Cuestión de negocios (2a parte)
Después de ver cómo desvirgaban a nuestras hijas. nosotros quisimos participar.
Des pues de que don Roberto terminó de cogerse al par de niñas salimos a la sala donde estuvimos tomando una copa, minutos después llegó don Roberto, ya bañado, recién cambiado y fresco como una lechuga; el infeliz no podía quitarse la sonrisa de satisfacción de su cara.
–Vamos quiten esa cara, todo salió a pedir de boca, les agradezco infinitamente. Y bueno, un trato es un trato; el próximo lunes anunciaremos sus nuevos puesto y tendrán una nueva oficina y por supuesto el sueldo más elevado.
Mientras don Roberto se disculpa y se dirigía a su lujoso auto, nos dijo,
-Pueden quedarse en la casa, es toda para ustedes, hay comida y bebida, todo lo que quiere, pueden disfrutar de la alberca o lo que quieran, nadie los molestará, quédense hasta que gusten
Nosotros seguíamos a don Roberto como humildes canes; ya arriba de su carro y antes de partir no dijo
–Pueden quedarse en casa el tiempo que gusten. Mientras el lujoso auto se alejaba, Iván y yo volvimos a la casa. Fuimos a la habitación donde estaban las niñas las despertamos, las felicitamos, les dijimos que se bañaran y que las esperábamos abajo para comer; llegaron las pequeñas sólo con sus blusitas y pantis, se veían extremadamente sexys.
Fue en ese momento en el que me vino una idea a la cabeza, aquella chiquilla con lentes y con ese culazo me ponía a mil, yo estaba súper cachondo, después de ver cómo don Roberto se cogía a Tania y a mi hija, por lo que le dije a Iván
–amigo…, no te vayas a ofender… pe-pero, ¿Y si nos cogemos nosotros a las niñas?.
La verdad yo esperaba un chingadazo de parte de mi amigo. Pero él se quedó un momento en silencio mientras miraba como las niñas, que acaban de comer, retozaban frente a un enorme aparato de televisión.
–Quiero decirte la verdad, hace tiempo que le traigo unas ganas a Lorena…, pe-pero la verdad no me atrevía… pero ahora que la vi en acción y cómo disfrutaba en la cama, la verdad… bueno, pues… se me para, sólo de pensar en esa panocha.
Nos dimos la mano y cerramos el trato. Rápidamente hicimos un pequeño plan. Llamamos a las niñas y les dijimos
–Niñas les tenemos una sorpresa, ya que se han portado tan bien, han hecho que ganemos mucho dinero, merecen un premio las dos, las niñas gritaron de emoción.
Les dijimos que las llevaríamos con los ojos cerrados a una habitación, donde les esperaba su regalo. Así las condujimos a una de las habitaciones donde habíamos visto dos camas matrimoniales, las pusimos en medio; mientras Iván y yo nos desnudábamos, la verdad desde que yo iba en las escaleras viendo el perro culazo de Tania la verga ya se me había puesto dura como un riel. Las niñas con los ojos tapados en medio de la habitación esperaron emocionadas hasta que Iván y yo nos quitamos la ropa, fue cuando me percaté que Iván tenía una verga enorme, más grande que la mía y que la de don Roberto, por lo menos de unos 25 centímetros y muy gruesa; con las vergas a todo poder nos paramos frente a las niñas; yo frente a Tania e Iván frente a Lorena; les dijimos que abrieran los ojos y ¡Oh sorpresa! Ahí estábamos con nuestras vergas al aire frente a aquellas niñas. Las infantes dieron un grito y quisieron mostrar pena; Tania tapándose la cara dijo
–No pa’ no quiero que me metan el pito frente a ti, me da vergüenza.
