De macho mujeriego, ah puta sumiza. -por mi hijo-
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JustRide2000.
Me llamo Ramiro, tengo 39 años, soy del hermoso estado de Veracruz.
Soy alto, mido 1.86, soy blanco, belludo y con un cuerpo muy tonificado gracias a mi trabajo.
Mi hijo Alberto es muy parecido a mí, tiene 15 años, el es alto, mide 1.72, tiene la piel un poco mas tostada sin llegar a ser moreno, con una mata de pelo espeza.
A los 20 años forme mi familia, me casé y tuve a mi hijo Alberto a los 23, vivía una vida muy feliz antes con mi esposa.
Trabajo una empresa privada de gas por lo que gracias al trabajo y a una que otras sentadillas con tanques de gas, comencé a tener un cuerpo muy bien definido, mis brazos comenzaron a engrosar al igual que mi trasero y mis piernas, cuando usaba Mezclilla hacía lucir unas bolas enormes de carne, en ocaciones mi mujer en broma me daba una que otra nalgada durante el sexo.
Era bien sabido que en la colonia era un mujeriego de primera, siempre que veía un buen culo de mujer no disimulaba y en mi casa era bien sabido que ya habia sido infiel a mi esposa en incontables ocaciones, ella me amaba y aunque le dolia jamas decia nada.
Incluso mi hijo me llego a ver un par de ocaciones enviando fotos a mi innumerables coleccion de amantes.
La historia comenzó cuando mi mujer decidío visitar a su hermana que estaba embarazada al rancho donde ella vivía, menciono que se iría por unos días porque su hermana era interrumpida por un parto urgente a lo que le di el permiso para que fuera.
En fin que mi hijo y yo nos quedaríamos solos todo el resto y fin de semana, lo que me alegraba ya que podría hecharme una que otra cervecita y llegar mas tarde a casa de lo normal.
Mi esposa se fue un jueves a las 5 de la mañana, ese día mi jornada sería de 6 a 2 por lo que, a las 3 quedé con unos cuates para ir a tomarnos unas saliendo del trabajo, le dí a mi hijo dinero para que preparará algo para comer, en fin que yo me fuí de parranda ese día y llegue a casa ya casí a la 1 de la mañana.
Entre a la casa casí cayendo, y me disponía a entrar a mi cuarto, pero no pude ya que por alguna extraña razón pareciese que estaba cerrada con llave, me dirijí al cuarto de mi hijo y antes de decirle que me dormiría con el, decidí darme un baño ya que esa noche me sentía muy perdido, como si estubiese drogado.
Me metí al duchazó y el jabón cayó, al momento de recogerlo, me caí de golpe, y no pude pararme, mi hijo escucho un sonido extraño ,al ver que la puerta de su baño estaba abierta, se asomo y decidío levantarme, el entro y comenzó a hablarme.
H: Pa!, Pa!, ¿Estas bien?
Yó soló balbuceaba unas palabras nada entendibles, mi hijo fue a donde estaba y me paró, entonces fue ahí que le pedí que me enjabonará, el accedio a hacerlo, y comenzó a tallar mi pecho, mis brazos, mis axilas y bajo a mi trasero, donde comenzó a lavarme y a apretar discretamente de vez en cuando.
En fin que salí con ayuda de el del baño, me sequé como pude y me acosté con el, dormí como por 3 horas y se me fue bajando un poco el malestar.
Me desperte por que comenzé a sentir unas cosquillas en mi recto, sentía una sensación extraña, no era desagradable, pero era muy extraña, comenze a dejarme llevar por lo que estaba sintiendo por lo que pase un buen rato con la verga bien tiesa mientras sentía lo que en mi mente era un dedo con cremita, decidí voltear y cuando ví que mi hijo estaba introduciendome su dedo acompañado con un poco de preseminal, me traté de reincorporar, pero aún.
sentía mi cabeza dando vueltas, mi cuerpo no respondía muy bien, y no pude mas que moverme e introducirme por accidente el dedo completo.
Le dije a mi hijo.
Yo: Esto que me estas haciendo no esta bien, ambos somos hombres.
H: Jaja pero lo estas disfrutando, mira tu verga como esta de parada.
Al terminar de decir esto, mi hijo comenzó a besarme el cuello y apretarme mis tetillas provocandome un placer que ni con mi mujer había sentido nunca.
En seguida mi hijo escupio en mi culo y comenzó a introducir su pene que me estaba produciendo un dolor y un placer que por mas que me dolía, lo estaba disfrutando.
Mi hijo comenzaba a decirme cosas
H: Te gusta?
Y: Mmmm dev.
– fuí interrumpido por la mano de mi hijo que fue a mis pezones a apretarmelos provocandome un placer y un calor inmenso.
Mi hijo tomó mi verga que empezo a masturbar mientras el se movía sincronizadamente haciendo escuchar el traqueteo de la madera de la cama y que el choque su pelvis con mis nalgas inundaran la habitación.
Así pasó un momento mas hastas que no aguante mas y comenze a venirme, disparando chorros de leche en toda la cama y sabanas de mi hijo, al venirme le provoque un orgasmo en el que comenzo a inundar mi culo de su espesa leche.
Despues de acabar, el se acerco a mi y me dijo.
H: Esto estuvo riquisimo, al fin me comí estas nalgas por las que tanto me moría.
Mi hijo cruzo su brazo en mi cuerpo y ambos dormimos.
Yo simtiendo su bulto que curiosamente me provocó una errección mas despues de haberme venido.
