De como la perversidad se trago a la inocencia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Fui un niño lindo,bastante guapo-eso explica mi condición actual :p-,que crecia entre risas y juegos,sin quererlo llame la atención de algunas mujeres adultas,que no pensaron en las consecuencias de darle a probar a un hombrecito de 5 años,principios de lujuria.
Fue en el jardin de niños,que una ‘miss’ disfrutaba de abrazarme y decirme secretos al oído,siempre acompañados de su lengua haciendome cosquillas y su mano tocando sobre mi pantalón,aquello que sólo me servia para orinar;casi a la par de los sucesos anteriormente relatados,una tia-hermana de mi papa-era feliz ofreciendose para cuidarme,cualquier día que mis padres elegían para cenar o simplemente salir juntos.
La verdad es que mi tia no ha cambiado mucho desde entonces,con su cabello ondulado negro,bajita,con tetas grandes-bueno 36 b-,un poco nalgona y su piel blanca. Yo sinceramente no la veía con ninguna clase de deseo,la queria mucho y me parecia bonita.
Solia llevarme a su habitación y desvestirme,contaba mis lunares señalandolos con un dedo o pasando la mano,entonces me mostraba los suyos y me acostumbraba a tocarlos,a acariciar sus muslos,a besarle timidamente el vientre y poner mis manos sobre sus calzones-ese fue el nombre genérico que usaba para llamar a la ropa interior-justo sobre un sitio que se mojaba y que le hacia poner su mano sobre la mia,para deslizarla un tiempo que me parecia eterno y que concluía con lo que me parecia un suspiro.
Quiero aclarar que no culpo a mi tia,ni le reprocho nada…después de todo ocasiono que descubriera a mi más dulce adicción,a mi más grande falta a la moralidad: Mi hermana
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