DEGENERE ROAD – Capítulo 4: Despídete de tu polla.
Delincuentes idos de la puta cabeza destrozan a sus víctimas.
Alejandro miraba la impasible cara de Izan mientras le cogía por los hombros con cariño.
Roger y Atanasije tenían atados a todos los miembros de las dos familias. El gigante estaba metiendo en un saco cualquier cosa de valor que hubiera en la casa mientras el pequeño culturista observaba las caras de espanto de los presentes.
Roger: Nuestro oráculo a leído vuestras mentes, sabe todo lo que os pasa, por ejemplo, tú, Vanesa, te has hecho la depilación definitiva en todo el cuerpo salvo en la cabeza y el coño. Quieres ser madre, pero este hombre, Iván, no te conviene, no quiere tener más hijos, ni siquiera quiere a los que ya tiene, será mejor que mi amigo Atanasije te haga el favor.
Roger agarró una cuchilla de barbero y se acercó a la dulce y asustada chica mientras ella suplicaba que no le hicieran nada. Incapaz de moverse por las ataduras, el pequeño culturista desabrochó su falda, dejando las braguitas rosas transparentes al aire. Suavemente deslizó la cuchilla por un lado de las braguitas de la joven y las cortó dejando al descubierto al caer la buena mata de pelo del coño de Vanesa.
Roger: A mi amigo le gustará más sin pelo.
El culturista comenzó a pasar la cuchilla a través del íntimo pelo de la hermosa Vanesa mientras ella seguía suplicando que no le hiciesen nada.
Alejandro: Izan, sé que no te importan, sólo tienes que dejar que lo hagan.
El gigante, que ya había terminado de recoger todo lo de valor de la casa, arrancó con la ayuda de unas enormes tijeras la ropa de todos los “invitados” hasta dejarles completamente desnudos.
Roger: Aquí tienes lista a tu chica, sin un solo pelo en el coño, ya puedes follártela.
Atanasije desató a la chica y comenzó a lamerle la cara mientras inmovilizaba su atractivo cuerpo con sus poderosos brazos.
Roger: Cuando le cortas la polla a un hombre no pierde las ganas de follar, sus cojones de macho siguen pidiendo coño, pero no pueden follarse a nadie, es una putada muy grande; sin embargo, si le cortas las pelotas pierden su hombría, se vuelven débiles, incluso engordan jejeje la polla rara vez se les empalma, y cuando lo hace, dura poco tiempo, se les acaba atrofiando, ¿Qué preferís? ¿Polla o pelotas?
Roger entregó la cuchilla de afeitar a Izan, y lo puso frente a su padre. Se miraron a los ojos, Aitor, el padre de Izan, con asombro, e Izan con impasibilidad.
Aitor: No la hagas, por favor, soy tu padre, no me cortes la polla, ¡mi polla no!
Durante unos segundos Izan no se movió, los dos permanecieron estáticos mientras Vanesa jadeaba de fondo, entonces, sin mediar palabra, Izan ató los cordones de una bota fuertemente en la base de la polla de su padre, las venas del miembro se le hincharon muchísimo, parecía que le iban a explotar. Miró a los ojos de su padre que lloraba mientras suplicaba.
Izan: Dile adiós a tu polla, papá.
Con la mano derecha agarró con fuerza el miembro de su padre y con la izquierda sujetó la cuchilla. Empezó a cortar, Aitor gritaba de dolor. Cuando sólo quedaba un hilo de pellejo uniendo la polla de Aitor de su cuerpo, Izan pegó un último tirón, cercenándosela por completo. Un chorro de sangre salpicó las pelotas y muslos de Aitor, su hijo dejó caer la polla al suelo. Izan parecía no inmutarse en todo el proceso. Miró la polla cercenada de su padre en el suelo e hizo un pequeño y mínimo gesto de desprecio.
Izan: Tendrás que aprender a disfrutar por el culo, papá.
Roger: Buena idea.
El culturista se acerca a Aitor y comenzó a meterle los dedos por el culo.
Roger: No te resistas, te dolerá más.
Mientras tanto Atanasije se había sacado la verga bien dura y se la estaba clavando sin ningún cuidado a Vanesa mientras le tapaba la boca para que no pudiera gritar y jadear.
