Descubrí que mi papá es precoz. Parte 1
Historia sobre como una hija que desea a su padre descubre que cómo este desquita sus ganas con su hermano menor..
Desde hacía varios días que comencé a notar que, Hector, mi hermano menor se había vuelto más reservado que de costumbre. Mi madre lo veía como algo normal, ya que con sus 11 años cumplidos estaba entrando a «la edad difícil», según su saber de madre, y es que con la experiencia adquirida con mi hermano mayor, se podría decir que era ya una experta en la «edad difícil».
Hasta hace muy poco Héctor y yo eramos inseparables, a pesar de que yo fuera mujer y le llevará 2 años de diferencia (Pues tengo ya 13 años), nunca le dio pena decir que era su mejor amiga, solíamos contarnos todo el uno al otro, sin reservas.
Por eso me pareció tan raro que de un día para otro se volviera tan callado, incluso retraído.
Esta nueva actitud era más evidente cuando mi padre estaba presente, Héctor solía bajar la cabeza y desviar la mirada, es verdad que mi padre siempre ha sido muy estricto en cuanto a la disciplina de sus hijos, pero no considero que fuera para tanto. Los días que papá descansaba o llegaba temprano a casa, Héctor se la pasaba encerrado en su habitación, parecía que trataba a toda costa de evitar a mi padre.
Puede que mamá tuviera razón, la edad y el tiempo que pasaba encerrado en su cuarto, todo parecía indicar que estaba descubriendo su sexualidad y le estuviera pasando como me pasó a mi, que apenas descubrí la masturbación y no dejaba de hacerlo tantas veces como me fuera posible, pensándolo bien, creo que yo inicie más o menos a la misma edad.
Si algo me hace sentir frustrada es el hecho de que todas mis amigas del colegio ya empiezan a desarrollarse, muchas ya tienen sus caderas definidas y sus pechos comienzan a mostrarse abultados debajo de sus blusas, pero yo sigo teniendo cuerpo de niña, ni pechos, ni cadera, sigo siendo la misma flacucha de siempre.
Pero mis deseos son ya los de una mujer, comienzo a tocarme imaginando que es un chico mayor el que me toca entre mis piernas, que acaricia mi clítoris con su lengua y después de hacerme humedecer hasta el éxtasis, me penetra con su grande y dura verga, me sigo tocando cada vez más fuerte, imaginando esas embestidas con violencia que he visto en los videos de sexo, mis pequeños dedos se deslizan poco a poco dentro de mi vagina y me parece insuficiente para todo el placer que necesito experimentar, mi ropa interior está completamente mojada pero mis dedos no dan tregua a mi calentura, voy a explotar, necesito tener una verga dentro de mi y escucho en mi oído la voz de ese chico imaginario, «Eres una niña, esto está mal, no debería», pero solo logra que me moje más y más «Me encanta tu verga», le contesto en mi mente y una nueva oleada violenta de placer invade mi cuerpo y se deslizan por completo mis dedos dentro de mi, y comienzan las embestidas finales de mi chico imaginario, «Ahhhgrrrr, mi niña, me vas a hacer venir», «Me encanta tu verga, quiero toda tu leche adentro», y entonces mi mente retorcida da un giro oscuro y obsesivo a mi fantasía de siempre, «No puedo venirme dentro de ti, eres mi hija», «Hazlo, papi, cógeme, cógeme cómo te coges a mamá, llename de tu leche papi, por favor, te lo suplico»… Y el mundo se detiene, mi mente queda en blanco y solo hay calma y calor… Si mi hermano ya descubrió que puede darse placer a si mismo, espero que lo esté disfrutando tanto o más que yo.
Ayer descubrí la verdadera razón del comportamiento de Héctor, mamá salió temprano a hacer las compras del super, cómo todos los sábados, yo salí con ella porque me iba a dejar a las prácticas de voleibol de la escuela, apenas habíamos avanzado unas calles y me di cuenta que olvide mi cambio de ropa para las duchas, «Camina de regreso y le dices a papá que te lleve, se hace tarde». Camine de prisa y entre por la puerta de atrás al cuarto de lavandería, buscaba la ropa cuando escuché a papá que levantaba la voz, estaba en el cuarto de Héctor.
