Dentro de las líneas
Mi madre me recompensa por ser tan atento con ella .
La noche del viernes fue una de las noches más raras que recuerdo, me fui a la cama aproximadamente sobre la 1 de la mañana después de estar viendo una película bastante entretenida que me gustaba, fue entonces cuando alguien me llamó a la puerta de mi habitación, era mi madre preguntandome si podía pasar, le dije que por supuesto. Encendí la lámpara y centre mi mirad en Pilar, mi madre con ese camison nuevo de color negro que se ha comprado recientemente, sin decirme nada ella se sentó a las orilla de mi cama y me dijo que necesitaba hablar conmigo con total sinceridad. La verdad que eso me asusto bastante.
Mamá tampoco podía dormir y quería darme las gracias por estar siempre apoyandome en todo y ayudandole en todo lo que necesita, yo la notaba triste como si algo le pasara y no podía averiguar que era, pero lo cierto es que quería que me lo contara. Le dije que era mi madre y que como no iba a estar pendiente de ella, si para mí ella era mi vida. Lo cierto es que llevo bastante tiempo detrás de ella, me pone bastante y no puedo dejar de pensar en ella más que como una madre como una novia como lo que actualmente somos, pero estaba confundida ella quería que saliéramos como pareja al mundo pero no sabía cómo empezar, yo le decía que eso se hace con naturalidad y que no es necesario pensar demasiado, así que le dije que igual podíamos pasar de nuevo a la acción como habíamos hecho previamente, fue entonces cuando mamá se enfadó conmigo gritándome que lo que quería era algo más allá de lo que actualmente éramos, podía ver a mi madre lo suficientemente agobiada para no saber que hacer y la verdad es que era de las pocas veces que la veía así. Entonces me salió decirle apenas sin pensé que la amaba y que quería que fuéramos algo más que madre e hijo o líos de una noche. Mamá suspiró, diciéndome que debíamos ir poco a poco.
Al día siguiente, el sábado sobre las 12 de la mañana mamá estaba en el sofá sentada escuchando música con unos cascos que le había regalado por su cumpleaños, llevaba unas mallas ajustadas de color lila a juego con un jersey mientras se disponía a pintarse las uñas de los pies, baje al salón donde estaba ella, le di los buenos días y enseguida los dos nos buscamos con la mirada, me senté sobre las mesa bajita que tenemos en el salón mirandola y le dije yo te ayudo a pintarte las uñas, le cogí el pie derecho poniéndoselo sobre mi pierna izquierda y con mucha tranquilidad le fui pintando las uñas de los pies, me gustaba y por la cara que ella ponía a ella también le gustaba, ella me decía que se sentía relajada en esos momentos y que era algo íntimo para los dos. Mientras le decía que me gustaba lo que estábamos haciendo, le miré disimuladamente como se me marcaba el coño en esas mallas lilas. Enseguida me noto lo que estaba haciendo y me dijo cariño te he visto lo que intentas así que te aconsejo que lo dejes, levantodose inmediatamente hacía la ventana del salón, se quedó mirando embobada la ventana viendo le horrible día lluvioso que hacía.
Decidí abrazarla y cogerla de la cintura cariñosamente con unas ganas locas de besarla, Pilar, se sentó cómoda inclinando su cabeza hacía atrás posandola sobre mi hombro derecho como si se encontrara en su lugar seguro, la besé en el cuello y en cuanto me sintió lo primero que me dijo fue «cariño… ¿Que haces?» Estaba muy cachondo y solo pensaba en ella así que ella decidió pasar a la acción, los nos miramos a los ojos a escasos centímetros el uno del otro para comernos a besos, empezando por acariciarme el pecho con sus suaves manos. Mamá suspiró, no sabía que le apetecía así que yo me fui acercando a ella poco a poco para besarla pero fue una falsa alarma y solo me dio un besos húmedo en la mejilla.
