo que Anita es todo lo que tengo y ella es…..-
-¡Si ya lo se! Anita es tuya, sólo tuya; Pero la venganza no es buena; vaya que si te lo puedo decir yo ¿Qué tanto sabes de mi?
Sabes nuestras vidas son muy semejantes; a mí también mi madre me abandono aunque con la diferencia que no tenia gratos recuerdo de ella; en tanto de nuestros padres, digamos que él tuyo lo tomo con filosofía y al mío lo consumió el odio y rencor a las mujeres. Y si no bastara con eso en su lecho de muerte en vez de darme un buen consejo de vida me pidió que me vengara por el. Así como una buena suma de dinero en el banco y un video en el que aparecía mi madre cogiendo salvajemente con un par de tipos donde incluía una toma en la que yo aparecía de niño diciéndome que observara lo rico que esos sujetos se la cogían como mi padre jamás supo hacerlo. Por lo que sintiendo un inmenso rencor hacía ella y gracias al dinero que recibí como herencia no me costo gran trabajo localizar a Verónica mi madre, comprar la casa junto a la suya y como nosotros éramos ebanistas, conocíamos el negocio de las maderas así como los contactos necesarios a mis 25 años no me costo gran trabajo convertirme en un exitoso empresario dedicado al negocio de las maderas preciosas.
Como la gran mayoría de mis negocios los hacia vía telefónica disponía de todo el día para emplearlo como yo quisiera dado que las casa eran de madera lo primero que hice fue hacer reparaciones mayores en el exterior de la casa para conocer la rutinaria vida vecinal y después gracias a mis grandes conocimientos de ebanista monte un pequeño tallercito prácticamente fuera del garaje comencé hacerme notar con las vecinas gracias al tallado de diversas esculturas de madera por las cuales a cambio me ofrecían sus cuerpecitos; yo no hacía distingo de raza ó credo; me daba lo mismo cogerme a una gorda que una flaca, a una vieja que una jovencita, como la mas puta que hasta la mas respetada donde se colocaba madre. Tal y cual era mi plan con Verónica mi respetable madre <Que cada que observaba como alguna de mis infieles vecinas pasaba por mi casa en un gesto de desaprobación mi actitud con un dejo de tristeza sólo movía en forma negativa su cabeza>; un día mientras que el camión recolector recogía la basura ella fue la que se me acerco murmurándome con discreción.
-¡Bueno pues bien aquí me tienes! Vamos dime ¿En realidad que quieres? ¿No te das cuenta que esa actitud que tomas sólo te denigra ante los demás? Digamos que ya no ante mi porque se que hace mucho perdí ese derecho pero sí ante los ojos de Natalia tu hermana que su padre y yo tuvimos que decirle que eras su hermano por que ya nos traía locos con su juanito ó incluso ¿Tu que piensas que diría tu padre si supiera el estilo de vida que llevas?-
-¡Mi padre! ¿De veras le interesa saber de mi padre? Sabe señora yo no creo que la calle sea el lugar adecuado para tratar este tipo de asuntos ¿Por qué mejor no hablamos de mi padre en mi casa? Vamos señora no sea desconfiada que a veces, sólo a veces también puedo ser un caballero.
Como tú ya lo debes de saber mi estimado Ángel; las mujeres son curiosas por naturaleza por lo que sabiendo a la perfección que la respetable Doña Verónica no era la excepción no necesite otra cosa más que dirigirme a la casa y abrirle la puerta para que con ese cachondo andar que sólo tienen las mujeres que hace mucho que no tienen un buen miembro entre sus piernas <Por las vecinas sabia que su esposo tenia problemas del corazón>, me siguiera hasta el recibidor donde como desde hacia ya mucho tiempo que lo tenia planeado con la intención de encender el reproductor de video <Tenia como un minuto para que salieran las primeras escenas de ella follando con esos sujetos>; prepare un par de copas y suspirando profundamente dándole la espalda a ella y al escucharse los primeros gemidos.
¡Por dios! ¿Pero que es esto? Hazme el favor de quitar esto por favor
¡Más tarde! Pero ¿En que íbamos? Así en mi padre; pues deje decirle que mi padre no era mas que un cobarde, sí señora un cobarde que no conforme de llevarme a vivir muy lejos, el muy poco hombre después de ver no se cuantas veces ese maldito video se suicido y siendo un niño el estado se tuvo que hacer cargo de mí; usted no sabe lo que es vivir en un orfanato señora sobre todo teniendo una madre; pero bueno eso ya paso el caso es que cuando cumplí 18 años y el estado dejo de hacerse cargo de mi un día buscando entra la ruinas de lo que alguna vez fue mi casa encontré entre las maderas.
Sonriendo satisfecho por mis grandes dotes actorales de espaldas a Verónica solamente me dirigí a la cocina donde al notar que no me seguía como era mi intención no pude evitar voltear a verla de reojo percatándome sin poder apartar la vista de las candentes escenas con discreción, acariciando suavemente con sus unas sus todavía bien torneadas piernas llevaba su mano bajo su vestido a su trémula intimidad dándole leves masajitos y volteando como tratando de localizándome <Ella no veía pero yo si a ella>, recargándose en el sillón con un gesto de candente excitación y humedeciendo con su saliva sus dedos llevaba nuevamente una de sus manos bajo su vestido, directamente bajo sus ya húmedas bragas frotando con gran ímpetu su ardiente clítoris en tanto con su otra mano sobre su vestido sobaba sus senos con cachonda sensualidad hasta que como si se tratara de un rayo de luz en la oscuridad que la volvía a la realidad en tanto por mi parte al notar que recomponiendo un tanto turbada se acercaba a mi al mismo tiempo que notaba que alguien observaba por una ventana desde el segundo nivel de su casa acudía nuevamente a mis grandes dotes actorales al decirme.
