De mi primera vez viendo una verga en vivo.
Después de mi primer acercamiento con el sexo descubrí todo un mundo inimaginable para mis 12 añitos. .
Un mundo gigantesco de fantasías se abre en mi mente.
Una semana después de lo sucedido con mi papi, tenía en mi cabeza esa sensación de curiosidad, que si bien no ocupaba todo mi tiempo (pues con 12 años mi vida la llevaba a cabo como la mayoría de los niños a esa edad), sí alimentaba mi imaginación, sobre todo tratando de descifrar qué fue eso tan duro que sentí en mis nalguitas y que me hizo erizar la piel sin tener idea de lo que significaba.
Mi generación parece que nació ya con un sentido muy avanzado de la tecnología, por lo que no me costó mucho encontrar las maravillas del porno. Cómo sabrán los que nos gusta mucho, siempre uno empieza con un vídeo de algo y termina viendo muchísimos de más categorías; no todo me gustó en ese inicio, por ejemplo, me parecía muy desagradable ver los anos de las mujeres abiertos como si fueran un gigantesco socavón pero me gustaba mucho (aún no conocía el significado de excitación) el ver cómo un hombre o mujer, le lamían la vagina a una chica e incluso el mismo ano. Ahora ya sé que la excitación de manera natural en las mujeres hace que nos mojemos, pero en ese entonces me daba pena que se me había salido tantita pipí por sentir mis calzoncitos mojados y creí en algún momento que la vida me estaba castigando por ver esas cosas (mi familia no creía mucho en dios por eso nunca pensé que ese ser omnipotente me castigaba).
También comencé a ver maravillada esas vergas que con una sobada o una chupada comenzaban a hacerse cada vez más grandes y duras y fue justo ahí cuando comprendí que a mi papi yo lo excité de alguna manera y eso que sentí en mis nalguitas era su verga dura.
Llegó el día de mi cumpleaños y yo, que cada vez que podía me metía a páginas porno y a buscar cosas que aún no había visto, ya empezaba a tener una idea cada vez más clara de cuál era el siguiente paso de mi curiosidad sexual, ya solo me faltaba el cómo lograrlo.
Mis papás cuando llegué a una edad en la que ya podía decidir que ropa me gustaba, me dejaron escoger la que más yo quisiera y como ya empezaba a tener conocimiento de qué les excitaba a los hombres, ese día escogí una falda azul cielo, una camisa blanca (que no me gustaban pero tenía la del colegio) y unas medias blancas (también de la escuela), para terminar con el cliché de la fantasía masculina, ese día le pedí a mi mamá que me hiciera un par de colitas en el pelo -obviamente en ese momento no me puse a pensar que yo nunca me vestía así ni pedía que me peinaran, pero al parecer no causó gran extrañesa pues no me cuestionaron ninguna de mis solicitudes-.
Por supuesto que en ese momento mi objetivo era mi papi pues con él era con el que había experimentando aquella situación, pero el punto era cómo le iba a hacer para que volviera a suceder algo así y sobre todo cómo iba a poder verle su verga en vivo. Tampoco es que fuera tonta y fuera a comportarme como una puta, en parte porque no sabía cómo hacerlo y en parte porque si me cachaban ni siquiera me imagino lo que me hubieran hecho.
Tal parecía que fue un hecho aislado lo de mi papá pues por más que lo buscaba y ponía cualquier pretexto para sentarme en sus piernas, por más que me agachaba enfrente de él para que se me vieran los calzones que por supuesto eran de niña y no se veía mucho que digamos, nunca sucedió lo de la vez anterior (o tal vez habiendo tanta gente obviamente no se iba a arriesgar) y un poco desilusionada poquito a poquito se me fueron las ganas en el momento y me dediqué a disfrutar mi fiesta.
Pero no tardaría mucho en presentárseme la oportunidad de poder lograr mi primer objetivo. Para esto necesito contarles algunas cosas importantes de mis papás, una es que los dos son unos troncos cuando se duermen y casi no hay poder humano que los despierte si no es con un poco de fuerza; otra cosa es que ambos son muy pulcros pero mi papá a diferencia de mi mamá, no puede pasar un día sin bañarse; y por último, mi papá es muy malo para las labores de arreglos en casa y si mi mamá no arregla las cosas, él ni se inmuta por hacerlas.
