Cuestion de honor III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por xanun.
Pues como te iba diciendo si no me la cogí fue porque hubiera sido muy fácil y una puta infiel como mi madre merecía un castigo ejemplar y al día siguiente ella misma fue la que me trajo la respuesta cuando apareció en compañía de mi linda hermanita que a sus próximos 18 años parecía como un bello ángel caído del cielo haciéndome sentir la tersa suavidad de sus firmes senos al darme un emotivo abrazo y curioseando se acercaba a ver mis tallas.
¡Hola Juanito! ¡Guau! Me regalarías alguna para mi alcoba.
-¡Niña! Ya te dije que tu hermano se llama Pablo y no seas tan pedinche – Dijo Verónica
-¡Déjala que escoja! Para eso son.-Le conteste
Al mismo tiempo que con la intención de saber cual era mi situación con mi madre y mientras que mi linda hermanita observaba con atención cada talla no pude evitar la tentación de acariciarle a mi madre su redondo trasero, estrujándoselo con suavidad quien a pesar de que con la mirada parecía querer suplicante que apartara mi mano de su apetecible trasero; su ardiente cuerpo sediento de placer entreabriéndome sus muslos me permitía que acariciando sobre su vestido me apoderara de su trémula intimidad, sintiendo como se estremecía con suavidad al acariciar en cada rincón trémula intimidad y estimularle sobre sus ropas su ardiente clítoris hasta que cimbrándose con suavidad mordía su labio inferior para ahogar su placentero orgasmo al mismo tiempo que un tanto turbada y tomando un poco de aire le decía a Natalia.
¡Escoge ya de una buena vez niña! No ves que aun tenemos cosas que hacer.
-¡Hay mami! Esperate un poquito más todas son tan bonitas que no se por cual decidirme.- Dijo Natalia
-¡Pues no escojas llevatelas todas! Que para eso eres mi hermanita ¿Qué, No? Aunque sólo lamento que no le hagan justicia ante un ángel tan bello como tú.
¡Hay Juanito! Que cosas tan más bonitas dices; Andarle mamá ayúdame a llevármelas antes de que Juanito se arrepienta.
-¡Pablo niña! Ya te dije que tu hermano se llama Pablo.- Le dijo mientras se marchan.
-¡Bueno pero si yo le quiero decir así ¿Qué?! Además la que debería tener cuidado donde se sienta eres tú mira nada más como traes el vestido mojado de atrás a mí se me hace que te orinaste, si eso es… te orinaste.
Sonriendo divertido porque mi linda hermanita había resultado más perversa de lo que imaginaba y muy a mi pesar de mi intención de querer vengarme en ella; lo cierto era que me agradaba; por esa forma como me celaba con las vecinas, por esa inocencia en su bello rostro cada vez que como quien no quiere la cosa me hacia sentir su redondo trasero ó su abultado monte de Venus contra el bulto en mi pantalón cada que le salía con un lindo detalle y supongo debido por celos hacia rabiar a Verónica mi madre como aquel día que como regalo de cumpleaños a Natalia <Cumplía 18 años>, le compre un carro y mientras que mi linda hermanita se iba a estrenar su carro en la compañía de sus amiguitas, en la cocina de mi casa mi madre me reclamaba.
¡Acaso estas idiota! ¿Su licencia de conducir era falsa? ¿Y si la detiene una patrulla que vas hacer?
¡Vamos no seas tan Agria! La licencia sólo fue para enseñárnosla; No podemos negar que tuvo creatividad.
¡Agria tu puta madre! A mi me respetas idiota.
Ahora que ha pasado el tiempo se que ese fue el momento en que sintiendo una rabia intensa comencé a perder el control de la realidad dándole una fuerte bofetada en el rostro y sintiendo una extraña lujuria que invadía todo mi ser sólo recuerdo que sometiéndola con una mano de su nuca entre sus sedosos cabellos fundí mis labios en los de ella en un arrollador y lujurioso beso como si solo en sus labios pudiera respirar al mismo tiempo que llevando mi otra mano bajo su vestido comencé a masajear con ímpetu su trémula intimidad hasta que al sentir como al mismo tiempo que se abandonando entre mis brazos se humedecía por completo su intimidad fue sabiendo que ese era el momento para poder encontrar con mayor facilidad ese punto sexual que hundiendo mi dedo índice en el interior de su vagina que comencé a estimularlo con sabiduría hasta que como un volcán en erupción explotaba entre fuertes contracciones como si se hubiera orinado y enfurecido sometiéndola boca a bajo sobre el piso de la cocina le decía.
