Cuidando a mis primos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Les contaré esta historia que inició hace casi un año, yo todavía tenía 23 en ese entonces, estaba terminando la universidad y vivía con mi mamá y mi hermano menor que tenía 5 años, mis primos a veces venían después de la escuela, a mi casa, cuando mi tía tenía mucho trabajo y debía quedarse en la oficina en la que trabajaba hasta más tarde, y mi mamá los cuidaba por unas horas, mi primito Luis tenía 6 años entonces y como tenía una edad parecida a la de mi hermanito, les gustaba pasar el rato jugando, mi prima Magali tenía 13, una niña muy linda, con una carita inocente y un cuerpecito en el que apenas se le comenzaban a desarrollar los pechos.
Usualmente yo llegaba a casa un poco tarde de la escuela por lo que los días en que mis primos estaban en casa casi siempre los veía solo un rato antes de que tuvieran que irse, por la diferencia de edad, a Magali casi no le gustaba pasar rato con los niños por lo que cuando me veía se ponía a platicar conmigo, de una manera normal, como primos, nunca me hubiese esperado lo que terminaría pasando entre nosotros.
Un día salí temprano de la universidad, regresé a mi casa y no había nadie, era la hora en que los chicos salían de la escuela, por lo que me di cuenta de que mi madre y mi hermano apenas llegarían, y cuando llegaron, traían a mis primos con ellos, yo estaba en la sala comiendo un sándwich cuando llegaron, mi hermano y mi primo se fueron corriendo a jugar, y mi prima se sentó a mi lado para saludarme, y cuando mi mamá vio que estaba en casa temprano me dijo:
-que bueno que llegaste temprano, debo ir a hacer compras y algunos pagos, y pensé que tendría que llevarme a todos conmigo, ¿crees que puedas hacerte cargo de ellos, hasta que tu tía venga a recogerlos?
-si mamá, no hay problema – le respondí
Ella se fue al poco rato, y yo me había quedado con platicando con Magali que me estaba contando las cosas que hacía con sus amigas, no le estaba prestando mucha atención y yo quería irme a mi cuarto, por lo que le dije que tenía que ponerme a hacer tarea, ella dijo que me acompañaría a mi cuarto, porque no quería quedarse sola, ya no pude decir nada más, así que acepté, le di un vistazo a mi primo y a mi hermanito que estaban jugando en su cuarto, y luego me metí al mío con Magali, yo me senté en mi escritorio y prendí mi computadora, mientras que ella se sentó en mi cama para seguirme contando sus historias, yo estaba esperando a que mi computadora cargara, y trataba de ignorarla, pero luego comenzó a hablar de algo que tuvo toda mi atención.
No había prestado atención a la historia completa, pero luego menciono a una de sus amigas perdiendo la virginidad con un chico mayor, y eso llamó mi atención, yo seguí viendo mi computadora, pero le pregunte:
-¿y cuántos años tiene ese chico?
-16 – me respondió ella. – pero desde que lo hizo no ha dejado de presumirnos
Me intrigó, que me hablará de ese tema, pero sentí cierta excitación al respecto, así que me atreví a preguntarle:
-¿y tú lo has hecho?
fue entonces cuando voltee a mirarla, para escuchar su respuesta, ella se encogió de brazos
-algo así – respondió
– ¿Cómo que algo así?
-bueno, una vez le hice sexo oral a un chico de mi grupo, pero creo que eso no cuenta
Me sorprendió escuchar esas palabras venir de Magali, y me sorprendió más la naturalidad con la que lo decía, recordé que yo había perdido mi virginidad a los 15, pero sinceramente 13 años me parecía muy pronto, esta generación parece ser mucho más adelantada, y al ver su carita de niña tierna diciendo que le había hecho sexo oral a otro chico, me hizo sentir muy excitado, sentí ese cosquilleo entre mis piernas y mi verga se puso dura como roca, yo puse mis manos sobre el pantalón para disimularlo, y Magali pareció no darse cuenta.
-¿enserio? – le pregunté – no te creo, cuéntame cómo fue
Ella solo sonrió y luego comenzó a contarme la historia, me la contó con bastantes detalles, y constantemente mi miraba a los ojos, yo no podía dejar de sentir esa excitación, comencé a recorrer su cuerpo con mis ojos, llevaba su uniforme puesto todavía, una falda que le llegaba a las rodillas, calcetas largas, y una blusa blanca que marcaba su pecho que apenas comenzaba a desarrollarse, ella notó la forma en que la miraba, pensé que se iba a sentir incomoda, pero al contrario parecía estar bastante cómoda contándome su historia mientras yo la miraba así, yo no sabía muy bien que pensar después, sentía que ella trataba de excitarme a propósito, pero no estaba 100 por ciento seguro y no quería arriesgarme a intentar nada.
