DARIO a los 6 (2)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi tío era contratista rural y su función principal consistía en la instalación de alambrados, corrales, tanques australianos, tranqueras y todo lo que tenga que ver con el campo, por lo que pasaba muchas horas en ellos.
Como había dicho anteriormente, no había oportunidad que mi boca desaprovochera, de ahí que cuando se podía, le regalaba a mi tío mamadas insaciables y habidas de lechita calentita que tanto me gustaba degustar, pero, como todo nenito caprichoso, yo quería más de lo que me podía dar y hacía berrinches para conseguir mi cuota de placer de tal suerte, que mi viejo tío empezó a volvérseme insuficiente.
Una noche en que mi tío se despedía de mi madre para ir a su casa, me llaman y me dicen que el día siguiente mi tío quería que le acompañe a una estancia de la zona para que viera el trabajo que este realizaba y de paso, además distraerme, aprendería a cabalgar, evitando decir que la silla sería su pija.
Al día siguiente, una hermosa mañana a mediado de primavera, mi tío me recoge en casa y partí junto a él con rumbo desconocido, solo sabía que ese día iba a disfrutar con su verga tal como lo venía haciendo desde hace un tiempo.
Ya en la camioneta cargada de rollos de alambres y a cierta distancia de casa, mi tío me pide que abra la guantera y vea lo que había allí.
Era una bolsa en cuyo interior había un pomo de vaselina líquida, una cuerda de esas que las nenas usan para saltar con dos puños cilíndricos en cada uno de sus extremos, una bombachita de nena, una blusita blanca y un shorcito de jean.
Al principio no entendí la razón de esos objetos, pero ni bien llegamos a una estación de servicio, me pide que me saque la ropa que llevaba puesta y que me pusiera esa, la que el había traído, tras lo cual, quede como nena, una hermosa nena morochita de 6 años con hermosas piernas y culito saltón que el pequeño jean destacaba aun mas al quedarme completamente metido y casi mostrando las nalguitas, cosa que me encantó y volvió aun mas cachondo de lo que ya era.
Reanudado el viaje, me pidió que me sentara junto a él y al punto empezó con sus caricias en mis piernas a la vez que decía cosas como
T: que hermosa nenita tengo a mi lado.
Hoy vas a ser una nena buenita y vas a comer con esa hermosa colita.
Y mientras decía esto, sus manos seguían acariciando mis piernas, mi panza y pecho y como mi tamaño lo permitía, podía viajar parado dentro de la cabina por lo que en esas oportunidades, mi tío no dudada en mandar mano a mi culito mientras que por mi parte, no solo me dejaba tocar, sino que mi manito, que ya sabía lo que tenía que hacer, manoseaba su dura montaña de carne hasta que él no aguantó más, paro junto a una arboleda al costado de la ruta, saco su pija, y dejo que, arrodillado en el asiento, como perrito, le chupara la pija mientras me metía dedos en el culo.
No tardó mucho en llenar mi boca de leche y sentándome en sus faldas, seguimos el camino hasta una casa en medio de la nada.
Una vez en el lugar, caminamos hacia la casita.
Yo me sentía realmente una nena con ese pantaloncito tan cortito metido en mi culito y esa blusa tan apretadita.
mmm
Ni bien entramos, me alza por atrás, aprieta mi cuerpo con el suyo contra una pared de tal forma, que su montaña de carne se encajaba perfectamente en la zanjita de mi cola a la vez que sus manos separaban mis cachetes o recorrían todo mi cuerpito.
Yo solo me dejaba hacer.
Me gusto la sensación de estar apretado contra la pared y esa bulto en mi culo, y su boca besando mi cuello, mis orejas y mi boca.
Me pone de rodillas en una mesa, hace que adopte la posición de perrito y ahora su boca quería comerme el culito.
A esta altura, yo estaba mas que caliente y dejaba salir sonidos de placer y algunas que otra palabritas tales como:
Yo: ah tíoooo, que ricooo
T: si mi amor, hoy vas a comer carnecita por este culito.
