Del sexo en casa y mas
Les contare como Carmen pierde su virginidad con su perro para que después se la folle su padrastro.
Yo soy Carmen, tengo 35 años y a mi edad he follado con quien se haya cruzado en mi camino, no discrimino hombre o mujer, mientras más mejor incluso a más de un animalito lo he dejado cogerme, bueno fue un animal el que me desvirgo y esa será la historia que les contare en esta ocasión de como recibí mi primera verga y como paso todo en familia.
Mi madre es teresa y mi padre Ernesto, yo nací cuando ellos tenían tan solo 20 años, lo de ellos duro poco tan solo cuando tenía dos años ellos se separaron, aunque siempre han mantenido una buena relación gracias a mí.
La vida sexual de mamá se limitó a masturbarse de vez en cuando y unas cuantas relaciones de pareja fallidas, hasta que un día conoce a Sicandro. Era un hombre de 1.80 m y de cuerpo ancho con una voz de mando imponente y muy deportista cosa que a las dos nos fascino porque entrenábamos juntos los tres. Yo veía a mi madre muy feliz como hacía mucho tiempo que no lo estaba y siempre me preguntaba el porqué de esa felicidad, sin embargo, yo era feliz viéndola tan alegre.
Con el paso de los meses Sicandro comenzó a vivir con nosotras y así con el paso de los días me preguntaba el motivo del porque pasaran tanto tiempo encerrados en la habitación y no me explicaba ni entendía por qué mi madre andaba tan sonriente siempre. Así pasaron dos años en los cuales me acostumbre a ver que Sicandro le agarrase las nalgas de manera descarada a mi madre o que se besaran tan apasionadamente que mamá llegara a gemir y luego a la pieza jijiji. Yo en mi inocencia al ver eso me daba asco de un principio, pero ya con 12 años había veces que saboreaba esos besos como si fueran míos.
En una oportunidad yo jugaba con mi perro Bobby en el patio de la casa, llevaba puesto un vestido corto, hacía mucho calor y era lo más fresco que tenía en ropa. Mamá y Sicandro tomaban un jugo mientras me veían jugar ambos con traje de baño, no tardaron en comenzar con los besos y los toqueteos y de pronto se paran entre risas y se van a su pieza lo que para mí era habitual. Después de unos 20 minutos entre a la casa camino a mi pieza (que quedaba al final del pasillo) y al pasar por fuera de la pieza de ellos note la puerta abierta cosa que nunca ocurría, si esta vez la calentura no los dejo darse cuenta, de pura curiosidad me asome a mirar y lo que vi me dejo perpleja. Estaba mi madre de rodillas en la cama y Sicandro parado frente a ella acto seguido mamá abre su boca y se mete ese hermoso pedazo de verga que tenía Sicandro, mi primera reacción fue de asco, pero al ver la cara de gusto y de placer que tenía mi madre cada vez que movía su cabeza para adelante y atrás y junto con el balanceo de sus pechos naturales y grandes despertaron un ardor en mi interior.
Una parte de mi quería arrancar y llorar, pero la otra parte quería quedarse a seguir viendo, y esa parte era más grande, no sé cuánto tiempo paso desde que mamá tenía la verga en su boca, pero cuando por fin la saco era enorme y no encontraba explicación alguna de porque se metería eso de ese tamaño en su boca. Sicandro tomo del pelo a mi madre la beso y la giro quedando detrás de ella, tomo su miembro y lo introdujo sin más en la concha él sujeto fuerte sus caderas y procedió embestirla dejando a mi madre sumida en el placer con la mirada perdida y gimiendo como nunca imagine que seria. Entre el gozo y los gemidos de mi madre la mirada de Sicandro se cruzó con la mía entre en pánico dude de que hacer y por unos segundos mi mente se bloqueó hasta que uno de los tantos quejidos de mi madre me devolvió a la realidad, me gire y corrí a mi pieza sin percatarme que Bobby venia conmigo.
