Deseo sexual por mi hija Sandra segunda parte
Despues de descubrir el bello cuerpo de mi niña, todo cambiaria.
A día siguiente desperté con una mezcla de satisfacción y culpabilidad, como era posible que mi hija despertara un deseo sexual hacia mí ¡y con tan poca edad! Mi mente era un caos, tenía dudas con respecto a mi hija. Baje a preparar un café llevando puesto solo mi bóxer y al llegar a la cocina nuevamente me encontré con Sandra que vestía su blusa beige y pantaletas blancas bien ceñidas a su apetecible cuerpo, ya no pude ver a mi niñita igual que antes, ahora la veía como una hembra que podría disfrutar y hacerle sentir el placer del sexo. Si tenía alguna duda en mi mente, verla así despejo toda duda de deseo hacia ella. Lo cierto es que a partir de ese momento mi trato cambio para con ella, aparte del cariño de padre que le brindaba ahora la deseaba como mujer. Tome una taza y me prepare un café, lo puse sobre la mesa. Aprovechando que Sandra estaba frente a la estufa cocinando un par de huevos, dirigí mis pasos a su persona, me puse atrás de ella y tomando su curveada cintura le susurre al oído:
- buenos días princesa mía
- buenos días papá.
Contesto y giro su cabeza para darme un beso en la mejilla pero yo busque su boca, acerque mis labios a los suyos y le plante un beso discreto, Sandra se ruborizo y me dijo
- ¿papá, que estás haciendo?
- Buscando el azúcar, tesoro.
Le conteste con tono despreocupado tratando de evadir su pregunta que claramente sabia a que se refería, la solté de la cintura y levantando los brazos disimule buscar el frasco de azúcar en el anaquel que estaba arriba precisamente de la estufa, para entonces mi hija a sus 11 años ya tenía una estatura de 1.50 metros, yo por otro lado media 1.65 (nunca fui muy alto) Sandra volvió otra vez hacia la estufa aun ruborizada, momento que aproveche para repegar mi cuerpo al suyo, el contacto con su bien paradito trasero hicieron que mi verga comenzara a ponerse dura, fingí buscar el frasco de azúcar mientras restregaba mi paquete en sus nalgas, Sandra sintió mi bulto, pero esta vez no dijo nada, solo se limitó a estarse quieta mientras seguía cocinando su desayuno. Como no recibí ninguna protesta de mi hija fui más audaz y discretamente baje una mano y tome el resorte de mi bóxer, eche mi cadera un poco hacia atrás y jale ligeramente el resorte hacia adelante y luego hacia abajo lo suficiente para liberar mi verga que ya estaba al cien. Coloque mi glande en el surco que separaba las nalgas de Sandra y comencé hacer movimientos de arriba abajo. Note que mi hija tenía los ojos cerrados y sus mejillas coloradas, su respiración un poco agitada. Seguía buscando con mis brazos en alto el frasco de azúcar mientras restregaba mi verga desnuda y dura entre sus nalgas. Sandra puso sus pies de puntitas levantando más su culo redondo facilitando el movimiento de mi verga de arriba abajo, esto hizo que mi cuerpo sintiera una descarga eléctrica y sintiera espasmos, “guau, no lo podía creer, me estaba masturbando con las nalgas de mi hija ¡y ella no decía nada!” fue un breve momento que me llevo a la gloria, sentía que estaba a punto de venirme cuando de pronto mi hija me interrumpió:
- Aquí tienes el frasco de azúcar papá
Me dijo aun con los ojos cerrados y su respiración agitada, por estar entretenido dándome placer con mi hija no me di cuenta en que momento Sandra había alcanzado el azúcar, yo reaccione y tome el frasco con una mano mientras me separaba de su cuerpo lentamente y con la otra mano discretamente ocultaba mi verga adentro del bóxer.
- Gracias hija
Le dije tratando de parecer normal, me senté en la mesa y puse azúcar en mi taza de café, Sandra ya había acabo de cocinar su desayuno y ambos quedamos en silencio mientras degustábamos nuestros alimentos, por un momento evadimos nuestras miradas. Luego fui yo el que rompio el silencio y preguntando casual le dije
- ¿Qué tal está tu desayuno princesa?