Vi como se alejaba pero no podía dejar pasar la ocasión así que la seguí, la cogí de los hombros y le dije, mamá ven conmigo, la senté en el sofá con firmeza y yo me senté frente a ella, diciéndole que teníamos que ser nosotros mismos y que si nos amamos pues deberíamos decirlo al mundo entero pero ella no sabía cómo hacerlo, yo lo veía muy natural el hecho de decirlo era lo que sentía y era lo que quería hacer pero mi madre no estaba tan segura. Le cogí de la mejilla diciéndole que era un tesoro, ella se echo a reír mientras le pasaba mi mano derecha sobre su mejilla izquierda, era súper suave y solo quería acariciarla para siempre. Mamá termino cediendo y los dos acordamos que llegaríamos una relación sentimental, viviendo juntos y haciendo cosas en pareja como saliendo con nuestros amigos o yéndonos de vacaciones juntos o a cenar o incluso a tomar algo. Los dos estábamos aliviados el uno con el otro y yo me acerqué a ella sentándome a su lado en el sofá, poco a poco nos fuimos acercando hasta que finalmente nos besamos, mamá se puso encima de mi en el sofá, la temperatura estaba muy caliente y nosotros estábamos a mil.
Mamá empezo a cabalgar sobre mi polla sin todavía quitarnos la ropa, la tenía muy dura y la verdad es que después de habernos sincerado me sentía con más ganas de hacerlo con ella, metí la cara entre sus tetas, estaba ansioso por quitarle el jersey que llevaba, mamá me acaricio los labios y terminé mordiendole el dedo, eso la excitó más haciendo que gimiera. Me agarro la polla y yo no tarde en acariciarle el coño por fuera de las mallas, cuando note una mancha de flujo, le dije «estás cachonda perrita» ella me sonrió y acto seguido se sentó en la mesa frente a mi abriéndose de piernas, se quitó el jersey quedándose con un top azul cielo de tirantes y le dije no te lo quites que te lo voy a arrancar y así fue, en cuestión de cinco minutos se lo había quitado, aunque las habías visto mil veces me volví a quedar embobado mirándole las tetas y me dije te las comeré todo lo que quiera y me dijo ¿A qué esperas? Me lancé a ella tirándola en el sofá y se las empecé a comer, mamá no tarde en gemir salvajemente mientras le decía que era de mi propiedad y que estaba ansioso por hacerlo con ella. Nuevamente se puso encima de mi y le dije quiero tocarlas, se las toque y desde ese momento no las solté en ningún momento, se las empecé a comer sin parar mientras que mamá jadeaba con más fuerza, hasta que se quitó de estar encima de mi. Con una erección de caballo me quite el pantalón, mamá se quedó boquiabierta y miro hacía otro lado molesta ante la situación, al verla no supe qué hacer le pregunté ¿No te gusta lo que ves? Ella me dijo que me callara.
Instantes después se me ocurrio la idea de que para que no fuera tan violento así de sopetón ducharnos juntos y entonces aceptó, me fui desnudo hacia la ducha mientras ella me siguió hacia el baño para desnudarse ante mi, se puso de espaldas quitándose las mallas mientras observaba como se le abría el culo, no pude por menos y me acerqué a ella pasándole los dedos por su más que mojado inundado coño. Nos miramos y deje que ella pasará primero para que le cayera el chorro de agua mientras que yo le separaba las piernas y me arrodillaba para comerle el coño. Nunca olvidaré esos incesantes gemidos, le encantaba y mamá solo gemía cada vez con más fuerza hasta el punto de casi correrse. Enseguida se puso en cuclillas llevándose la polla a la boca y haciéndome una de esas mamadas como las que solo mamá sabr hacerme.
De pronto no aguante más la presión la puse de pie y la puse contra la pared metiéndole la polla por el coño, sus enormes gemidos se intensificaron más cuando penetre a mamá con bastante fuera y ella pedía que no parase, mientras que por delante le frotaba el clítoris con firmeza. Mamá me pedía que siguiera y que le diera fuerte que era todo suya y que no se iría a ningún lado sin su semental como ella me dice. Mientras le seguia follando la agarre del cuello entre sus gemidos y los mios estaba a puntito de correrme.
Mamá no quiso que terminara dentro, quiso hacerme una mamada mientras el agua nos caía sobre nosotros, poniéndose de rodillas mientras me la chupaba metiéndosela hasta el fondo en la boca, me la salivo dos veces y cuando se quiso meter los huevos en la boca me dijo los tienes durísimos cariño. Le susurré que estaba a punto de correrme y me dijo que me la frotara con sus tetas, así que me la empecé a rozar con su piel y segundos después me la estrujó con sus tetas mientiendola en medio de ella dos hasta que finalmente me termine corriendo en su cara.
Los dos acordamos que a partir de ahora estaríamos el uno para el otro siempre.


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