Una vez en mi pieza la angustia se apodero de mi pensé en lo peor pero mi inseparable mascota me aterrizo y de la manera menos pensada, sí estaba lamiendo mi vagina por sobre mis bragas, la emoción y los nervios no me habían dejado darme cuenta de que mi conchita estaba empapada y que la sentía caliente y palpitante. Las lamidas de mi perro aumentaron mi excitación y de manera instintiva me las quite me puse en la cama con las piernas abiertas y deje al perro lamer todo que quisiera. No recuerdo el número de orgasmos que tuve, pero sin duda fueron magníficos. Desde ese día cada vez que estaba algo excitada lo dejaba lamer hasta que se me pasara la calentura.
Los días siguieron pasando como siempre con la única diferencia que ahora yo también recibía placer, pasaron unos dos meses desde que los espié y Sicandro nunca menciono nada ni una mirada distinta o palabra diferente y eso era lo que más me perturbaba hasta que una mañana tome la decisión de ser yo quien hablara del tema, bueno no iba a mencionar que Bobby me lamia la conchita cada 3 o 4 horas. Después de almuerzo mientras se tomaban su habitual café con besos y agarres varios, como era costumbre se levantaron para dirigirse a la pieza en ese momento los encare:
Carmen. – yo sé lo que hacen en la pieza
Sicandro. – ¿y como sabes lo que hacemos?
Esa pregunta tan directa y con esa voz tan autoritaria que tenía él inmediatamente hizo que me mojara.
Mamá. – Responde ¿Cómo es que sabes lo que hacemos?
En mi nerviosismo vi en los ojos de mi madre más curiosidad y morbo que enfado lo que me animo a continuar con la conversación.
Carmen. – hace unos meses dejaron la puerta abierta y vi todo lo que hacían, como la metías en tu boca y luego como te la metió en la concha.
Mamá. – y dime hija ¿te gusto lo que viste?
Sicandro. – claro que le gusto! ¡Si no ha parado de masturbarse desde entonces!
Su mirada dominante hizo que me temblaran las piernas y la angustia se comenzaba a apoderar de mi comencé a creer que había sido un error encararlos y que él le diría a mi madre lo de Bobby.
Mamá. – así que ya te masturbas hija, muy bien estas cada día más grande de a poco te iré ayudando a convertirte en una mujer y lo primero será ver a tu mamá en acción.
Carmen. – ¿a qué te refieres con acción? ¿acaso ustedes se pondrán a hacer eso delante de mí?
Mamá. – por supuesto debes prestar mucha atención a como lo hacemos de esa forma aprenderás más rápido lo que significa ser follada. Y si te calientas mientras nos ves siéntete en la libertad de masturbarte que para eso son estas clases de sexo y placer.
Era la conversación más rara de mi vida, mi madre me acababa de decir que se pondría a follar delante de mí y que me ayudaría a volverme mujer, en principio no entendí nada de lo que me había dicho solo me quede sentada mirando como mamá le hacia una felación a Sicandro. Lo que vino después fue puro sexo salvaje, de partida dude en tocarme pero la calentura pudo más y frote a todo lo que me daba la mano mi pepita, para cuando ellos terminaron yo temblaba en el sillón, era incapaz de sentir un orgasmo más, no sabía si era un sueño o no, si realmente me había tocado mientras veía a mamá ser follada y fue mi misma madre la que con un beso me confirmo lo real que era la situación, después de tragarse hasta la última gota de semen se puso de pie camino hasta mí y metió su lengua en mi boca dándome un largo beso al terminar me dice este es solo el comienzo de lo que vivirás ahora descansa, Sicandro me tomo en brazos me llevo hasta mi cama, me arropo y caí dormida hasta el día siguiente.
