Dándole por el chocho y el culo a mamá
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sherezada.
Mi nombre es Rodrigo, y debo decirles que me la jugué todo o nada con las nalgotas de mi mamá.
Yo como hombre lanzo miradas furtivas a las nalguitas de las mujeres culoncitas que me rodean, incluso familiares pero solo me recreo la pupila. Nunca he pensado en siquiera planear seducirlas.
Pero esta vez era diferente, mi novia me había dejado hace ya mas de 6 meses y ni las pajas me sacaban las ganas. Para colmo me difamó y toda la escuela sabía sus mentiras.
Así pasaron los meses mas y mas caliente, incluso mejoré mis calificaciones, porque en algo debía entretenerme y las pajas en lugar de ayudarme me deprimían. Un día los maestros hicieron sus famosas "juntas" y salimos temprano de la escuela. Si alguno de ustedes ha pasado por una sequía sexual sabrán que uno se pone de mal humor y le molesta hasta que le den la hora.
Me fui a mi casa y la respuesta estaba ahí: mi madre. En licras negras, con una blusita rosa bien pegadita haciendo Yoga. Simplemente imaginen a una hembra pelirroja, de poco mas de 1.70 bien torneada y nalgona con una boca de mamaverga con el culo en pompa a centímetros de ti.
Si, esa era mi madre, aquella yegua bien culona con las piernas estiraditas en V, enseñando sus labios vaginales que se le marcaban en la licra.
-Hola bebe, llegaste muy temprano, no hubo clases?
Y ahí seguía, primero agachada esperando que se la enterraran y luego paraba bien las nalgas cuando se estiraba con las manos hacia arriba.
-Ehh, si, no hubo clases. -le dije. -Bueno mijo, pues descansa un poco. -me dijo.
La tenía durísima, que cruel era tener esa yegua y no montarla. Como me daba envidia mi padre, que diario se debía echar sus rapidines con tremendo culo.
Me pasé toda la tarde pensando como me la iba a culear, era inhumano no poder penetrar ese chocho aunque fuera de mi madre. La recordaba empinadita con esos labios pidiendo una mamadita.
Así que también hice uso del bendito internet y descubrí que no andaba tan mal como creía. No solo encontré relatos, también encontré confesiones de tipos que se follaron a su madre. Y de todo un poco me hice un instructivo.
A la mañana siguiente debía aplicar el paso 1: mostrarle a mama que su hijito ya sabia que los niños no venían por correo.
Me levanté en boxer con una erección total y como los uso pegaditos se me marcaba el paquete a la perfección sin parecer obsceno.
Mama se levantó con unos jeans de mezclilla pegaditos y una camisa d manga larga roja pero que dejaba ver sus generosas tetas, al verme, bueno, al ver mi paquete porque ni a los ojos me vio, se quedó sin habla. Primero lo miraba con los ojos bien abiertos como platos y después su labor de madre dominó a la hembra caliente porque me dijo. -hijo por favor, tápate esa cosa. -lo decía sin apartar su mirada de mi paquete pero con el seño fruncido.
-mira mamá, los hombres tenemos erecciones matutinas y no es por que queramos ok? Ten respeto de mi, mamá. Las mujeres y tu incluida andan marcando sus pechos -no iba a decir tetas verdad?- y sus nalgotas todo el día y acaso alguien les llama obscenas? -me hice el ofendido y me fui jeje-
Paso 2: todo salió bien en el paso anterior, ahora mamá había contemplado el pedazo que me cargaba y pude explicar mi erección sin salir mal intencionado. Lo siguiente era ganar intimidad con mamá.
El plan consistía en tener una conversación sobre sexo.
Al día siguiente saludé a mi madre como todos los días. Esta vez traía unas licras color canela que le marcaban exquisitamente sus redondas nalgas, además de una camisa de tirantes blanca que si antes marcaba sus tetas, ahora parecían mas grandes y gordas, en definitiva era muy sugerente. Y tenía unas sandalias que la hacían ver putísima, además de su cabello en coleta.
-mama tengo una pregunta, estoy muy preocupado, pero no se si deba hacertela a ti o a papá
-de que se trata hijo?
-de sexo
-pues si yo no lo sé, le preguntas a tu padre, dime cuál es tu duda, no lo hiciste sin condón o si?
-no mamá, no es eso. Mi duda es si a las mujeres les gustan largas o gordas.
-jajaja hijo que pregunta me haces? El tamaño no importa -me dijo pícaramente.