Me acerque silenciosamente a la puerta del cuarto para saber de qué se trataba, algo grave habría hecho mi hermano porque sonaba a un fuerte regaño. «Porque siempre haces lo mismo, Héctor, si te vomitas encima como la vez pasada ahora sí te irá mal», Escuché a mi hermano sollozar. Lentamente me acerque a la abertura de la puerta para poder observar, no puedo describir todas las cosas que sentí y pensé al observar aquella escena, Héctor se encontraba sentado a la orilla de la cama y papá frente a el con los pantalones abajo, con una mano sujetaba fuertemente del cabello la nuca de mi hermano y con la otra sostenía su verga, era enorme, y gruesa, más de lo que había imaginado en mis fantasías, al menos 19 o 20 cm, se acercó y comenzó a frotar su verga en la cara de Héctor, «Te gusta putita?», unas lágrimas gruesas rodaron por las mejillas de mi hermano, «Se que te encanta la verga, ahora no te hagas el que llora, desde que te dije que ibas a ser mi putita no has dejado de provocarme», de un golpe metió su verga en la boca de Héctor y comenzó a meter y sacar, «Que rico la mamás, Ahhhgrrrr, chupasela a papi, tragatela toda», no podía creer lo que mis ojos estaban viendo, ver cómo se estaba atragantando con la verga de su propio padre me estaba poniendo muy caliente. «Quítate toda la ropa, ya sabes todo lo que le gusta a papi», a pesar de las lágrimas obedeció de inmediato, se quitó la playera y shorts, luego se sacó la ropa interior, se arrodilló frente a mi padre y termino de sacarle el pantalón, poco a poco empezó a darle besos en las piernas a papá mientras subía poco a poco, mi corazón latía a mil por hora y mi respiración era muy agitada, temí que me descubrieran espiando. Héctor llegó con sus pequeños besos hasta los huevos de papa, «Eres una putita lame huevos», Héctor lamia ambos huevos con los ojos cerrados, los chupaba uno y después el otro jugando con su lengua, «Quieres chuparle el culo a papá?, Contesta!», «Si papi», «Por que lo quieres hacer?», «Porque soy una putita calienta vergas». Papá se tiro en la cama boca arriba y levanto las piernas, apenas tomo esta posición y aún de rodillas Héctor se acercó y con su lengua a lamerle el culo, «Méteme la lengua, chupalo como la putita que eres», por la forma en la que mamaba su culo se notaba que no era la primera vez que lo hacía. «Empinate como perrita», Héctor subió al borde de la cama y se acomodo en cuatro, desde donde estaba podía ver su cuerpo desnudo, delgado y delicado, tan delgado que se notaba a simple vista los huesos de sus costillas y columna, papá se puso detrás de él, su cuerpo fornido y robusto y esa verga enorme que brillaba roja y gruesa, escurriendo sus jugos seminales. «Por favor, despacio», pero papá no hizo caso, de un solo golpe dejo ir todo ese trozo de carne por el culito diminuto de su hijo, Héctor grito y papa con su mano fuerte y grande tapo su boca, «Para que me pides que te la meta despacio, si sabes que te voy a coger a mi antojo», saco su verga tan pronto como la había metido, otro grito ahogado y una segunda embestida, «Que rico culito, que delicia, ahhhhgggggrrr, aprietame putita, aprieta la verga de tu papi», otra ves su movimiento de mete y saca, pero está vez a la tercera embestida papá apretó las nalgas y arqueo un poco la espalda, «Ahhhhhhgrrrr, putita, aquí te va toda la leche de tu padre», apretó fuertemente a Héctor de la cintura al tiempo que se deshacía en un gemido de interminable placer, «Ahhhhhhhhhhgggggr!!!!!!!!!!». Eso fue todo, apenas le había dado tres metidas de verga cuando se vino a chorros dentro del culito de Héctor, su pequeño y delicado cuerpo quedó tendido sobre la cama, temblando y sollozando, aquella cogida, aúnque breve, había sido demasiado para su frágil cuerpo.
Papá se abalanzó sobre el cuerpo tendido de Héctor y comenzó a hacer algo que me dejó sin aliento, metió dentro de su boca la pequeñita verga de mi hermano y comenzó a succionarla como si la quisiera arrancar de su cuerpo, está mamada frenética y voraz hizo que alcanzará una erección, pero diminuta comparada con la de papá, cuando mucho serían unos 8 cm, la actitud posesiva y dominante de papá cambio drásticamente, «Que rico se le para su verguita a mi nene», la pequeña verga volvió a desaparecer dentro de su boca, «Que delicia, cómo me encanta comerme tu verguita», se recostó boca arriba en la cama y tomo a Héctor colocandolo sentado en su pecho con una pierna a cada lado de tal forma que su pequeña verga quedará justo en la cara de papá, nuevamente inicio a mamar el pedacito de verga que tenía enfrente, «Me vas a dar tu lechita?, Porfavor se un buen niño y dale tu lechita a papá», Héctor llevo su mano hacia su verga y empezó a menearla al tiempo que papá abría la boca para recibir su descarga, apenas dos pequeños chorros salieron disparados pero solo uno llegó hasta la boca de papá, «Que delicia mi nene, me encanta esa lechita, pero ya viste que no me llegó toda», Héctor se levantó y se puso a un lado de el y comenzó a lamer su propia leche que había caído en la barbilla de papa, luego se acercó a su boca y papá comenzó a besarlo con una pasión casi animal, succionaba su labios metía su lengua y empezo a tragar la lechita que Héctor había reunido en su boca, cuando aquello termino los dos quedaron tendidos sobre la cama uno junto a otro.
Mi ropa interior estaba empapada, aquello me pareció muy injusto, yo deseando la verga de papá y era mi hermano quien la recibía, tenía que hacer algo para no quedarme con esas ganas….
Continuara
Autor: Ghostwriter
sigue contando mas amigo… 🙂 😉 🙂 😉
Ufff que rico y erótico relato, espero la parte que le3 toca a la hija