No sabían que habíamos sido testigos de su desvirgue, Lorena más bien estaba anonadada con la verga de Iván. Con toda seguridad en mí mismo, tomé de la mano a Tania y la conduje a una de las camas, aquella niña de lentes y de 9 años se resistía, luché un poco para arrancarle su panti infantil, mi fuerza no encontró mucha oposición en aquella pequeña ninfa; en cuando la dominé la puse boca abajo, le abrí ese hermoso par de cachetes y comencé a chuparle el ojete, Tania seguía pataleando y gritando
–Pa’ no quiero su pito, ayúdame!,
Pero Iván ya tenía a Lorena mamándole aquella descomunal verga, de la que sólo le cabía el glande; cuando Tania vio cómo su papá disfrutaba los labios y la lengua de Lorena dejó de luchar, yo le chupaba todo el culo y besaba sus nalgas y luego me pasé a su hinchada concha; ella comenzó poco a poco a gemir.
–ahaaaa, siiiii, que rico don Luis.
Ella misma se despojó de su blusita, entonces me dijo
–Don Luis, ¿Puedo chuparle el pito?
No me hice del rogar y finalmente sentí aquella boquita de nueve años resbalarse en mi falo, sentía que estaba en la gloria, aquella niña mamaba vergas como una experta; estaba yo tan absorto en el placer que me daba Tania hasta que un grito desgarrador me volvió a la realidad; Iván, ya tenía ensartada a Lorena, nunca esperé que aquella descomunal verga cupiera en mi hija, mi compañero y socio tenía los pies de Lorena en los hombros y le metía la verga sin piedad, a cada arremetida ella gritaba,
-ahhh, papi la tiene muy grande, me duele, argggg, don Iván su verga es muy grande, me va a partir, me duele, ya pare por favor.
Tania también paró y me dijo,
-Don Luis, quiero que me meta el pito, ¿Pero podemos ir con ellos?.
Señalo a la pareja de amantes que estaba a lado. Tania era muy curiosa y al parecer le comenzó a agarrar gusto a ver coger a los demás. Brincó a la cama donde estaba su papá horadando a mi Lorena, que aun con los ojos llorosos y mordiéndose los labios comenzaba a gemir de placer. Puse a Tania en cuatro, vi su hermoso y esponjoso culo que tanto despertaban mis fantasías y de una sola estocada la penetré.
–Ay, despacito.
Comencé a bombearla a diferentes ritmos, desde lento hasta tremendamente rápido.
-¿Ahaaaa, siiiii, don Luis me gusta su pito en mi pipí. Métamelo duro.
Así estuve cogiendo a Tania, mi Lorena ya gemía como una puta y ella cabalgaba solita a Iván, quién acostado sólo las sostenía de la cintura. Otra cosa que me atraía de Tania era su cara con lentes y sus pequeños pechos, que aunque era más chica que Lorena, se le abultaban unos limoncitos, quizá porque era más llenita, la puse de misionero y la ensarté. Estuve cogiéndola así por un buen rato, en un momento en que Iván tenía a Lorena de perrito, me descorché de Tania y dirigí mi verga a la boca de mi hija; ella tomo mi tolete y lo comenzó a mamar, ante el asombro de Tania,
-Papi, si es verdad, Lorena le chupa el pito a su papá.
Sin mediar palabra Iván le sacó el enorme tolete a mi hija y se dirigió a la suya con aquel descomunal fierro, Tania se negó escandalizada
–No papi, no quiero chuparte el pito, eres mi papá, no quiero!
Pero Iván la forzaba por lo que ella cerró la boca con fuerza y apretó los labios, pero Iván le hizo cosquillas y en un momento que Tania no pudo evitar reír, medio falo de su papá le entró en la boca, ella aún se resistía, pero al poco aceptó su destino, después de recibir una buena mamada de nuestras hijas, pusimos a ambas de perrito una junto a la otra y volvimos a penetrar aquellas dulces cuevitas, para ese momento ambas niñas ya gemían casi al unísono,
-Ahhhhaaa, siiii, que rico, quiero tu pito Luis, ensártame bien rico.