-al juzgar por lo de ayer la tienes gorda jajaja
Me excité al escuchar que mamá estaba poniendo de su parte
-pues no sé hijo, las mujeres tenemos diferentes gustos. A ti como te gustan las mujeres? Nalgonas como tu mami o flaquitas como tus amigas
-pues nalgonas como mi mami
-pues a mi me gustan las pollas gordas como la de mi hijo… Aunque lo importante también es lo duras que estén.
Con mamá haciendo de su parte me salté unos pasos. Yo estaba ya caliente y supongo que mamá igual, no tenía corte en mirarme a los ojos.
Todo esto lo hablábamos mientras estábamos en la mesa, de pronto con su pie me empezó a acariciar la pantorrilla izquierda. Yo me dejé hacer y con la pierna derecha ayudé a su pie desde su hermoso tobillo a subir un poco más, no la iba a obligar así que la coloqué en mi muslo. Si ella quería sobarme la verga, tendría que buscarla. No decíamos nada ya, ahora estaba el silencio y de pronto:
-Que calor hace no hijo?
-Yo diría que el clima está húmedo mamá. -Apartó su pie y se paró, juraría que ahora estaba levantando el culo, se le veían mas grandes.
Por hoy mi plan había finalizado. Mañana seria otro día.
Dejé mi excitación de lado y me fui a ver la televisión. No pasó mucho tiempo y mamá apareció igual que hace rato pero ahora descalza.
-Te molesta si pongo el DVD y practico yoga? Estoy un poco tensa hijo.
-No, ya me iba
-Si quieres quedate -dijo mientras jalaba su pierna hacia atrás, haciendo palanca con sus magníficas nalgas. Enseguida comprendí que es lo que realmente quería.
-Hijo, quiero saber si hago correctamente los movimientos, ya me aprendí la rutina pero a veces me falla la postura. Le voy a dar la espalda a la televisión y me dices si los hago igual?
-Claro mamá, yo te ayudo.
Me puse cómodo. Enseguida mamá empezó a realizar su programa. No pasó mucho tiempo hasta que se puso inclinada hacia adelante, las tetas casi se le salían. Se veían exquisitas, redondas y muy grandes. Le colgaban como esperando una succión.
-Mamá, levanta un poco el cuello y saca el pecho, lo haces muy bajo.
Mamá sonrió y lo hizo. Me recreé mucho con sus tetas pero muy poco con su culo, apenas lo veía pues apuntaba al televisor y ni podía pararme en calidad de examinador, vería mi erección y esta vez no había como justificarlo. Obviamente aun no sabía lo que se venía.
-Hay hijo, creo que me estiré de más, puedes revisar mi cuello? -le iba a decir que se diera vuelta así me levantaría y no vería mi erección pero ocurrió algo mejor.
Sin más se sentó sobre mi regazo. -Aquí hijo- y señaló una parte de su cuello, pero mientras lo hacía se reclinó hacia atrás y me dio un sobón increíble. Fingí examinarla y le di el visto bueno -y si las molestias persisten te pongo una inyección- le dije empujando mi pelvis, nos echamos a reír y se alejó contoneando su trasero muy lentamente. Me dijo que ahorita regresaba, que quería ver televisión y se iba a poner cómoda.
A su regreso la noté exactamente igual hasta que miré su entrepierna, qué gusto, la boca se me hizo agua al mirar que sus labios vaginales se estaban comiendo la licra, se marcaban de forma maravillosa. Era obvio que se había quitado la ropa interior. Mamá no ocultaba su sonrisa y si quería polla, tendría polla.
-Me puedo sentar contigo bebé? Hace un poco de frío.
-Claro mamá, ponte delante de mi.
-Pero pega quitate tus zapatos y pega tus pies a los míos hijo.
Mientras fingíamos mirar televisión, estábamos acoplados en forma de cucharita, le empece a acariciar lentamente el cabello, luego bajé por sus hombros hasta llegar a su muslo derecho.
-Hijo, podrías sobarme el muslo? Se me acalambró un poco.
Y así lo hice, pero mientras le acariciaba, poco a poco comencé a restregar mi bulto en su trasero. Yo estaba excitadísimo, simplemente estábamos calentando para la sesión de sexo que venía, yo por mi parte ya estaba lubricando y ella imagino que igual.
Mientras movía de atrás hacia adelante mi pelvis, ella echó la cabeza hacia atrás y se dejó consentir al tiempo que me echaba su cola también.