Pues bien, sabiendo esto, nuestro baño tenía una puerta de metal que desde que tuve uso de razón, no se había cambiado ni una vez. No sé si ya tenía tantos años más porque por la humedad se empezó a oxidar y de la parte de abajo poco a poco los hoyitos que comenzaron milimétricos, se empezaron a hacer más grandes y había uno en especial en el que se podía ver perfectamente la mayor parte del baño. Ya era tarde y los invitados se habían ido por lo que ya sabía lo que sucedía: mi mamá se iría a dormir cansada de hacer casi todo lo de la fiesta y mi papá haría su escala obligatoria en el baño para ducharse y dormir a gusto.
Todo me temblaba en el momento, ¿qué iba a decir si me veía, qué pasaría si mi mamá en una de esas se despertaba para ir al baño? Bajé descalza para no hacer ruido y como si fuera fundamental hacerlo para no ser descubierta, me puse a gatear para llegar a la puerta del baño y lograr ver lo que tanto quería últimamente. Primero pegué mi oído en la puerta para ver si ya caía agua y saber que ya era zona segura; cuando por fin abrió la regadera me acerqué nuevamente (en mi primer pegada de oído no escuché nada y me fui a la sala que estaba a un lado del baño), y muy nerviosa empecé a buscar ese agujero que me iba a permitir ver hacía adentro. Al principio no se veía nada por el humo del agua caliente pero cuando por fin se despejó, de nuevo empezaron los nervios que pronto se convirtieron en ese sentimiento de la vez que estaba enferma. Ahí estaba mi papá desnudo, con su verga colgando y el agua escurriendo en su piel. Mi mente empezó a recrear escenas porno que había visto en las que alguien se está cambiando o justamente bañando y la otra persona observa escondida mientras se toca asimismo, y nuevamente esa humedad en mi calzoncito que por lo que había ya visto y consultado en internet, no era otra cosa sino flujo provocado por la excitación; también ya había visto muchas escenas de masturbación por lo que sabía lo que se tenía que hacer y mientras mi papi se bañaba yo empecé a tocarme poco a poco mi vagina súper estrecha, aún sin estrenarse. Era la primera vez que experimentaba la excitación como tal y mis deditos cada vez más se empezaban a empapar, poco me importó mi temor de que si me introducía algo en mi vagina iba a sangrar y muy despacito introduje mi dedo índice en mi vagina, moviéndolo de un lado para otro y metiéndolo y sacándolo de manera gradual. Cómo si se tratase de algo escrito para una escena porno, vi como mi papi se enjabonaba y al llegar a su verga pasó de solo lavarse a acariciársela y eventualmente comenzar a masturbarse. Al inicio de ésa acción, ya no solo era un dedito el que tenía en mi vagina sino dos que ya solo entraban y salían cada vez más rápido. Creo que ya no podía estar más mojada pero a la vez me volvió ese miedo del inicio pero de una forma más fuerte y decidí regresar a mi cuarto. Cuando hube llegado, me acosté en mi cama y aún con la imagen de la verga de mi papito, reinicié mi tocamiento y sentía muy rico ese entrar de dedos y esa sensación de humedad. Intenté hacer lo de las porno y lamer mis dedos hasta el punto en el que no sabía distinguir qué era mi flujo y qué mi saliva y así continué durante unos minutos hasta que me cansé un poco y comenzó a darme sueño.
Había logrado a medias mi objetivo pero me sentía satisfecha porque abrí aún más mi panorama y mi curiosidad apenas empezaba…
Mmmm ricos tus relatos bb
Gracias Gus 😉
UFFF, que eres picante y traviesa, me has excitado.
Rica la experiencia y más aún vistiendo tus calcetas de la escuela. Que seguirá en esta aventura?
Que seguirá en esta aventura? Probar por fin lechita? Quizás de alguien en la escuela de unos años mayor?
Excelente historia, me puso super dura la verga de solo leerla 👏
Tu papi muy afortunado.
Wow, qué delicia!