-bueno, ¿y te gustó? – le pregunté cuando terminó de contar su historia
-si – respondió inmediatamente – pero ahora que mi amiga nos ha presumido tanto lo que hizo con el chico ese de 16 me gustaría intentarlo
-¿te gustaría hacerlo con alguien de 16? – pregunté luego
Ella asintió tímidamente con la cabeza para decirme que sí y luego dijo:
-aunque no me importaría que fuera algo mayor
Me miró a los ojos al decirlo de tal forma, que me di cuenta entonces de que ella si estaba tratando de buscar algo conmigo, me senté a su lado, y le dije:
-los de 16 años todavía son unos niños, ¿que te parecería hacerlo con alguien de mi edad?
-eso me gustaría – respondió
Yo metí una mano bajo su falda para acariciar suavemente su pierna, y ella se estremeció, pero no dejó de mirarme a los ojos mientras lo hacía
-yo podría enseñarte todo lo que necesitas saber – le dije – y luego tu podrás presumir que lo hiciste con alguien de 23 ¿Qué dices?
Ella asintió nuevamente con la cabeza y yo me levanté de la cama, le pedí que esperara un momento y luego fui a ver a mi hermano y primo, que seguían jugando tranquilamente, volví a mi cuarto, cerré la puerta con seguro y puse un poco de música para que no nos escucharán, Magali me miraba con su cara inocente, pero en sus ojos se podía ver también ese deseo que tenía de ser poseída, me acerque nuevamente a ella
-bueno – le dije al odio – vamos a comenzar con un poco de sexo oral
Me paré frente a ella que seguía sentada en la cama y me desabroché el pantalón, luego me lo bajé hasta las rodillas, dejándome mi bóxer que estaba estirado por la descomunal erección que tenía ahí dentro
-¿me ayudas con la ropa interior? – le pregunte
Ella no se tomó mucho tiempo y me bajó mis bóxer apresuradamente, y entonces mi verga saltó hacía su cara, ella la miró muy sorprendida y luego me miró a mi
-así es como se ve la verga de un hombre – le dije – ¿esta grande no?
Se puso un poco nerviosa al ver el tamaño de mi verga, que de largo mide unos 21 cm, pero es bastante gruesa, yo la sujeté con una mano y luego le dije que abriera la boca
-pruebala – le indiqué – y te apuesto a que sabe mucho mejor que la de ese compañero tuyo
Ella, abrió su boca y se metió en ella lo que le cupo, pasaba su lengua, sobre la punta de mi verga haciéndome retorcer de placer, yo me quedé ahí de pie, sujetándole su cabeza y gimiendo mientras la dejaba hacer lo suyo,
-ya fue suficiente – le dije después de un rato – vamos a continuar, aun me quedan varias cosas por enseñarte y nos quedan menos de 3 horas de tiempo
Ella se sacó mi verga de su boca y me miró, esperando a que le diera indicaciones de que hacer, yo me comencé a quitar toda la ropa, y luego con delicadeza le quité a ella la suya, la levanté y la recosté en la cama, luego me puse sobre ella, mi cuerpo parecía inmenso junto al de ella y la sensación que sentí al juntar nuestras pieles desnudas fue de un morbo indescriptible, ella tenía la piel clara y totalmente lisa, yo soy un poco moreno y con el cuerpo cubierto de vello, me gustaba como lucían nuestros cuerpos juntos, nos estuvimos acariciando por un rato, yo pasaba mi mano por su cadera y lentamente la fui dirigiendo hacía su vaginita, estaba humeda, y suave, nunca antes había sido penetrada y me excitaba mucho saber que estaba a punto de estrenarla.
Me deslicé hacía abajo y luego con mi lengua comencé a prepararla para la penetración, movía mi lengua con rapidez, y Magali estaba gimiendo como loca, su vaginita sabía a gloria, era la primera vez que probaba una virgen y el sabor me volvía loco, le dí placer de esa forma por un rato y luego me deslicé nuevamente hacía arriba para finalmente cogérmela de la forma en que se merecía.