-¡Me tengo que ir! Si de algo sirve en verdad lamento ser la causante de todas tus penurias; pero tengo que irme, el video me lo llevo este… ya me voy.-
-¡Lo lamento! Me llevo el video ¿Eso es todo lo que me vas a decir? ¿Es que aun no te das cuenta de porque estoy aquí? Desde que vi ese video no hago otra cosa que pensar en ti, en lo exquisito que debe ser coger contigo, meterte la verga hasta lo mas profundo de tu ser y no me digas que al recordarte una hembra ardiente no sentiste nada porque hasta te vi como te masturbabas.-
Sin darle oportunidad a que me contestara sujetándola con una mano de su nuca entre sus sedosos cabellos fundí mis labios en los de ella en un arrollador y apasionado beso con ardiente lujuria como si solo en sus labios pudiera respirar al mismo tiempo que llevando mi otra mano sobre su vestido masajeaba su trémula intimidad hasta que al sentir como se iba abandonando entre mis brazos muy a propósito la solté dándole la espalda y fingiendo arrepentimiento rompiendo con la mano una copa de vino que estaba a mi alcance le decía.
-¡Perdóname soy un idiota! No se como pude hacerte esto; por favor perdóname mamá-.
Percatándome como al intentar huir despavorida al escuchar con llanto en mis ojos <Fingido por supuesto>, con la cabeza agachada la llamaba mamá como si desde lo más profundo de su ser esa simple palabra provocaba que su rajita se contrajera de ganas y que en vez de marcharse sus piernas ansiosas la llevaran nuevamente hacia mí; despojándose de su vestido comenzó a acariciar con infinita ternura mi rostro al mismo tiempo que entreabriendo sus carnosos labios, entre suaves besos, llevando su mano sobre el bulto en mi pantalón haciéndome sentir la ardiente calidez de su aliento me decía.
¡Cogeme! Tienes razón estoy bien caliente desde que te comenzaste a coger a las vecinas.
Me dijo al mismo tiempo que con ardiente mirada recorría cada rincón de su cuerpo, sus bellos atributos apenas cubiertos por su ropa interior ante mi mirada de macho en brama que su sexo ausente por mucho tiempo de intimidad se contrajera de ganas y sus húmedas bragas se terminaran de mojar por completo al aplicarle bajo sus bragas esa caricia que desde hacia rato, tanto ya anhelaba; frotando con gran ímpetu su ya muy ardiente rajita, haciéndola temblar de pasión y gemir de pies a cabeza de placer cuando de un firme jalón le arrancaba las bragas, al mismo tiempo que yo al enterrársele sintiendo por segundos como estas se enterraban en su intimidad, con firmeza me apretaba mi ya muy duro miembro que ya había liberado y tanto deseaba.
Percatándome como temblando de nerviosismo y excitación por la forma en que le había arrancado las bragas esperaba que se la metiera con violencia en lugar de eso con ternura la recosté en la mesa; besando con caricias y avances tiernos entre sus muslos dirigiéndome con lentitud hasta llegar de su trémula intimidad sabiendo que ya era mía y su cuerpo que ya me pertenecía respondiendo a tan generoso placer que le estaba dando, como mi mujer, como mi hembra que ya era y que no deseaba otra que seguir disfrutando, me abrió más sus piernas dejando a mi disposición su ardiente rajadita; la cual lamiendo y succionando con gran ahínco la hacía estremecer, palpitar de pasión y sus senos endurecerse; ya no le importo nada; simplemente quería seguir disfrutando de ese inmenso placer que mis labios como brazas ardientes lamiendo, chupando y mordiendo en cada pliegue de su vulva, en todo el interior le estaban dando comiendo con voracidad todo lo que encontraba a mi paso, hundiendo mi lengua succionadora se hundía en lo mas profundo de su intimidad; haciéndola sentir desbordar de pasión y entre espasmos no tardo en sacudirse otorgándome un intenso orgasmo que apulso ya me había ganado.
Cuando termine de disfrutar de cada gota de su ardiente sexo fue al intentar responderme a tan inmenso placer que le había dado que fingiendo un inmenso remordimiento de conciencia solamente me aparte de su cuerpo diciéndole sollozante.
-¿Pero que estoy haciendo? Por favor perdóname madre ¡No era mi intención! Es que no pude controlarme.
-¡No papito perdóname tú a mí! Yo fui quien te lo pidió; Con esto acabas de demostrarme cuanto me quieres; es sólo que tienes sentimientos encontrados y para que veas cuanto tu mamita te quiere puedes descargar en mi todas tus necesidades así tengas que meterme la verga para desfogar tus ansias; sólo te voy a pedir un favor que tu hermanita la respetes.
Ya no le conteste nada y esperando solamente a que se marchara con su cadencioso caminar que sonriendo alegre por el éxito obtenido que me atreví a murmurar.
¡Estúpida! Si de veras creíste que iba hacer tan fácil estas muy equivocada; en ti me voy a cobrar todas las que por tu culpa mi padre me hizo pasar; ya lo veras maldita loba.
Continuara
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