Mientras me cogía a Tania, no dejaba de ver a Iván que penetraba a mi hija, entonces cruzamos nuestras miradas y con cierta complicidad supimos que deberíamos cambiar de niñas, la verdad poco había pensado en cogerme a Lorena, pero después supe que Iván se moría por clavarle su fierro a su hijita de 9 años, entonces cambiamos de lugar, cuando Tania sintió el enorme garrote de su papá comenzó a dar alaridos que creímos que se escucharían hasta la colonia vecina
–no, papi me estas metiendo tu pito, noooo, soy tu hija, no quiero,
Pero Iván de verdad quería follar a Tania porque lo hiso muy duro y rápido, Tania al poco rato comenzó a gemir
–ahhhaaaa, si papi házmelo duro, quiero que me metas tu pito, lo quiero todo.
Mi Lorena seguía disfrutando del sexo conmigo, como había visto hacer a don Roberto le comencé a tocar el clítoris y ella se meneaba rítmicamente al son de mis embestidas. Luego Iván quiso cambiar de nuevo, volvió a la cueva de mi hija, yo estaba a punto de penetrar a Tania, cuando esta dijo de forma burlona
–al cabo el pito de don Luis está más chiquito
Eso me hirió en el orgullo y en eso recordé que don Roberto no había sodomizado a ninguna de las niñas y ese era mi oportunidad para desquintar a Tania y desvirgar aquel culito que me tenía loco; le comencé a ensalivar el ojete y ella reía divertida al sentir mi lengua en su ano, no sabía lo que le esperaba, entonces tomé mi tolete hice presión sobre aquel agujerito virgen, Tania no entendía lo que estaba haciendo, volteo con extrañeza cuando sintió que aquel invasor se comenzaba a abrir camino en ese conducto intestinal que ella aun no entendía que también daba placer. Cuando se dio cuenta de lo que yo pretendía ya era demasiado tarde, el duro garrote ya se había abierto camino en aquella cuevita.
–argggg, papi, me está metiendo el pito en la cola, nooooo me duele; no don Luis por ahí no se mete el pito, métalo en mi concha, ¡papi ayúdame!.
Gritaba la niña de 9 años mientras estaba ensartada como un insecto por un alfiler; Iván que disfrutaba embistiendo a mi Lore, dijo sonriendo divertido
–Ándele pendeja, para que aprenda a respetar
Esas palabras me autorizaron para penetrar a Tania sin ningún tipo de contemplación, un rato después, cuando el culo de Tania ya se había dilatado y acostumbrado al invasor, alargué mi mano y comencé a tocar su clítoris lo que hizo que Tania comenzara a gemir desaforada
–ahaaaaa, don Luis me gusta su pito, quiero que me lo meta siempre, siiiii, que rico don Luis métamelo duro, ahhaaaaaa
Lorena seguía siendo penetrada de igual forma, pero Iván se descorchó de ella y me volvió a pedir a Tania, muy a mi pesar le pasé a la llorosa chiquilla, Iván se acostó con su enorme falo apuntando al techo, jaló por la mano a su hija y esta solita se subió sobre su padre y se ensartó aquel tolete descomunal, mi Lore se colocó de perrito, con la cara sobre el colchón y el culo en popa, pidiendo que la cogiera en esa posición, pero fue entonces que se me ocurrió una idea macabra, vi a Tania ensartada por su padre y su ojete aun dilatado, me coloqué detrás de la niña tomé mi verga y entonces la penetré sin piedad, aquella hermosa niña de 9 años recibió dos vergas en sus pequeños agujeros, la pequeña ninfa berreaba desesperada por la sorpresa, pero poco rato después comenzó a gemir, pero Iván no se iba a quedar así, rápidamente dijo, Lorena también necesita dos pitos, estuve de acuerdo, pero me adelanté a penetrarla por el ano, a fin de evitar que la enorme verga de Iván estuviera en ese agujerito, así cogimos a Lorena los dos de pie, haciéndole sándwich a mi pequeña hija; poco antes de terminar volví con Tania y me vine dentro de su concha. Fue cuando escuché los gemidos de Iván que anunciaban que Lorena había logrado exprimir aquellos huevos. Descansamos y el resto del día seguimos empernados, cogiendo como conejos.
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