Cuñada confundida
Traicione a mi hermano, pero valió la pena.
Esta experiencia me la compartió un amigo y yo quise compartirla con ustedes.
Ocurrió la navidad pasada, como es costumbre se realizó la reunión de noche buena. En esta ocasión se realizó en mi casa a la cual asistió casi toda la familia.
Esta experiencia se centra en mi cuñada, ella es esposa de mi hermano desde hace casi 8 años. Ella se llama Sharon es una mujer de morenita de 30 años, siempre de complexión pettitte, es bajita y muy delgadita pese a tener un hijo con mi hermano. Siempre fue una chica muy recatada, se dio a respetar desde el primer día, muy mojigata creíamos todos en la familia ya que era muy recatada, incluso ella decía que no le gustaba usar ropa pegada o escotada.
Nunca la vi con morbo, esto porque tenía unos pechos muy pequeños y un culito que con la ropa que usaba se veía aún más pequeño. Verla era como ver una niña no mayor de 15.
Por otro lado yo soy un joven robusto de 27años, de piel clara igual que mi hermano, los dos siempre fuimos muy parecidos al igual que mi hermana menor, incluso la gente bromeaba de que no podíamos negar el parentesco.
Ese día ya en la madrugada los familiares empezaron a retirarse, quedándonos sólo mi hermano, mi cuñada, el hijo de ellos y yo. Pude notar como Sharon estaba más risueña de lo normal.
-¿Oye Pablo porque Sharon anda tan risueña? Si siempre está sería. Le pregunté a mi hermano.
-Se animo a tomar, es su primera borrachera. Me dijo el riéndose.
En ese momento ninguna idea morbosas pasó por mí mente, por el contrario me alegre de que se la estuviera pasando bien. Cuando iban a dar casi las 4 de la mañana ellos pensaban retirarse, pero terminé convenciéndolos de que se quedarán, podían dormir en mi recamara, después de todo los dos estaban muy tomados y el niño ya se había quedado dormido, y además yo tenía que ir a la oficina en unas horas.
Ellos aceptaron, Sharon y su hijo se fueron a dormir, por otro lado mi hermano y yo seguimos tomando otro rato. Al cabo de una hora más o menos el se quedó dormido en el sillón, por más que intente despertarlo, el no lo hizo, así que opte por dejarlo hay y solo taparlo con una cobija.
Casi tenía que ir a la oficina así que me dirigí al baño para darme una ducha haber si reaccionaba un poco. Ya estando adentro me desnude y me disponía a entrar a la regadera, cuando recordé que tenía que cargar mi celular para pedir el taxi. Decidí salir solo cubriéndome con la toalla de la cintura e ir por mi cargador, el cual se encontraba en mi buro.
Entre sigilosamente a la recamara, al estar en el buro no pude evitar voltear a ver la cama, mi cuñada dormía de costado, por sus movimientos su falda se había subido dejando ver sus piernas y un poco más. La lujuria me invadió y perdí el control.
Con algo de temor empecé a pasar mi mano por su pierna desde la rodilla hasta llegar a el borde de su ropa interior, tocando así su culito, debajo de su falda, era como tocar a una pre púber.
Metí mi mano dentro de su ropa interior de encaje y masajee un poco sus dos nalguitas. Hizo un movimiento como despertando y rápido me di la vuelta para retirarme.
-Amorcito ya ven acuéstate. Dijo muy bajito, medio dormida.
Poseído por la lujuria y la atracción a lo prohibido, cerré la puerta, haciendo que la habitación quedara casi a oscuras, ya que aún faltaba para que saliera el sol.
Me metí a la cama a un lado de Sharon, antes abriéndome quitado la toalla. La abrace por detrás y ella correspondió mi abrazo, quedando en posición de cucharita.
Me quedé quieto un momento, hasta que sentí como su respiración me demostraba que estaba dormida.
Baje mi brazo para volver a meter mi mano bajo su falda, tocando nuevamente sus piernas y sus nalguitas. Esta vez desidia ir más lejos y ahora haciendo a un lado su panti empecé a tocar su monte de venus, el cual estaba cubierto por su vello púbico, seguí bajando hasta que sentí su hermosa división femenina, delicadamente empecé a meter mi dedo entre sus labios, llegando rápidamente a su clítoris, al hacer contacto, ella se movió, y se quejo. Decidí no seguir por hay, no quería que despertará.
Delicada y lentamente baje su panti, dejando su sexo a mi disposición, por como nos encontrábamos su culo quedo pegado a mi ya erecto miembro, el cual quedó en medio de sus piernas, ya estando hay comencé a moverme, sintiendo cada vez más su vulva.
Con la mano me ayudaba a guiar mi miembro a esa vagina que solo había pertenecido a mi hermano, como no queriendo mi mojado glande comenzó a perderse en su caliente y húmeda cavidad.
En ese momento sentí mucha culpa, estaba por mejor retirarme y que todo quedara hasta hay, cuando siento como empieza a mover su cadera, de manera que su vagina empezó a devorar cada cm de mi polla.
-Así mi amor ¿te gusta? Dijo con un tono muy sexi.
Para este punto sabia que no había retorno, todo mi falo se encontraba dentro de la mujer de mi hermano, así que me deje llevar y empecé a responder sus movimientos, entrando y saliendo de ella. Empecé a pasar mis manos por sus piernas, recorriendo cada parte de su cuerpo, metí mi mano bajo su blusa, subiendo por su vientre hasta llegar a su brazier, por encima de él comencé a masajear sus pequeños pechos.
Para este punto ella ya estaba despierta y aún no sabía si se había dado cuenta de quién era su amante.
Desabotono su falda y se la quito, acto seguido se irguió un poco para luego sacarse su blusa y su brazier, que más bien era un top, como deportivo.
