Deseo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Amaneció hace unas horas.
Un hombre alto de espalda ancha y brazos fuertes, observa desnudo a su pequeña hija durmiendo.
Ella descansa apenas cubierta por el top blanco de su holgado pijama, dejando a la vista sus curvas.
Tiene un cuerpo joven y esbelto.
Sus pequeños pechos aún en desarrollo, con pezones abultados destaca como un fogón en la noche.
Recorre con la mirada el hermoso y tierno cuerpo de la pequeña mujer su estrecha cintura y delgado vientre, deja paso a sus caderas.
Despierta un deseo prohibido en el corpulento hombre.
Su cola joven, firme y formadas nalgas.
Redondas y levantadas.
El deseo aumenta, ya no puede resistir.
El hombre se acerca y retira la única prenda que cubre el cuerpo de su hija.
Acomoda a su hija con los brazos hacia la cabecera de la cama, boca abajo y piernas ligeramente separas.
-Despierta nena.
Dice el padre.
-Despierta mi princesa.
Repite el padre mientras con sus manos separa las nalgas.
Empieza a lamer el ano de su hija.
Lubricando.
Con su saliva por varios minutos disfrutando la textura y sabor de su hija.
Su hija se estremece.
-Hola papi.
Su hija despierta alegre y levanta su cola.
El padre se acomoda atrás, su hija en cuatro arqueando todo lo posible su espalda como le enseñó su padre.
Así le gusta.
El trozo de carne de su padre penetra el ano de su hija.
Ella grita de dolor pide perdón por ser mala y traviesa.
Su padre simplemente continúa penetrando lento y firme.
Introduce sus 20 centímetros de dotación dentro de la cola de su pequeña hija.
Ella esta agónica.
Lágrimas de dolor recorre sus mejillas, el padre empieza las embestidas cada vez más frenéticas.
Quiere acabar dentro de las entrañas de su hija.
Sólo tardó quince minutos en eyacular todo su semen.
Queda rendido a un lado de su hija sin retirar su miembro del interior de su hija.
Ella sabe que todo terminó hasta la tarde o noche.
-Perdón papi, no estaba preparada.
La próxima vez estaré lista para ti.
Dice la pequeña sumisamente.
El padre le dice palabras tiernas y emotivas mientras retira su verga.
La pequeña se levanta, de pie juntó a la cama.
Siente como el semen de su padre es expulsado de su interior y recorre sus muslos.
Ambos ingresan a la ducha, se lavan.
Continúan con su día normalmente.
Ella va al liceo y el al trabajo.
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