Alejandro abrazó a Izan por la espalda.
Alejandro: Estoy muy orgulloso de ti.
Izan miró a los gemelos.
Izan: Oye Alejandro, ¿Por qué no les das un poco de placer a esos chicos antes de que pierdan
lo que les hace hombres?
Alejandro: Claro que si cariño.
Roger, que ya tenía tres dedos en el culo de Aitor interrumpió la conversación.
Roger: El oráculo nos ha dicho que son vírgenes, se estaban reservando para su próximo cumpleaños.
Alejandro: Pues van a tener un regalo anticipado.
Abraham y Adrián lloraban atados a cuatro patas el uno al lado del otro.
Abraham: Te quiero hermanito, quería que fueras el primero.
Adrián: Yo también, hermanito, te quiero.
Intentaron besarse, pero Alejandro les separó las bocas.
Alejandro: No, no, de eso nada.
Escupió sobre el ojete de Adrián y acercó su polla bien dura al agujero.
Adrián: ¡No por favor!
Alejandro: Te va a doler, pero sólo al principio jejeje.
La gorda polla de Alejandro empujó el pequeño agujero del joven Adrián mientras este lloraba desconsolado.
Alejandro: Si no me dejas entrar te cortaré el culo.
Roger: No hace falta, a este hombre ya le cabe la mano entera.
Aitor gritaba de dolor mientras suplicaba sin remedio.
Aitor: ¡¡¡Sácala por favor!!!
Tanto Alejandro como Roger empujaron de golpe. Adrián se tragó por el culo la polla entera de
Alejandro mientras Aitor ya tenía hasta más allá de la muñeca de Roger. Sus culos sangraron.
Vanesa ya no se resistía a ser follada por Atanasije, ahora gritaba únicamente de placer, no le
importaba ser preñada por el gigante.
Iván: Fóllatelo, fóllatelos a los dos, pero no me cortéis la polla, ¡hacedles lo que queráis, pero no me cortéis nada!
Alejandro descargó con un gruñido todo su semen en las entrañas de Adrián.
Alejandro: Espero que te haya gustado, puta.
Roger, que ya llevaba metido hasta medio antebrazo por el culo de Aitor, lo sacó de golpe.
Roger: Ahora yo voy a preñar al hermanito.
Abraham y Adrián: ¡NOOOO!
El culturista desplegó su polla sobre la espalda de Abraham mientras le metió los dedos manchados de sangre y mierda del culo de Aitor.
Vanesa ya incluso morreaba al gigante que seguía follando su coño.
Abraham y Adrián lloraban, uno ya follado y el otro a punto de serlo. Roger se lubricó la polla con la mierda y sangre del culo de Arder y empezó a metérsela por el culo a Abraham, primero despacio y luego de golpe. A Abraham parecía que se le iban a salir los ojos mientras gritaba.
Entonces Roger paró de golpe.
Roger: Me estoy meando, joder.
Abraham: ¡No! ¡No lo hagas dentro de mi culo!
Roger descargó todos sus meados en el culo del joven Abraham mientras Alejandro se empalmaba de nuevo. Roger terminó de mear y le sacó de golpe la polla del culo a Abraham.
Los meados del culturista cayeron la pata debajo de Abraham hasta el suelo mezclados con mierda y sangre.
Roger: ¿Quieres preñarle también?
Alejandro: ¡Si!
Alejandro se acercó completamente erecto al culo del joven que lloraba desconsoladamente mientras chorreaba.
Como los gemelos no habían sido depilados, Alejandro agarró con la mano derecha el prominente pelo de la flácida polla de su víctima mientras pensaba lo mucho que se parecían esos chicos al cabrón de su padre, tan peludos y flacos los tres, con esos cuerpos sin grasa definidos sin mucho exceso por el duro trabajo diario sin necesidad de gimnasio. Le volvía loco preñarles sin miramientos. Destrozar tan buenos ejemplares a pollazos. Esta vez se corrió nada más meterla, arrancándole varios pelos al muchacho en el descontrol de la descarga. Ahora los dos hermanitos llevaban dentro la lefa del aspirante a la Horda.
Mientras tanto Izan miraba a su alrededor.
Izan: Tengo ganas de mear.