-¡Maldita puerca! Ya orinaste mi piso y ahora como buena loba vas a tener que limpiarlo con la lengua.
Sintiendo una tremenda lúbrica exacerbación al ver como sumisa limpiaba con la boca el suelo fue que haciendo jirones sus ropas sobre el piso cerrando con mis piernas las suyas comencé a penetrarla por el trasero en muy fuertes y firmes penetraciones encajándole mi miembro y si hubiera sido posible hasta los testículos con violencia hasta lo mas profundo de su ser; no se cuanto tiempo la estuve penetrando en esa posición y si se vino la cantidad de veces que lo hizo; yo solo se que perdiendo la noción de lo que sucedía a mi alrededor no deje de penetrarla hasta que borre de su rostro su estúpida altiva mirada y cuando me dirigía a tomar ese baño que necesitaba para quitarme toda la suciedad que sentía alcanzaba a escuchar que me decía.
-¡Pues ya que te estoy sirviendo de puta! Sólo espero que mí obsequio sea tan espléndido como el que le diste a tu hermana-.
-¡Es cierto a las putas se les paga! Pero usted es una loba y a las lobas sólo se les folla, se les deja botadas.
Sintiéndome desconcertado porque a la muy puta la había violado y a ella sólo estaba celosa porque no le había obsequiado nada fue que comprendiendo que por el lado del sexo no iba a solucionar nada y entendiendo por primera vez a mi padre que lo que en realidad él extrañaba de Verónica mi madre era el sadomasoquismo con que practicaban el acto sexual que muy a propósito no quise a ir a festejar con mi linda hermanita su cumpleaños por lo que esa misma noche mientras que en el recibidor con sólo el pantalón del pijama miraba el televisor no se me hizo raro que con una rebanada de pastel en mano y ese gesto de inocencia en su rostro apareciera mi linda hermanita sentándose sobre mis muslos frente a mí.
-¡Hay pobrecito de mi hermanito esta triste porque su mamá lo regaño!- Dijo al mismo tiempo que se llevaba a la boca la fresa del pastel.
-¡Oye! Eso es mío.
-¡Así y que piensas hacer al respecto!- Sonriendo dijo con picardía.
¡Pues si tú me permites! Recuperar mi fresa.
Observando como mi linda hermanita con un bello gesto de sensualidad en su rostro retadora dándole un mordisco a la fresa la engullía al interior de su boca por mi parte acariciando entre sus muslos unía en un suave beso mi boca a sus carnosos labios recorriendo como saboreando con la lengua el interior de su boca; mis manos ansiosas deslizándose bajo su falda, acariciando entre sus bien torneados muslos, al llegar a su aterciopelado trasero la halaban con suavidad hacía mí; mi linda hermanita al sentir como entre sus labios vaginales sobre sus braga el flácido bulto en mi pijama comenzaba a crecer con lentos y apenas perceptibles movimientos comenzó a frotar mi miembro hasta que al ponerlo duro y erecto como un niño ante una travesura levantándose rompía contacto conmigo y dándose la media vuelta volteaba a verme diciéndome con una malévola sonrisa en sus labios.
¡Hay hermanito que susto! Creo que ya se te metió un gusanote en el pijama y debe estar bien enojado porque hasta se puso bien duro; creo que mejor me voy antes de que me quiera comer
Sonriendo un tanto divertida yo no le dije nada; no era necesario que lo dijera y tomándola con delicadeza por su estrecha cintura nuevamente la senté sobre mis muslos de espaldas a mí como buscando mi calor corporal Natalia se acurrucaba con mimo en mí y acariciando su rubia cabellera sólo fui descubriendo con tierna suavidad su cuello recorriéndolo apenas y rozándolo con mis labios al mismo tiempo que con lentos movimientos deslizaba mis manos poco a poco hacia sus firmes senos; sobándolos sobre su blusa con suavidad susurrándole lo bella y hermosa que estaba con palabras tiernas y caricias suaves pero al mismo tiempo con ardiente pasión; como solamente Natalia que estremecía ante mis sabias caricias merecía ser tratada.
