Desde pequeña supe que me gustaba…
En la soledad de su habitación S piensa en sus inicios..
Desde pequeña el sexo ha sido un juego y algo bueno para mí, desde el primer video pornografico, mi vida, se podría decir, cambió, eso fue a los 4 ó 5 años. Sentí una pequeña palpitación en mi vagina y aunque, no sé como aún, sabía que no debía decírselo a nadie porque era algo «malo». Tengo algunos recuerdos de cuando era muy pequeña, y ahora no sé si son imaginaciones mías o recuerdos, pero me gustaría contarlos.
A los 5 años empecé con la masturbación, tocaba algo que hacía que se me erizase la piel y sintiera miles de sensaciones. Entonces se vino a vivir a casa la familia de mi tía, mi primo, mi tío y mi tía. He de decir que desde que empecé a sentir atracción por el sexo opuesto, a temprana edad, empecé a jugar con un pequeño vecino a mamás y papás y pues él me besaba con lengua y yo a él le chupaba su pequeño pene. Acabando con esta pequeña historia, comenzaré a narrar la historía con mi tío, era un hombre alto y peludo, que siempre se había portado genial conmigo, ya no acuerdo muy bien como empezó pero si me acuerdo que cada vez que estábamos solos hacía que yo tocase su pene y lo lamiese, él tocaba mi vagina infantil y me intentaba meter los dedos… nunca sentí que era algo malo, hasta unos años después que empecé a sentir remordimientos, pero aún faltaban unos años para eso. Me encantaba el juego del caballito, me subía en su regazo y pues me movía para adelante y para atrás y no sabéis lo maravilloso que se sentía. Todo acabó cuando se mudó, pero no creáis que mis experiencias se acabaron ahí.
Como ya habréis adivinado fui una niña precoz, así que a los 6 años ya me había enterado más o menos del tema, gracias a descuidos de mi padre, que siempre tenía videos nuevos en su móvil y gracias a una amiga, dos años mayor, que me enseñó a masturbarme con la almohada. Esta otra historia comienza con mi vecino, era un chico de 17 o 18 años, al cual yo mandaba cartas de amor y un poco describiendo lo que quería que me hiciese con un tono sexual que a mis 6 años no era normal (aunque suene un poco raro y hasta yo no me lo creería pero lo hacía y aun él conserva las cartas, les hace gracia, ya que después cuando crecí nos volvimos a encontrar y pues hablamos y se convirtió en mi follamigo), una vez me acuerdo que nos pillo en el balcón a mi amiga y a mí, jugando a tocarnos en la piscina de plástico pequeña para niños, desde ahí siempre estuvo pendiente de mi, un día me acerqué a su casa para dejarle en la puerta otra estúpida carta de amor y me pilló, fue cuando me invitó a su casa y entré, allí me empezó a decir que estaba muy mal lo que hacía con mi amiga que si quería jugar podía jugar con él… ese día descubrí me chupó la vagina y sentí muchísimo más que con la almohada… me llevó a su habitación y sacó su polla para que yo lo lamiese y lo hice, porque ya había aprendido con mi tío y era algo que me gustaba hacer.
A los 7 años fuimos a visitar a unos familiares, por causa del mal tiempo nos quedamos en su casa a pasar noche, y ahí mi madre decidió que nos quedásemos más días a pasar con ellos, ya que casi nunca los veíamos. La familia constaba de un tres hijos, el mayor, un adolescente, una niña de 4 años y un bebé. Era una casa pequeña y los hermanos compartían habitación, menos el bebé que dormía en la habitación con los padres, mis padres habían ocupado una habitación y a mi y A mis hermanos nos tocó dormir con ellos, al ser la menor y la más manipulable la niña y yo dormimos en un saco de dormir, mis dos Hermanos en la cama de la niña y el otro chico en su cama, nosotras dos en medio, en el suelo. La primera noche este chico abrió el saco de dormir y empezó a tocarme, fue la primera vez que sentí mojarme, había lubricado, y aunque lo hacia torpe y a veces causaba daño me encantaba lo que hacía y yo por respuesta propia le empecé a tocar el pene, se sorprendió pero me dejo, hasta que sentimos un ruido y rápidamente se alejó y yo me hice la dormida… los días que seguían aprovechábamos cada oportunidad para que me tocase y yo a él, milagrosamente a pesar de todo aún nadie me había penetrado, aunque yo sentía curiosidad.
A los 8 años, mi curiosidad hizo que por cuenta propia empezase a meter cosas por mi vagina, empezó con un pequeño bolígrafo con el cual mi himen se rompió y me asusté tanto al ver la sangre que estuve meses sin tocarme por miedo. También fue la edad con la que me enteré que era la virginidad y que se supuestamente se nota cuándo la pierdes, y yo tenía miedo que mi madre se diese cuenta. Después del miedo inicial, empecé a masturbarme con el bolígrafo, después con el mango de un cepillo de pelo. Aunque sentía algo no llegaba a esa sensación de la que había escuchado hablar, no se si fue por eso que yo seguía intentando. También me encontré otra vez con mi tío, el cual me buscaba pero yo ya no quería porque sabía que lo que hacíamos estaba mal.
Hasta los 14 no volvió a ocurrir nada que contar, solo mis sesiones casi diarias de masturbación, empecé a leer relatos eróticos siempre centrado en niñas y adultos, incesto… algo que alimentaba mi curiosidad hacía los hombres adultos, a esta edad, después de años empecé a sentir, con la penetración, las maravillas del sexo. Este año fue cuando, por cuenta propia, empecé a provocar a mi tío, sentándome encima de él en cualquier ocasión, utilizando vestidos que me dejaban las pequeñas bragas infantiles a la vista. Se dio cuenta de lo que estaba haciendo y por ello un día me invitó a ayudarle a hacer unas cosas en su casa, pidiendo permiso a mi madre.
Me llevó y al principio era algo incomodo ya que, yo, con los nervios a flor de piel y el intentado inventar alguna excusa para tocarme. Me acuerdo que primero encendió la televisión, poco a poco se acercaba a mí y me hablaba de cuando era pequeña y jugaba con él, yo con la excusa de que me dolía la espalda me tumbé boca abajo en el sofá y el se ofreció a darme un masaje, acepté. Este al principio era inocente pero después empezó a restregar su pene contra mi culo, yo empecé a calentarme y ayudaba subiendo el trasero para llegar a mayor contacto, me dio la vuelta y me intentó dar un beso, pero no pude y giré la cara, yo empecé a sobarle el pene con las manos y él mi vagina, con un rápido movimiento me sacó el pantalón que llevaba y empezó a comerme el coño de una manera impresionante, solo con recordarlo me mojo, después se subió encima mío y con delicadeza, seguramente pensado que tenia un himen, me penetró, fue la primera vez que un hombre lo hacía y se sintió tan pero tan bien que empecé a gemir fuerte. Fue algo rápido pero intenso, rápido por el miedo a que llegase mi familia o la suya a su casa. Pero desde ahí supe que me encantaba el sexo y que lo haría tanta veces fuera posible.
Hasta aquí mis primeras experiencias, esto es más bien cómo un desahogo a lo que jamás me he atrevido a contar en alto, si gustáis también puedo contar como me aficioné al sexo un poco alternativo y al sexo fuerte.
Atentamente S.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!