Iván: Yo la otra noche meé la habitación de mis hijos, fue muy cachondo ¡Desatadme!
Izan se desnudó por completo y se acerca al sofá.
Izan: Mírame papá, mira a tu hijo y recuerda lo mal que te sienta que comamos aquí por si se mancha.
Izan agarró con una mano su enorme polla y comenzó a mear en el sofá, en el respaldo, en los reposabrazos, en los cojines, ese chorro parecía no gastarse nunca, salpicaba las paredes, la mesa camilla y la librería repleta de libros, papeles y jarrones. Iván le jaleaba mientras los meados lo empapaban todo llegando hasta la enorme y carísima alfombra.
En ese momento, y prácticamente ajeno a todo lo que estaba sucediendo, Atanasije agarró con fuerza uno de los pechos de Vanesa y con un tremendo gruñido descargó todo su semen dentro de la joven, la cual gimió de gusto.
Cuando le soltó, cayeron rendidos. El gigante se tumbó junto a ella y le abrazó con fuerza. Se miraron a los ojos, no necesitaban hablar para entenderse. El gigante reposó una de sus manos sobre el vientre de la joven ya preñada, mientras, de su polla aun chorreaba un hilo de semen.
Alejandro se sumó a mear la casa, primero lo hizo sobre la televisión que se apagó con un tremendo chispazo, luego sobre las cortinas y los sillones, cuando cesó el chorro, Alejandro reía a carcajadas. Roger se le acercó y, aparentemente sin venir a cuento, le dejó doblado de dolor de un puñetazo en las pelotas. Alejandro no entendía nada mientras contenía un grito de dolor.
Roger lo ató junto a los demás cautivos.
Roger: Querido amigo Alejandro, espero que hayas disfrutado, pero lamento decirte que no has pasado la prueba. En realidad, habías suspendido mucho antes de entrar en esta casa. Sólo te hemos utilizado para llegar hasta Izan.
Alejandro: ¿¡QUÉ!? ¡No, no por favor, no podéis hacerme esto!
Roger entregó de nuevo la cuchilla de afeitar a Izan.
Roger: Puedes hacer lo que quieras con tu amigo, ¿polla o pelotas?
Izan se acercó a Alejandro mientras Roger lo hacía a los gemelos.
Alejandro: Izan, por favor, todo lo he hecho por ti, te quiero, quiero estar contigo, quiero que seamos felices, te he follado muchas veces, somos amigos, te quiero, por favor desátame, no lo hagas.
Izan: Tu polla me ha dado mucho placer, tranquilo, no voy a cortártela.
Alejandro respiraba fuertemente sin ser capaz de asimilar lo que le estaba pasando, entonces Izan, impasible, le agarró de las pelotas.
Alejandro suplicó con la mirada llena de lágrimas a su amigo que no lo hiciera, le miraba fijamente mientras movía muy despacio la cabeza de izquierda a derecha. Era el chico del que había estado enamorado desde aquella primera vez en un asqueroso baño de local nocturno.
Izan impasible empezó a cortarle los cojones. Alejandro cerró con fuerza los ojos y gritó, chilló, como un cerdo en plena matanza mientras Izan le dejaba sin pelotas. Cuando terminó las dejó caer y un chorro de sangre las empapó desde la entrepierna de Alejandro hasta el suelo.
Entre tanto Roger ya había atado las pelotas de los gemelos con sendos cordones causándoles un dolor inmenso, pero no tan grande como el que les esperaba.
Roger: Parece que nunca serás abuelo Iván, enhorabuena, tus hijos perderán ahora mismo la poca hombría que les quedaba.
Iván: ¡Córtaselas!¡A los dos!¡No me importa!¡¡DESATADME!!
Roger: ¿Quieres que te desate? Tendrás que hacer algo por mí.
Iván: ¡LO QUE SEA!
Roger: Cágate en sus bocas antes de que los deje sin cojones, yo lo hice con mis hermanos, y
fue hermoso.
Iván aceptó sin ni siquiera pensárselo y Roger le desató para que pudiera hacerlo, los dos se acercaron a los gemelos y mientras Roger agarraba a Abraham de las pelotas, su padre le puso el culo en la boca.
Roger: Traga si no quieres que te las corte.