- Está rico papá. Me contesto con la mirada baja.
- ¿sabes? Después de trabajar me gustarías mucho que viéramos una película, ¿Cómo ves hija, te agrada la idea?
- Está bien, como tú digas papá. respondió aun con la mirada baja.
Apure mi café y fui a donde mi hija, con los dedos de mi mano levante su barbilla para mirarle el rostro, Sandra me vio con una expresión de apenada seriedad. La bese en la frente y le dije:
- hija, sabes que papá te quiere mucho y no habría nada en el mundo que no hiciera por ti
- lo se papá. dijo tranquila
Nuevamente le di un beso, esta vez en su mejilla y la deje para que acabara su desayuno. Antes de asearme y arreglarme para ir a la oficina, fui a mi estudio me senté frente el escritorio donde estaba el computador, lo prendí para revisar los pendientes que tenía para ese día. Estaba viendo en la pantalla algunos datos cuando de pronto vi por el reflejo de la misma la figura de Sandra que asomaba su cabeza por detrás de la entrada del estudio, una idea loca cruzo mi mente, abrí el enlace porno de colegialas que ya había guardado en el equipo, simulando que no había nadie, saque mi verga del bóxer y comencé a pajearme, pronto estaba dura y bien parada, subía y bajaba mi mano desde la punta del glande hasta donde asomaban las bolas, apropósito gire un poco la silla con el fin de que Sandra pudiera contemplar a detalle la masturbación que me hacía. Pude distinguir por el reflejo de la pantalla como mi hija se frotaba con una mano un seno y con la otra acariciaba su panocha por dentro de su pantaleta. Al parecer mi hija se habia éxitado viéndome pajear, eso hizo que acelerara el movimiento de la masturbación, mi cuerpo se tensó y los espasmos en mi pecho se aceleraron, cerré los ojos y ya no pude aguantar más y sin prejuicio alguno descargue un torrente de semen caliente sobre mis piernas acompañado de un gemido de placer. Quede todo desguanzado por un breve instante, al mirar la pantalla del computador vi por el reflejo que Sandra seguía tocándose, me iba incorporar para voltear a verla pero ella se dio cuenta y salió corriendo de ahí.
Me quede pensando “Mmmm, al parecer a mi hija no le desagrado haberme sentido” sonreí sabiendo que había echado a andar una situación que nada podría parar. ¡Sandra tenía que ser mía!
Esa noche después de salir de la oficina, pase a una tienda de conveniencia y compre algunas bebidas alcohólicas, una viñas de durazno para ser exacto, enfrente de la tienda se hallaba un puesto de películas y recordé que le ofrecí a mi hija ver una película, fui al puesto y me quede viendo los títulos que estaban exhibidos, el hombre que despachaba me pregunto si buscaba algún título en especial, le dije que veria una película acompañado omití decir que mi acompañante era mi hija. “si usted y su pareja son de mente abierta tengo una película que seguro disfrutaran” rápidamente tomo una película que estaba oculta bajo su mostrador y la puso en mis manos, el titulo decía “Taboo” “esta película despierta el libido a cualquier pareja” parecía que la suerte estaba de mi lado, justo lo que necesitaba para mi plan. Le pague al hombre y apresure mi camino, cuando llegue a casa, encontré a Sandra sentada en el comedor haciendo su tarea, aun llevaba puesto su uniforme escolar, una falda de tablillas a cuadros rojos arriba de las rodillas, su blusa de manga corta blanca con un moño azul en el cuello, medias blancas que cubrían apenas sus rodillas, se había quitado sus zapatillas.
- Hola hija, ¿Cómo estás? Pregunte algo fuerte
Ella dio un sobresalto asustada.