A la mañana siguiente cuando desperté pensé que todo había sido parte de un sueño, que mamá no me había besado con su boca llena de semen, que no me había masturbado tanto y que nada de eso había pasado. Después de vestirme me dirigí al comedor y lo primero que vi fue a mamá apoyada sobre la mesa y a Sicandro dándole duro por el culo, mamá me ve y sonríe diciendo lo siento hija empezamos sin ti.
Pasaron meses follando delante de mí y en todas esas veces me masturbaba como bestia o me contenía para luego quitarme la calentura con la lengua de Bobby, así paso el tiempo hasta que cumplí los 13, se venía el siguiente paso como era costumbre mamá y Sicandro comenzaron a follar, ella disfrutaba chupando esa enorme verga.
Mamá. – hija ¿quieres probar?
Carmen. – por fin me lo ofreces
Mamá. – abre tu boca y cubre tus dientes con tu lengua y deslízala suavemente hacia adentro y ahora sube y baja tu cabeza.
Había visto tantas veces a mi madre hacer esto que se me dio muy natural y así fue como comencé a chuparle la verga cada vez que quería o cada vez que mamá tenía algo nuevo para enseñarme con mi boca. Por supuesto entre las lecciones de sexo oral mi madre me besaba y cruzábamos nuestras lenguas más seguido y por más tiempo. Ya después no eran solo besos ella comenzaba a estimular mi conchita o a frotar mis pezones lo que me volvía loca de placer.
Un día mamá me dice hoy no habrá pija aprenderás a comer conchas, me tomo por la cintura y me comenzó a besar (joder que besos más buenos ) nos desnudamos y por fin pude devorarme esos melones que tanto me calentaban, nos comimos la concha mutuamente, nos metimos los dedos en el culo y más, fue una locura jamás pensé que mamá fuera así de desatada y menos con su propia hija, estaba gratamente sorprendida incluso después de haberla visto follar o el haber chupado verga juntas, en fin ahora cada vez que podía follaba con mi madre la que siempre tuvo el cuidado de no meterme ni un dedo en la vagina, decía que aún no era el momento. Imagínense como me sentía de caliente y frustrada cada vez que mamaba la polla de Sicandro sin poder tenerla dentro de mi vagina.
Así se pasó el tiempo entre tríos a media pues la única que no era penetrada era yo, había ocasiones que pedía por favor que me la metiera Sicandro y mamá decía que aún no, que era muy grande para mí. Hasta que cumplí los 14 ya estaba más desarrollada mis pechos ya eran prominentes, aunque lejos de ser del porte de mi madre y como ya menstruaba había días en que el deseo era tremendo tanto como para llevarme al punto de encerrarme con Bobby y darle sexo oral en ese entonces comprendí lo dotado de mi perro y las cosas que podría hacer con él. Cuando terminaba de tragar toda la leche de mi perro escuche el llamado de mi madre me invitaba a unirme a ellos, no dude ni un segundo, me lave las manos y la boca y corrí a unirme al placer, Sicandro estaba sentado en el sofá y mama sobre él, pero dándole la espalda y dando unos sentones en esa verga que ya cualquiera quisiera recibir.
Al verme llegar se inclina hacia atrás y separa sus piernas, yo al ver ese movimiento me lance de cabeza a lamer los jugos vaginales que corrían por lo poco de verga que quedaba fuera de la concha y al limpiar esa zona me metí las dos bolas de Sicandro a la boca, sentirlas contra mi legua me calentaba sobremanera y para que decir de como gozaba él, solté sus bolas y me dedique a lamer el clítoris de mi madre mientras Sicandro comenzaba sus movimientos ascendentes. Entre lo gemidos de mi madre y los míos no me percate que Bobby venia en busca de su bocado, y sin previo aviso comenzó a pasar su lengua áspera por toda mi abertura terminando en mi ano, fue tan placentero que lo deje olvidando que me encontraba entre las piernas de mi madre. Cuando reaccione ya había gemido varias veces y estaba próxima a tener un orgasmo mamá y Sicandro no habían dicho nada aún.
