Debute con mi tía
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Muchas veces hablamos con mi tía de lo que pasó entre nosotros cuando yo tenía 15 años y nos encontró a mi prima y a mi, muy mal parados.
La hermana de mi mamá, la tía Margarita hacía poco se había divorciado, vivimos en Bella Vista, a las afueras de Buenos Aires.
Vivimos pegados casa por casa, así que yo me pasaba todos los días a su casa y Laura, mi prima y yo, estabamos todo el día juntos.
Escuchábamos música, hablábamos de todo un poco, eramos muy compinches.
Poco a poco, Laura y yo nos hacíamos más íntimos.
Aunque mi tía no nos perdía pisada, Laura y yo nos las ingeniabamos para hacer nuestras cagadas.
Ella me mostraba las tetas, la cola, la cancha, yo le mostraba la pija.
De vez en cuando, Laura me dejaba que le toque las nalgas o la concha, lo que más me calentaba era cuando ella me tocaba la pija y a cambio me dejaba que le chupe las tetas.
Me acuerdo que una vez me dejo que se la ponga entre las nalgas y yo hacía que la cogía.
Su madre, o sea mi tía, tenía unos cuarenta años, siempre sudorosa, de tetas y nalgas enormes, bastante gorda a Laura y a mi, nos tenía cortitos.
Una tarde Laura y yo estábamos haciendo de las nuestras y escuchamos que viene su madre, enseguida nos arreglamos las ropas y mi tía entra en el cuarto de Laura y le dice que el padre estaba afuera esperándola y a mi me quedó mirando ha que se notaba que tenía la pija dura.
«Bueno, yo me voy», dije, «no, vos quedate que te necesito», me dijo.
«Que estaban haciendo con Laura?», me dice cuando nos quedamos solos.
«Nada tía, hablando boludeces», le dije cagado en las patas, «y por hablar boludeces se te para la pija?», me dice con una mirada que me dio mucho más miedo.
Yo no sabía que decir.
«Te la cogiste?», me dice parada frente mío, «no tía ni ahí, nada que ver», le dije.
Ella empezó a insitir, me acorralaba con las preguntas que le terminé diciendo lo que hacíamos.
«Pero nunca la cogiste ni te la chupo?», me dijo la mi tía.
«Te juro tía, solo lo que te conté», le dije con ganas de salir corriendo.
«Y te haces la paja cuando llegas a tú casa?», me dijo aflojando el gesto.
«Sí, más bien», le dije ya con más confianza.
«Mostrame como te haces la paja», me dijo sin apartar sus ojos de los míos.
«Pero tia, como voy a hacer eso», le dije sorprendido con lo que me pido que haga.
«Como vos y mi hija se hacen cambios, te propongo uno, vos me dejas ver como te haces la paja y yo te muestro mis tetas, queres?», me dijo empezando a subirse la camiseta, «en serio me decis?», le dije empezando a bajarme el pantalón.
La tia echó sus manos a la espalda desabrochando su corpiño y se sacó la camiseta quedando con sus dos enormes tetas al aire.
Yo me empecé a hacer la paja mirando las enormes tetas de la tía, un redondel marrón oscuro y un enorme pezón, «que rápido se te pone dura, y si te dejo que me chupes las tetas, vos me dejas a mi hacerte la paja?», me dijo la tia Margarita agarrando mi pija con su mano, aceracndo sus tetas a mi boca y me siguió haciendo ella la paja.
Enseguida me empecé a acabar en su mano, ella apretaba mi pija para que la leche no salga a chorros, bajo su cabeza y soltó mi pija cuando la tuvo en su boca.
Yo casi grito sintiendo como la tía daba fuertes chupadas en mi pija.
Yo me seguía acabando en su boca y ella no dejaba de chupar.
Sentí como pasaba su lengua por mi pija, como se limpiaba sus dedos llenos de leche con su lengua.
«Pero tía, que hiciste?», le dije todavía con la pija afuera.
«Y si en vez de jugar con Laura, jugas conmigo», me dijo volviendo a acariciar mi pija y seguía con sus tetas al aire.
«Me queres ver desnuda?», me dijo la tía.
«Siiiiiiiii», le grite.
Ella sonriendo se terminó de desnudar y caminaba delante mío moviendo su cuerpo completamente desnudo.
Mi pija se puso dura de nuevo viendo a mi tía.
«Esa pija rica, la quiero en mi boca, en mi concha, en mi cola, quiero que me cojas por todos lados», me decia agarrando mi pija, dándose la vuelta y con su mano se la acomodó en la concha, gimiendo fuerte cuando ella hizo fuerza con su cuerpo para atras y le entró.
Sentí su concha caliente, mojada.
«Así, así, coegete a tú tía así», me decia abriendo sus nalgas y moviendo su cuerpo para adelante y para atrás, haciendo que mi pija entre y salga de su concha.
«Que buena pija que tenes, como la siento bien adentro de mi concha», decía la tía pegando bien su cola contra mí y movía su cuerpo.
«Dale toda la lechita a tú tía, llenale bien la concha», me decia sin dejar de mover su cuerpo.
Yo sentía su concha bien caliente y mojada, sus gemidos, veia sus tetas moverse para todos lados.
Margarita empezó a temblar, a gemir, veía como le caía la baba de su boca, como se le aflojaba todo el cuerpo.
«Que polvo, que polvo me estas haciendo echar», decía la tía dando unos fuertes suspiros, sentia como apretaba la concha.
Y yo de una me empecé a acabar de nuevo, pero ahora era en su concha.
«Que bien me cogiste», me dijo lambiendo toda mi pija.
«Osvaldo (así me llamo yo), mira, seguí jugando con Laura, pero no te la cojas, la leche te la saco yo, vos te sacas la calentura conmigo», me dijo la tía dando una fuerte.
chupada en mi pija.
Ahora que sabía que la tía no nos iba a molestar, cuando estábamos con Laura, la desnudaba, le pasaba la pija por la concha, por.
la cola, una vez hice que le de besos y me la chupe un ratito, otro día estabamos jugando y me dejó que le meta un dedo en la cola y siempre que me iba, teníamos cosas que hacer en el galpón con la tía, que me la chupaba y se tragaba la leche.
El padre de Laura había veces que la venía a buscar una vez a la semana y a veces dos, y cuando Laura no estaba, mi tía y yo nos pasábamos toda la tarde cogiendo en su cama.
Con la tía Margarita aprendí a coger por la concha, por la cola, me volvía loco sentir como me chupaba la pija, ver como se tomaba la leche, ella me enseñó todo, y todo eso me sirvió para coger a mi prima.
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