- ¡Papá, ya llegaste! Dijo sorprendida
Me acerque y le di un beso en la mejilla, Sandra se puso roja y bajo la mirada
- Qué bueno que estés aquí. Dijo en tono sumiso
- Si bueno, mmm, pase por una película, como te había dicho, me gustaría verla contigo y traje unas bebidas. Y le mostré el paquete de viñas.
- ¡Pero yo aún no bebo papá!
- No te preocupes, no tienen mucho alcohol, además estarás bien en casa.
- Bueno, si tú lo dices. Dijo con resignación
- Bueno pues, acaba tus deberes mientras hago palomitas y preparo todo.
- Está bien papá
Deje las bebidas en la cocina y me lleve la película a mi dormitorio, no quería que mi hija viera la ilustración de la película que era explicita y ya no quisiera verla, ¡echaría a perder mi plan!. Rápido me cambie el traje que llevaba puesto y me deje solo el bóxer, encontré una playera sin mangas y también me la puse. Saque una frazada delgada y baje justo en el momento que Sandra terminaba su tarea.
- Por fin acabe. Suspiro aliviada
- Qué bueno hija, porque en este preciso momento voy a poner la película, así que… y me dispuse a ayudarla a guardar sus cosas
- Hay papá, tú ya te cambiaste, déjame cambiar a mí también.
- No hija así estas bien, además ya es un poco tarde y no quiero que te desveles mucho.
- Bueno, si tú lo dices. Acepto de mala gana. Y la frazada ¿para qué es? Me pregunto
- Es para taparnos las piernas y no nos dé frio
- Ok, pues a ver la película. Dijo finalmente.
Lleve a Sandra al sillón y le pedí que esperara un momento, fui por un par de bebidas y le entregue una destapada
- Salud mi niña, por este momento de cultura de padre e hija, brinde chocando el envase de mi bebida con el de Sandra.
- Salud papá, contesto mi hija dando un gran trago que hizo que tosiera como ahogándose
- COF, COF !Esto es lumbre¡ dijo llevándose ambas manos a la boca
Yo esboce una sonrisa conteniendo la risa que me dio verla, tratando de ayudarle le di unas ligeras palmadas en su espalda
- Despacio hija, como es la primera vez que tomas alcohol sientes que te quemas, pero después ya no lo notaras
- ¿Tú crees papá? pregunto ya repuesta
- Seguro que sí, le dije divertido
Ambos le dimos un sorbo a nuestras respectivas bebidas y Sandra ya tolero más el contenido.
La deje sentada en el sillón y prendí la tv, le dije que esperara a que hiciera las palomas y en cuanto volviera veríamos la película, Sandra asintió con la cabeza.
Fui a la cocina y saque de la despensa una paquete de palomas para microondas, inserte el paquete en el horno y programe el tiempo para que se hicieran, no me habrá llevado más de 8 minutos regresar con un recipiente de tamaño moderado lleno de palomitas, cuando vi que Sandra ya se había acabado el contenido de la viña, abrí los ojos y quede sorprendido
- Aquí están las palomas hija. Las coloque en una mesita entre la tv y el sillón, mientras volteaba a ver a Sandra, quien ya tenía aspecto más relajado. Ella me sonrió y me dijo que le había gustado mucho la viña y que si podría tomar otra.
- Claro princesa, ahorita te la llevo. Y fui por otra y se la entregue ya destapada. Ella volvió a darle otro trago. Fui rápido a mi cuarto por la película, regrese y la puse en el reproductor de películas,
Ambos dejamos nuestras bebidas en la mesita y nos acomodamos juntos en el sillón para comenzar a ver la película, coloque la frazada para cubrirnos las piernas, yo cruce mis brazos a la altura del pecho mientras Sandra junto sus manos y las puso sobre la frazada.
- ¿De qué trata papá? pregunto
- No lo sé hija, el que me la vendió me aseguro que estaba muy buena. Le conteste
Comenzó la película con una escena de sexo entre un hombre y una mujer, donde ella le hacía una felación y posteriormente el la penetraba hasta soltar su semen en su vagina. Nunca había visto la película, pero ahora entendía porque el vendedor me la había recomendado, ¡realmente era excitante y apenas comenzaba!