Al despertar sentí que algo en mi había cambiado, me metí al baño y comencé a bañarme mientras iba enjabonandome, pensé en todo lo que paso ayer, mis manos llegaron a mi pegajozo ano, con aún.
restos de semen que toque y masageé.
Salí de la ducha y solo observe a mi hijo dormir, me puse mi uniforme de obrero y al ponerme mis botas no pude resistir ver el bulto de mi hijo.
Me acerque a el y olfatee, a mi nariz llego un olor muy peculiar que lejos de disgustarme, comenzó a gustarme.
Me fuí al trabajo muy desconcentrado ya que pensaba que había perdido el machismo que caracterizaba a un macho semental como yo.
Todo este vello que tenia no servía para indicar quien era el alfa.
Regrese a casa y al entrar lo primero que ví era a mi hijo pajenadose en el sofa, lo mire a los ojos y el amí, su verga se veía muy jugosa, deje mi casco en la mesa y me acerque a el, me agache y comenzé a mamar esa verga que me había transformado en lo peor que nunca me pude imaginar.
Una puta.
H: Sii, esta bien que recuerdes lo que eres en esta casa, una simple puta.
Sus palabras comenzaron a tener efecto en mi me hicieron encenderme mas, no me podía entrar toda su verga en mi boca, pero cuando me dijo eso, comence a introducirme mas y mas su pene.
El me miraba y decía.
-¡Abre la boca!
Yo la abría y el escupía en mi haciendo que al instante mamara mas su pito.
Mi verga comenzaba a parase haciendo notar un bulto en mi pantalón, el lo vío.
H: La perrita está muy excitada?
Yo no conteste y seguí chupando a lo que el me jaló del pelo violentamente
H: contesta perram
Y: Sii estoy excitada y con ganas de tenerte.
H: Eso es, quiero verte esa puchita que voy a coger.
A lo quee paré y me quite mi uniforme.
El me hizo recargarme en el sofa, mientras dejaba mi culo abierto a su dispocición.
Mi hijo comenzo a meterme un dedo.
H: Tu puchita gozó anoche muy bien mi verga, ya esta mas dilatada.
Siempre he querido comerme esta rica conchita musculosa, mira como me pone – Dijo golpeando su pene en mi trasero.
Asi que mi hijo comenzó introduciendo su verga en mi ano.
Yo sentia una barra caliente que me provocaba una pequeña expresion de dolor.
Mientras yo estaba recibiendo verga de parte de mi hijo comenzaba a sobarme y jalarme el pito.
H: A las viejas no se les para la verga – dijo mi hijo interrumpiendome y tomandome del cabello.
Te voy a enseñar a comportarte como una vieja, ahora vas a sentir lo que es ser usada.
-Dijo mi hijo agarrandome del cabello y tirandome al piso.
Donde en seguida me dio una apretón de huevos que no pude detener por que algo en mi se sentía sometido.
Y: Ahhh aguantaaa – dije gritando.
Mi hijo me escupio
H: Tengo que educarte – menciono mi hijo.
En seguida me abrio de piernas y me metio su gran verga dandome una palmada en los huevos cada que quería masturbarme.
Mientras gemia y cogia me obligo a mirar a sus ojos fijamente asiendo que el se prendiera cada vez mas
Así transcurrió el tiempo cogiendome hasta que no aguante y me vine lanzando 3 chorros de leche que inundaron mi abdomen, mi hijo saco su verga de mi culo y se corrio en mi semen.
En seguida el tomo nuestra leche que estaba en mi abdomen y lo llevo a mi boca obligandome a comermelo.
En seguida me reincorpore y comence a besar a mi hijo.
Sentia que ya no era aquel macho que se cogio a una madre y de paso a su hija.
Ahora mi hijo me estaba tratando como una puta.
En ese momento no dije nada mas y todo desnudo sin recoger mi ropa entre al baño a ducharme.
mientras el se limpiaba el pene en el lavabo yo solo quede callado y me segui enjabonando.
Sin decirme nada mi hijo cerro la llave de la regadera y sin decirme nada comenzo a mearme.
Yo trataba de recobrar mi papel de padre y quiza hasta darle una golpiza por lo que me hacia.
Pero en mi ya habia quedado claro que era una putita sumiza y lo disfrutaba mucho.
No me quedo nada mas que agacharme y sentir como los chorros de orina mojaban mi cuerpo, esa sensacion de sentir la orina caliente recorriendo mi cuerpo me hizo excitarme aun mas.
Mi hijo se fue y yo me enjuague todo y salía a mi cuarto, lo abrí con un desarmador.
Al entrar lo primero que hize fue ver en los cajones de ropa una tanga roja que usaba mi esposa para cuando teniamos sexo, me la puse y me encanto sentir la sensacion de la tela rozando mi ano, era algo indescriptible.
Me acoste en mi cama y decidi tomar una siesta despues de mi cansada jornada laboral.
Con el tiempo aprendí a tener placer solo anal.
Ya mi verga no se paraba, solo me corría cuando tenia sexo con mi hijo.
Mi relación con mi esposa se fue deteriorando tanto que ella se fue por un tiempo a casa de su hermana.
Fue un gran desperdicio que un macho como era yo antes terminara siendo la mas puta de las que alguna ves me cogí.
Mis noches eran deliciosas y mi hijo me llevo al orgasmo sin que mi verga se paré y sin si quiera tocarme.
Despues cuento la segunda parte.
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