Carmen. – Sal perro loco
Sicandro. – Déjalo que termine lo que vino a buscar
Mamá. – no puedes exprimirlo sin darle su premio
Carmen. – muy bien Bobby toma todo lo que quieras
Seguimos en nuestras posturas cuando siento de pronto las patas de Bobby posarse sobre mi espalda y quedar encajadas en mis caderas, sin alcanzar a reaccionar Bobby comenzó a intentar penetrarme pasando su pene por los costados de mi vagina, lejos de querer detenerlo hice lo que el instinto me dijo, levanté mi cola y ese movimiento fue suficiente para que mi perro comenzara velozmente a entrar y salir. De solo sentir su verga caliente tocar mis paredes hizo que tuviera un orgasmo pero no basto con eso porque en su desenfreno metió su bola dentro y ese gran trozo de polla que había mamado hacia un rato atrás apareció pero esta vez dentro de mí, literalmente enloquecí de placer era un orgasmo tras otro acompañado de espasmos de placer y fuertes gemidos, fue tal el espectáculo que mi madre de solo verme tuvo unos pocos orgasmos menos que yo y como pocas veces en la visa sexual de ellos Sicandro se corrió rápidamente dos veces dentro de mi madre. Yo por mi parte deliraba sintiendo como mi perro se corría dentro de mí, ese líquido caliente que inundo mi útero fue lo mejor, no me importo quedar abotonada ni que tuviera que esperar unos minutos para poder despegarme de mi perro es más aproveche la espera para tomarme hasta la última gota de semen del interior de mi madre y luego limpiar la verga de Sicandro, mientras que en pleno trabajo de limpieza de falo, Bobby tironeo un par de veces sacando de un tirón su polla de dentro de mí, me fue imposible contener tanto liquido en mi interior y comencé a chorrear semen y sangre, una emoción se apodero de mi al saber que ya no era virgen y que la verga del perro era casi tan grande como la que tenía en mi boca.
Mamá. – no sabía que tenías esos gustos
Carmen. – desde que los espié la primera vez que me dejo lamer por el
Mamá. – por fin le diste algo más que solo lamidas, oye y ¿se siente rico?
Carmen. – ni te imaginas, perdí mi virginidad con un perro mientras les comía la concha y la polla a ustedes ¿se puede pedir algo mejor?
Sicandro. – ve a lavarte antes de que manches el piso.
Esa noche dormí como nunca, con los ardores propios de una buena cogida, pero nada grave, a la mañana siguiente desayunamos como todos los días y nuestra conversación fue de lo acontecido el día anterior
Mamá. – ¿Cómo tienes la conchita hija?
Carmen. – algo irritada aun, pero bien no hay daños mayores
Mamá. – qué bueno hija, oye y ¿te gusto?
Carmen. – qué cosas preguntas madre, obvio que sí, me encanto, solo quiero ser cogida de nuevo
Sicandro. – aguantaste un buen trozo dentro, pareciera ser que ya estas listas para que te folle yo
Carmen. – estaría bueno mira que llevo más de un año con unas ganas de que me partas con tu verga.
Sicandro. – recupérate bien de la concha que apenas estés listas te la destrozo de nuevo.