Gire mi vista y vi a Sandra atónita con lo que veía, su rostro se puso colorado, se dio cuenta que la observaba y rápidamente le dio un gran trago a su viña. Esta vez ni siquiera tosió
- ¡La película es de adultos Papá! me dijo asombrada
- Hay hija no me había dado cuenta, comente en tono inocente
- Si te incomoda la quito ahora mismo. Le propuse
Como ya había pasado la escena y ahora los actores estaban en otra toma y vestidos, Sandra me dijo
- No papá, ya paso la escena y mejor vamos a ver de qué se trata
- Está bien princesa, lo que tú digas. Y le lance una mirada de complicidad.
Seguimos viendo la película y conforme pasaba nos dimos cuenta que la trama era el deseo de un hijo por su madre recién abandonada.
Estábamos tan absortos en las imágenes que ni siquiera nos acordamos de las palomas, de vez en cuando le dábamos uno que otro sorbo a nuestras bebidas. Sandra acabo su segunda bebida y le ofrecí otra, pero la rechazo
- No, ya no papá, me siento un poco mareada.
- Está bien hija, sigamos viendo la película
Para entonces comenzaba a prenderme y mi verga se había puesta dura, aproveche que teníamos la frazada encima y de vez en cuando metía mi mano para acariciarla. Sandra seguía viendo la película sin perder detalle pero su cara estaba muy roja un tanto por la película y otro por la bebida, de pronto arqueo su espalda como si estuviera incomoda sacando el pecho, pude ver que se le marcaban sus pezones erectos bajo el corpiño que llevaba y se traslucía en su blusa blanca. Sus pechos se inflaron y amenazaban con botar los botones de su blusa.
- ¿Te pasa algo princesa? Pregunte
- Si, ya me dio calor y la espada no la aguanto.
Contesto molesta y se quitó el moño que llevaba en el cuello de la blusa, al hacerlo desabrocho el botón mismo del cuello y agito su blusa para que le entrara el aire.
Luego me miro suplicante
- ¿Puedo recargarme en tu pecho papá? pregunto
- Desde luego princesa. Le respondí
Alce mi brazo para que se acomodara y así lo hizo, volví a colocar la frazada sobre nuestras piernas y Sandra metió sus manos entre ella.
Abrace a mi hija seguimos viendo la película, llegamos a la escena donde la madre se mete al cuarto de su hijo y toma su verga para lamerla y chuparla.
Yo estaba bien excitado y la mano libre que tenía la metí a la frazada y comencé a acariciar mi verga que ya la traía más que parada, entonces se me ocurrió sacar mi palo por la abertura del bóxer y comencé a pajearme lentamente tratando de no hacer un ruido o un movimiento que pusiera en alerta a mi hija. Eche mi cabeza hacia atrás disfrutando el tocarme, baje mi mano para tocar mis bolas y cuando la subí siguiendo la línea de mi verga hacia el glande sentí unos pequeños dedos tocando la cabeza de mi palo, incorpore mi cabeza y abrí los ojos, Sandra seguía viendo la película inmóvil, pero su respiración de acelero. Entonces ya no me importo descararme y tomando su mano la puse en mi verga y ella se dejó hacer pero solo las yemas de sus dedos tocaban la verga erecta y dura, su respiración se agito aún más, acelere el movimiento gozando como nunca, de pronto Sandra aferro con fuerza mi verga con toda su mano y comenzó a masturbarme por sí sola, solté su mano y saque la mía para ponerla atrás de mi nuca. Ella seguía con la vista puesta en la película, pero ahora usaba ambas manos en mi verga con una tocaba mis bolas y con la otra me pajeaba rico. Con mi brazo que rodeaba su espalda la jale un poco para que enderezara su cuerpo y no aguantando más quise darle un beso en la boca esta vez tratando de introducir mi lengua, ella correspondió al beso pero sin abrir sus dientes, se notaba que