Yo: si tioo
Ahí empieza su acción, me quita el pantalón y la bombachita que mi cola comía en su totalidad.
Ahora su boca chupaba mi ano y la sensación de su barba picando mi cola me re calentaba y hacía retorcer de placer.
Me baja de la mesa y me sienta en un banco, saca su verga, y me la hace chupar un rato.
Yo mame como nena buena con la idea de que eso era todo, que ahí, en un rato mas, me iba a echar lechita y listo, pero no, no fue así, tomo el pomo de valina y nuevamente en perrito pero esta vez en el banco, empieza meterme el dedo mientras le chupo la verga para luego, tomar el laso se saltar y untando uno de sus cilíndricos puños, empieza a metérmelo por el culo.
El mango no era tan grueso, pero si mas que sus dedos.
Su punta aguzada se abrió camino dentro de mi dándome mas placer del que me esperaba.
Mientras el me cogía el culo con ese objeto, gordo como una pija normal, yo trataba de sacarle leche de la verga con mi boca sintiendo a la vez, como ese mango plástico me entraba y salía en su totalidad.
Al cabo de unos minutitos, el mango salió de mi dilatado culito y las manos de mi tío orientaron mi entrada hacia él, apoyo la punta de su verga en mi aceitado agujerito y lentamente me la fue metiendo sin dificultad ni dolor.
Nunca antes había sentido eso y me gusto, me gustó tanto que mi instinto tempranamente estimulado empezó a manifestase con palabras y gemidos.
Pedía con voz queda y casi tímida por más, mas adentroooo… sisisisis… asiii… me gustaaaa… mientras que el no paraba de decir groserías destinadas a mi personita .
uh que putito sosss… que hermoso culito nene putitooo.
te estas comiendo toda mi pijaaa… y no paraba de bombearme.
Ya su pene entraba en su totalidad de tal suerte que sus vellos y bolas chocaban con mis nalguitas y se alejaban de ella para luego volver a golpearse contra ella tal como las olas del mar contra las piedras de la playa.
En un momento dado, me la metió toda adentro y abrazándome con sus peludos brazos, me levanto del banco sin sacar su verga de mi culito y empezó a someterme así, de parado, como si fuera yo una muñequita sin peso que subía y bajaba ensartada por el culito en un pistón de carne mas dura que hierro.
Luego me la saca, se sienta en el banco y me alza de tal forma que ahora, enfrentados, empecé yo mismo a ensartarme su pija en el culito para dar inicio a una hermosa cabalgata que no me llevo a ningún lado, solo a un mundo de lujurioso placer que nunca había experimentado.
Enhorquetado como estaba, el hombre se levanta con su pija ensartada en mi culo y me lleva a la mesa, acostándome en ella, alza mis piernas hasta su pecho y ahora si, empieza a cogerme con determinación y sin piedad hasta que inunda mi interior con su líquido blanco y viscoso que buscaba salir de adentro en cada nueva embestida de verga produciendo a la vez un extraño ruido que solo yo parecía percibir.
De esta manera, el deseo que tenía mi tío de cogerme se vio satisfecho mas no así el mío, que tenía ganas de más, pero el sexagenario hombre, ya no tenía energías para darme mas de eso que tanto me había gustado, así que rendido, fuimos a la ducha, baño mi cuerpo y el suyo y dijo que por ese día era suficiente, que me pusiera la ropita de nena y que simulara ser una, no solo eso, me dijo que haríamos un juego, que de ahora y en lo que quedaba del día, yo tendría que fingir ser una nena linda y buenita; me dijo que podía elegir un nombre y fue Marcela el que se me ocurrió, me dijo que íbamos a ir a otro lugar del campo donde había gente trabajando y que si alguien me preguntaba mi nombre, que dijera ese, y asi fue, fuimos a ese lugar donde había hombres poniendo palos para un alambrado y una vez ahí, bajan de la camioneta los rollos de alambres que había llevado y yo, sin la mas mínima de las reservas, quizás por mi edad, no dude en bajar de la camioneta y andar entre ellos como nena, con ese pantaloncito bien cortito y esa blusita que me hacía sentir especial y libre…
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