Cumpliendo fantasías scat con mamá
Con tan solo 14 años cuando logré convencer a mi mamá de experimentar conmigo todas las depravaciones que mi mente caliente de adolescente podía pensar. .
Voy a proceder a contarles una fantasía muy depravada. Este relato ficticio contiene scat, incesto y muchas depravaciones entre un hijo y su mamá. Seguramente me estaré masturbando frenéticamente mientras la escribo, si también a ustedes mi relato y depravaciones hacen que se masturben su pene o vagina díganmelo en los comentarios.
Hola, soy Fernando, y tenía tan solo 14 años cuando logré convencer a mi mamá de experimentar conmigo todas las depravaciones que mi mente caliente de adolescente podía pensar.
Todo empezó cuando noté a mi madre con otros ojos, ella era joven aún, tenía 35 años, delgada, con unos senos de buen tamaño, firmes y redondos, y con una cola que denotaba el ejercicio que hacía ya que ella era muy activa. Mi papá nos había dejado hacía un par de años para irse con otra mujer, así que siempre estábamos los dos solos en casa.
Yo como un joven caliente de 14 años que solo tenía contacto femenino con mi madre dado que iba a escuela de puros hombres, empecé a tener fantasías de coger con ella. También empecé a tener impulsos que iban desde espiarla desnuda por la rendija de la puerta mientras se bañaba, hasta espiarla cuando iba al baño a hacer sus necesidades. Por alguna razón esto último hacía que se me pusiera el pene muy duro y, en algunas ocasiones, tan pronto ella salía del baño yo entraba con el pretexto que también tenía que ir, pero en realidad me masturbaba mi pene muy rápido y duro oliendo ese aroma de caca que dejaba al ir al baño.
Un día justamente que la estaba espiando mientras iba a hacer sus necesidades, ella se percató que la observaba a través de la rendija de la puerta. No sé si fue porque tenía mucho tiempo sin sentirse deseada o tener a un hombre que se excitara con ella pero fuera de enojarse y taparse, parece que le gustó y la excitó. Ese día vi como se acariciaba sus labios vaginales y su pelo púbico mientras orinaba y se ensuciaba las manos con sus orines. Creo que lo guarro y depravado al final lo heredé de ella. Yo no podía dar crédito a lo que veía y me saqué el pene mientras seguía espiándola por la rendija de la puerta. Ella se percató y me gritó detrás de la puerta:
– Cariño, si quieres puedes entrar, por como veo que te mueves a través de la rendija sé que tienes el pene de fuera y te estás masturbando. Es normal esa reacción al ver a una mujer desnuda, que no te dé vergüenza.
Yo no podía creerlo, era una de mis fantasías hecha realidad. Tomé valor y abrí la puerta mientras me seguía meneando el pene viéndola. Mi madre me dijo:
– Mi niño ya es todo un hombre, ya te crecieron el pene y los testículos, y puedo ver un poquito de pelo púbico.
A lo que contesté:
– Sí mami, perdón que te estaba espiando pero es que tienes razón, verte con tu vagina de fuera y orinando me excita mucho y hace que mi pene se sienta rico.
– Huy mi niño no te agobies no tienes que pedir perdón, por lo que veo saliste a tu madre, muy caliente. A mi también me prende ver tu pene como está tan duro de verme. ¿Quieres acercarte un poco a oler mi vagina? Seguro te va a gustar porque está mojadita de orines.
– Sí mami que rico de solo pensarlo se me lubricó mi pene.
Me acerqué en ese momento y puse mi nariz en su pelo púbico y la fui acercando hasta su rajita, efectivamente olía bien rico a orines. No me pude contener y le dí un lengüetazo a su vagina y a su pelo pubico que sabía un poquito a sudor y lo continué lamiendo.
– Mi niño, ¿te gusta el sabor de mi pelo pubico? Huy sigue lamiéndolo, estás haciendo que se me moje la vagina y se me hinchen los pezones. ¿Quieres que nos quedemos desnudos para vernos los cuerpos y jugar con ellos?
– Sí mami vamos a desnudarnos, quiero que me veas la cola, el pene y todo mi cuerpo sin ropa y yo quiero ver tus pezones duros.
De un golpe me quité la ropa al igual que mi mamá y nos quedamos los dos desnudos.
– Mami, que linda te ves desnuda. Ver tus senos grandotes hace que se me ponga más duro mi pene.
– Ufff niño travieso, yo siento rico en mi cuevita también de ver cómo te estás masturbando y de ver tus testiculos que seguro están llenos de semen.
– Mami, ¿te puedo confesar algo?
– A ver, ¿qué me tiene que confesar mi niño?
Me preguntó mi madre mientras se sobaba el clítoris y me veía subir y bajar mi mano por el pene.
– Es que me da un poco de pena decírtelo. Pero no es la primera vez que te espío mientras vas al baño, de hecho a veces me meto tan pronto sales para masturbarme mientras huelo tu pipí y tu caca.
– Mi niño, eres un guarro y me excita que me digas eso, te confieso yo también algo, yo también soy muy guarra en cosas de sexo y entre más sucio sea más me excita.