Iván empezó a apretar y un buen zurullo de mierda inundó la boca del joven que lloraba mientras intentaba contener las arcadas, entonces Iván agarró con fuerza la cabeza de su hijo.
Iván: ¡Traga puta traga!
Adrián: Hazlo por favor, no quiero que te corten nada.
Los gemelos se agarraron de las manos atadas el uno al otro, y eso le dio fuerzas a Abraham que consiguió tragarse la mierda de su padre. Entonces Iván le puso el ojete lleno de mierda en la boca de Adrián que intentaba pedirle que no lo hiciera. Iván empujó de nuevo y otro buen zurullo inundó la boca y la garganta del joven que apretaba los ojos mientras intentaba pensar en otra cosa. Roger ya le había agarrado de las pelotas y la hoja de la cuchilla le tocaba por debajo del cordón. Masticaba, aguantaba la arcada, regurgitaba, volvía a tragar, contenía de nuevo la arcada, masticaba más, hasta que finalmente tragó.
Iván soltó un último zurullo en su propia mano y se lo restregó a sus hijos por el pelo y la cara.
Iván: ¡Qué guapos estáis, maricones!
Roger, sin mediar palabra, e incumpliendo de nuevo lo prometido, les cortó las pelotas, primero a Adrián y luego a Abraham, los cuales vomitaron inmediatamente toda la mierda ingerida.
De repente el gigante serbio, que se había levantado sin que nadie reparase en ello, agarró por detrás a Iván y lo inmovilizó con sus fuertes brazos, le tapó la boca y separó sus piernas.
Roger: Yo he cumplido, te he desatado, ahora debes decirle adiós a tu hombría.
Los ojos de Iván se llenaron de terror.
Roger: Me estoy debatiendo si cortarte la polla o las pelotas, ¿qué crees que será más apropiado? Un hombre tan macho como tú, pero sin pelotas, seguro que se vuelve tan maricón como tus hijos, por cierto, ahora que han sido castrados se volverán todavía más delicados jeje igual se mueren de delicadeza, sería bonito ver cómo les acompañas en ese proceso de hiperamariconamiento. Sin embargo, la idea de dejarte los cojones para que no pierdas ni un gramo de genio, y cortarte la polla, me atrae mucho. Un hombre como tú, que presume de buen paquete y que se ha follado a tantas mujeres, se quedaría en los huesos al no poderse correr nunca. Si antes te costaba contener las ganas de liarte a ostias con tus hijos, ahora te darían todavía más rabia, y sin posibilidad de descargarte, seguro que les mueles a puñetazos a diario.
Roger miró a Vanesa que aun yacía en el suelo.
Roger: ¿Tu qué crees preciosa?
Vanesa (con un hilo de voz): Ya me da igual.
Roger: Entonces le cortaré la polla, hasta ahora todos menos Aitor conservan la suya.
El culturista agarró la polla de Iván y, con las enormes tijeras que el gigante usó para arrancarles la ropa, se la cortó sin ni siquiera atarla previamente, cayendo cercenada al suelo y manchando de sangre la alfombra.
Cuando el gigante soltó a Iván, éste se desplomó llorando, mientras recogía su polla con espanto. No pudo ni siquiera levantarse del dolor. Entonces Roger le quitó la polla de entre las manos.
Roger: Vuestros miembros amputados son parte de nuestro botín, ya no os pertenecen. No volveréis a follar ni por supuesto a tener hijos, espero que no os importe. La verdad es que a nosotros no nos importa mucho la familia. Yo dejé impotentes a mis hermanos, y Atanasije fue todavía más duro, mató a propios sus hijos el día que el más pequeño volvió licenciado del servicio militar. De hecho, Vanesa, deberías alejarte de nosotros si no quieres que el hijo que acabas de concebir corra la misma suerte en un futuro. Ninguno de nosotros tendrá descendencia, todo nuestro linaje termina con nosotros.
Roger tendió la mano a Izan, el cual por primera vez esbozó una sonrisa, y los tres se dirigieron a la puerta de entrada.
Vanesa: Quiero ir con vosotros.
Roger se giró y le dijo: Lo siento, no admitimos chicas.
Si te ha gustado mi correo es [email protected]
Jajajaja eres un genio!
Ya lo creo, Sigma. Además de buen amigo.