¿Te gusta hermanita?
¡Mucho! ¡mmmh! ¡Me encanta como lo haces; es delicioso! ¡mmmh! ¡Y-ya hasta estoy bien mojada; continúa así manito!
En tanto que Natalia pasando su brazo alrededor de mi cuello de manera desquiciante con su boca y su lengua recorría apasionadamente mi cuello ascendiendo lentamente pero con mucha pasión hasta apoderarse de mis labios por completo transmitiéndome largamente con su candente respirar toda la arrolladora pasión de que era capaz; mientras que una de mis manos desabotonando su blusa descendía con lentitud hasta llegar a sus apetecibles muslos disfrutando entre suaves caricias la tersa sedosidad de su piel e internándola con lentitud bajo su falda; abriéndole con mis piernas conforme mi mano iba avanzando sus apetecibles y bien torneados muslos hasta que deslizándose entre caricias mi mano llegaba al cálido centro de su entrepierna el cual suavemente comencé a masajear sobre su mojada braga en tanto que Natalia abandonando mis labios lenta y ardientemente llegaba a mi cuello haciéndome sentir una desquiciante sensación que me enardecía y sus labios susurrantes entonces me dijeron:
¡Mmmmh! E-esto es delicioso hermanito; me encanta como me acaricias manito, es… es delicioso! ¡mmmh! ¡aaah! ¡hermanitooooh! ¡a-aaah! ¡Ahora entiendo a las vecinas! ¡Continua así manito como lo estas haciendo!
Al mismo tiempo que con la sangre que parecía huirle del rostro su delicada mano acariciando todo lo que encontraba a su paso con lentitud iba descendiendo hacia el hacia el bulto en mi pijama sobándolo con ardiente pasión por algunos segundos y penetrando su delicada mano bajo el pijama se apodero directamente de mi duro miembro recorriéndolo por completo con suaves caricias; al mismo tiempo que mi mano en sus senos penetraba bajo su sujetador sintiendo la aterciopelada calidez de sus senos hermosos que se endurecían como piedras y sus deliciosos pezones abultaditos rosados se hinchaban hasta que apretando su pelvis Natalia me entregaba desde lo mas profundo de su ser un delicioso y prolongado orgasmo.
¡a-aaah! ¡mmmh! ¡a-aaah! ¡aaaah!
¡Que lindos son tus senos hermanita! Estas; muy rica.
¡Tú cosota también esta preciosa manito!
En tanto que mi mano sobre sus aterciopelados senos con gran habilidad los liberaban de su apretujado lugar y mi boca sin perder el tiempo desde su cuello entre tiernos besos y ardientes lamidas descendía con lentitud hasta llegar a la punta de su rosado y abultado pezón recorriendo cada centímetro de este enroscando mi lengua en su hinchado pezón al mismo tiempo que mi mano en su entre pierna que ya se había internado bajo sus bragas de las suaves y tiernas caricias pasaba a otras con mayor intensidad masajeando con ardiente fervor su perlita de amor, con intensa pasión que la estremecía descargando nuevamente otro rico orgasmo.
¡a-aaah! ¡a-aaah! ¡Hermanitooooh! ¡aaaah! ¡mmmmh! ¡Me-me vengo otra vez! ¡aaaah! ¡Ooouuuh! ¡Aaaah! P-por dios ya metemela; no le hace que me duela.
¿Por qué te va a doler?
¡Es que yo aun soy virgen! Y dicen que la primera vez duele.
¡Eso solamente les pasa a los estúpidos que no saben como tratar a una princesa como tú! Te lo juro así como que me llamo Pablo.
Continuara
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