– Mami, ¿quieres que hagamos cerdadas juntos?
– Sí mi amor, ven, déjame oler tu ano de adolescente.
Ella seguía sentada en el retrete, yo me di la vuelta y le mostré mi ano.
– Huy, parece que no te limpiaste bien, veo unas plastas cafés pegadas a tus pelitos.
– Sí mami es que a veces me gusta que se quede sucio y tocarme a través de la ropa interior para olerme los dedos y tocarme el pene mientras lo hago.
– Ufffff niño degenerado, cómo me prende eso. Acércate déjame olerlo.
– Mi mama metió su nariz entre mis nalgas y sentí de repente cómo me lamía los pelos de la cola que estaban untados con mi caca.
– Mmmm mi vida que rica sabe tu caquita.
– ¿Te gusta mami? Creo que todavía tengo ganas de hacer.
– Uffff sí mii niño, ven, siéntate en mis piernas y empieza a defecar, quiero que mi pelo pubico y mi vagina se embarren de tu caca.
– Si mami, y mientras cago ¿podrías hacer algo por mi?
– Claro que sí mi niño, ¿qué quieres que haga?
– ¿Te puedo meter un dedo a la garganta mientras cago en tu vagina para que te vomites sobre mi? Me gustaría que me ensuciaras con tu vómito.
– Uffff qué caliente niño, claro que sí méteme hasta dos dedos para vomitarte encima mientras cagas en mi vagina.
Ella abrió las piernas y me acomodé en el retrete encima de ella, mi cola quedó pegada a su monte de Venus y pude sentir su pelo púbico en la entrada de mi ano. Ella en seguida tomó mi pene con una mano y mis testiculos con otra y me empezó a masturbar. Yo empecé a pujar y me empezó a salir un poco de caca que se quedó untada en su vagina, mientras con una mano me contorsioné para meterle un dedo a la boca. Ella me chupo el dedo y lo pasé entre todos sus dientes sintiendo cómo su saliva me ensuciaba los dedos, de repente me dio paso a su garganta y empecé a jugar con su campanilla. Ella empezó a tener arcadas y a querer vomitarse, eso me incentivó a sacar lo que me quedaba de caca y se quedó parte pegada a sus pelos y parte cayó al agua del retrete. Mientras eso pasaba sentí como ella empezaba a vomitarme en el cuerpo, el sonido que hacía cuando vomitaba era adictivo y me excitaba cada vez más.
– MMm qué rico vomitas mami
– ¿Te gusta bebé, que te ensucie con restos de mi digestión el cuerpo y el pene?
– Sí mami, ahora también voy a tomar con un dedo la caca que se te quedó embarrada en los labios vaginales y te la voy a meter a la boca para que también me vomites encima mi caca.
Me dispuse a hacer eso, saqué un buen trozo de popó y se la meti en la garganta. Mi madre comenzó a vomitar de nuevo, con una mano se masturbaba rápidamente y con otra me sobaba los testículos mientras vomitaba.
Yo tomé con una mano los restos de vómito que tenía embarrados en el cuerpo y no pude aguantar más me los llevé a la boca para saborearlos, era una mezcla asquerosa entre caca y comida mal digerida. Esto me hizo al mismo tiempo eyacular y empezar a tener arcadas mientras eyaculaba. Mi mamá me dijo:
– Bebé que rico, ahora quiero que tú te vomites encima de mí. Pero tengo una mejor idea déjeme abrirme bien la vagina con los dedos y me vomitas encima de mi vagina que está cubierta con tu caca.
Me puse de rodillas y le empecé a vomitar en la vagina, quedó toda sucia con mi vómito y me dijo en seguida:
– Méteme ahora tu pene adentro, que se lubrique bien con tu vómito mientras me coges. Sí bebé, así cógete a tu madre mientras se embarra tu pene de mierda y vómito.
En ese momento que terminó la frase dio un grito, había llegado a un orgasmo.
– Bebé, necesito más, necesito que nos sintamos más cerdos mientras cogemos incestuosamente. Cógeme y mientras pon tu mano en medio de mis nalgas voy a cagarte en la mano
Puse mi mano en su cola y tan pronto sentí su ano ella empezó a cagar, estaba un poco aguada su caca pero se formó una montaña de popó en mi mano. Yo mientras metía y sacaba mi pene lleno de vómito y caca de su vagina. Con mi mano llena de la caca de mi madre, le empecé ahora a sobar los pechos y vi cómo quedaban cafes y oliendo a retrete cagado. Ella volvió a tener otro orgasmo mientras me amamantaba con sus pechos cagados y yo no pude más tampoco, eyaculé una segunda vez mezclando mi semen con su vómito y mi caca en la vagina de mi madre.
Después de esa ocasión cumplimos muchas más fantasías juntos mi mamá y yo, cada vez igual o más depravadas. En otro relato contaré después qué más hicimos porque ahorita ya eyaculé de estar escribiendo este relato.
Uffff esto me calentó mucho por favor la siguiente parte