-¿ya estás lista? – le pregunté
Ella me dijo que si, yo tomé una botella de lubricante que guardaba en mi buró y me unté la verga con él, nuevamente me puse sobre Magali, sosteniendo mi peso sobre un brazo, acerqué mi verga a la entrada de su vaginita y nuevamente la diferencia de tamaños me llamó la atención, sus piernitas delgadas y temblorosas por los nervios se abrían para que la penetrara, y mi verga grande y morena parecía que iba a destrozar su cuerpecito en dos, tuve la duda de detenerme por un momento, pero los ojos de Magali me señalaban una urgencia por que la penetrara, y sería una pena desperdiciar esa disposición de mi linda primita
-te va a doler un poco – le dije – voy a hacerlo lo más rápido que pueda, ¿ok?
Empujé mi verga dentro de su cuerpo, su vaginita estaba muy apretada, y los nervios que ella tenía no la dejaban relajarse, solo la punta logró entrar y fue suficiente para que soltara un profundo gemido, lleno de placer y dolor,
-tranquila preciosa – le dije – relájate
Ella apretaba sus labios y con sus manos sujetaba mis nalgas, para que no me alejara de ella, parecía muy decidida a esto, yo acerqué mi cara a la suya y la besé, sus pequeños labios sabían cómo besar muy bien, dejé la punta de mi verga dentro de ella, para que se acostumbrara y seguí besándola, luego de un rato, noté que estaba más relajada no dejé e besarla y sin darle aviso, le solté una embestida que hizo que el resto de mi verga se metiera de golpe dentro de su cuerpecito, abrió grandes los ojos y soltó un gritó, yo le tapé la boca para que no la fueran a escuchar mientras intentaba calmarla,
-tranquila princesa – le dije suavemente en su oído – ya está toda adentro
El peso de mi cuerpo no la dejaban moverse, y cuando noté que se calmó un poco le quité la mano de la boca, no me había movido, para que el dolor se le pasará más rápido, solo sentía el calor de sus entrañas que apretaban mi verga palpitante
-eso dolió – me dijo con un gemido
-ya se preciosa – le respondí – pero es mejor hacerlo rápido
Nos quedamos quietos un rato y luego con suavidad saqué una parte de mi verga, y ahí fue cuando Magali experimento esa profunda sensación de placer que estaba buscando,
-ahhhhhh, que rico – dijo al sentir mi verga deslizarse hacia afuera
-así es como se siente hacerlo con un hombre – le dije – y te aseguro que es mucho mejor que con cualquier niño
Y luego de decir dejé mi verga hundirse nuevamente entre sus piernas, Magali soltó otro gemido y entonces me di cuenta que ya estaba lista, para disfrutar de verdad, inicié el saca-mete mientras ambos gemíamos de placer, el cuerpo infantil de Magali, me daban un placer que nunca antes había sentido
-me encanta tu cuerpo preciosa – le dije entre gemidos – quiero que sea solo para mi
-es tuyo David – me dijo muy decidida – es tuyo
Sus palabras me calentaron todavía más, sujeté sus caderas y comencé a darle unas embestidas profundas que la hacían retorcer de placer, y después de un rato sentí el cosquilleó por todo mi cuerpo que me avisaba que estaba a punto de terminar, apreté el cuerpo de Magali contra el mío y luego la llene con mi semen espeso, me quedé un rato jadeando dentro de ella y luego saqué mi verga, las piernas de Magali temblaban todavía pero de placer esta vez
-¿te gustó?
-Sí – respondió ella – me gustó mucho
La limpié con cuidado y luego me limpié yo, le ayudé a ponerse su uniforme, y le indiqué que nunca le contará a nadie que era conmigo con quién había perdido su virginidad, le dije que podía inventar el nombre de cualquier otro chico, ella aceptó y dijo que así lo haría,
-y sabes que cuando quieras, puedes venir conmigo para que te enseñe más cosas – le dije para finalizar.
Ella estaba contenta con mi propuesta y asintió con la cabeza, luego salimos de mi cuarto y nos fuimos a la sala a ver televisión, mi hermanito y mi primo seguían jugando sin sospechar nada, yo encendí la tele y me senté junto a Magali a verla, su mamá tardó casi una hora todavía en venir por ellos, Magali se despidió y me despedí de ella, mi tía no sospecho absolutamente nada.
Mi relación con Magalí siguió aunque los encuentros sexuales no fueron muchos por algún tiempo ya que no siempre tuvimos la fortuna de coincidir, aunque al terminar la universidad, me mudé a vivir yo solo, y fue cuando pudimos pasar más tiempos juntos.
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