Esa fue la conversación más explícita y excitante de mi vida, el solo hecho de pensar en que me follara Sicandro me calentaba como perra, pero me contuve de la acción unos días y use unas cremas que tenía mamá para esas ocasiones. Una vez ya aliviada me dispuse a ser, como dijo Sicandro, destrozada por él y su garrote, lo encontré recostado en el sofá y a mi madre tragándose su polla, el al verme de pie a su lado me agarro el culo sin pensarlo manoseando por todos lados, y con eso yo estaba mojada, mamá me hace la señal que me desvista y me una a ella pero cuando me dirigía a su lado Sicandro me detiene y me dice que me siente en su cara, obedecí, puse mi concha a la altura de su cara y me incline para mamarle la verga haciendo un rico 69 pero lo más rico era que mamá estaba para besarme mientras le comíamos la polla. Sicandro me hacia un oral mejor que el perro y entre las mamadas y los besos y los pechos de mi madre ya había perdido la cuenta de cuantos orgasmos llevaba, de repente siento una palmada en mi nalga que era indicativo que me pusiera de pie, cuando me pare Sicandro se incorporó me tomo por la cabeza y me beso muy fuerte y apasionadamente era tanta la pasión que solo con el beso y unas tocadas de pezón tuve un orgasmos hay de pie, cuando deja de besarme hace que me arrodille para que se la siga mamando y le hace un gesto a mi madre para que se le acerque, la toma por la cabeza igual que a mí y la besa pasando sus manos por todas sus partes sensibles, no dejo lugar sin tocar, cuando mamá terminaba de tener su orgasmo correspondiente me toma del pelo me gira y me pone de rodillas contra el sillón, ya sabía lo que se venía, mi vagina goteaba desmedidamente tomo su verga con la mano derecha y con la izquierda me sujeta la cadera, paso su glande por toda la extensión de mi concha y la metió sin detenerse hasta tocar fondo. Si bien la verga de Bobby era casi tan grande como la de Sicandro eso pasaba solo cuando mi perro se le erecta una vez estando adentro, en cambio la de Sicandro se mantuvo igual de gruesa y firme en todo momento.
Comenzó con embestidas suaves y poco a poco fue aumentando la intensidad hasta ya darme tan fuerte como a mi madre, quien por cierto mientras veía que su pareja se follaba a su hijas se masturbaba en el costado del sofá (es un sofá seccional de esos que forman una L), yo por otro lado estaba perdida en el placer, no sabía ni donde estaba solo sentía la verga de Sicandro entrar y salir con tanta fuerza y velocidad que a ratos no podía ni siquiera respirar, en eso Bobby aparece en la sala y como yo estaba siendo destrozada por una enorme verga se dirigió hacia mamá quien de lo caliente que estaba no dudo en ponerse en cuatro pata con la cola hacia arriba, y ante tan grande oferta Bobby lamio los dos agujeros de mi madre. Yo ya no sabía cuándo terminaba un orgasmo y comenzaba otro, era una locura no deje de sentir placer en ningún momento y en ese disfrute Sicandro me toma del cabello y me gira la cabeza para que viera a mi madre que estaba a punto de ser montada por Bobby, mi perro aun novato en las relaciones con humanas tardo en atinarle a la entrada de mamá, y en el proceso de que eso ocurría Sicandro me toma y me pone de espaldas bajo los pechos de mi madre la que por reflejos comenzó a comerme los pezones, estando en ese éxtasis de placer puro y con las tetas de mi madre en mis manos y mi boca note que mamá comenzaba a gemir, si era mi perro que se estaba follando a mi madre como pude con una de mis manos le estimule el clítoris eso la calentó aún más.
En la escena que estábamos llevando a cabo, si bien era bizarra no dejaba de ser excitante para cualquiera que la hubiese visto, un calor en mi útero me avisaba que Sicandro se había corrido dentro de mí, no sé cuánto tiempo me follo solo sé que me follo y fue muy rico, Bobby por su cuenta había quedado abotonado a mamá la que ahora me lamia la concha sorbiendo la leche de Sicandro que estaba en mi interior, yo le masajeaba el clítoris hasta que Bobby de soltó y pase a tragarme todo lo que salía de la vagina de mi madre así estuvimos unos minutos luego de eso nos besamos largo rato como compartiendo fluidos seminales.
Así fue como perdí mi virginidad con un perro y me follo un hombre por primera vez y así fue como también desde ese día siempre follamos los 4, si Bobby se nos unió y se las arreglaba para encontrar un agujero para rellenar.
Que bonita familia🤤🥵
Me gustó mucho!!