nunca había dado un beso de pasión. Eso no me desánimo y seguí besándola jugando mi lengua con sus dientes. Sandra tenía los ojos cerrados y su respiración se fue acelerando cada vez más. Deje de besar su boca y me concentre en sus pechos, comencé a acariciarlos en círculos y ella acomodo su espalda al respaldo del sillón permitiéndome mayor libertad para manosearla mientras seguía jugando con mi palo con una mano. Que delicia acariciar ese par de tetas firmes, deje de abrazar su espalda y utilice ambas manos para desabrochar por completo los botones de la blusa y abrirla de par en par, luego tome su pequeño corpiño de la parte baja y lo levante para liberar sus pechos hinchados por la excitación, dirigí mis labios hacia uno de sus pezones y comencé a chuparlo y succionarlo hasta que se puso erecto como un chícharo, entonces le di un delicado mordisco al pezón, Sandra gimió de placer y echo su cabeza para atrás, la frazada cayó al suelo dejando al descubierto mi verga atrapada por la mano de mi hija, Sandra por fin abrió los ojos y contemplo mi pito en todo su esplendor
- ¡Aaahh que grande es! Escuche susurrar a mi hija
Levante mi rostro y volví a darle un beso en la boca, ahora ella abrió los dientes y permitió que mi lengua hurgará en sus adentros y juguetona encontró a la suya y se enredaron en un beso lleno de pasión. Continuamos por un rato besándonos de lengua mientras seguía pajeando mi pene y yo acariciando y apretando sus tetas. Luego baje una de mis manos y la metí bajo su falda buscando el montecito anhelado de su panocha, ella al sentir el contacto de mi mano abrió por inercia sus piernas dejando que mis dedos rosaran la rajita de su vagina.
- Aaahhh ahhhhhh sigueee sigueee papi. jadeaba Sandra
Luego con delicadeza hice a un lado la tela de su pantaleta que ya estaba húmeda y cubría su panocha y mis dedos jugaron un poco y encontraron su pequeño botoncito del clítoris que al tocarlo hicieron que Sandra soltara un pequeño grito y soltara un líquido que lubricaba su panocha.
- ¡Hhhaaayyy, que rico siento!
Y apretó con más fuerza mi verga y acelero el ritmo de la masturbación, lo que hizo que yo también profiriera jadeos
- ¡aaaaaaaahhhh, aaaaaahhhh, asiii mi niña, asiiiii!
Seguía acariciando su clítoris mientras chupaba y mordisqueaba sus pezones
- ¡aaaaahhhh, aaahhhh, papaaaa, papaaaaaaa, no aguanto me voy a hacer de la chissss! Gimió mi hija
- Sssssiiiii, sssssiiii mi niña orinateeee orinateeee. le dije susurrando en su oreja mientras le metía mi lengua en su oído.
- Yyyyyaaaaa, yyyyyaaaa, papaaaa me estoy haciendddoooo pissss, me estoyyyyy haciendooooo pissss
Sentí como mis dedos de inmediato se mojaban de aquel liquido vaginal que desprendía un ligero aroma a pescado que resultaba muy estimulante a mis sentidos. Casi al mismo tiempo mi verga hinchada comenzó a expulsar líquido seminal y pronto terminaría por venirme, recosté toda mi espalda en el respaldo del sillón, eche ambas manos atrás de mi nuca y me entregue por completo al placer. Sandra tomo mi verga con ambas manos y la apretaba fuerte mientras aceleraba el ritmo del sube y baja,
- !Aaaaahhhh, sigueee noooo paressss, massss rapidoooo, bebeee, massss rapidooo bebeeee! !me vengooooo, mee vengooo!
No pude aguantar más y mi verga comenzó a eyacular un chorro de semen que salpico la cara de mi hija y escurría por sus manos. Ambos nos miramos a la cara, sin decir ni una palabra nos besamos apasionadamente, sellando así una complicidad que solo guardaban las paredes de esa casa. Fin de la segunda parte.
Wow, excelente relato… espero la siguiente parte
que delicia de relato. Se disfruta mucho su lectura 😉