Ante eso ya había dejado de mover mi mano y la dejé posada en su muslo y ella de repente me la empezó a acariciar y a guiarla hacia su cola. La sensación de acariciar algo tan redondo, tan bien formado, uffff, sabía que serian dos muros difíciles para mi ariete de carne, pero estaba dispuesto a entrar a lo más profundo.
Inmediatamente la dejé de acariciar, me bajé el pantalón, el slip y liberé mi polla que de un latigazo se estrelló en su culo: la guerra había comenzado. Mamá empezó a acariciarme la polla.
-Y esta vela tan grande hijo? Todavía no es mi cumpleaños corazón, pero puedo soplarla? -dijo jadeando.
-Claro que sí, espera un segundo.
Me levanté y mi verga estaba hinchada como nunca, mamá se dio la vuelta quedando boca arriba y yo me puse encima de ella, dejando a la altura de su boca mi larga polla.
-Sssssss, que rico palo mi niño -dijo mientras me lo acariciaba y de un bocado se lo metió a la boca, creí que pararía pero no, se lo zampó todo. Yo iba a retirar mi pene pero ella me sujetó de las nalgas y empezó a lengüetear todo mi tronco sin sacarselo hasta que después de casi un minuto lo liberó.
-Mmmmm, sabes rico hijo
-No mamá, tu la chupas muy rico, se ve que te gusta mamar no?
-Huy! Soy culpable querido.
-Ponte boca abajo, ya no aguanto sin metertela.
-Tienes condones bebé?
-No, después lo solucionamos pero ahora no es el momento de pensar.
Mamá se puso boca abajo y paró las nalgas, se veía exquisito y yo se la iba a meter, le bajé su licra y le acaricie su raja para sentir si ya estaba lista y vaya que lo estaba, era un caldo de jugos abajo. Mamá se retorció cuando le acaricié l pepa así que seguí jugando con ella, le separé sus nalgas y le empecé a dar lengüetazos
-No pares mi amor!! Méteme los dedos!! Sí, sí!!
De repente le di una nalgada, creí que se molestaría pero gimió como loca cuando se la di. Mamá ya no hablaba, solo jadeaba con los ojos cerrados.
-Ahh ahhh, penétrame, necesito sentir tu palo dentro hijo, por favor, ya métemela!!
-Quieres que te la meta?
-Ahh, sí bebé, lléname, follame, cogeme, hazme lo que quieras pero ya clávame tu verga en mi coño!!
De una sola estocada se la metí, entró sin problemas y el calor que sentí fue indescriptible, todo ese placer, nunca había cogido un coño tan rico, dicen que todas las mujeres son iguales de abajo… pues no es cierto.
Me aferré a su cintura y la empecé a penetrar violentamente, mamá solo gemía y se acariciaba la cabeza de placer.
-Te gusta mamá? -le dije sin dejar de moverme en su interior.
-Ya no me llames mamá, dime putita, zorra, ramera o lo que quieras, tu mamá se ha ido, ahora soy tu perra y necesito que me montes como tal.
Mamá se paró sin aviso y me aventó hacia atrás, juntó sus piernas y puso su culo en pompa, se abrió las nalgas y me dijo -por el culo, cogeme bien rico papi, si? por favor.- Increíble, me estaba ofreciendo su culo. Me acerqué a ella y puse la punta en su entrada, se veía muy pequeño, no la habíamos dilatado siquiera, cuando de pronto mamá empezó a abrir y cerrar su orificio anal, sin duda tenía experiencia.
-Pues hay te va mi garrote, puta, se ve que te encanta por el culo no?
-Si papi, méteme tu cosota, y cogeme por ser tan puta. Me encanta que me hagan cagar para adentro.
Se la empecé a meter y esta vez no fue tan fácil, pero se sentía mejor, mas apretado, podía sentir como iba entrando a su cueva más rica.
-ahhh, que apretada estas perra- mamá tenía la cabeza aplastada en el sillón y lo sujetaba con fuerza. Se la saqué y le tomé del cabello -te estoy hablando puta- mientras de una se la dejaba ir toda, su cara se convirtió en una delicia cuando se la clave toda, sin duda mi madre disfrutaba como una puta y me encantaba mirarla cuando su cara de descomponía de placer con cada embestida en su culo. Todo iba de lujo hasta que empezó a oler a mierda, así que aceleré mi ritmo y me vine dentro de ella. A mamá le corrían unas lagrimas acompañadas de una sonrisa, vaya puta estaba hecha, se le
Iba la vida en follar por el culo. Después de correrme me quedé un rato sobre su espalda.
Yo había tenido una de las mejores cogidas con nada menos que mi madre.
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