Ya estando completamente desnuda, me fundí en ella con un gran abrazo, sus gemidos eran tenues, y de vez en cuando daba risitas pícaras.
Ella misma llevó mi mano a sus pechos, con los cuales empecé a juguetear, su piel era tan tersa, eran pequeños, pero muy firmes, como si nunca hubiera amamantando, podía casi tomar ambos con una sola mano.
-¿Ya se fue Marco amor? Me pregunto entre gemidos.
-Ajam. Solo conteste eso para que no reconociera mi voz, al parecer creía que follaba con su esposo. Esto me éxito aún más.
-Así mi amor, que rica cogida me estas dando.
Sus palabras me sorprendían, al parecer en la cama era toda una zorrita, cosa que nadie podía imaginarse.
Tomó mi mano y la llevó a su boca, para chupar uno de mis dedos, simulando una felación.
-¿Te gusta amor? Así métemelo. Seguía hablando entre sus gemidos.
Empezó a jalarme por el brazo y yo la seguí quedando ahora ella debajo de mi.
-Así Pablo, sabes como me gusta que me des así. Al parecer esa era su posición favorita.
Mientras la seguía follando recorría cada cm de su cuerpo, mordiendo sus hombros y espalda.
-Pablo hoy te voy a dar tu regalo, métemelo por atrás. ¿Quieres amor?
Saque mi pene y ahora lo dirigí a su ano, estaba completamente cerrado, aún así empecé a hacer presión para que su esfínter empezará a ceder ¿será que aún era virgen de su hoyito?
-Despacito mi vida, me duele. Me dijo con su voz muy agitada.
Poco a poco fue entrando, quizá solo la mitad de mi, en su apretado recto, quise moverme pero ella me detuvo.
-No te muevas. Me dijo mientras ella movía su cadera, siguiendo con el la penetración, ahora a su ritmo.
-Hay si Pablo, que rico. ¿Te gusta como me estás desvirgando mi amor?
-Ajam. Solo volví a decir, muy emocionado de saber que si, ese ano era virgen.
-Soy tuya amor, así, quiero que me cojas todo el día.
Siguió moviéndose, y yo desesperado, empecé a moverme también, esta vez, solo se quedó quieta, gimiendo muy fuerte, ahora parecía más dolor que placer.
-No te muevas amor, me voy a venir.
Ella sola se auto penetraba, pero a su ritmo. Sentí como todos sus músculos se contraían.
-Hay si, me vengo, me vengo!!!! Dijo fuertemente mientras tenía su orgasmo, tratando de ahogar sus fuertes gemidos en la almohada, después de todo su hijo estaba a un lado de nosotros. Cosa que también agradecí, ya que tenía miedo de que Pablo hubiera despertado con todo el ruido.
Seguí moviéndome, un poco, pero ella volvió a detenerme.
-Hay no, me está doliendo mucho. Al parecer su excitación había disminuido después de su orgasmo.
Saque mi pene y la jale, quedando nuevamente en posición de cucharita. Mi pene y su vagina volvieron a estar juntos y casi instintivamente ambos buscamos la penetración. Volví a hundir mi pene en su empapada vagina. Seguí follándola un rato unidos en un tierno abrazo, me encantaba sentir su piel mojada contra mi.
Cuando sentí que mi semen subía desde mis testículos, la penetre lo más profundo que pude, incluso sentí como topaba con su útero, imagino que por su complexión, ya que mi pene no es descomunal, es mas bien de un tamaño promedio. Ella no pudo evitar exclamar un grito, para luego decirme.
-Si amor así, vente, empápame.
Me vacié completamente dentro de ella, para luego quedarnos quietos, así abrazados. Sin decir nada, solo se escuchaban nuestras agitadas respiraciones.
Cuando mi pene empezó a perder la erecciones aún dentro de su vagina, fue que habló.
-Tengo que ir al baño, que se me esta saliendo todo. Dijo riéndose.
En ese momento volví a la realidad y estaba asustado, puesto que al abrir la puerta y entrar luz, se daría cuenta de que había engañado a su esposo sin querer.
Se levantó y camino hacia la puerta, pudiendo así ver su cuerpo desnudo, por primera vez me di cuenta de que era una mujer hermosa, cosa que no se notaba por la ropa holgada que siempre usaba.
Al cruzar la puerta, volteo hacia la sala y se freno abruptamente, para luego regresar la mirada a nuestro lecho de sexo, rápidamente yo cerré los ojos como para fingir que también estaba perdido y no sabía lo que había pasado. Se fue al baño y tardó un rato en regresar.
Cuando ya estuvo de regreso entró tapándose con un brazo sus pechos y con su mano su vagina. Se sentó a los pies de la cama y se vistió.
-¿Marco estas despierto? Me dijo con voz temerosa.
-Si Sha ¿Qué pasó? Le conteste haciéndome el occiso.
Me levante aún desnudo y también busque mi ropa, ella se quedó mirando a otro lado mientras lo hacía.
-¿Marco que pasó? Yo nunca le aria esto a Pablo. Porque no me dijiste que eras tu.
-Perdón Sha, estaba medio dormido, tampoco sabía con quién estaba, pensé que estaba soñando.
-Por favor nunca se lo digas a tu hermano, solo fue un error, yo lo amo. Dijo mientras se le salían algunas lágrimas.
Le dije que esto sería como si nunca hubiera ocurrido, que yo no diría nada, luego seguimos platicando, ya que tenía el temor de que se embarazara, pero para suerte de ambos me dijo que tenía el implante subdermico.
Efectivamente mi hermano aún no sabe nada, y nunca lo sabrá. Por otro lado desde ese día no e vuelto a ver a mi cuñada. Y se que ese regalo de navidad no volverá a repetirse.
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